La sección de Deportes de El País creó desde sus inicios en 1976 una escuela de excelsos cronistas y despuntó por una forma de escribir
y entender el deporte, mucho más allá del fútbol imperante, que ha sido emulada dentro y fuera de este
periódico. Uno de sus máximos exponentes es Carlos Arribas, especialista en atletismo, golf y, sobre todo, ciclismo.
Sus textos sobre el Tour de Francia ejemplifican un estilo de crónica explicativa no lineal fruto de la superespecialización en la que la narración del hecho principal se intercala con otros secundarios o intrahistorias (reacciones, gestos, conversaciones, anécdotas históricas o datos biográficos de los protagonistas), dejando patente así "su conocimiento del entramado que rodea la disciplina deportiva y a la prueba, además de ofrecer al público una visión que le acerca más a la realidad, que otorga más vivacidad al texto, y que ayuda a entender y contextualizar las claves de él".
Así lo destaca Mario Becedas en su tesis doctoral "La crónica del periodista especializado en ciclismo: el caso de Carlos Arribas para El País en el Tour de Francia", recién leída en la Universidad Complutense de Madrid. Bajo la dirección de los profesores Javier Fernández del Moral, Pedro García Alonso y Antonio Arenas, este trabajo de investigación se suma a la lista creciente de tesis sobre periodismo deportivo defendidas en los últimos años en universidades españolas.
En su análisis de las crónicas del Tour de Francia escritas por Arribas para El País, esta tesis subraya cómo el periodista opta a veces por una estructura libre "multipiramidal", más o menos cronológica, a veces circular otras anárquica, en la que, como las action stories anglosajonas, "un mismo hecho se describe y relata desde varias perspectivas, volviendo al mismo con saltos adelante -prolepsis o flashforward- y, especialmente, hacia atrás -analepsis o flashback- en el tiempo".
Igualmente, destaca "la preponderancia de los leads de telón de fondo y de pintura", que denota la pulsión de Arribas por dotar a la pieza desde el inicio de "un toque marcadamente descriptivo y situacional que capte la atención del lector y sepa recrear el ambiente en el que transcurren los hechos relatados,a través de su presencia en el lugar".
Otro rasgo estilístico de Arribas consustancial a la especialización es su dominio del léxico del ciclismo, tanto del argótico, tras tantos años siguiendo el pelotón internacional, como el más puramente técnico y propio de especialistas. Pese a ello, el autor advierte que "Arribas se decanta preferentemente por unos registros más literarios y coloquiales, que le permiten jugar la baza estética y así inducir al lector a sumergirse en los aspectos tanto cotidianos como épicos del ciclismo".
Además de detenerse en el estudio de los préstamos léxicos empleados en los textos por el cronista, esta investigación pone de relieve "la constante aparición de figuras retóricas y su pretendido influjo en el curso del relato", lo que asocia el más riguroso ejercicio periodístico con el carácter literario en las crónicas, tan características de la escuela de Deportes de El País.
Estando de acuerdo, creo que el otro gran cronista del ciclismo español es Jesús Gómez Peña, periodista de El Correo. Siempre que le leo tengo la sensación de estar subido en una bicicleta pedaleando.
ResponderEliminarEfectivamente, El Correo es otra gran escuela de cronistas deportivas. Desde siempre. Saludos
Eliminarcronistas deportivos, quería decir
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