El hecho diferencial del deporte como producto periodístico diario es un fenómeno común en la Europa Meridional (España, Portugal, Francia e Italia), que es la zona del mundo donde más ha proliferado este tipo de prensa especializada y donde se han forjado las principales escuelas periodísticas en este campo informativo.
Para muchos expertos esta localización de la prensa deportiva diaria tiene mucho que ver con la circunstancia de que en los países latinos del sur del continente, a diferencia de otros como el Reino Unido, Alemania y Holanda, no existen periódicos tabloides o de corte popular-sensacionalista, lo que ha originado que la prensa deportiva sea precisamente la que más se aproxime formalmente a este modelo de diarios, ocupe ese nicho de mercado y se haya convertido en la información más leída y demandada por los ciudadanos.
Además, en su proceso evolutivo, este tipo de periodismo ha llegado a convertirse en un actor social de primer orden, ya que, al dar a conocer los logros de equipos y deportistas y despertar emociones, contribuye a reforzar la cohesión y la identificación cultural de ciudades, regiones y países. El deporte, y con él el periodismo deportivo, ha sido y es una parte integrante de la estructura histórica, cultural y social de las principales naciones europeas.
De todo ello se ocupa el historiador e investigador Francisco Pinheiro en su obra História da Imprensa Desportiva em Portugal (2011), un texto que propone un largo recorrido con multitud de paradas por la historia del periodismo deportivo luso como un fenómeno que surge y se desarrolla dentro de un contexto europeo con el que guarda muchas similitudes y afinidades, especialmente con los vecinos España y Francia, y que posteriormente se extiende a territorios de ultramar lusófonos como Angola y Mozambique.
El libro, que representa una continuación de la tesis doctoral História da Imprensa Periódica Desportiva Portuguesa (1875-2000) que Pinheiro leyó en la Universidad de Évora en el año 2009, ofrece a lo largo de 18 capítulos una visión retrospectiva de esta especialización periodística desde sus albores, allá por la segunda mitad del siglo XIX, pasando por diversas etapas hasta llegar a nuestros días.
Para hacer este recorrido, Pinheiro opta por una definición de deporte en su sentido más amplio que incluye como modalidad a la tauromaquia, una de las materias predominantes en las primeras publicaciones especializadas no diarias aparecidas en Portugal a partir de 1875, muy ligadas a la tradición (caza o tiro), a la vocación educativa del sport (gimnasia) y a la política del momento.
Debido al influjo del pujante periodismo deportivo en países del entorno, pronto se incorporarían a esta nómina las revistas sobre automovilismo y, sobre todo, ciclismo, una disciplina que llegó a ser deporte rey antes que el fútbol y acaparó espacios de privilegio en los medios de comunicación de la Europa continental durante la primera mitad del siglo XX. No obstante, en el caso portugués el balompié se ganó el estatuto de tema dominante a partir de la década de 1910, a raíz sobre todo de la fundación de los que hoy siguen siendo los principales clubes futbolísticos nacionales.
Pese a que la prensa deportiva diaria sobresale hoy en Portugal con tres cabeceras de referencia (A Bola, bisemanario fundado en Lisboa en 1945 y transformado en diario en 1995; Record, nacido como semanario en 1949; y O Jogo, 1985), se trata, sin embargo, de un fenómeno que llegó a este país años más tarde que a los demás.
Así, mientras que los primeros diarios especializados llegaron al Reino Unido en 1859 (Sporting Life), a Francia en 1892 (Le Vélo), a España en 1906 (El Mundo Deportivo) y a Bélgica en 1907 (Les Sports), la senda lusa no se abriría hasta 1924 con la creación del Diário de Sport, una cabecera experimental que tendría una vida efímera (de apenas 63 números), en una época en la que la información deportiva predominante seguía correspondiendo al periodismo generalista.
Entre las conclusiones a las que llega Pinheiro en este concienzudo trabajo historiográfico, destaca la relevancia del periodismo deportivo no solo transmisor del saber y la cultura a partir de la producción textual, sino también como constructor de una memoria histórico-deportiva gracias a la proliferación del fotoperiodismo especializado y a la relevancia adquirida también por caricaturistas e ilustradores. Se puso de manifiesto desde muy pronto que se trataba de un periodismo de un extraordinario cariz visual y, desde entonces, no ha dejado de serlo.
A lo largo del viaje aquí propuesto se mencionan y analizan hasta 940 periódicos especializados en materia deportiva (junto con referencias a radio y televisión), con lo que se conforma un corpus documental y bibliográfico ingente, que permite conocer un poco más la historia deportiva europea y abre múltiples puertas para la realización de nuevos trabajos de investigación.
Para muchos expertos esta localización de la prensa deportiva diaria tiene mucho que ver con la circunstancia de que en los países latinos del sur del continente, a diferencia de otros como el Reino Unido, Alemania y Holanda, no existen periódicos tabloides o de corte popular-sensacionalista, lo que ha originado que la prensa deportiva sea precisamente la que más se aproxime formalmente a este modelo de diarios, ocupe ese nicho de mercado y se haya convertido en la información más leída y demandada por los ciudadanos.
Además, en su proceso evolutivo, este tipo de periodismo ha llegado a convertirse en un actor social de primer orden, ya que, al dar a conocer los logros de equipos y deportistas y despertar emociones, contribuye a reforzar la cohesión y la identificación cultural de ciudades, regiones y países. El deporte, y con él el periodismo deportivo, ha sido y es una parte integrante de la estructura histórica, cultural y social de las principales naciones europeas.
De todo ello se ocupa el historiador e investigador Francisco Pinheiro en su obra História da Imprensa Desportiva em Portugal (2011), un texto que propone un largo recorrido con multitud de paradas por la historia del periodismo deportivo luso como un fenómeno que surge y se desarrolla dentro de un contexto europeo con el que guarda muchas similitudes y afinidades, especialmente con los vecinos España y Francia, y que posteriormente se extiende a territorios de ultramar lusófonos como Angola y Mozambique.
El libro, que representa una continuación de la tesis doctoral História da Imprensa Periódica Desportiva Portuguesa (1875-2000) que Pinheiro leyó en la Universidad de Évora en el año 2009, ofrece a lo largo de 18 capítulos una visión retrospectiva de esta especialización periodística desde sus albores, allá por la segunda mitad del siglo XIX, pasando por diversas etapas hasta llegar a nuestros días.
Para hacer este recorrido, Pinheiro opta por una definición de deporte en su sentido más amplio que incluye como modalidad a la tauromaquia, una de las materias predominantes en las primeras publicaciones especializadas no diarias aparecidas en Portugal a partir de 1875, muy ligadas a la tradición (caza o tiro), a la vocación educativa del sport (gimnasia) y a la política del momento.
Debido al influjo del pujante periodismo deportivo en países del entorno, pronto se incorporarían a esta nómina las revistas sobre automovilismo y, sobre todo, ciclismo, una disciplina que llegó a ser deporte rey antes que el fútbol y acaparó espacios de privilegio en los medios de comunicación de la Europa continental durante la primera mitad del siglo XX. No obstante, en el caso portugués el balompié se ganó el estatuto de tema dominante a partir de la década de 1910, a raíz sobre todo de la fundación de los que hoy siguen siendo los principales clubes futbolísticos nacionales.
Pese a que la prensa deportiva diaria sobresale hoy en Portugal con tres cabeceras de referencia (A Bola, bisemanario fundado en Lisboa en 1945 y transformado en diario en 1995; Record, nacido como semanario en 1949; y O Jogo, 1985), se trata, sin embargo, de un fenómeno que llegó a este país años más tarde que a los demás.
Así, mientras que los primeros diarios especializados llegaron al Reino Unido en 1859 (Sporting Life), a Francia en 1892 (Le Vélo), a España en 1906 (El Mundo Deportivo) y a Bélgica en 1907 (Les Sports), la senda lusa no se abriría hasta 1924 con la creación del Diário de Sport, una cabecera experimental que tendría una vida efímera (de apenas 63 números), en una época en la que la información deportiva predominante seguía correspondiendo al periodismo generalista.
Entre las conclusiones a las que llega Pinheiro en este concienzudo trabajo historiográfico, destaca la relevancia del periodismo deportivo no solo transmisor del saber y la cultura a partir de la producción textual, sino también como constructor de una memoria histórico-deportiva gracias a la proliferación del fotoperiodismo especializado y a la relevancia adquirida también por caricaturistas e ilustradores. Se puso de manifiesto desde muy pronto que se trataba de un periodismo de un extraordinario cariz visual y, desde entonces, no ha dejado de serlo.
A lo largo del viaje aquí propuesto se mencionan y analizan hasta 940 periódicos especializados en materia deportiva (junto con referencias a radio y televisión), con lo que se conforma un corpus documental y bibliográfico ingente, que permite conocer un poco más la historia deportiva europea y abre múltiples puertas para la realización de nuevos trabajos de investigación.
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