José A. García Avilés. Foto: UMH. |
Muchos de los estudios filológicos realizados sobre el uso de la lengua en los medios de comunicación centran sus críticas en que muchos periodistas adolecen de un repertorio léxico reducido. Uno de los aspectos directamente relacionados con la limitación del léxico empleado en el periodismo son las frases gastadas y expresiones tópicas que, de manera recurrente, pueblan crónicas y noticias para expresar situaciones y estados de ánimo de los protagonistas. Aunque los lugares comunes son a menudo un recurso que persigue la eficacia comunicativa, su abuso puede comportar una depauperación del mensaje, al que se le priva de atractivo e información, desechando otras opciones que ofrece el idioma con las que enriquecer más el texto.
Desde la Academia se viene trabajando desde hace años en la mejora de la calidad del periodismo a través de investigaciones e iniciativas formativas de especialización. Dentro del Máster de Innovación en Periodismo de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, un grupo de profesores y estudiantes ha confeccionado el Diccionario del cliché, un proyecto colaborativo que nace en las aulas, en el que se ha buscado la participación de usuarios de todos los países de habla hsipana y que tiene como propósito fundamental sensibilizar desde la Facultad de Periodismo a los alumnos de la importancia de cuidar el lenguaje como herramienta profesional.
El diccionario es un recurso diseñado para su fácil manejo: por un lado, se ofrece un buscador para localizar un cliché en concreto y, por otro, se muestra el listado completo de palabras y expresiones ordenadas alfabéticamente, cada de las cuales lleva a través de un hipervínculo a los resultados en los que aparece en Google, tanto en otros diccionarios y glosarios como en textos periodísticos para comprobar precisamente cómo se utilizan.
Hemos conversado con el profesor José Alberto García Avilés para conocer con detalle el desarrollo y alcance de esta iniciativa, así como otros proyectos que se están llevando a cabo dentro del citado Máster de Innovación en Periodismo en la UMH para seguir aproximando la Universidad a la realidad profesional.
- ¿Cómo y cuándo surge la idea de hacer un diccionario del cliché?
- A principios de octubre pasado, en clase con alumnos de primero de Periodismo, empezamos a detectar el uso de las frases hechas en las prácticas de redacción y de radio, y en las intervenciones en clase. Surgió la idea de crear un grupo de trabajo y nos dedicamos a recopilar clichés entre todos. Tras seis semanas con esta tarea, se me ocurrió crear una página que alojara todos los clichés y se pudiera consultar fácilmente. Un compañero, profesor de redacción periodística, Miguel Carvajal, diseñó la página y contribuyó a hacer realidad el Diccionario del cliché.
- ¿Cuántas personas han participado y cuántos clichés han identificado?
- Han participado 30 estudiantes de periodismo y varios amigos. Durante el proceso, le comenté a varios amigos y familiares la tarea que llevábamos entre manos y mi madre, que es maestra jubilada, empezó a ir anotando en una libreta los clichés que se le ocurrían. Ella es quien más ha contribuido al proyecto, con cerca de 500 expresiones y para mí es un orgullo contar con su colaboración. Nos están llegando muchas sugerencias por correo electrónico (diccionariodelclice@gmail.com) y a través de las redes sociales. Empezamos con 3.500 entradas y ya llevamos más de 4.000.
- Entendieron desde un principio que la naturaleza de esta iniciativa debía ser colaborativa, ¿no? Muy acorde a la forma de publicar contenido y compartir conocimiento en las nuevas plataformas.
- Entendieron desde un principio que la naturaleza de esta iniciativa debía ser colaborativa, ¿no? Muy acorde a la forma de publicar contenido y compartir conocimiento en las nuevas plataformas.
- Sí, ha sido un trabajo colaborativo, en el que hemos logrado implicar activamente a los estudiantes de periodismo para que sean conscientes de la importancia de cuidar el lenguaje y usarlo correctamente, ya que se trata de su principal herramienta de trabajo. También estamos encantados con la colaboración de decenas de personas que nos escriben. Estamos recibiendo decenas de correos de lectores que nos aportan sugerencias muy valiosas, que contribuyen a ampliar y enriquecer el diccionario. Las contribuciones provienen de muchos países; además de España nos han llegado desde Colombia, Argentina, Chile, México, Cuba, Perú, Venezuela, Ecuador...
- Los lugares comunes empobrecen el discurso periodístico; lo desproveen de atractivo, frescura e información, y aun así proliferan en los medios. ¿En algunas áreas temáticas más que en otras?
- Algunos términos son muy castizos, como "meterse en camisa de once varas", "a buenas horas, mangas verdes" o "tomar las de Villadiego", y al conocer su origen, aprendemos mucho acerca de nuestro idioma y de la riqueza que hemos ido acumulando durante generaciones. Cuando analizamos los clichés, sí es posible detectar una serie de ámbitos de donde provienen bastantes de ellos. Por ejemplo, los juegos de cartas, con términos como Meter baza, Dar juego, Cantar las cuarenta Lanzar un órdago, Ir de farol... Otro tema recurrente es la navegación: Soltar amarras, Ir viento en popa, Cada palo aguante su vela, A toda máquina, A toda vela, Abandonar el barco, No dar un palo al agua... Y tampoco faltan las frases hechas provenientes de la gastronomía: Ser la sal de todos los platos, Tener la sartén por el mango, Sacar las castañas del fuego, A fuego lento, A freír espárragos, A partir un piñón, A pedir de boca, A nadie le amarga un dulce, A punto de caramelo... Nuestro lenguaje es tremendamente rico y sabio, y esa sabiduría se transmite en infinidad de expresiones que hemos recogido.
- En un momento como el actual donde en muchos medios digitales prima el clickbait, el entretenimiento y contenidos de consumo fácil, ¿encuentran los clichés un terreno abonado para su expansión?
- Me parece que la mayoría de las veces, los clichés se extienden en el periodismo por la prisa, la velocidad y la pereza; en un reportaje o en un artículo que tienes que entregar contrarreloj, escribes un párrafo y te salen un par de clichés, y si no eres cuidadoso, ahí se quedan; o estás cubriendo un partido de fútbol y "saltan al terreno de juego" esas expresiones que se han convertido en frases hechas y suelen acompañarte. El periodista muchas veces no es consciente de que está usando clichés, por la falta de tiempo o de cuidado a la hora de expresarse. En cambio, si uno se acostumbra a repasar sus textos, a ser más exigente consigo mismo cuando habla o escribe, entonces puede detectar los clichés y corregirlos o al menos, usarlos conscientemente cuando son expresiones que nos sirven para conectar con nuestros oyentes o lectores.
"Los clichés no son necesariamente algo negativo; a menudo se convierten en atajos del lenguaje que recogen una idea de forma muy gráfica y nos permiten conectar directamente con nuestros interlocutores"
- El cuidado por el uso del lenguaje debería ser una exigencia para todo profesional, tiene que ver con la asunción de un compromiso con el público al que te diriges y ¿también con la formación?
- Me gustaría subrayar que los clichés no son necesariamente algo negativo, sino que a menudo se convierten en atajos del lenguaje, en formas de expresarnos que recogen una idea de forma muy gráfica y directa, y nos permiten conectar directamente con nuestros interlocutores. Por ejemplo, si decimos que alguien "se ahoga en un vaso de agua", estamos transmitiendo enseguida cómo es esa persona, que se agobia con cualquier cosa, por pequeña que sea, sin necesidad de ofrecer una explicación demasiado prolija. En muchos casos, estas expresiones reflejan la enorme riqueza de la lengua castellana, su variedad de registros y las posibilidades de expresar realidades o conceptos de forma muy ingeniosa o creativa. Pero otras veces sí muestran una falta de cuidado por usar el lenguaje de forma precisa y rica, y se puede caer en un estilo plano, empobrecido a base de frases manidas y tópicos. Tratamos de que nuestros alumnos sean conscientes de que la herramienta más importante para un periodista es el lenguaje, por lo que hemos de tener una sana preocupación por mejorar cada día y sacarle el máximo partido. Se trata de un aprendizaje continuo, que nos lleva a leer mucho, a reescribir, a detectar los errores, los tópicos, y también anglicismos, vulgarismos, incorrecciones... Los periodistas tenemos una gran responsabilidad porque llegamos a muchas personas y podemos formar o deformar a quienes nos leen o escuchan.
- Se lo preguntaba porque precisamente este Diccionario del cliché nace como un proyecto de innovación docente vinculado a un Máster de Innovación en Periodismo. ¿En qué medida la Universidad puede y debe ayudar a 'reabrir' los ojos a los profesionales de los medios, absorbidos por el día a día, a través de la transferencia de investigación?
- En el Máster de Innovación en Periodismo nos motiva precisamente el proporcionar formación actualizada sobre los cambios que afronta la profesión, desde ámbitos tan diversos como las nuevas narrativas, los modelos de negocio, las redes sociales o las herramientas para editar, diseñar o mejorar la producción periodística. Es decir, tratamos de ayudar a que los profesionales que ya tienen una experiencia y una trayectoria puedan reciclarse y conozcan las tendencias en aspectos clave de su trabajo. Porque el periodismo está sometido a un cambio muy profundo, con muchas implicaciones, que hace necesaria la formación continuada. Los cursos online que hemos lanzado ahora, por ejemplo, sobre nuevas narrativas o innovación, van en esa línea. Para ello contamos con excelentes profesionales que conocen de primera mano esas tendencias. En el periodismo, y en casi todos los ámbitos profesionales, hoy más que nunca es necesaria la formación continua para estar al día.
- No estamos tan lejos (todos buscamos lo mejor para el periodismo), aunque a veces profesión y Academia se miren con desconfianza. ¿Hemos avanzado algo a este respecto en España en los últimos tiempos?
- Sí, en los últimos años se está dando un mayor acercamiento entre las Facultades de Periodismo y los profesionales. Por un lado, numerosas facultades han implantado un amplio número de programas, proyectos e investigaciones que están en contacto directo con el mundo profesional y ofrecen valiosa formación al sector. Por otro lado, espoleados por los cambios que plantea el periodismo digital, muchos periodistas afrontan una necesidad cada vez mayor de actualización y reciclaje. Nos encontramos, por tanto, en un momento óptimo para estrechar lazos y establecer puentes más sólidos entre la Academia y la profesión, dos ámbitos que en mi opinión, están "condenados a entenderse" en los convulsos tiempos actuales. Iniciativas como tu blog, sin ir más lejos, o los seminarios, cursos y jornadas que se organizan en muchas facultades, y otras actividades de intercambio de conocimientos son pasos en ese sentido.
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