Todo está listo para la celebración este fin de semana de una nueva edición de la Super Bowl, la cita que cierra la temporada de la Liga profesional de fútbol americano (NFL) en Estados Unidos y que es algo más que un partido; es uno de los espectáculos de mayor repercusión internacional que cada año bate récords de audiencia. Para esta ocasión se aspira a superar los casi 112 millones de espectadores que vieron el encuentro por televisión el año pasado.
La cobertura mediática de esta final, que enfrentará a los Atlanta Falcons y a los New England Patriots, será especialmente intensa no solo en Estados Unidos, sino también en la mayor parte de los países que conforman el arco hispanohablante de este continente. El fútbol americano, al igual que ocurre con deportes pertenecientes a las ligas profesionales norteamericanas, como el baloncesto o el béisbol, goza de una legión infinita de seguidores en el ámbito latinoamericano, especialmente en México, Centroamérica y zona del Caribe, donde ha llegado a desplazar en algunos casos al fútbol a un plano más secundario.
La cobertura mediática de esta final, que enfrentará a los Atlanta Falcons y a los New England Patriots, será especialmente intensa no solo en Estados Unidos, sino también en la mayor parte de los países que conforman el arco hispanohablante de este continente. El fútbol americano, al igual que ocurre con deportes pertenecientes a las ligas profesionales norteamericanas, como el baloncesto o el béisbol, goza de una legión infinita de seguidores en el ámbito latinoamericano, especialmente en México, Centroamérica y zona del Caribe, donde ha llegado a desplazar en algunos casos al fútbol a un plano más secundario.
Dadas las amplias franjas de audiencia que copan las retransmisiones de fútbol americano, la presencia de esta modalidad es creciente en la programación de las principales cadenas de televisión del continente, tanto las de emisión internacional, como las estadounidenses ESPN y Fox Sports, que atienden las necesidades de toda la comunidad hispanohablante de América; como otras de alcance regional, como las mexicanas Claro Sports y Televisa Deportes, cuyas señales llegan también a otros países de la zona.
En la cobertura periodística de una modalidad deportiva como esta, tan arraigada en Estados Unidos y su área de influencia, prevalece el uso de la terminología original en lengua inglesa, si bien se suceden los intentos por hispanizar su terminología dado el alto grado de aceptación y seguimiento de esta modalidad entre los aficionados de los países americanos de habla española.
Entre las propuestas más interesantes en este sentido, se sitúa la formulada por el canal panhispánico ESPN Deportes, que aloja en su web un glosario terminológico bilingüe dirigido a uniformizar entre sus profesionales el uso de conceptos básicos y situaciones del juego para la locución y redacción de las crónicas de partidos de la NFL. Esta miniguía ofrece 177 términos en inglés y sus correspondientes equivalencias en lengua española, que se distribuyen en ocho grupos diferentes: nomenclatura básica, uniforme y equipamiento, fundamentos, posiciones, cuerpo técnico, arbitraje, infracciones, y puntuación y tiempo.
De esta forma, se refiere a wildcard como equipo comodín, starting player como jugador titular, kickoff como patada o saque, first-and-10 como primero y 10, fumble como balón libre o balón suelto, turnover como pérdida de balón, tackle como parada, atajada o derribada, sack como captura o end zone como zona de anotación.
Para las distintas posiciones de jugadores en el campo, se proponen traducciones a las palabras en inglés, pese a que en este caso las voces originales siguen siendo las más utilizadas por deportistas, entrenadores, periodistas y aficionados. Así, en español se sugiere hablar de centro (center), guardia (guard), guardia escolta (pulling guard), ala (end), ala libre o ala intermedia (flanker, slot back), ala cerrada (tight end), corredor (running back), corredor de poder (fullback), apoyador (linebacker) e, incluso, mariscal de campo (quarterback).
El predominio de los extranjerismos en este caso es casi inevitable cuando la definición de un término en inglés es precisa y está perfectamente acotada dentro el reglamento del juego y cuando, además, su traducción o adaptación a nuestro idioma requiere de más de una palabra e incluso de una frase, que en términos de economía del lenguaje, resulta menos rentable desde un punto de vista periodístico.
Aun así, aquí se ofrecen alternativas a infracciones como clipping (bloqueo ilegal por detrás), crackback (bloqueo ilegal bajo la cintura), dead ball foul (doble falta), encroachment (cruce con contacto o fuera de lugar con contacto) o intentional grounding (pase intencionalmente incompleto); y a aspectos de puntuación y tiempo como 35-second (reloj de 35 segundos) o 2-minute warning (aviso o advertencia de los dos minutos).
Aun así, aquí se ofrecen alternativas a infracciones como clipping (bloqueo ilegal por detrás), crackback (bloqueo ilegal bajo la cintura), dead ball foul (doble falta), encroachment (cruce con contacto o fuera de lugar con contacto) o intentional grounding (pase intencionalmente incompleto); y a aspectos de puntuación y tiempo como 35-second (reloj de 35 segundos) o 2-minute warning (aviso o advertencia de los dos minutos).
Con este glosario se pone de manifiesto, una vez más, cómo la utilización masiva de extranjerismos en el lenguaje del deporte es en cierto modo evitable, o al menos reconducible, si para ello los profesionales de los medios de comunicación aplican unos mismos criterios de estandarización que puedan ser socialmente aceptados.
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