Philip Hersh. Foto: globetrottingbyphiliphersh.com |
Philip Hersh es uno de los más reputados periodistas especializados en deportes olímpicos de todo el mundo. Desde 1980 ha cubierto 17 Juegos Olímpicos y otros grandes eventos deportivos internacionales en 35 países de cinco continentes. Entre ellos, figuran 10 Mundiales de atletismo, 17 Mundiales de patinaje artístico, siete Mundiales de fútbol (tres de ellos de femenino) o tres torneos de Wimbledon.
Hace unos meses se despedía de los compañeros y lectores del Chicago Tribune, periódico para el que trabajó durante más de 31 años, y recientemente ha puesto en marcha su web personal, llamada Globe Trotting, donde espera buscar y contar las mismas historias deportivas de siempre.
A falta de menos de seis meses para el inicio de los Juegos Olímpicos, nos hemos puesto en contacto con Hersh para saber un poco más de su carrera en el Tribune y su opinión sobre cómo ha cambiado el periodismo deportivo y la cobertura de grandes eventos, así como su visión sobre lo que puede acontecer en Río tras el cúmulo de problemas económicos que afronta la organización y los escándalos recientes que envuelven a grandes federaciones deportivas internacionales.
- Se marchó del Chicago Tribune después de más de tres décadas cubriendo eventos deportivos en todo el mundo. ¿Cuándo sintió que había llegado la hora de pasar página y emprender una nueva etapa en su vida?
- La situación por la que atraviesa la industria es tal que sabía que el Tribune, al igual que muchos otros periódicos, centraría sus prioridades en contar historias más locales. Aunque yo siempre escribí algunas de esas historias, no quería que eso se convirtiera en mi área fundamental de trabajo.
- Me imagino que fue una decisión difícil para usted.
- Resultó ser más fácil por mi edad (69) y por la oferta de indemnización por cese que me hizo el Tribune. Aun así, hubo algo que me hizo pensármelo bien hasta el último momento y que me podría haber hecho cambiar de opinión.
- ¿Cómo ha cambiado la cobertura de eventos deportivos?
- El poder de la televisión y el de la web lo cambió todo. Los deportistas ahora pueden dirigirse directamente a sus aficionados, a través de Facebook, Twitter o The Players Tribune sin necesidad de recurrir a los denominados medios tradicionales. Los clubes y las Ligas tienen sus páginas web, las cuales pueden usar para controlar o redirigir la historia según les plazca. Casi todos los partidos, sean profesionales o universitarios, pueden verse en TV o en streaming, por lo que la idea de tener un reportero para contar los hechos ocurridos en un partido ha pasado a ser algo prácticamente obsoleto. Todo esto ha hecho cambiar la cobertura de los grandes eventos.
- Ha llegado a informar sobre 17 Juegos Olímpicos nada menos. Sin embargo, tengo entendido que cuando usted comenzó a trabajar su periódico no prestaba la suficiente atención a los Juegos Olímpicos. ¿Tuvo que convencer acaso a editores del Tribune para que hubiera más información de olimpismo?
- El periódico había prestado bastante atención a ese tipo de información durante los Juegos pero no en el periodo intermedio, lo que suponía un vacío de cuatro años. El hecho de que Norteamérica acogiese seis Juegos Olímpicos [de verano e invierno] entre 1976 y 2002 me ayudó a hacer ver que alguien de la redacción debería encargarse plenamente al seguimiento de los deportes olímpicos, no solo lo que respecta a la competición sino también a las finanzas, el dopaje, la política, etc.
- Eso se sigue produciendo hoy, la mayor parte de los medios no otorgan importancia a los Juegos más que durante una quincena cada cuatro años. Sin embargo, como usted dice, hablar de olimpismo es hacerlo también de burocracia y de política.
- Desde 1956 aproximadamente hasta la caída de la Unión Soviética, los Juegos se convirtieron en una historia de "nosotros contra ellos" donde se situaba a la URSS y sus países satélites contra Estados Unidos. Los soviéticos y los alemanes del Este sobre todo pretendieron que los éxitos deportivos validaran las ideas que escondía el comunismo. Esto lo que provocó en Estados Unidos fue un interés es ver quién ganaba más medallas desde el punto de vista (muy simplista) del bueno contra el malo. Durante los últimos 25 años en Estados Unidos, en los que esto, por supuesto, ya no es así y donde no solo los deportes profesionales sino también los universitarios son muy seguidos por el público, ha disminuido el interés por los Juegos Olímpicos.
- Llegó a afirmar que durante su trayectoria profesional en el Tribune disfrutó del "mejor trabajo que uno puede tener en un periódico". ¿Qué significa ser un especialista en olimpismo y en qué medida ese espíritu que envuelve a los Juegos pudo ayudarle a ser mejor periodista?
- Yo en la Universidad me especialicé en los estudios de Literatura Francesa del siglo XIX. Siempre quise viajar para comprender el mundo mejor. Un amigo europeo una vez me dijo: "Eres el más europeo de todos los estadounidenses que conozco". Me tomé aquello como un gran cumplido. Esa parte de los valores olímpicos que nos insta a hallar puntos de encuentro en lugar de barreras divisorias es lo más importante para mí.
"La idea de que los medios cuenten con un reportero que escriba sobre los hechos ocurridos en un partido ha pasado a ser algo casi obsoleto"
- Si tuviera que elegir tres o cuatro momentos mágicos de los Juegos Olímpicos que usted presenció como periodista, ¿con cuáles se quedaría según las experiencias vividas?
- La victoria del equipo de hockey hielo de Estados Unidos a la Unión Soviética en los Juegos de 1980.
- La llegada a meta cojeando del británico Derek Redmond en los 400 metros en Barcelona. Una de las mejores historias que he escrito.
- Encontrarme con el refugiado sudanés del Sur Guor Marial tras escribir la historia de cómo pudo finalmente participar en Londres 2012 [bajo bandera olímpica en maratón]
- El oro logrado por la surcoreana Yuna Kim en 2010 en patinaje artístico, en un ejercicio intachable tras haberse echado sobre sus hombros las grandes esperanzas depositadas en ella por todo un país. Una de las mejores actuaciones deportivas bajo presión que jamás he visto.
- Y a partir de ahora, ¿qué tipo de historias podremos encontrar en su nueva web personal?
- Espero seguir contando las mismas historias de siempre. Durante el otoño y el invierno habrá mucho de patinaje artístico, ya que es un deporte que he seguido de cerca durante 35 años y tengo muchos lectores que quieren que opine sobre ello...
- Estamos en la cuenta atrás a Río. ¿Cómo afectarán al desarrollo de los Juegos tanto los escándalos de corrupción y dopaje en grandes federaciones deportivas internacionales como los problemas de recortes en los presupuestos para concluir la construcción de algunas sedes?
- Río va de crisis en crisis, siendo la más reciente (la del virus Zika) la más peligrosa para que los Juegos Olímpicos sean un éxito. El problema de la calidad de las aguas podría ser también un asunto central si hubiera deportistas que cayeran enfermos. La cobertura mediática sobre estas cuestiones se intensificará por supuesto durante los Juegos y es probable que la imagen que ofrezca Río no sea muy buena.
El escándalo de dopaje en la IAAF ensombrece mucho más los Juegos de 2016 que el escándalo de la FIFA, porque pone en cuestión la credibilidad de los resultados. Sin embargo, he de decir que lo ocurrido en la IAAF apenas despierta interés en Estados Unidos, donde el atletismo se ha convertido en un deporte sin apenas seguimiento entre el gran público.
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