viernes, 28 de junio de 2013

La pronunciación correcta de nombres extranjeros como factor determinante en la consecución de un periodismo deportivo de calidad

La Librería Universitaria El Giraldillo en la ciudad de Sevilla acogió ayer la presentación de la obra Alto y claro. Guía de pronunciación para la cobertura periodística de grandes eventos deportivos internacionales (en la imagen, de izquierda a derecha, los coordinadores, María Heliodora Cuenca y José Luis Rojas, y el creador del CD audio que acompaña el libro, Pablo Anaya).

Se trata de un libro académico e interdisciplinar que hemos realizado profesores de Periodismo y Filología de la Universidad de Sevilla, con el objetivo de ofrecer una herramienta nueva que permita a los profesionales solventar con garantías de éxito y el máximo rigor posible su labor diaria de informar y entretener a partir de un uso correcto del lenguaje en todos sus registros.

Constituye un estudio innovador que afronta la importancia de velar por la calidad informativa en los medios de comunicación desde una perspectiva diferente, a través de la identificación de los errores más comunes en la locución cotidiana y del perfeccionamiento del nivel de pronunciación de nombres de origen extranjero. Y, sobre todo, es una guía práctica concebida para cubrir las necesidades en un ámbito periodístico como el deportivo, donde las referencias a países, y a competiciones, clubes y deportistas internacionales son continuas y muy numerosas.

A continuación, reproducimos aquí algunos de sus fragmentos:

"La pronunciación de nombres de procedencia foránea entraña una dificultad añadida para cualquier hispanohablante, ya que en otros idiomas las relaciones entre el lenguaje hablado y el escrito no son tan transparentes como en español, lo que en la mayoría de los casos impide que leamos las palabras tal como se escriben, que es precisamente lo que solemos hacer en español.

Este hecho diferencial puede llegar a convertirse en un verdadero escollo para los profesionales de la información televisiva y radiofónica, quienes, de buenas a primeras, han de dar una forma sonora a vocablos que a lo mejor nunca han visto antes escritos y que, además, se rigen por unas reglas fonéticas pertenecientes a otro idioma que no es el suyo y puede que incluso les resulte en la mayoría de los casos totalmente desconocido.

Esta dificultad es aún mayor si cabe en el ámbito periodístico deportivo,donde las referencias a competiciones que se celebran en otros países y a fichajes de jugadores y entrenadores foráneos son constantes. En este sentido, el volumen de noticias con algún protagonista extranjero es muy amplio en este tipo de medios, que suelen ofrecer resultados de los campeonatos internacionales más relevantes, entre los que sobresalen los principales torneos futbolísticos europeos, los Mundiales de motociclismo y Fórmula Uno, el Giro y el Tour como grandes rondas ciclistas por etapas, los Grand Slam de tenis y golf, o las ligas profesionales de fútbol americano, baloncesto y béisbol en Estados Unidos, que gozan de un seguimiento especial en el conjunto del continente americano.

Por este motivo, la cobertura periodística en radio y televisión de acontecimientos deportivos internacionales y nacionales (en estos últimos un elevado porcentaje de los protagonistas son también extranjeros) ocasiona habitualmente verdaderos quebraderos de cabeza a los locutores para proferir correctamente determinados topónimos y, especialmente, antropónimos que se rigen por otras reglas de pronunciación diferentes al castellano.

Aunque es casi una exigencia del guion que el periodista deportivo que cubre este tipo de competiciones tenga conocimientos de geografía internacional, un 'background' cultural adquirido tras haber viajado por diferentes países y un cierto dominio de uno o dos idiomas diferentes al suyo, esto no es lo más frecuente. Al carecer de estas competencias, el locutor difícilmente puede haber familiarizado su oído a la entonación y la pronunciación característica de otras lenguas y, como consecuencia de ello, aumenta la probabilidad de que se exprese con menor seguridad y naturalidad, y de que cometa equivocaciones.

(...)
La dificultad que supone para cualquier hablante el desconocimiento de las reglas de pronunciación de otras lenguas y de tener que ‘traducir’ a la fonética española vocablos y frases desconocidas, se agrava en el caso de la locución periodística debido a que existen pocos textos de referencia y guías concebidas para ayudar a solventar este tipo de cuestiones. Y menos aún en el ámbito deportivo.

(...)
Son muy pocos los textos de referencia existentes que puedan facilitar el aprendizaje de una adecuada pronunciación de nombres extranjeros. Por ello, resulta necesario elaborar herramientas de trabajo que permitan a los profesionales del periodismo deportivo de radio y televisión hacer frente a esas palabras y expresiones foráneas que en principio resultan más complejas y que en ocasiones exigen un entrenamiento vocal adicional antes de entrar en antena.

Esos instrumentos, para que sean realmente válidos y eficaces, se deberán realizar a partir del estudio de los idiomas principales, esto es, los más hablados y más habituales en el mundo del deporte, de forma que sea posible extraer, siempre que sea posible, una serie de pautas elementales que guíen y ayuden al periodista a tener las claves para poder locutar de forma eficiente cualquier palabra extranjera que se tercie.

En este sentido, la formación y el adiestramiento continuos del profesional se antojan fundamentales para, en primer lugar, hacer que desaparezcan vicios y errores comunes, y, en segundo término, familiarizarse con esos sonidos para que dejen de resultar extraños. Además, esa instrucción facilitará que sean pronunciados correctamente y transmitan a la audiencia una mejor imagen, dando una sensación de dominar el lenguaje y de haber adquirido conocimientos, aunque no sean más que los elementales, de otros idiomas.

Con todo ello, el profesional y el medio de comunicación al que este representa salen muy reforzados porque se garantizan un mayor éxito en la transmisión de los contenidos y, al mismo tiempo, se granjean una mayor credibilidad y un prestigio acorde a las funciones educativas inherentes a su tarea de informar y formar a los oyentes o telespectadores".

lunes, 24 de junio de 2013

Gustavo Jiménez: "Hay riesgo de trivializar demasiado la agenda, de quedarse en el peinado de Balotelli o las novias de los jugadores y olvidar lo importante"

Al Día es el diario deportivo de Costa Rica y pertenece al grupo La Nación, uno de los conglomerados mediáticos más importantes de Centroamérica. Su puesta en escena, iniciada hace tan solo unos meses, ha sido espectacular; con una estrategia sustentada en un diseño innovador y colorista, en la visualización de la información y la diversificación de los contenidos más allá de la mera competición, dando cabida a "aquellos aficionados que también son atletas", como reza la presentación al lector en su página web. Para desentrañar las claves de este fresco proyecto, que demuestra que otro periodismo deportivo es posible, nos hemos puesto en contacto con su director, Gustavo Jiménez.

- Al Día se convirtió en noviembre de 2012 en el primer diario deportivo de Costa Rica. ¿Por qué hasta entonces no se había realizado una apuesta periodística de estas características en su país?
- Hubo algunos intentos, con revistas especializadas de otras casas editoriales, que no tuvieron éxito. Quizás eso frenó el impulso por un diario deportivo. En el caso de Al Día, fue el resultado de un proceso de planificación que abarcó casi todo el 2012. La casa que lo edita, Grupo Nación (líder en medios impresos en Costa Rica) también publicó una revista deportiva, llamada Triunfo, entre 1983 y 1993. Se descontinuó por un momento de contracción del mercado, que provocó malos resultados en ese momento.

- Vemos cómo en los últimos años se ha producido una eclosión de cabeceras deportivas en América Latina: Diez (Honduras), Líder (Venezuela), Al Día, Marca Colombia,... ¿A qué se debe este crecimiento? ¿Existen elementos coincidentes en todos estos países para que el público demande más información de este tipo?
- En general, los grupos editoriales tratan de diversificar sus marcas, y las cabeceras deportivas permiten atacar un segmento del mercado que es muy transversal. Si bien es un producto de nicho, le puede llegar a varias capas socioeconómicas (el deporte le interesa al gerente de la empresa y también al misceláneo). Por otra parte, la globalización de espectáculos deportivos como futbol* europeo, tenis del circuito mundial, Fórmula 1, NBA, etc. hace que haya una audiencia que consume contenidos más allá de ir a ver a su equipo jugar el domingo. Un buen diario deportivo debe saber atender toda esa audiencia.

- Al Día, desde su puesta en marcha, ha apostado por la innovación tanto en el diseño como en la diversificación de contenidos, que van más allá del fútbol. ¿Se puede hacer un periodismo deportivo diferente al tradicional? ¿En qué sentido?
- No solo se puede, sino que se debe: para que un proyecto como Al Día tenga éxito, es necesario que cubra deportes de una manera distinta a como lo han hecho los diarios generalistas estas décadas. No puede ser una "sección deportiva ampliada", sino que debe ofrecer mucho más que los otros diarios y medios electrónicos. Aquí, la apuesta gráfica muy agresiva es fundamental (desde el punto de vista del diseño, la foto, infografía, etc.), pero también el abordaje de los temas, la titulación, etc. Y está claro que no podemos quedarnos en el futbol, por la razón que apuntaba en la respuesta anterior. Además, en general, a los aficionados no solo les gusta un solo deporte, en este caso el futbol, sino que habitualmente están pendientes de otras disciplinas. Nos pasó el martes de la semana pasada en un partido eliminatorio rumbo al Mundial, cuando todos en la redacción también teníamos un ojo puesto en la final de la NBA.

- El periodismo deportivo es información, pero también entretenimiento. Sin embargo, muchas veces lo segundo prevalece ¿Qué riesgos entraña esto?
- Hay un riesgo de trivializar demasiado la agenda. Quedarse en el peinado de Balotelli, o las novias de los jugadores, y olvidar los temas importantes. Pero es algo que la propia audiencia debe exigir. Por ejemplo, qué está pasando con el amaño de partidos, o el dinero sucio que entra al futbol, o por qué la Copa Confederaciones es caldo de cultivo para una protesta nacional. El periódico debe ofrecer todo esto, pero la audiencia también debe ser madura para consumir estos contenidos, por encima de cuál es el coche que estrenó CR7.

- Aunque el deporte rey deba seguir copando los mayores espacios y esto de momento no parece discutible, ¿no considera que el periodismo deportivo sería más deportivo si informara de manera asidua de un mayor número de modalidades? Se lo pregunto porque a veces el fútbol por exceso trae consigo que pseudonoticias ajenas a lo puramente deportivo...
- Efectivamente, no se puede hacer un diario solo de futbol, aunque este sea el contenido principal. En el caso de Al Día, siempre digo que debemos ser futboleros no porque así lo queramos, sino porque es una herencia sociocultural de 125 años. Si estuviéramos en Canadá, hablaríamos de hockey; si estuviéramos en Cuba, hablaríamos de beisbol. Pero estamos en un país futbolero y ese será el pan nuestro de cada día. Habiendo dicho esto, claramente no podemos quedarnos solo en la cobertura de este deporte. En Al Día tenemos cerca del 35% o del 40% del espacio en la edición impresa dedicado a otras actividades, incluyendo deporte personal (notas de servicio para los que hacen atletismo, natación, etc.).
He podido comprobar, sin embargo, que es casi imposible luchar contra el estereotipo de que los medios deportivos solo cubrimos futbol. Ya es una idea preconcebida y será difícil cambiarla. Yo les digo a mis editores que podemos dejar de publicar notas de futbol durante un mes, y al día siguiente hacemos un 'focus group' y la gente seguirá diciendo que solo de eso hablamos.

- La doble condición inherente al periodismo deportivo actual, situado a medio camino entre su impacto global y su arraigo intranacional, manifiesta diversas variantes en función de la disciplina de que se trate, así como del país o región desde y para la que trabaje el medio de comunicación. ¿Cuáles son las prioridades y los enfoques informativos de Al Día en este sentido?
- Hemos tratado de darle un carácter local, en cuanto a uso de lenguaje, a las notas internacionales. A veces, el estilo que utilizan las agencias de noticias puede ser un poco frío para un periódico que intenta transmitir pasión. Esto es especialmente sensible cuando hay algún deportista costarricense involucrado (por ejemplo, en el Tour de Francia habrá un compatriota, y eso nos marcará mucho la agenda). No se trata de llenar las notas de Nadal, Grandes Ligas y Vettel con costarriqueñismos, sino de identificar cuáles son los ángulos que más le pueden interesar a nuestra audiencia.

- Además de abarcar todo el espectro que comprende el deporte de competición, su periódico incorpora como novedad la sección 'En Forma', que da voz y espacio a atletas aficionados y donde se dan recomendaciones a lectores como la realización de ejercicios, nutrición o tendencias en los gimnasios. 
- Esta es una de las secciones con más potencial comercial, por su tipo de contenidos, y también una de las más seguidas en la web. Tiene una clarísima orientación de servicio: qué comer, qué ropa usar, cómo hidratarse, qué está de moda, etc. Está desligada por completo del deporte competitivo; es posible que, a diferencia del futbol, la persona que hace triatlón como aficionado no sepa quién es el campeón mundial de esta disciplina, pero sí querrá saber cómo hidratarse durante una competencia. En la revisión de estos primeros meses, apuntaremos a fortalecer esta sección e incorporar nuevos especialistas. También es un guiño hacia la audiencia femenina, que es más pequeña dentro de nuestro periódico, pero que puede encontrar en la sección 'En Forma' contenidos que le resulten atractivos.

- Junto con la diversificación de los contenidos, ¿en qué otros fundamentos idiomáticos, éticos o de otra índole ha de residir la calidad en el periodismo deportivo?
- Debe haber un manejo de fuentes responsable y sobre todo mucha prudencia para no sentirse presionado a publicar algo que la competencia ya tiene. Eso lleva a precipitaciones. En Costa Rica, hay programas deportivos en radio durante veinte horas al día, además de la oferta en televisión, secciones deportivas de los diarios, páginas web, etc. Esto significa una enorme competencia para ser el primero en decir algo, y lleva a lo mejor a decisiones precipitadas. Es un gran riesgo al que nos enfrentamos todos los días.

- ¿Cuenta Al Día con un manual de estilo o código de ética propio o sigue las directrices y principios del Manual de Buen Periodismo elaborado por La Nación en 1995?   
- Lamentablemente el antiguo Al Día no nos heredó un manual de estilo. Lo más probable es que adoptemos el de La Nación, que está actualizando el suyo. De la misma forma, el Grupo está trabajando en un código de ética que será común a todas sus marcas.


*En México y Centroamérica se usa la forma aguda futbol [futból]. 

sábado, 22 de junio de 2013

El arte de escribir en periodismo según Armando Nogueira

Foto: Lancenet
Armando Nogueira es uno de los grandes iconos del periodismo deportivo brasileño. Fallecido en 2010, el que fuera cronista, comentarista, editor y columnista durante más de medio siglo en varios medios de comunicación de este país suramericano sigue siendo recordado -e imitado- por su estilo elegante y poético, muy alejado de los clichés tradicionales que proliferan en las crónicas deportivas. Creó escuela. 

Tras sus inicios en la sección de Deportes del extinto Diario Carioca, donde amoldó su escritura y cultivó la preocupación por el buen uso del idioma (este diario, desaparecido en 1965, está considerado el primero de la prensa brasileña en dotarse de un manual de estilo, Regras de Redaçao do Diario Carioca), trabajó como editor y columnista en Jornal de Brasil y, posteriormente, dio el salto a la televisión como uno de los principales artífices de la puesta en marcha de la red O Globo, donde trabajó durante décadas. Desde 1954, estuvo presente en todas las Copas del Mundo de fútbol y, desde 1980, en todos los Juegos Olímpicos.

En sus últimos años, también fue columnista y miembro del Consejo Editorial de Lance, fundado en el año 1997, donde se convirtió en fuente de inspiración para la redacción y dirección de este diario carioca. Esta contribución fue reconocida años después por el propio Lance, con la publicación en 2008 de su Manual de Redaçao e Estilo, una obra concebida para velar por la coherencia en la presentación de los productos y por la corrección en el uso del idioma y cuyas normas vienen precedidas y enmarcadas por las reflexiones de Armando Nogueira, que resumen el arte de escribir en periodismo.

En referencia a Nogueira, por entonces ya octogenario, el diario escribe: "Escribir, como acostumbra a decir el maestro, es un eterno sufrimiento, en el que cada palabra nace de un profundo esfuerzo mental, en que construir cada frase, cada párrafo, es un ejercicio de sabiduría, de raciocinio lógico y emocional". 

Por su extraordinario interés, reproducimos aquí las sentencias que aparecen recopiladas en el preámbulo del libro de estilo de Lance, citas antológicas que en su mayor parte proceden del propio Armando Nogueira y que constituyen sabios consejos para todo aquel que se inicie en el oficio de escribir en un medio de comunicación:

. Escribir es reescribir

. Escribir es acortar el número de palabras

. Desconfíe siempre de la primera versión de su texto. Se puede mejorar si lo reescribe

. Entre el singular y el plural, mejor el singular (Edgar Allan Poe)

. En el nombre de la claridad, evite poner dos ideas diferentes en la misma oración

. Un gancho para atrapar al lector: esmérese al máximo en la primera línea de su texto

. Escribir bien es un arte que se aprende de dos maneras: escribiendo y reescribiendo

. Si quiere perfeccionar su estilo, no deje de leer a buenos autores

. La palabra es el único ser vivo que nace, crece, muere y resucita. Trátela con respeto

. Una palabra fuera de lugar estropea el pensamiento más hermoso (Voltaire)


viernes, 14 de junio de 2013

La necesaria consolidación de la ética profesional en un ámbito periodístico de alto impacto social

El progresivo deterioro de los contenidos del que adolece buena parte del periodismo deportivo actual ha provocado en los últimos tiempos que se haya producido un notorio incremento en el número de publicaciones y estudios académicos en esta área de conocimiento y que, además, son coincidentes a la hora de plantear la necesidad de elevar los estándares éticos e idiomáticos en este tipo de medios de comunicación debido a la gran responsabilidad social que contraen a la hora de emitir sus informaciones.

Una de las últimas aportaciones científicas en este sentido es la tesis doctoral titulada Ética, responsabilidad y observación de los códigos deontológicos en el periodismo deportivo, leída hace tan solo unas semanas por Javier Gómez Bueno en la Facultad de Comunicación y Documentación en la Universidad de Murcia, bajo la dirección de los profesores Cristina Roda Alcantud y Pedro Antonio Rojo Villada.

Esta tesis concluye que la prensa deportiva diaria en España no cumple con los parámetros éticos recogidos en los principales códigos deontológicos de la profesión periodística, tanto nacionales como internacionales, y que, por tanto, es preciso que los periodistas y los medios de comunicación de esta área informativa adquieran un mayor compromiso y pongan en marcha mecanismos de autorregulación para evitar nuevos excesos comunicativos perjudiciales para el público y así contribuir a la mejora de la calidad de los contenidos. 

El autor llega a estas aseveraciones tras efectuar un análisis de un millar de textos informativos (noticias, crónicas y reportajes) publicados en los cuatro diarios deportivos de difusión nacional (Marca, As, Sport y Mundo Deportivo) atendiendo a una serie de variables: la parcialidad y la subjetividad del profesional, la distinción de géneros periodísticos, la inclusión del rumor como elemento noticioso, el número de fuentes consultadas por noticia, el sensacionalismo, el lenguaje emotivo y belicista y sus connotaciones violentas, así como las acusaciones infundadas de corrupción arbitral o estamental.

Igualmente, para aplicar todas estas variables a la medición de la calidad ética de la prensa deportiva se toman como referencia los siguientes códigos deontológicos: la Declaración de Principios sobre la Conducta de los Periodistas de la Federación Internacional de Periodistas, el Código Internacional de Ética Periodística de la Unesco, el Código Europeo de Deontología del Periodismo, la Declaració de Principis de la Professió Periodística a Catalunya (Col.legi de Periodistes de Catalunya), el Código Deontológico de la Federación de Asociaciones de Periodistas Españoles (FAPE) y el Código Deontológico del Sindicato de Periodistas de Madrid.

A tenor de los resultados obtenidos, Gómez Bueno indica que la parcialidad es la tónica general en estos periódicos, "elevándose hasta límites casi propagandísticos en los diarios editados en Barcelona" y afirma que "para una buena salubridad ética de la prensa no es producente que en más de la mitad de las noticias se realicen especulaciones o que en un tercio de ellas sean opinativas sin datos que las corroboren". 

Así, por un lado, argumenta que no existe una clara delimitación entre los elementos informativos y de opinión en los textos, y, por otra parte, alerta sobre el uso frecuente de rumores y la "rigurosidad baja" debido al escaso número de fuentes empleadas. De hecho, en el 40% de los casos se afirman hechos sin aportar pruebas, el 26% no usa ninguna fuente o emplea el condicional, casi el 65% se ampara en una sola fuente, solo el 20% utiliza dos o más, y apenas el 5% da voz a todas las partes en conflicto. 

A juicio del autor, "estos datos dicen muy poco sobre la calidad de la prensa deportiva actual, donde todos los rumores son tratados como noticias debido al posible impacto que se obtiene" y donde la tendencia al sensacionalismo en titulares impactantes y en contenidos morbosos o pertenecientes al ámbito privado de los protagonistas "es equiparable con las actitudes poco serias y rigurosas de la prensa rosa".

En cuanto al análisis del discurso en este ámbito, se detecta la utilización de un lenguaje bélico y emotivo en, al menos, un tercio de los ejemplos estudiados, si bien el empleo de ilustraciones con contenido violento y los recordatorios de hechos conflictivos entre protagonistas es "relativamente bajo".

Por último, se observa un cierto grado de servilismo hacia el equipo de la ciudad de donde se edita el diario, como parte de una estrategia, más comercial que periodística, dirigida a satisfacer una línea ideológica y las afinidades hacia unos colores determinados para así fidelizar lectores; y se pone de manifiesto una interpretación tendenciosa de los acontecimientos que en ocasiones tiene que ver más con el abuso de la subjetividad o el forofismo del propio periodista. 

Trabajos como este no hacen sino corroborar la necesaria consolidación de la ética profesional en un ámbito de tanto impacto social como el periodismo deportivo, el área informativa que cuenta con un mayor número de seguidores, sobre los cuales ejerce una enorme influencia, tanto en la proyección de conductas como en su formación cultural e idiomática. Como afirma el propio Gómez Bueno, "todo aquello que sea susceptible de provocar grandes pasiones, de tener una repercusión social inusitada y de generar increíbles recursos económicos, debe estar sometido a una estricta vigilancia moral y ética".

Tal como hemos señalado en este blog en varias ocasiones, este tipo de periodismo sobre todo tiene la responsabilidad de ser educador y transmisor de los valores positivos inherentes a la práctica deportiva, como el afán de superación, la cultura del esfuerzo, la solidaridad, el compañerismo, la igualdad o el juego limpio; y el compromiso social de informar con rigor. La dimensión ética y la relevancia de los contenidos deportivos, en la relación al consumo y a su incuestionable trascendencia social, requieren de una mayor autorregulación por parte de los medios de comunicación y de los propios periodistas a título individual; tienen ante sí la gran responsabilidad de satisfacer el derecho de la ciudadanía a obtener una información legítima, rigurosa y veraz. 

Aquí puede consultar y descargar la tesis completa en PDF.

viernes, 7 de junio de 2013

Periodismo y cultura deportiva en la era de la posmodernidad

El periodismo tiene todavía una cuenta pendiente con el deporte en su más variada y completa dimensión. Mientras otras áreas de especialización informativa suelen cubrir la diversidad de manifestaciones, acontecimientos y protagonistas que tengan que ver con la temática a la que se refiere su sección o cabecera, no suele ocurrir lo mismo con el periodismo deportivo, que, en la mayoría de los países, reduce su campo de acción a un puñado de modalidades, esto es, fútbol y no mucho más. 

Ciertamente, el periodismo está llamado a desempeñar un papel fundamental en la implantación de una verdadera cultura deportiva en las sociedades contemporáneas, entendiendo este concepto como la universalización entre la población del conocimiento y del interés por un abanico de disciplinas diferentes, que son precisamente aquellas que cuentan con practicantes -estén federados o sean simples aficionados- y forman parte del tejido social de una ciudad, una región o un país. Los medios de comunicación tienen mucho que decir y, sobre todo, que aportar para acercar sus contenidos a la realidad deportiva de sus respectivos territorios mediante una mayor diversificación, concediendo algo de visibilidad, aun en espacios breves, a otras modalidades que esconden grandes historias, pero que todavía están a la espera de ser contadas. 

Precisamente, sobre la necesidad de promover esa anhelada cultura deportiva desde los medios de comunicación y de dotar de amplitud de miras a la información en este campo versa una de las primeras y principales reflexiones incluidas en el libro Periodismo deportivo: entre líneas, voces e imágenes. Esta obra, publicada a finales de 2012 por los periodistas y profesores colombianos Amado Hernández Gavira, Davis Zapata y Jhon Jaime Ossorio, constituye una de las más aportaciones más relevantes al estudio del periodismo y la comunicación en el deporte de cuantas han llegado desde el continente americano en los últimos años.

Escrita a seis manos, esta publicación presenta una visión global del deporte como ámbito de aplicación del periodismo en particular y de la comunicación en general, y lo hace desde una perspectiva que combina el rigor académico con un enfoque más práctico. Para ello, los autores construyen una serie de ensayos que se apoyan en conversaciones compartidas con otros 45 profesionales del periodismo radiofónico, televisivo, impreso o digital de Colombia, así como profesores universitarios de este país, que aportan sus experiencias y arrojan luz sobre las nuevas relaciones que se establecen entre los medios y los actores del deporte.

A lo largo de once capítulos, se efectúa un recorrido por las diferentes opciones profesionales que existen en este ámbito, desde el reporterismo, la narración o el comentario en medios audiovisuales y digitales, hasta las variadas formas de comunicación de las organizaciones y entidades, el marketing, las relaciones públicas y empresas de comunicación e imagen ligadas a esta industria. Asimismo, se detiene especialmente en los nuevos retos éticos y profesionales del periodismo deportivo, que ha de amoldarse a los requerimientos de los nuevos tiempos y los nuevos hábitos de consumo de las audiencias, así como las particularidades que traza el nuevo entorno digital. 

Entre otros muchos asuntos, se analiza la singularidad del lenguaje deportivo por establecer continuas asociaciones con el lenguaje de la guerra, la profusión en el empleo de metáforas y otras figuras retóricas, o la más que demostrada capacidad creativa de los narradores para incorporar a su discurso neologismos y palabras extranjeras adecuándolas a sus necesidades. 

A juicio de Hernández, Zapata y Ossorio, el periodismo deportivo es una de las expresiones más estéticas de la profesión al aunar pasiones y emociones con acciones y estrategias, y, al mismo tiempo, comporta una especial responsabilidad social, que reside en la "integridad, credibilidad y el afán por la formación permanente del sujeto que encarna el rol" de contar historias, de ser un "Homero de la postmodernidad", para ser el intermediario más honesto posible entre los hechos y los espectadores.

Como señalan los propios autores, "el periodismo deportivo es una de las profesiones más modernas de la humanidad, no porque sea reciente su creación sino porque su dinámica de trabajo está a la vanguardia de la actualidad. Su razón de ser es la recepción inmediata de todo lo que ocurre en el mundo del deporte, su análisis, su relación con el contexto y su transformación en noticia, para contarla a un público masivo y heterogéneo. El periodismo deportivo es un oficio del hoy y del ahora".

Periodismo deportivo: entre líneas, voces e imágenes esboza las líneas maestras de lo que ha de ser la especialización en este ámbito periodístico, que, más allá de la temática sobre la que se ocupa, reside en sumar a la información y la opinión documentación, interpretación, seguimiento e investigación. "Hay que situar los acontecimientos, verlos en perspectiva y descifrar los hechos en su significación política, en sus implicaciones éticas y en su contexto planetario. Deportivo o de cualquier área, el periodismo es uno solo. Se debe a los intereses de la humanidad, no a la verdad de los protagonistas de los hechos. Debe ser instrumento civilizador y constructor del tejido social".