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lunes, 25 de mayo de 2020

Jordi Bover: "En el TERMCAT tenemos uno de los repertorios más completos que existen de terminología deportiva, con el valor añadido de ser multilingüe"

Se acaban de cumplir diez años de la publicación del Diccionari general de l'esport, una obra monumental con 11.400 términos de 87 deportes diferentes en cuatro idiomas. Este diccionario es obra del Centre de Terminologia TERMCAT, institución pionera en España al abordar la importancia del deporte como fuente de producción léxica. Para ello contó con la colaboración de la Unión de Federaciones Deportivas de Cataluña.

Esta obra, que también cuenta con una versión disponible en línea, constituye una continuación de los diccionarios de los deportes olímpicos que editó el propio TERMCAT en 1992 con motivo de la celebración de los Juegos Olímpicos de Barcelona y que fue actualizando en su web (www.termcat.cat). Al igual que aquel conjunto de cuadernos editados para la cita olímpica, en este diccionario cada término (y su explicación) está en catalán, y aparece con sus correspondientes traducciones al español, al inglés y al francés.

Para conmemorar esta efeméride, nos hemos puesto en contacto con Jordi Bover, director del TERMCAT desde 2013, para conocer la evolución de este diccionario a lo largo de esta década y su importancia a la hora de profundizar el estudio del lenguaje del periodismo deportivo junto con otras obras de referencia en este ámbito como el Diccionario de términos deportivos (2003) de Recaredo Agulló y el Diccionario terminológico del deporte (2005), escrito por Jesús Castañón.

- ¿Qué ha supuesto el Diccionari general de l'esport para el estudio de la terminología deportiva y también para el TERMCAT?
- El Diccionari general de l’esport permitió concentrar en una sola obra todo el trabajo realizado anteriormente por TERMCAT en el ámbito deportivo, especialmente los 28 diccionarios multilingües elaborados con motivo de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992: un diccionario para cada uno de los deportes que compitieron aquel año. Aquel trabajo ha sido una referencia mundial, que han utilizado y adaptado los organizadores de los distintos juegos olímpicos posteriores. Además, el diccionario incluía las entradas de muchos otros diccionarios de deportes no olímpicos, como el Diccionari de la neu, con los deportes de invierno, o los diccionarios de deportes de motor (Diccionari de motociclisme y Diccionari d’automobilisme).
Armonizar las entradas homógrafas de los distintos deportes en una única entrada y actualizar la información de cada deporte fue un reto colosal: nunca antes habíamos trabajado con un volumen tan grande de términos, con tantos expertos implicados. Creo honestamente que es uno de los repertorios más completos y rigurosos que existen actualmente de terminología deportiva, con el valor añadido de su carácter multilingüe.

- Tras publicarse la obra en papel en 2010, ¿cómo se ha ido actualizando ese diccionario en su versión en línea? ¿Ha habido muchas incorporaciones de palabras en los últimos años?
- Desde 2010 la actualización de su contenido ha sido constante, tanto para incorporar nuevos deportes de extensa práctica en nuestro país, como el pádel o las carreras populares, como para actualizar la información o añadir novedades en los deportes ya incluidos, como el famoso VAR.
El resultado es que actualmente el diccionario contiene 433 términos más que en 2010.
Hay aún probablemente muchas entradas nuevas y obsolescencias que no hemos detectado, pero intentamos minimizarlas con un contacto directo con las distintas federaciones deportivas catalanas.

- Se lo pregunto porque el deporte se comporta como una realidad lingüística viva de enorme repercusión social que no para de evolucionar a través de sus reglamentos, pero también de los medios de comunicación. No sé si para ustedes, el periodismo también es o ha sido una fuente terminológica.
- Lógicamente estamos atentos a los neologismos que afloran en los medios de comunicación, especialmente a los vinculados a los deportes más mediáticos, para incluirlos en el diccionario. De todas maneras, somos reticentes a incorporar formas de uso más argótico o meramente estilístico, que pueden ser producto de una moda o no tener una definición precisa.

- ¿Qué criterios siguen en el TERMCAT para que una palabra o expresión pueda considerarse término en uno de sus diccionarios, en este caso en Deportes?
- Incorporamos términos procedentes de fuentes especializadas fiables, que vemos que tienen un uso consolidado, pero también neologismos que estén avalados por los especialistas en aquel deporte. Nos interesan las formas que tienen un significado diferente o más preciso en deporte que en lengua general. Nuestro cometido es también potenciar el uso de alternativas catalanas a los numerosos anglicismos que circulan en los distintos deportes. Si esperamos demasiado tiempo a proponer esta alternativa, suele ser demasiado tarde porque el uso del anglicismo está consolidado.


El diccionario en su edición en papel, en 2010.
"El periodista deportivo suele anteponer el uso del anglicismo, porque sabe que el público lo reconocerá con más facilidad y para demostrar su conocimiento especializado. Pero cuanto más lo utilice más se impondrá su uso y, al final, no sabremos si los textos están hechos en inglés o en nuestra lengua"







- Además de ese gran diccionario, ustedes han ido publicando diferentes diccionarios especializados en diferentes deportes, alrededor de una veintena en este tiempo. 
- Nuestra voluntad es poder ofrecer a nuestros usuarios la terminología de los distintos deportes que potencialmente pueden practicar, y siempre hay vacíos que cubrir, nuevas federaciones…  Los diccionarios de un deporte en particular cubren esta novedad y también la consulta de quienes buscan términos de un deporte concreto, aunque estos términos terminen incorporándose en el Diccionari general de l’esport. Recientemente hemos creado un portal específico de terminología deportiva, que facilita un acceso unificado a todos los contenidos deportivos que ofrecemos: diccionarios, infografías, artículos, criterios terminológicos, noticias, servicio de consultas, etc. Esperamos que esta iniciativa permita que los expertos se impliquen aún más en el crecimiento de esta terminología.

- ¿Qué complejidad técnica presenta el léxico deportivo para su estudio?
- El estudio del léxico deportivo es bastante agradecido porque la terminología básica procede de reglamentaciones que evitan al máximo las ambigüedades que se pueden dar en otros ámbitos. De todas maneras, cuando extendemos el estudio a otros temas de interpretación más diversa, como tácticas o sistemas de juego, la parcelación conceptual se complica. En estos campos ya no hay interpretaciones únicas ni términos universalmente aceptados.

- ¿Cree que el periodismo deportivo hace un buen uso de esa terminología?
- El periodista deportivo, aunque sea disciplinado en el uso de esta terminología, a menudo tiene que recorrer a sinónimos para dar un poco de variedad al texto. Piense solamente en las veces que en una retransmisión futbolística se debe hacer referencia a pelota o a portero. Es normal que aflore la creatividad: esférico, cancerbero…
Más problemático es el uso de anglicismos en detrimento de las alternativas genuinas que podamos proponer. El periodista suele anteponer el uso del anglicismo, tanto porque sabe que los lectores (u oyentes) lo reconocerán con más facilidad como para demostrar su conocimiento especializado. Pero es la pescadilla que se muerde la cola: cuanto más utilicen los anglicismos más se impondrá su uso y, al final, no sabremos si los textos (o las retransmisiones) están hechos en inglés o en nuestra lengua. Además, cuando el anglicismo no es aún muy conocido, su uso suele ser un obstáculo para la comprensión, porque el lector u oyente puede interpretar más fácilmente una palabra desconocida en nuestro idioma que una palabra desconocida en inglés.

domingo, 31 de julio de 2016

La importancia del deporte como fuente de producción léxica: los 19 diccionarios terminológicos del TERMCAT

Tríptico sobre términos de Fórmula Uno (2013).
El lenguaje deportivo, a pesar de tratarse de una realidad lingüística viva y de enorme repercusión social, no está lo suficientemente recogido en el Diccionario de la lengua española, que, aun siendo el instrumento normativo de referencia para todos los medios de comunicación a la hora de redactar y editar un texto, resulta insuficiente para resolver dudas terminológicas que surgen a diario en el trabajo periodístico. Por ello es preciso recurrir también a la consulta de otras obras como libros de estilo, diccionarios de uso y dudas o diccionarios terminológicos, que reflejan de manera más fidedigna y actualizada esa nueva realidad lingüística que los académicos suelen tardar más tiempo en recoger.

Entre los diccionarios terminológicos sobre deporte elaborados en España, sobresalen junto con el Diccionario de Términos Deportivos (2003) de Recaredo Agulló y el Diccionario Terminológico del Deporte (2005), escrito por Jesús Castañón, los trabajos realizados por el Centro de Terminología TERMCAT, institución integrada por representantes de la Generalitat de Catalunya, l'Institut d'Estudis Catalans y el Consorci per a la Normalització Lingüística, y que ahora cumple 30 años desde su fundación.

El TERMCAT es una institución pionera en España al abordar la importancia del deporte como fuente de producción léxica que en 1992, y como fruto de la preocupación creciente por la materia con motivo de la celebración de los JJ.OO. ese año en Barcelona, publicó los Diccionarios de los deportes olímpicos, un conjunto de cuadernos que se repartieron entre periodistas nacionales e internacionales que fueron a cubrir la cita olímpica y donde los términos de cada modalidad aparecían en catalán, español, francés e inglés.

Esta obra fue el punto de referencia de este centro dedicado a la investigación y divulgación de recursos terminológicos en los ámbitos técnicos, científicos y humanísticos para seguir profundizando en el estudio del vocabulario deportivo. Así, a partir de actualizaciones continuadas de esos glosarios, el TERMCAT ha ido elaborando desde entonces nuevos diccionarios y otras recopilaciones que reúnen la terminología de las diferentes modalidades siempre en colaboración con federaciones e instituciones deportivas.

Vocabulario básico del críquet. Tríptico de 2012.
Actualmente, el TERMCAT dispone de hasta 19 diccionarios deportivos, los cuales pueden consultarse de forma gratuita en su web y en varios idiomas (la mayoría están en catalán, español, inglés y francés, si bien algunos figuran también en alemán e italiano). De todas esas obras, la más relevante es, sin duda, el Diccionari general de l’esport, publicado en el año 2010 y que aglutina más de 13.000 términos y expresiones de 80 modalidades deportivas diferentes.

De los 19 diccionarios deportivos del TERMCAT, sobresale la actualización del ya referido sobre deportes olímpicos, así como aquellos que versan sobre un solo deporte (automovilismo, atletismo, ajedrez, rugby, fútbol, esgrima, motociclismo, patinaje sobre hielo) o sobre un conjunto de disciplinas (deportes de aventura, deportes acuáticos, deportes de invierno y deportes náuticos). Además, destaca la apuesta de esta institución por diccionarios temáticos sobre deportes de relevancia creciente en Cataluña como el críquet o el twirling, dos modalidades que en esta comunidad autónoma cuentan con federación propia a diferencia de España, lo que les permite competir internacionalmente.

Las dos últimas obras tratan sobre el pádel y las carreras populares ('running'), dos actividades físico-deportivas cuya práctica ha experimentado un auténtico 'boom' en los últimos años y que, desde el punto de vista lingüístico, también resulta útil e interesante recoger las denominaciones de palabras y expresiones de uso reciente entre la población con sus correspondencias en otros idiomas.


Diccionarios deportivos en línea del TERMCAT

Diccionari general de l’esport 
En 2010.
Catalán, español, inglés y francés.
13.000 términos de 80 modalidades.
Anexo de lesiones deportivas.

. Diccionario de deportes olímpicos 
Actualización de la obra publicada en 1992.
Catalán, español, inglés y francés.
Recoge térmimos de atletismo, bádminton, baloncesto, béisbol, boxeo, ciclismo, esgrima, fútbol, gimnasia, halterofília, balonmano, hípica, hockey sobre hierba, judo, lucha, natación, natación sincronizada, pentatlón moderno, piragüismo, remo, saltos de trampolín, taekwondo, tenis, tenis de mesa, tiro con arco, tiro olímpico, vela, voleibol y waterpolo.

. Diccionario de ajedrez
Elaborado en 2005.
Catalán, español, inglés, francés y alemán.
Un centenar de términos.

. Diccionario de atletismo
Actualización de la obra publicada en 1992.
Catalán, español, inglés y francés.
400 términos.

. Diccionario de automovilismo
Elaborado en 2013. En colaboración con la Federación Catalana de Automovilismo y el Circuit de Catalunya.
Catalán, español, inglés y francés.
Más de 200 términos
Complementariamente, se publicó ese mismo año un tríptico con los términos de la Fórmula Uno 

. Diccionario de carreras populares
Elaborado en 2016
Catalán, español, inglés y francés.
192 términos 
. Vocabulario básico del críquet
Elaborado en 2012.
Catalán, español e inglés.
Complementariamente, se publicó un tríptico con las palabras más habituales en este deporte.

. Diccionario de esgrima
Elaborado en 2009.
Catalán, español, inglés y francés.
Casi 500 términos.

. Diccionario de deportes acuáticos
Elaborado en 2012.
Catalán, español, inglés y francés.
Recoge 700 palabras y expresiones de cinco especialidades: natación, natación sincronizada, saltos, waterpolo y natación en aguas abiertas.

. Diccionario de deportes de aventura
Elaborado en 2006.
Catalán, español, inglés y francés.
70 términos de diversas disciplinas como ala delta, barranquismo, espeleología, paracaidismo o rafting.

. Diccionario de deportes de invierno
Elaborado en 2004.
Catalán, español, inglés y francés.
1.300 términos

. Diccionario de deportes náuticos
Elaborado en 2008.
Catalán, español, inglés y francés.
Casi un millar de términos procedentes de los ámbitos de la vela, el surf, el esquí náutico, la motonáutica, el remo y el piragüismo.

. Diccionario de fútbol
Elaborado en 2006.
Catalán, español, inglés, francés, alemán e italiano.
400 términos.

. Diccionario de motociclismo
Elaborado en 2007.
Catalán, español, inglés y francés.
200 términos.

. Diccionario de pádel
Elaborado en 2016.
Catalán, español e inglés.
76 términos

. Diccionario de patinaje artístico 
Elaborado en 2007.
Catalán, español, inglés y francés.
Un centenar de términos.

. Diccionario de rugby
Elaborado en 2008.
Catalán, español, inglés y francés.
Más de 200 términos.

. Diccionario de snowboard (surf de neu)
Elaborado en 2005.
Catalán.
50 términos.

. Diccionario de twirling
Elaborado en 2015
Catalán, español, inglés y francés.
70 términos.


(Este post actualiza el publicado en agosto de 2015 sobre esta misma temática)

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Ricardo Zúñiga: "El Manual de Estilo de AP contará con un capítulo dedicado a los deportes olímpicos antes de Río 2016"

Ricardo Zúñiga. Foto de su perfil en Twitter.
Ricardo Zúñiga es desde 2005 el editor de Deportes de Associated Press para América Latina. En la agencia estadounidense desde 1998, este puertorriqueño originario de San Juan, antes en la mesa regional de Ciudad México y desde el año pasado en la sede mundial en Nueva York, es el responsable no solo de coordinar toda la información deportiva en el mundo para el servicio en español de AP, sino también de realizar labores de enlace con el servicio en inglés. 

A su cargo cuenta con un equipo que la agencia distribuye para su servicio de Deportes entre sus sedes principales de México DF y Nueva York, en total tres editores a tiempo completo y otros cuatro editores y traductores que comparten con el servicio general de noticias, además de reporteros en Argentina, Brasil, Colombia, México, Estados Unidos y República Dominicana, y una red de colaboradores en todos los países del continente.

Con gran experiencia en la cobertura de grandes acontecimientos internacionales, entre ellos dos Mundiales de fútbol y tres Juegos Olímpicos, Zúñiga también se encarga de velar por el cumplimiento del Manual de Estilo que el servicio en español de AP lanzó en línea a finales de 2012 bajo la supervisión del maestro Jorge Covarrubias, con el fin de uniformar los criterios de escritura y uso de los términos en la cobertura de competiciones de los diferentes deportes. 

Hemos conversado con él para conocer cómo ha ido evolucionando esta obra en los últimos tres años, cuáles son los criterios que establecen en la agencia para emplear una palabra y no otra dirigiéndose a una comunidad tan amplia y heterogénea como la de habla española, y en qué medida la celebración de los próximos Juegos Olímpicos en Río supondrá una nueva revisión del glosario terminológico de Deportes de dicho manual de estilo.

 - Hace tres años AP lanzó su Manual de Estilo en español. ¿Cuáles han sido los resultados obtenidos en su aplicación al día a día periodístico?
- El Manual es un trabajo en constante evolución. Hemos ido añadiendo términos a medida que surgen dudas y consultas, tanto internas como externas. Además, debemos ir adaptándolo a la evolución propia de la lengua, sobre todo con términos relacionados con tecnología. Los resultados han sido positivos, es una herramienta muy útil en el seno de nuestra redacción, que ayudó a uniformar criterios y conceptos. Tomando en cuenta que nuestra redacción está en dos países, que tenemos editores de varias nacionalidades, con distintos perfiles culturales, es importante que contemos con una herramienta que nos sirva de guía. Y esperamos que así sirva también para nuestros clientes.

- En el reciente webinar sobre terminología deportiva organizado por su agencia, el director del servicio en español de AP, Alejandro Manrique, afirmó que hacer un lenguaje común en español sin caer en regionalismos ni localismos "es una tarea quijotesca". ¿Acaso es posible conformar un español internacional?

- Me parece que es prácticamente imposible tener un español completamente universal, aunque podemos aspirar a acercarnos, y es lo que hacemos en la agencia. La naturaleza fluida del lenguaje, de sus orígenes y evolución constante, lo convierte en una tarea "quijotesca", como mencionó Alejandro. Sin embargo, contar con una lengua, si no universal, al menos universalmente comprensible es más importante que nunca en esta era digital, en la que las fronteras geográficas pasan a un segundo plano. Para nosotros es esencial que nuestras historias puedan ser leídas, entendidas y no malinterpretadas por lectores desde la Patagonia hasta una comunidad hispana en Wyoming. 

- De todas formas, para dotar a un corpus léxico como el de AP de universalidad también es necesario recoger las diferentes definiciones cuando estas varían de un país a otro, con el fin de no acabar siendo excluyente. ¿No le parece?
 
- De acuerdo, aunque el propósito esencial del Manual, más que simplemente recoger las definiciones, es fijar los términos preferidos por la agencia (y que sirvan de guía en otras redacciones), y en ese sentido aspiramos a que el criterio para seleccionarlos sea el de la universalidad. No sacamos nada con recoger una serie de definiciones si no adoptamos una postura. Quizás pueda parecer una selección arbitraria, pero no lo es: consultamos el uso más aceptado en los países de la región, las fuentes más respetadas (RAE, medios de los países, académicos) y, por supuesto, nuestro más importante recurso, que son nuestros propios editores y su enorme experiencia.

"Para nosotros es esencial que nuestras historias puedan ser leídas, entendidas y no malinterpretadas por lectores desde la Patagonia hasta una comunidad hispana en Wyoming"



- El Manual de Estilo de AP en español es en este sentido el experimento más avanzado que se ha hecho en Latinoamérica hasta la fecha. Teniendo en cuenta que todo libro de estilo ha de ser dinámico e inacabado, ¿cómo se construye a diario el texto? ¿De dónde toman referencias para incorporar nuevas palabras y expresiones? 
- De nuestro trabajo cotidiano. Nadie, o casi nadie, está expuesto a diario a tantas palabras, expresiones e ideas de tan variado trasfondo cultural como un editor de la agencia. Todos los días nos toca leer, editar y contextualizar decenas de historias de prácticamente todos los países del mundo. Y eso inevitablemente nos pone en contacto constante con palabras y expresiones nuevas. Mantenemos un canal abierto entre los editores, y tan pronto uno se topa con algún término que ocasiona duda, y que no está en el manual, lo presenta ante el grupo encargado del manual y se inicia un debate.

- ¿En qué modalidades resulta más sencillo poder construir ese glosario terminológico deportivo común? ¿Quizá en el fútbol por su carácter global? 
- Correcto. El fútbol es probablemente el más universal de los deportes y donde hay una terminología que es común para la mayoría de los países. Siempre existe cierto debate (¿futbol o fútbol? ¿arquero o portero?) pero, incluso en esos casos, es mucho más fácil conseguir un consenso que con otros deportes.

- El deporte con un número de palabras más extenso es el béisbol. ¿Qué léxico toma AP como primera referencia teniendo en cuenta que existe tanta diversidad de términos para designar una misma demarcación o una misma jugada, el de Cuba, el de México, el de Venezuela o el de República Dominicana? 
- Intentamos adoptar un léxico que sea entendido en todos los países en los que se habla de béisbol. También utilizamos nuestro mercado como una guía: por ejemplo, aunque Cuba es un país con una enorme tradición de béisbol, hasta ahora es un mercado que ha estado prácticamente cerrado al mundo (sin duda, esto empezó a cambiar desde el año pasado, pero todavía está lejos de tener una apertura normal). Esto quiere decir que no vamos a establecer nuestras normas siguiendo la terminología cubana, un país donde no tenemos clientes, y cuyo mercado todavía está muy limitado para el resto del mundo. Por lo tanto, intentamos el difícil acto de malabarismo de balancear el léxico entre México, Venezuela, República Dominicana y Puerto Rico, buscando las palabras que sean entendidas (aunque, quizás, no siempre favoritas) en todos los países. También hay que tomar en cuenta que una parte importante del mercado hispano del béisbol está en los Estados Unidos.

- En su manual de estilo actual el glosario deportivo apenas se compone de términos procedentes de seis deportes: fútbol, baloncesto, béisbol, tenis, boxeo y fútbol americano. ¿Tienen pensado ampliarlo estos próximos meses con vistas a los Juegos Olímpicos de Río?
- Así es, ese es el próximo paso en la elaboración de la sección deportiva. Esperamos tener un capítulo dedicado a los deportes olímpicos antes de los Juegos de 2016 en Río de Janeiro, y realizar un webinar para promoverlo y aclarar dudas.

- ¿Tendrán cabida en él voces y expresiones de cada una de las 28 modalidades del programa olímpico de forma que los redactores de AP que cubran el magno evento sepan qué primeras referencias manejar en sus notas? 
- Sí, tendremos palabras de todas las modalidades deportivas del programa olímpico, incluyendo los dos nuevos deportes incorporados para Río: golf y rugby 7.


Recomendación del servicio en español de AP.
- Ustedes, por ejemplo, en fútbol prefieren hablar de "técnico" o "director técnico" a hacerlo de "seleccionador" y emplean "handball (no "balonmano", "canotaje" (en vez de "piragüismo"), nado sincronizado (y no "natación sincronizada"). Dada la amplitud del español americano, en muchos casos la opción preferente se aleja más de lo que utilizamos habitualmente en España.
- El caso de España es interesante y un debate constante para nosotros. El léxico utilizado en España, aunque es entendido en Latinoamérica, muchas veces difiere del uso predilecto en nuestra región.

- ¿Y los extranjerismos? No todos los castellanizan porque, de hecho, están muy extendidos. Por ejemplo, ustedes abogan por usar "game" antes que "juego" en tenis.
- Correcto. Hay deportes como el tenis o el fútbol americano en los que hemos optado por no castellanizar para simplificar. Me explico. En el caso de "game" en tenis, eliminamos cualquier posibilidad de crear confusión entre un "game" (o juego) y un "partido" (que algunos llamarían un "juego"). Otro ejemplo: en el caso de "touchdown" en el fútbol americano, no hemos encontrado una palabra ideal en español que sea entendida y aceptada en toda la región. Podríamos usar una frase, "pase de anotación", por ejemplo, y en algunos casos la usamos, pero el término "touchdown" es entendido en toda la región que sigue en fútbol americano.





martes, 8 de septiembre de 2015

Una aproximación al lenguaje del rugby con vistas al Mundial

La mayor parte de los deportes más universales se han desarrollado de forma paralela en diversos puntos del arco hispanohablante a lo largo del tiempo, aunque de una manera dispar desde un punto de vista tanto social como cultural. Este proceso evolutivo asimétrico ha provocado que actualmente coexistan varias alternativas terminológicas dentro del idioma para referirse a un mismo concepto deportivo y que, si hablamos de español internacional en un periodismo cada vez más global, haya que elegir la opción más natural y extendida dentro del mercado al que nos dirijamos. 

Se trata, sin duda, de una cuestión compleja que medios internacionales como las grandes agencias informativas han de resolver con recomendaciones flexibles y articuladas siempre con sentido común dentro de sus respectivos libros de estilo. Esta complejidad es aún mayor si tenemos en cuenta que la mayoría de las modalidades siguen construyendo su vocabulario a partir de extranjerismos que no siempre proceden de una misma lengua; que existen variantes según la zona del español de la que hablemos debido a las zonas de influencia histórica de unos países (idiomas) sobre otros.

Este es el caso de las referencias periodísticas en lengua española al rugby, un deporte donde la mayoría de los términos que se manejan son extranjerismos. Estas voces foráneas, principalmente anglicismos, han seguido empleándose en los medios en su forma original debido a su concisión; definen a la perfección y en una sola palabra un concepto ya aceptado y consolidado en el uso entre jugadores, entrenadores y periodistas especializados, lo que realmente dificulta bastante la posibilidad de hallar una correspondencia en español que sea convincente y, al mismo tiempo, no comporte una pérdida parcial de significado.

Así, no suelen traducirse palabras como flanker, con que se denomina a cada uno de los dos jugadores que juegan con los números 6 y 7 y que forman parte de la tercera línea del equipo; maul (pronunciado [mol]), tipo de formación espontánea que se produce cuando el jugador que tiene la posesión del balón está siendo sujetado por uno o más jugadores del equipo contrario; o ruck [rak], agrupamiento entre jugadores de ambos equipos que están en contacto físico y de pie, empujándose para hacerse con la posesión de la pelota, que está en el suelo entre ellos (en este caso la equivalencia es melé abierta o melé espontánea).

Sin embargo, como ocurre en el resto de modalidades, también en el rugby la asunción de formas extranjeras convive con la adaptación de términos. Algunas traducciones afianzadas son, por ejemplo, ensayo (try), patada a seguir (chip), botepronto (drop), talonador (hooker), zona de marca (in-goal), parada de volea (mark), línea defensiva (back line), continuidad (continuity), transformación (conversion kick) o zaguero (fullback).

Mientras otros deportes han forjado su léxico casi exclusivamente a partir de la lengua del país inventor, el rugby también ha desarrollado su vocabulario en lengua española tomando como referencia el francés, una lengua cercana y muy influyente, sobre todo a raíz de la eclosión allí de este deporte desde mediados del siglo XX y de la cobertura periodística realizada con motivo de la participación de la selección nacional (les Bleus) en el hasta hace quince años llamado Torneo Cinco Naciones.

Lo cierto es que hoy día en España, casi al contrario de lo que ocurre en países de América del Sur donde la asunción de anglicismos es más habitual, se utiliza más melé (hispanización de mêlée) que scrum, de la misma forma que se prefiere avant a forward pass (pase adelantado), o se suele optar antes por la grafía francesa touche a la inglesa touch para hablar de saque de lateral o línea de puesta en juego.

De la misma manera, en español se ha tomado más como referencia el francés para forjar palabras y expresiones como juego a la mano (más cercano a jeu à la main que a handling), juego al pie (jeu au pied / kicking play), pilar (pillier / prop), placaje (placage / tackle) o medio de apertura (demi d'ouverture / fly-half).

Anglicismos y galicismos coexisten y constituyen así una parte esencial de la terminología del rugby, cuyo desarrollo ha motivado estudios específicos en diccionarios y glosarios. Entre ellos, destaca, con más de 200 entradas en  cuatro idiomas (español, catalán, inglés y francés), el Diccionario de rugbi publicado por el TERMCAT en el año 1995 dentro de su colección de diccionarios deportivos y que fue actualizado en 2008.


Aquí mostramos una breve relación de diccionarios y glosarios para saber más sobre el vocabulario del rugby, los cuales serán de ayuda para seguir el Campeonato del Mundo que se disputará a partir del 18 de septiembre y durante casi un mes y medio en Inglaterra y País de Gales:


Diccionario de rugbi. TERMCAT (2008)

. Rugby Union Glossary. ESPN

Le lexique du rugby. Le Monde (2007)

. Glosario de rugby. Wikilengua. Fundéu

. El vocabulario del rugby. El País (2010)

. El diccionario del rugby: historia, reglas y vocabulario imprescindible I. Y II. Deporadictos (2015)


jueves, 7 de mayo de 2015

El lenguaje periodístico del deporte también crece desde dentro: intercambio léxico entre modalidades

Los periodistas deportivos demuestran cada día una inagotable capacidad para ensanchar el idioma. El lenguaje periodístico ligado al mundo del deporte se ha desarrollado en los últimos años no solo importando vocablos extranjeros más o menos necesarios sino también creando usos lingüísticos y aportando nuevas palabras y acepciones, muchas de las cuales han acabado incorporándose a la lengua común y, pese a ello, en menor medida a los diccionarios.

Pero también el lenguaje de este periodismo ha crecido desde dentro a partir de los préstamos léxicos que se producen entre las distintas disciplinas. De hecho, una de sus principales fuentes de neologismos (de forma, de sentido o de construcción) es el propio deporte, ya que entre las diferentes modalidades existen conexiones inevitables que desembocan en trasposiciones de campos léxicos.

La convivencia en una misma sección –o redacción, en el caso de la prensa dedicada solo a la información deportiva– de diferentes temáticas (disciplinas) favorece que los redactores utilicen para enriquecer sus crónicas palabras de procedencia polideportiva. Los deportes constituyen entre sí terrenos contiguos y, por tanto, se convierten en fuentes continuas de referencias para el periodista que hace este tipo de informaciones. El intercambio léxico resultante, de carácter recíproco en muchos casos, ha tenido como consecuencia la formación de una terminología común para muchos deportes, especialmente los del ámbito profesional. 

Por ejemplo, vemos cómo average es la forma más utilizada por el periodismo deportivo para referirse al diferencial o coeficiente de tantos o puntos de un equipo acumulado a lo largo de un campeonato; el vocablo crack (castellanizable como crac, según la Academia) suele emplearse en cualquier modalidad antes que estrella, figura o astro; stage se ha extendido como la forma más habitual para designar una concentración de un equipo; y en todo tipo de torneos se disputan más playoffs que eliminatorias y se baten más récords que marcas o registros.

Además, en muchas ocasiones estas trasposiciones inevitables en el periodismo deportivo traen consigo la creación de nuevos significados de palabras y construcciones consolidadas que se apartan del sentido del término original del que proceden tras haberse utilizado en el contexto de una modalidad diferente.

Así, ha ocurrido con la expresión inglesa hat-trick (mejor con guion), que llegó procedente del críquet y se instaló en el fútbol para referirse a la consecución de tres goles seguidos por parte de un mismo jugador en un partido, ha pasado, primero, a ser sinónimo de la realización de tres tantos aunque el futbolista no los haya marcado de manera consecutiva; y, en algunos casos, a emplearse simplemente como equivalencia de tres goles (logrados de una manera parecida o por un mismo equipo) en un mismo partido. Después, comenzó a emplearse en otras modalidades, como las carreras de caballos o deportes de motor. Así en Fórmula Uno el hat-trick se produce cuando un mismo piloto en un mismo fin de semana (y de forma consecutiva) consigue la pole position (primera posición en la parrilla de salida tras los entrenamientos), la vuelta rápida al circuito y la victoria en el Gran Premio.

Préstamos consolidados y efímeros

Podemos distinguir dos tipos de préstamos léxicos en las páginas deportivas: los consolidados y los de carácter ocasional o efímero. Por un lado, se encuentran las palabras y expresiones que se han instalado en la jerga de cada deporte tras haberse importado desde hace años desde otras disciplinas; y, por otra parte, se encuentran aquellas otras que han comenzado a utilizarse metafóricamente para describir situaciones concretas en las crónicas originando nuevos usos que, con el paso del tiempo, pueden culminar en nuevas acepciones y formar parte del argot de una nueva modalidad.

Entre los intercambios ya consolidados, encontramos términos como timonel, voz proveniente del remo, que se emplea de forma asidua como equivalente de conductor o cerebro de un equipo; asistencia, que, procedente del baloncesto, se utiliza en otros deportes de equipo como pase que precede a un tanto, punto, gol o canasta; melé, que se ha trasladado del rugby (jugada en la que varios jugadores de ambos equipos se colocan formando dos grupos compactos que se empujan mutuamente para apoderarse del balón que se lanza entre ellos) a otras disciplinas como sinónimo de barullo, jugada confusa o aglomeración de jugadores; o match-ball, que del tenis (pelota de partido, si bien la expresión más empleada ahí es match-point) ha pasado a usarse cada vez que un deportista o equipo de cualquier deporte afronta un partido o competición decisiva para la consecución de un título.

Con idéntico procedimiento, el periodismo deportivo se ha encargado de acuñar expresiones, surgidas en un momento de la historia a raíz de un acontecimiento deportivo puntual para referirse a determinados equipos o grupos de deportistas y, al cabo de los años, las ha transferido y adaptado con éxito a otras disciplinas. 

Tal es el caso, por ejemplo, de Dream Team, que pasó de denominar a la considerada como mejor selección de baloncesto de la historia (la de Estados Unidos en Barcelona 92) a dar nombre a todo combinado NBA que participe en Mundiales y Juegos Olímpicos, y, más tarde, al fútbol (para poner nombre al Barcelona de Cruyff) y al resto de deportes (el ‘Dream Team’ español de waterpolo femenino), donde ya se utiliza como sinónimo de equipo de estrellas o gran equipo. Algo similar ocurre con La Armada, sobrenombre con que se agrupa a la participación de tenistas españoles en un torneo importante de los circuitos profesionales ATP y WTA, también ha trascendido de su hábitat natural para emplearse en otros deportes cada vez que se confronta lo patrio con lo extranjero. 

Otras voces que con el paso del tiempo han dejado de usarse exclusivamente en el contexto futbolístico del que proceden son maracanazo (que significa derrota contra pronóstico del equipo local en la final de un gran campeonato que causa una enorme decepción entre sus aficionados) y galáctico, adjetivo acuñado para calificar a cada uno de los jugadores estrella que fichó  Florentino Pérez en su primer mandato como presidente del Real Madrid, entre 2000 y 2006, y que actualmente se utiliza para identificar a los mejores del momento en cada modalidad deportiva (Al noruego Magnus Carlsen, campeón del mundo, se le ha llegado de denominar "el galáctico del ajedrez") y que incluso ha dado el salto, como otras palabras deportivas españolas, al inglés

Junto con los préstamos más consolidados, las trasposiciones léxicas más originales y sorprendentes a menudo están motivadas por el empleo de formas de lenguaje figurado en los titulares de las crónicas, los cuales toman como base modelos pertenecientes a otros deportes sobre los que versa la información. Así, por ejemplo, aparecen expresiones como tiro al poste para querer decir en una competición no futbolística que se logró un cuarto puesto y, por tanto, estuvo a punto de lograr una medalla; embocar un gol (sinónimo de marcar, procedente del golf); o alley oop en fútbol, tal como señaló recientemente el periodista Martí Perarnau para visualizar una jugada de Leo Messi, que define así:

"Situado en la banda derecha, Messi agarra el balón, avanza unos metros hacia el interior, donde hay uno, dos o tres contrarios esperándole, y en ese instante Luis Suárez efectúa el movimiento opuesto: desde el centro del área corre hacia Messi, llevándose consigo a uno o dos defensas rivales. Este efecto provoca un “aclarado” en la banda opuesta, por donde aparece Neymar o bien Jordi Alaba o quizás Iniesta. No hay dudas: Messi golpea suavemente el balón, con un efecto de “backspin”, para depositarlo en el pie del compañero que aparece por el pasillo vacío. La defensa rival está totalmente enfocada hacia Messi cuando el balón es depositado a sus espaldas. Basta un remate preciso o un toque hacia atrás para otro compañero y el gol resulta inevitable". 

Fútbol, principal prestamista y prestatario

En cualquier caso, tanto los préstamos más comúnmente extendidos como los más sorprendentes e inestables tienen en común que aparecen con mayor frecuencia entre las modalidades deportivas más seguidas y demandadas socialmente y, por tanto, en aquellas que ocupan un mayor espacio en los medios de comunicación. En este sentido, el fútbol sobresale como el principal prestamista de vocablos, ya que los términos futbolísticos son los más universales y comprensibles para el gran público.

Al mismo tiempo, el deporte rey es el más destacado prestatario, al haber incorporado desde hace años las referencias más extendidas de modalidades con tanta tradición como el boxeo y el ciclismo. Así se habla de pegada o punch (contundencia), esparrin o sparring (rival flojo o débil), noquear (derrotar con claridad), K.O. (derrota), groggy o grogui (abatido, derrotado), estar contra las cuerdas (a merced del oponente), besar la lona (caer, perder) o peso pesado (jugador importante o líder dentro de una plantilla); o de jugadores gregarios (secundarios), de pájaras en el terreno de juego e incluso de la existencia de etapas y puertos de montaña en el calendario liguero, como es el caso del Tourmalet, mítica cima pirenaica del Tour de Francia.

Igualmente, el lenguaje futbolístico toma prestadas muchas palabras y expresiones procedentes de disciplinas que se han popularizado en los últimos años, como el baloncesto, el tenis y, más recientemente, del motociclismo y el automovilismo. Así ocurre, por ejemplo, con rookie, voz que significa novato o debutante en una competición y que se implantó con éxito hace algunas décadas en el lenguaje periodístico deportivo a partir de la eclosión experimentada por el baloncesto NBA en los medios de comunicación españoles; con la expresión ganar sobre la bocina (in extremis, en el último minuto o tramo final del partido); o, más recientemente, con pole (primera posición que ocupa un piloto en la parrilla de salida de un Gran Premio tras las rondas de clasificación) y boxes (término que en los deportes de motor sirve para designar a la zona del circuito donde se presta asistencia mecánica a los vehículos participantes en una carrera). De esta forma, hay equipos que pasan por boxes cuando no juegan bien o tienen lesionados y otros que están en la pole cuando van primeros en la clasificación y, por tanto, son favoritos para hacerse con el campeonato.

Al margen del fútbol, los traslados léxicos son también frecuentes entre el resto de disciplinas. De manera especial, estos cruces de carácter recíproco se dan entre aquellos deportes que ocupan el escalafón inmediatamente inferior al fútbol en el ranking informativo. Así, podemos leer que hay pilotos que sacan los codos (literalmente no es posible, pero es una metáfora tomada del baloncesto), hay entrenadores que pasan el corte (del golf, para decir que siguen en su puesto de trabajo tras un momento de dudas o rumores sobre su destitución) o hay ciclistas que se tiran el guante (se atacan, boxeo). 

La riqueza y enormidad del universo deportivo, con unas 400 especialidades reconocidas en todo el mundo, constituye así un recurso habitual para que el periodismo deportivo siga ampliando su terminología y enriquezca sus textos con hallazgos que cautivan y sorprenden.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Tres diccionarios terminológicos imprescindibles para el estudio del lenguaje deportivo


La gran relevancia que ha adquirido el deporte como producto informativo de consumo masivo en las sociedades contemporáneas hace más que necesaria la existencia de herramientas que permitan a los periodistas solventar con éxito y el máximo rigor posible su labor diaria de informar a partir de un correcto uso del lenguaje, tales como los libros de estilo y los diccionarios terminológicos.

El lenguaje deportivo se ha erigido en los últimos tiempos en uno de los principales laboratorios neológicos del idioma, debido a que el periodismo ligado a esta parcela de la actualidad ha propiciado la creación de nuevas palabras, expresiones y significados que, en muchos casos, han acabado dando el salto a la lengua común y de ahí a los diccionarios normativos una vez se ha extendido su uso entre la población. 

Así ha ocurrido con el Diccionario de la Real Academia (DRAE), que, entre las modificaciones que ha introducido para su próxima edición, prevista para el año 2014, aparecen por primera vez casi una treintena de entradas referidas al ámbito deportivo, entre las que se encuentran voces como amateurismo, cuartofinalista, autopase, pichichi, ochomilenduro o nocaut.

Sin embargo, pese a tratarse de una realidad lingüística en constante evolución y de enorme impacto social, el lenguaje deportivo no está lo suficientemente recogido ni en libros de estilo ni en diccionarios. Por ello, el estudio del campo idiomático del deporte, por su amplitud y complejidad, con multitud de extranjerismos provenientes de diversas modalidades y disciplinas, exige la consulta de otras fuentes lexicográficas más allá del diccionario académico, que se seguirá tomándose su tiempo para asimilar bien los nuevos usos léxicos que se vayan gestando en las redacciones de los medios de comunicación cada día. 

En este sentido, cobran un valor especial los diccionarios terminológicos, que han proliferado en este terreno lingüístico en la última década. Estas son las tres obras de referencia publicadas en el ámbito de la lengua española, de las que a continuación ofrecemos sus principales aportaciones al estudio del lenguaje en el mundo del deporte:


. Diccionario de Términos Deportivos (2003),
de Recaredo Agulló

Incluye alrededor de 10.000 vocablos empleados en cada una de las modalidades y disciplinas deportivas existentes, muchos de los cuales todavía no han sido incluidos en el Diccionario de la Real Academia Española

De cada uno de ellos, se explica su etimología, su significado, su transcripción fonética y para ello se aportan uno o más ejemplos de uso documentados en libros o publicaciones periódica.

También aparecen voces de uso frecuente referidas a la anatomía o las lesiones de deportistas, algunas siglas e incluso términos que tuvieron una corta existencia antes de caer en el olvido.


. Diccionario Terminológico del Deporte (2005),
de Jesús Castañón

Contiene información con 5.401 entradas (algunas con su etimología), de las que 4.786 corresponden a términos deportivos y 612 a pequeñas biografías de profesionales del deporte de todos los tiempos, con datos sobre su vida, nacionalidad y palmarés. 

También aporta 828 referencias bibliográficas sobre el idioma del deporte en el mundo: estudios, diccionarios de ciencias del deporte, documentación y tesauros; diccionarios de siglas; diccionarios léxicos y glosarios, recursos de internet, libros de estilo y estudios de literatura deportiva; y un índice con 3.710 términos en inglés con sus equivalencias en español.


Diccionari general de l’esport (2010), publicado por el TERMCAT

Aglutina más de 13.000 términos y expresiones de 80 modalidades deportivas diferentes. Cada término (y su explicación) está en catalán, y aparece traducido al español, inglés y francés.

Incluye en su parte final un anexo de suma utilidad sobre las diferentes lesiones y enfermedades que puede padecer un deportista. Este apéndice presenta la clasificación del sistema de lesiones deportivas Orchard elaborada por el Departamento de Medicina del Deporte de la Universidad de Sidney (Australia). Cada entrada aparece en catalán con sus correspondencias en español e inglés.

De los tres diccionarios aquí mencionados, es el único que dispone de una versión en línea.


* La importancia de los libros de estilo y de las guías y diccionarios terminológicos en el mundo del deporte centró la tercera y última mesa redonda del VII Seminario Internacional de Lengua y Periodismo "El español en el periodismo deportivo", organizado por la Fundación del Español Urgente Fundéu-BBVA y la Fundación San Millán de la Cogolla en mayo de 2012.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Dudas de redacción para la cobertura informativa de la sesión del COI en Buenos Aires

El olimpismo no suele ocupar espacios preferentes en el periodismo deportivo con demasiada asiduidad; tan solo se sitúa en el primer carril mediático cada dos años con motivo de la celebración de unos Juegos Olímpicos (verano o invierno) o, en menor medida y entre una prensa mucho más especializada, por razones políticas, esto es, cada vez que se produce una sesión del Comité Olímpico Internacional (COI), como la que se desarrollará entre los próximos 7 y 10 de septiembre en la ciudad de Buenos Aires (Argentina).

La sesión número 125 del COI está llamada a marcar el futuro del deporte mundial en los, al menos, ocho próximos años (duración fijada en la Carta Olímpica para el primer mandato que ocupará el sucesor de Jacques Rogge al frente de la institución), y con la mirada puesta en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos del año 2020; tanto por la elección de su sede (Madrid, Tokio o Estambul), como del deporte que completará el programa olímpico (squash, lucha o béisbol/sóftbol). 

El hecho de que periodistas no habituales en temas olímpicos sean también los que vayan a afrontar la cobertura de un acontecimiento global y trascendente como este, hace oportuno que recordemos el significado de ciertos conceptos de los que oiremos hablar en los próximos días y de los que, sin embargo, no siempre se hace un uso apropiado. Repasaremos algunas palabras que pueden servir de guía para una redacción correcta de las noticias que versen sobre la reunión del COI:

. Juegos Olímpicos / Olimpiada: en Buenos Aires se elegirá una de las tres ciudades candidatas para acoger los Juegos Olímpicos (y Paralímpicos) de 2020, también llamados los Juegos de la XXXII Olimpiada. Aunque en determinadas latitudes del español se emplean Juegos Olímpicos y Olimpiadas (más en plural que en singular) como sinónimos y así lo recoge el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), conviene precisar que no lo son en realidad. La Carta Olímpica define Olimpiada como el "periodo de cuatro años civiles consecutivos, que comienza el primero de enero del primer año y finaliza el treinta y uno de diciembre del cuarto año". El 1 de enero de 2012 se inició la XXX Olimpiada, que concluirá el 31 de diciembre de 2015, previo al año de celebración de los Juegos Olímpicos de Río en 2016. Por tanto, los Juegos de la Olimpiada se desarrollan durante el primer año de una Olimpiada, mientras que los Juegos Olímpicos de Invierno lo hacen durante su tercer año. En una referencia genérica, los Juegos sirven para designar tanto a los Juegos Olímpicos (Juegos de la Olimpiada y Juegos de Invierno) como a los Juegos Paralímpicos. 

. Deporte / disciplina: son conceptos que a menudo se utilizan indistintamente, pero no significan lo mismo. En Buenos Aires se decidirá qué deporte o modalidad entra a formar parte del programa de los JJ.OO. de 2020, además de los llamados core sports (deportes titulares, permanentes, principales o nucleares, según la traducción) y los no permanentes (golf y rugby especialidad a siete, que tienen asegurada su presencia para 2016 y 2020). De esta forma, el squash, la lucha o el béisbol/sóftbol completarán el programa olímpico (que constará de 28 modalidades como máximo). Una disciplina es una especialidad de un deporte o modalidad olímpica constituida por una o varias pruebas; una prueba (event) es, según la Carta Olímpica, "una competición de un deporte olímpico o de una de sus disciplinas que tiene por resultado una clasificación y determina la entrega de medallas y diplomas". 

. Siglas: la forma abreviada de escribir Comité Olímpico Internacional en español es COI y no CIO (siglas en francés) ni IOC (en inglés). Otras siglas habituales en español en este ámbito son CON (para referirnos a cada uno de los 204 Comités Olímpicos Nacionales que forman el COI) y COJO (en español, Comité Organizador de los Juegos Olímpicos). En el dossier (o dosier) de cada ciudad candidata figura detallado el denominado presupuesto del COJO.

. Gentilicios: la ciudad que alberga la sesión del COI es la ciudad autónoma de Buenos Aires, cuyos habitantes son porteños, no bonaerenses (de la provincia homónima, cuya capital es La Plata). Los gentilicios de las ciudades rivales de Madrid también pueden presentar dudas: el natural de Tokio (no Tokyo ni Toquio) es toquiota, mientras que el de Estambul es estambulí. Este último no es, sin embargo, un gentilicio consolidado, ya que conoce otras variantes como estambulita o estambuleño, eso sí, menos comunes. 

miércoles, 7 de agosto de 2013

Las palabras que más sonarán en los Mundiales de atletismo: significados y usos

El atletismo, aunque sigue teniendo en muchos países como España una consideración mediática menor, es el mayor de los deportes. Lo es no solo por constituir la base de todas las modalidades y de la esencia y el programa de los Juegos Olímpicos, sino también por ser un deporte que cuenta con 212 federaciones nacionales, tantas como el baloncesto y tres más que el fútbol, el incuestionable deporte rey. "Minoritario" pero global, he ahí su paradoja.

Sumido en esta paradoja de los tiempos modernos, el atletismo se convierte de pronto en noticia cada dos años con motivo de la celebración de unos Mundiales, o cada ejercicio cuando estos llegan en año postolímpico, como es el caso. Dentro de unos días, del 10 al 18 de agosto, los Campeonatos del Mundo en Moscú que organiza la IAAF (International Association of Athletics Federations) acogerán la participación de casi 2.000 deportistas de 206 delegaciones nacionales en 47 pruebas (24 masculinas y 23 femeninas) de diferentes disciplinas: carreras, saltos, lanzamientos, pruebas combinadas y marcha.

Pese a tratarse del evento de mayor participación internacional tras los Juegos Olímpicos, lo cierto es que las reglas y características de las diferentes pruebas y especialidades que conforman el programa de unos Mundiales de atletismo siguen estando más al alcance de especialistas y aficionados a este deporte en concreto que para el gran público, más habituado a leer, ver o escuchar informaciones sobre otras modalidades.

Por ello, no está de más repasar algunas palabras, con sus usos o significados, de las que oiremos hablar en los próximos días durante la cobertura que los medios de comunicación hagan de este singular acontecimiento deportivo:

. batida: último apoyo del pie antes de realizar un salto.
. cajetín: lugar donde el saltador suele colocar la pértiga (o garrocha) para impulsarse.
. calle (o andarivel): cada una de los carriles paralelos, normalmente ocho, en los que se divide una pista de atletismo.
. calle libre: a diferencia de las pruebas de velocidad, en las que cada atleta corre por su respectiva calle en todo momento, en mediofondo y fondo a partir de la salida (o de la primera curva en el caso de 800 m), se dice que ya hay "calle libre", esto es, que los participantes pueden ocupar la calle que prefieran, que normalmente son las interiores (1 y 2).
. combinada: las disciplinas combinadas en unos Mundiales son el decatlón en hombres, que consta de diez pruebas (100 metros lisos, lanzamiento de disco, salto con pértiga, lanzamiento de jabalina, 400 m. lisos, 110 m. vallas, salto de longitud, lanzamiento de peso, salto de altura y 1.500 m.); y el heptatlón en mujeres, que consta de siete (200 m. lisos, salto de longitud, lanzamiento de peso, salto de altura, 100 m. vallas, lanzamiento de jabalina y 800 m. lisos).
. compensación: en las carreras de 200 y 400 metros, 400 vallas y relevos no todos los atletas salen de la misma altura, debido a que los situados en las calles exteriores deben recorrer la curva más abierta y el de la calle 1 una más cerrada, por lo que este último sale desde más atrás. A esta diferencia escalonada en los puntos de salida entre las calles, en función de su distancia respecto a la cuerda, se le llama compensación o prueba con salida compensada.
. cuerda: línea de 5x5 cm. y de 400 metros de perímetro que delimita el interior de la pista. Coincide con la línea interna de la línea 1 y suele estar marcada un bordillo interno debidamente señalizado. 
. esprín: suele desaconsejarse el uso del anglicismo sprint, así como de la forma castellanizada esprint. El verbo es esprintar y el especialista, esprínter.
. Fosbury:  técnica en el salto de altura que consiste en superar el listón saltando de espaldas al mismo. Toma el nombre de su inventor, el saltador estadounidense Dick Fosbury, campeón olímpico en México 1968. 
. foto-finish: es la fotografía de la línea de meta que se toma para determinar el resultado de una carrera. En las carreras de atletismo vence el primero que rebasa la línea de meta con el tronco, y no con la cabeza, las manos o los pies. 
. liebre (pacemaker en inglés): palabra de argot que se utiliza para designar al corredor que en pruebas de mediofondo y fondo tienen la misión de imponer un ritmo vivo ('lanzar' la carrera) con el fin de que otro corredor consiga una plusmarca u obtener un buen tiempo. Su existencia es más habitual en los mitines que en los grandes campeonatos internacionales.
. listón: barra colocada horizontalmente sobre dos soportes y que marca la altura que se debe sobrepasar en las pruebas de salto. Los postes verticales que sostienen el listón son los saltómetros.
. jaula: dentro del argot atlético así se conoce a la red de unos cuatro metros de altura que rodea la mayor parte del círculo de lanzamientos de peso y martillo.
. maratón: prueba de 42,195 kilómetros. Se utiliza como palabra masculina (el maratón) o femenina (la maratón). Al especialista en esta distancia se le denomina maratoniano (más común) o maratonista.
. mediofondo: pruebas de carrera que van desde los 800 a los 3.000. En los Mundiales, 800, 1.500 y 3.000 obstáculos. Al corredor se le llama en este caso mediofondista. La prueba de 5.000 ya es para fondistas.
nulo: salto, lanzamiento o salida de carácter antirreglamentario. Decimos que una salida es nula cuando un atleta comienza a correr antes del pistoletazo del juez (no lo es mientras mantenga sus manos sobre el suelo y sus pies en los tacos de salida) y es motivo de descalificación. Un salto se declara nulo cuando se pisa la banda de plastilina (longitud) o se derriba el listón (saltos verticales). Igualmente, un lanzamiento puede ser nulo por la salida del atleta del círculo de lanzamiento antes de que el artefacto toque el suelo, por la caída del objeto lanzado fuera de los límites del sector o, en el caso de la jabalina, por una caída incorrecta (la punta metálica debe tocar primero el suelo).
. podio: también válido pódium, pero el plural es podios (no pódiums).
. posta: cada uno de los cuatro tramos de que consta el relevo (Usaín Bolt correrá la última posta del 4x100 de Jamaica).
. outdoor: al aire libre.
. récord (o plusmarca): mejor resultado técnico homologado en una prueba. Con el fin de evitar repeticiones, suele alternarse su empleo con mejor marca o mejor registro. Su plural es récords, también con tilde. En español existe el término plusmarquista, por lo que no es necesario emplear los anglicismos recordman y recordwoman.
. ría: pequeña fosa de agua situada a los pies del obstáculo que suele situarse en una de las curvas de la pista durante la carrera de los 3.000 metros obstáculos. Por extensión, se denomina también "ría" al obstáculo en sí.
. tabla de salto: lugar donde se efectúa la batida en saltos de longitud y triple salto. Junto a esta tabla hay una banda de plastilina, que es la que no debe pisar el saltador para no hacer nulo.
. tacos de salida (starting blocks): soportes fijados en el suelo para que el atleta apoye los pies y se impulse en la salida de las carreras de velocidad (100, 200, 400, vallas y relevos).
. talonamiento: acción previa a la ejecución de un salto que se produce cuando el atleta empieza a contar los pasos que deberá dar desde la tabla o punto de batida para saber dónde ha de iniciar la carrera.
. tartán: es una marca que al final se ha convertido en nombre común para designar el material sintético del que están hechas las pistas de atletismo. Tanto se ha generalizado que se suele emplearse como sinónimo de pista (máxima emoción sobre el tartán).
. testigo (o estafeta): tubo metálico hueco que se usa para carreras de relevos.
. valla (hurdle): no es lo mismo que el obstáculo (steeplechase). La valla tiene una altura de entre 1,18 y 1,20 metros y un peso mínimo de 10 kilos; el obstáculo, que solo se emplea en los 3.000, es más ancho (3,96 m) y pesado. En esta prueba, los corredores pueden apoyarse en ellos para saltarlos.
. zona de transferencia o pase: zona de la pista de 20 metros delimitada para la entrega del testigo de un atleta a otro en la carrera de relevos. Hacer la entrega fuera de esta zona es motivo de descalificación para un equipo.


viernes, 4 de enero de 2013

La Fórmula Uno, un circuito lleno de curvas extranjerizantes

Una de las modalidades donde resulta más evidente la hegemonía de los extranjerismos en el lenguaje de las crónicas deportivas en español es el automovilismo y, dentro de él, la Fórmula Uno. La irrupción de la figura del piloto Fernando Alonso hace ya más de diez años no solo ha propiciado una mayor cobertura mediática de este deporte, sino también una mayor popularización de su terminología entre los ciudadanos, que en muchos casos la han incorporado con naturalidad a su repertorio léxico habitual.

Al igual que ocurriera hace tres décadas con el golf y mucho antes con otros tantos deportes como el boxeo o el ciclismo, el caso reciente de la Fórmula Uno ejemplifica que lo que realmente determina que un extranjerismo deportivo desembarque y luego se consolide dentro la lengua española es el éxito de cada modalidad, normalmente de un deportista nacional, en un determinado país.

La prevalencia en el empleo de voces extranjeras en la Fórmula Uno ha traído consigo, no obstante, un notorio desplazamiento de términos y frases equivalentes en español que han dejado de emplearse o se utilizan simplemente menos. En este caso no todos los anglicismos que usa el periodismo son necesarios (warm up, safety car, pit stop), porque no han llegado para definir una realidad nueva, diferente de la ya existente (vuelta de calentamiento, coche de seguridad, parada en boxes), pero son permisibles en la medida en que el público sea capaz de entenderlos.

Es preciso, por tanto, advertir al menos de que contamos con traducciones en nuestro idioma perfectamente válidas para definir la mayoría de los elementos, reglas y situaciones de la competición y que su utilización contribuye a que el lenguaje utilizado sea, en la mayoría de los casos, menos críptico y a que los aficionados comprendan mejor lo que los medios de comunicación les están contando.

Aquí exponemos una lista de los extranjerismos más comunes en la jerga de la Fórmula Uno, todos ellos con sus correspondencias naturales en castellano. En esta enumeración, distinguimos aquellos que, por lo extendido de su uso, resultan más necesarios de aquellos otros más evitables, esto es, fácilmente traducibles:

Muy extendidos o necesarios

box: taller o garaje (de cada equipo). Suele aparecer más en plural (boxes)
drive-through o drive-thru (acortamiento de drive through penalty): penalización que obliga al piloto a pasar por la vía de servicio sin pararse. Una traducción demasiado larga que contraviene la economía del lenguaje en este caso.
paddock: zona de un circuito situada detrás de los boxes o en las proximidades reservada a los integrantes de los equipos y donde habitualmente los mecánicos se ocupan de la puesta a punto de los coches o las motos. Es de género masculino. Ya existe la forma españolizada pádoc.
pole position: primera posición de la parrilla de salida. Se suele utilizar la forma abreviada pole (Vettel logró la 'pole' en el Gran Premio).

Superfluos
cockpit: habitáculo, espacio donde se sienta el piloto para conducir el monoplaza
full wet: neumático para lluvia
graining: desgaste (del neumático)
grip: adherencia 
hat trick: préstamo léxico procedente del fútbol (que, a su vez, lo toma del críquet) que define a la consecución por parte de un mismo piloto de tres logros consecutivos en un mismo fin de semana: triunfo en un Gran Premio, la pole position y la vuelta rápida del circuito. Al igual que en fútbol, se puede traducir como triplete.
motorhome: caravana de una escudería.
pit: zona que hay delante de los garajes destinada al cambio de ruedas, al repostaje de combustible, etc. durante la carrera.
pit lane: carril paralelo al circuito por el que los vehículos circulan cuando entran y salen de los garajes. Puede traducirse como vía de servicio o calle de garajes.
pit stop: parada en boxes
pit wall: muro o mediana 
safety car: coche de seguridad. Suele acortarse en safety
slick: neumático liso
stop and go: penalización que consiste en que el piloto debe ir a su garaje, parar diez segundos y continuar la carrera. Pare y siga 
team radio: la radio del equipo por la que los ingenieros se comunican con el piloto.
warm up lap: vuelta de calentamiento. Suele aparecer como forma abreviada (warm up)


BIBLIOGRAFÍA

AGULLÓ, Recaredo (2003). Diccionario de términos deportivos. Madrid: Espasa

CASTAÑÓN, JESÚS (2005). Diccionario Terminológico del Deporte. Gijón: Ediciones Trea

FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE (2012). Compendio ilustrado y azaroso de todo lo que siempre quiso saber sobre la lengua castellana. Madrid: Debate-Fundéu BBVA

GÓMEZ FONT, ALBERTO (2012). "Algunos extranjerismos evitables en la información deportiva: el caso de las crónicas de las carreras de Fórmula 1" en GUERRERO SALAZAR, SUSANA; y CREMADES, RAÚL (coords.). El discurso deportivo en los medios de comunicación. Málaga: VG Ediciones

TEJADO, YOLANDA. "Extranjerismos en la fórmula 1" en Fundación del Español Urgente (Fundéu). Vademécum. Diccionario de dudas del español (http://www.fundeu.es/vademecum-E-extranjerismos-en-la-formula-1-7485.html)

TERMCAT (2010). Diccionari general d l´esport. Barcelona: TERMCAT


jueves, 1 de noviembre de 2012

Las nuevas palabras deportivas en el Diccionario de la Real Academia

Las modificaciones de la próxima edición del Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), que tiene prevista su publicación a finales de 2014, ya se pueden consultar en la página web de la institución académica. Además de los 9.984 artículos que aparecen enmendados, figuran aquellos otros que han sido propuestos para su supresión dentro de la obra y se añaden otros muchos nuevos. Entre las novedades, que, al igual que ocurre con el resto de las obras académicas desde hace una década, se realizan con el consenso de las veintidós Academias de la Lengua Española, aparecen casi una treintena de entradas referidas al ámbito deportivo.

El pasado mes de julio ya comentamos en este blog la incorporación de nuevas entradas a la versión digital del DRAE por parte de la Academia, entre las que aparecían cinco nuevas palabras deportivas: dos adjetivos relativos a determinadas disciplinas (beisbolero y golfístico); y tres sustantivos, uno de aplicación general al ámbito del deporte (bicampeonato), otro referente al alpinismo (ochomil) y una forma coloquial del ámbito futbolístico (paradón).

Ese reducido grupo se amplía ahora con nuevas voces con la marca Deporte, muchas de las cuales ya habían sido recogidas en el Diccionario panhispánico de dudas (2005). En su mayor parte, son de aplicación general (amateur, amateurismo, antidopaje, deportivas, cuartofinalista o remontada), si bien muchas se refieren al fútbol (autopase, futbito, órsay, línea defensiva o pichichi) o a tipos de modalidades, especialidades o pruebas (enduro, critérium), así como jugadas o situaciones del juego en determinados deportes (mate, nocaut).

También destacan algunas palabras extendidas en su uso en América (pedalista, reféri o referí, jonrón) y los extranjerismos, tan habituales en el lenguaje deportivo, unas veces con la grafía españolizada (melé) y otras manteniendo su aspecto original (raid, sparring).

He aquí sus definiciones:

. amateur. Aficionado (que practica sin ser profesional un arte, deporte, etc.). Actor, deportista amateur. Dicho de alguna actividad: Que se practica o realiza de manera no profesional. Cine amateur. Ciclismo amateur.
. amateurismo. Condición de amateur.
. antidopaje. Destinado a evitar, detectar o controlar el dopaje. Ley antidopaje.
. autopase. Pase que da y recibe un mismo jugador obviando al contrario que lo obstaculiza.
. critérium. Competición que no tiene carácter oficial, en la que intervienen deportistas de gran categoría.
. cuartofinalista. Que contiende en los cuartos de final de una competición o concurso.
. deportivas. Zapatillas de deporte.
. enduro. Carrera motociclista de resistencia, disputada a campo traviesa, sobre un trayecto fijado y sorteando obstáculos naturales.
. futbito. Modalidad de fútbol sala que se practica al aire libre.
. jonrón (Del ingl. home run). En el béisbol, jugada en que el bateador golpea la pelota de tal manera que le permite hacer un circuito completo entre las bases y ganar una carrera.
. jonronear. Am. Batear jonrones.
. jonronero, ra. Perteneciente o relativo al jonrón. Campeón jonronero. Jugador o equipo que consigue jonrones con frecuencia.
. línea defensiva. En el fútbol y otros deportes, la formada por los jugadores cuya misión principal es proteger a su equipo de los ataques del contrario.
. maratonista. Persona que corre el maratón (‖ carrera de resistencia). Sinónimo de maratoniano
. mate. En el baloncesto, jugada que consiste en introducir con una o dos manos el balón en la canasta impulsándolo con fuerza hacia abajo. En otros deportes, como el balonvolea, golpe de arriba abajo sobre una pelota para que el contrario no pueda devolverla.
. melé (Del fr. mêlée). En rugby, jugada en la que varios integrantes de cada equipo, agachados y agarrados, se empujan para hacerse con el balón, que ha sido introducido en medio de ellos, y pasárselo a otro jugador que está detrás.
. motociclístico, ca. Perteneciente o relativo al motociclismo.
. nocaut (Del ingl. knock-out). Golpe que deja fuera de combate. Derrota por fuera de combate.
. órsay. Fuera de juego (pl. orsais).
. pedalista. Ciclista (persona que practica el ciclismo) en América.
. pichichi. En el fútbol, jugador que marca más goles durante la liga y, por ext., goleador. Distinción honorífica que se concede al pichichi de la liga.
. raid (Del ingl. raid).Prueba deportiva en la que los participantes miden su resistencia y la de los vehículos o animales con los que participan recorriendo largas distancias.
. réferi o referí (Del ingl. referee). Am. árbitro (de competiciones deportivas).
. remontada. Superación de un resultado o de una posición adversos (Uso específico del lenguaje deportivo).
. sparring. Persona con la que se entrena un boxeador para preparar un combate.
. videomarcador. En los recintos deportivos, pantalla electrónica de grandes dimensiones que reproduce imágenes de video y cumple también las funciones de marcador.

viernes, 13 de julio de 2012

La Fundéu publica una Guía de Redacción para los Juegos Olímpicos de Londres

La Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) ha publicado una Guía de Redacción para la correcta utilización de los términos relativos a los 26 deportes y las 39 disciplinas que componen la programación de los próximos Juegos Olímpicos de Londres.

La obra, de carácter divulgativo, compendia las definiciones, reglas y conceptos fundamentales de cada una de las modalidades. Igualmente, ofrece recomendaciones para el uso de vocablos y expresiones dudosas, como olimpiada u olimpíada (sinónimo de Juegos Olímpicos); de siglas (aunque estas procedan de términos extranjeros, no se escriben en cursiva); e incluso sobre el nombre de las instalaciones (aboga por traducirlas al español salvo los toponímicos; Parque Olímpico de Stratford en lugar de Olympic Park de Stratford).

En lo que se refiere a los términos específicos de cada deporte, la guía recuerda las diferentes denominaciones existentes dentro del ámbito de la lengua española. Así, por ejemplo, señala que mientras en España se dice pértiga, baloncesto, base, centrocampista, penalti o piscina; en algunos países americanos se prefieren las denominaciones garrocha, básquetbol o básquet, armador o conductor, volante, penal, y alberca o pileta.

En un segundo apartado, este trabajo recoge el nombre de los países que participan en los Juegos, sus códigos (el del COI, de tres letras, y el de la ISO, de dos letras) y sus gentilicios. Los códigos, al igual que las siglas, se escriben con mayúsculas y sin puntos. Entre los gentilicios para los que hay más de una opción, la Fundéu señala como igualmente válidas las voces keniano o keniata, malí o maliense, mexicano o mejicano, antillano o antillano neerlandés, bahameño o bahamés, jamaicano o jamaiquino, esrilanqués o ceilandés, turcomano o turkmeno y bosniohercegovino o bosnio.

Asimismo, incluye un cuadro con el nombre de las sedes olímpicas, la localidad o ubicación dentro de la capital británica en la que se encuentra y el número de competiciones de las disciplinas que se va a disputar en cada una de ellas. La Guía de Redacción se completa con un amplio glosario terminológico deportivo que recoge definiciones tanto de las voces más conocidas (ala-pívot, braza, dejada o esprínter) como de otras correspondientes a modalidades menos populares (plié en gimnasia, carrusel en hípica, katame-waza en judo o plonger en waterpolo).

Se trata de una obra extremadamente útil y práctica para todos aquellos periodistas que vayan a cubrir los Juegos Olímpicos, así como para todos aquellos aficionados que, del 27 de julio al 12 de agosto, tengan pensado dedicar buena parte de su ocio a seguir las competiciones en Londres a través de la televisión o internet. 

jueves, 12 de julio de 2012

Las palabras deportivas habidas y por haber en el Diccionario de la Real Academia


Cada vez es más apreciada y reconocida dentro del ámbito filológico la capacidad del periodismo deportivo para ensanchar el idioma español a partir de la innovación y creación de nuevas palabras y acepciones. La enorme proyección social de este tipo de periodismo le confiere universalidad y, a lo largo de estos últimos años, un lugar cada vez más preponderante en los diccionarios, que han ido incorporando paulatinamente esos nuevos registros nacidos en el deporte y luego popularizados dentro de la lengua común.

Hace tan solo unas semanas, la Real Academia Española avanzó la incorporación de nuevas entradas a la versión digital de su Diccionario (DRAE), las cuales formarán parte de la próxima edición de la obra, la vigésima tercera, que tiene prevista su publicación a finales de 2014. Entre esas nuevas incorporaciones, aparecen cinco nuevas palabras deportivas: dos adjetivos relativos a determinadas disciplinas (beisbolero golfístico); y tres sustantivos, uno de aplicación general al ámbito del deporte (bicampeonato), otro referente al alpinismo (ochomil) y una forma coloquial del ámbito futbolístico (paradón).

He aquí sus definiciones: 

.beisbolero: Perteneciente o relativo al béisbol (jerga beisbolera). Dicho de una persona: aficionada al béisbol o que lo practica.

.bicampeonato (adición de etimología de artículo, de bi- y campeonato): Campeonato que se gana por segunda vez, o junto con otro.

.golfístico: Perteneciente o relativo al golf.

.ochomil: En alpinismo, montaña de 8.000 metros o más de altura.

.paradón: (coloquialismo) En fútbol y otros deportes, parada del balón meritoria y generalmente espectacular.

Junto con estas cinco referencias, figura otra, equipación, aunque sin la marca Deporte y como sinónimo de equipamiento ('acción y efecto de equipar' o 'conjunto de todos los servicios necesarios en industrias, urbanizaciones, ejércitos, etc.). Sin embargo, tal como recoge el Diccionario CLAVE, equipación tiene un significado exclusivo del ámbito deportivo que no se recoge todavía en el DRAE; es un sustantivo femenino que se refiere a la indumentaria completa de un equipo deportivo, que se vende en las tiendas especializadas y tiene carácter oficial.

A estas nuevas palabras deportivas ya registradas se sumarán a buen seguro muchas más en la próxima edición del DRAE de 2014. Posiblemente, algunas de ellas tengan que ver con los acontecimientos deportivos más recientes y de mayor repercusión ocurridos en el ámbito de la lengua española. Sin ir más lejos, el nuevo triunfo en la Eurocopa de fútbol de la selección española, ya identificada mundialmente con el sobrenombre de 'la Roja' (derivado a la 'Rojita' cuando entran en liza las selecciones de categorías inferiores), ha universalizado el empleo en los medios de comunicación de expresiones como jugón.   

Este neologismo se consagró durante las retransmisiones de la fase final del Mundial de fútbol de 2006 gracias al periodista Andrés Montes, quien definió así a los jugadores técnicamente más brillantes y creativos de un equipo. De esta forma, se asentó en el español actual una voz nueva a partir de un uso particular del aumentativo (-ón en este caso no es el que más juega sino el que lo hace mejor). 

Directamente asociada a esta palabra, también se popularizó la expresión tiqui-taca (también escrita tiki-taka), que el profesor e investigador del CSIC Leonardo Gómez Torrego define como 'onomatopeya visual' y que se utiliza para referirse al juego de toque, de pase corto o, también llamado, preciosista. 

Puede que también, ¿por qué no?, encuentren su sitio en el próximo DRAE expresiones como trivote (cruce léxico formado a partir de triple pivote, sistema de juego que utiliza tres mediocentros en fútbol); o triple corona (título honorífico del torneo Seis Naciones de rugby que se otorga al vencedor de todos los partidos entre selecciones de las Islas Británicas, y que ha dado el salto al fútbol como sinónimo de triplete o tricampeonato, esto es, serie de tres victorias o éxitos consecutivos (tricampeón sí está registrada). 

Como también reclama su lugar la voz rondo (que no rondó, pieza musical que sí está), propia de la jerga del fútbol y otros deportes como el baloncesto con la que se denomina, según la Fundéu, al 'ejercicio consistente en formar un círculo de jugadores que van pasándose el balón y al mismo tiempo deben evitar que se lo quite otro jugador que se mueve dentro de ese círculo'. 

Más allá de las nuevas palabras que se registren en el diccionario académico, que seguirá tomándose su tiempo para asimilar bien los nuevos usos léxicos que se gestan en los medios de comunicación, el periodismo deportivo se ha erigido como uno de los laboratorios neológicos más avanzados de nuestro tiempo; aporta continuamente nuevos elementos y matices al idioma, que lo enriquecen y expanden. He aquí su gran valor, habido y siempre por haber.