viernes, 9 de octubre de 2020

Aitor Lagunas: "La de Panenka es una historia feliz, aunque cuando la creamos no tenía en la cabeza que pudiera durar diez años"


En el mosaico fotográfico superior hay cien portadas, aunque en él no aparezca precisamente el número 100, que es el último, el recién publicado por la revista de cultura futbolística Panenka. Esta publicación vio la luz como proyecto periodístico (de hecho se hizo llamar al principio "Proyecto Panenka") el 20 junio de 2011, coincidiendo con el 35 aniversario del famoso penalti ganador lanzado por el talento checo en la final de la Eurocopa ante Alemania. En septiembre de ese mismo año llegaría a librerías y quioscos como revista apostando decididamente por el formato en papel en un momento de dudas, de zozobra económica, de búsqueda de soluciones y propuestas, y de transición a lo digital dentro de la industria periodística.

Justo entonces, en septiembre de 2011, en este mismo blog nos hacíamos eco del manifiesto de aquel emprendimiento periodístico ('El fútbol que se lee') y entrevistábamos a su director, el periodista Aitor Lagunas. Más de nueve años después, nos hemos querido reencontrar con él de nuevo para conocer cómo ha sido a lo largo de todo este tiempo el tránsito de Panenka a la consolidación como medio periodístico especializado en el actual ecosistema comunicativo del deporte en España y preguntarle también por los siguientes pasos que tocará dar en el horizonte temporal más cercano para seguir en liza. 

- Rescato el titular de aquella entrevista en 2011 en la que usted señaló: "Panenka busca ofrecer un espacio en el que el fútbol vaya más allá del deporte y sea un espejo de la vida". A la vista de sus casi diez años de trayectoria y 101 números publicados, ¿ha logrado la revista su objetivo de ser el espejo de la vida futbolística de muchos aficionados, que le son muy fieles?

- La de Panenka es la historia de una doble pasión, primero por el fútbol y luego por el periodismo sobre historias en torno a este deporte y en las que el fútbol juega un papel vertebrador; se convierte en una excusa para contar temas que van más allá del ámbito deportivo. Desde ese punto de vista, se puede decir que la historia de Panenka es un historia feliz, aunque entonces no tenía en la cabeza que pudiera durar diez años.

- ¿Cuáles han sido las claves del éxito de Panenka?

- Bueno, éxito entre comillas. Como decía Kipling, "al éxito y al fracaso, esos dos impostores, trátalos siempre con la misma indiferencia". En todo caso nuestro logro es simplemente haber resistido y haber mantenido un espacio dentro del menú comunicativo del periodismo deportivo en España. Creo que supimos identificar la necesidad o la pertinencia de poder darle a un determinado público un producto (una revista) con un enfoque cultural y social ligado al fútbol. Esto explica por qué cayó bien incluso en un escenario complicado como el que hubo tras la crisis de 2008. En ese momento no había en España una publicación de estas características como sí la había en otros países, si bien es cierto que no por llegar el primero al sitio eso te garantiza permanecer, y esto también lo hemos conseguido. 

Por tanto, las dos claves han sido, primero, haber entendido esa necesidad, porque veníamos de un grupo de lectores que no teníamos esa revista más allá del deporte, y, en ese sentido, Panenka fue una respuesta a esa orfandad; y, segundo, haber sido capaces durante diez años de forjar, tejer y reforzar una comunidad futbolística en torno a la publicación. Creamos la revista que nos habría gustado encontrar en los quioscos pero que en ese momento no estaba. 


"Todos tenemos cabida. De lo que se trata es que el aficionado pueda encontrar el registro que más se adapte a sus intereses. Panenka es compatible con la existencia de otros medios y productos"


- Panenka se ha convertido, sin pretenderlo obviamente, en una especie de buque insignia de muchos nuevos medios que emergieron en los años siguientes a la crisis de 2008, pero que en una gran parte no han sobrevivido. ¿Qué le parece que se les pueda ver así?

- Esa puede ser una visión que se tenga desde fuera, subjetiva claro, pero que nosotros no nos planteamos. Posiblemente pudiera verse en su momento que el lanzamiento de nuestra revista, como el otros proyectos de entonces, fuera una acción casi romántica por parte de un grupo de periodistas en un momento complicado. Como también a veces se nos mira como si fuéramos una especie de agrupación elitista, como si estuviéramos haciendo tratados para universitarios de Harvard, pero esto no es lo que se lee en nuestras páginas. De hecho, tratamos de hacer una revista divulgativa y explicativa, y abrirla a todos los públicos. Disiento de esa imagen que a veces se traslada de nosotros [a veces empleando el término despectivo "panenkitas"] de que hay cierta vanidad o superioridad moral, o de que queremos hacer literatura elevada sobre fútbol. Seguimos siendo una revista humilde y modesta, y considero que todos tenemos cabida: de lo que se trata es que el aficionado pueda encontrar el registro que más se adapte a sus intereses. Y, en ese sentido, Panenka es compatible con la existencia de otros medios y productos. 

- Volviendo al origen, ¿por qué cree que ha sido tan complicado para esos emprendimientos seguir adelante? Muchos dicen que periodismo sabemos hacer más o menos todos, pero lo que es más complicado es dirigir tu empresa. 

- Desde luego para un periodista dirigir tu empresa es un peaje, casi una carga, porque te quita tiempo para hacer aquello que más te gusta y en lo que te expresas mejor. En los primeros años de la revista me di cuenta de casi no podía escribir por el cúmulo de tareas de gestión que implicaba Panenka y ahí me planteé hasta qué punto tenía sentido que esa vorágine creada por la revista me impidiera tener ese tiempo para hacer periodismo, que es de lo que se trataba. Vivir aquello fue como desdoblarme entre una especie de Dr Jekyll y Mr Hyde. Por suerte, la evolución de Panenka ha permitido que la pata gerencial de la revista descanse en gente preparada para ello mientras que la pata periodística recaiga en la redacción.

- Antes usted se ha referido al concepto comunidad. En su última campaña en redes sociales para anunciar el número 100 de la revista han agradecido a sus lectores su apoyo por dar sentido a lo que Panenka viene haciendo. ¿Cómo se cuantifica ese respaldo y qué papel han tenido los suscriptores estos años?

- Nos movemos en torno a los 4.000 suscriptores. Ellos mantuvieron a flote el proyecto en los momentos más duros al principio y también en momentos de duda, muy especialmente este año cuando se decretó el estado de alarma y todo era incertidumbre. Al final sacamos los números de esos meses por nuestro compromiso con ellos y porque en parte son también copropietarios de la revista y nos han proporcionado ayuda cuando la hemos necesitado.


"Nos movemos en torno a los 4.000 suscriptores. Ellos mantuvieron a flote el proyecto en los momentos más duros al principio y también en los de duda, este año con el estado de alarma"


- Ya sé que la revista Maier puede esperar, pero, atendiendo a los cambios constantes que se producen en el consumo de la información, ¿hará falta diversificar más el producto en un futuro próximo para garantizar su sostenibilidad?

- Es verdad que el mundo del periodismo nos exige a todos estar actualizados y partes de ese cambio tiene que ver con la forma de hacer las cosas, también porque el lector ha cambiado y demanda otros detalles. De todas formas, nosotros ya venimos diversificando nuestra actividad: en los últimos años hemos lanzado una revista de rugby (H), hemos creado un mercado literario en Barcelona y un festival de documentales sobre fútbol anual y que está accesible para suscriptores en Filmin. Y, sí, habremos de seguir buscando continuamente nuevos enfoques sobre este y otros deportes [también está Volata, sobre ciclismo], siempre cerca de las transformaciones tecnológicas que se produzcan.


Hitos y sentimientos a través de portadas memorables

También le hemos preguntado a Aitor Lagunas sobre algunos números que marcaron la trayectoria de la revista y sobre el significado y el sentimiento que le transmiten sus portadas al hablar de ellas de nuevo hoy.


Número 0: Panenka: "Ilusión" 

("fue ver un sueño hecho realidad")


Número 25: Fútbol argentino: "Consolidación" 

("logramos vertebrar números en torno a una idea: la del dossier o el monográfico, algo que ya antes lo habíamos hecho con el fútbol italiano")


Número 35: Las raíces del fútbol: "Cultura" 

("café para muy cafeteros; un número muy Panenka")


Número 46: Best: "Icono e innovación" 

("el formato en torno a personaje, como también fue sobre Johan Cruyff o Pelé; también supuso pequeñas innovaciones y sacamos dos portadas para que la gente pudiera escoger entre el jugador (del Man United) y la estrella o el poeta maldito, vestido de calle")


Número 54: Así fuyeron los años 60: "Imaginación" 

("las décadas se han convertido en monográficos de verano, son soluciones en torno a la cultura futbolística"; empezamos en el número 40 sobre los años 80, y luego sobre los 70 y los 50; el problema, claro, es que se nos acaban las décadas")


Número 85: Nottingham Forest: "Identidad"

 ("nos interesa plasmar la capacidad que tiene un club para vehicular comunidades en lo social, lo económico o lo religioso; cómo esa pasión trepa por las gradas y trasciende a todos los niveles; lo hemos analizado también con el Athletic, el Nápoles, el Betis, el PSG, el Sevilla o el Zaragoza")


Número 96: La derrota: "Un canto a la superación" 

("más allá de analizar la lírica de la derrota, que nos individualiza mucho, buscamos explicar las consecuencias de una derrota, que no siempre es algo negativo y que incluso explican triunfos; más aún en el contexto general de una pandemia en el que se publicó este número")

2 comentarios:

  1. No soy suscriptor de la revista pero sí que respeto y me gusta mucho ese otro periodismo, romántico si se puede llamar así. Aunque el contenido es diferente, Panenka viene a llenar el hueco que dejó Don Balón, de la que sí era fiel lector durante mi adolescencia. Saludos. Me gusta mucho tu blog.

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  2. Muchas gracias, Bryan. Eres muy amable. Saludos

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