lunes, 8 de noviembre de 2010

Fomento de actitudes éticas a través de los medios de comunicación deportivos

El periodismo deportivo es el más demandado y consumido y, por consiguiente, el que mayor repercusión e incidencia tiene en los modos de hacer y decir de los ciudadanos. Este hecho es especialmente decisivo entre los más jóvenes, grandes aficionados al deporte que tienden a emular a sus ídolos y a quienes se les puede marcar el mejor camino a seguir mediante la transmisión de unas determinadas pautas expresivas y de conducta, contribuyendo así a su desarrollo integral como personas.

Todo periodista deportivo debe ser consciente de la trascendencia de lo que cuenta y ha de aprovechar esta capacidad para proyectar a la sociedad los valores positivos inherentes a la actividad física y el deporte. Por ello, es necesario que los medios, secciones y espacios periodísticos deportivos dispongan de herramientas encaminadas a preservar y fomentar un uso correcto del idioma y contribuir a la consolidación de la ética profesional.

De esta forma, este tipo de periodismo no solo ganará calidad y adquirirá mayor transparencia y compromiso ciudadano, sino que además podrá articular mejor su verdadero potencial actuando como un fuerte resorte de cohesión y convivencia social, como un elemento que favorece la integración de determinados colectivos con necesidades especiales, así como un factor que fomenta una educación en igualdad.

El papel decisivo que desempeñan los medios de comunicación en la transmisión de actitudes éticas en la sociedad actual centrará el debate en el II Congreso Nacional Deporte, Comunicación y Ética, que se celebrará en Granada entre los próximos 19 y 21 de noviembre.

Esta iniciativa, que organiza la empresa Hechos Educativos S.L (Heduca), es de carácter multidisciplinar al reunir en varios paneles a expertos procedentes de diferentes ámbitos como educadores, psicólogos, periodistas, deportistas, juristas y entrenadores, y tiene como propósito fundamental aunar esfuerzos e impulsar un auténtico trabajo en equipo para erradicar conductas éticamente manifiestamente mejorables como la agresividad, la discriminación o el lenguaje soez.

Tal como señala la propia organización, haciendo suyo un aforismo africano,"para educar a un niño es necesaria la tribu entera".

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