jueves, 21 de enero de 2021

Alfredo Casares: "Es la hora del periodismo constructivo. No podemos dejar la conversación social en manos de quienes más gritan"

Alfredo Casares, en una conferencia en la Universidad de Navarra.


El periodismo busca reconectar con sus audiencias en un momento en el que parte de ese público parece haberse marchado a otros sitios para informarse. Desde hace tiempo se habla dentro de la profesión de "periodismo de soluciones", una práctica que se fundamenta en la construcción de una agenda temática basada en hechos y que dé respuesta a problemas sociales estructurales, en la investigación y también en la incorporación de la ciudadanía a los procesos de la construcción de las noticias. Se trata, por tanto, reorientar la misión periodística hacia una mirada que resulte más útil al mismo tiempo que más cercana para las personas, y que el periodismo gane relevancia y esté más y mejor orientado al futuro.

Esta corriente también ha llegado a España y está siendo impulsada por el periodista Alfredo Casares, que ha fundado y dirige el Instituto de Periodismo Constructivo. Este proyecto ha recibido la LEDE Fellowship 2021, que otorga la organización estadounidense Solutions Journalism Network, para desarrollar en España un programa de formación y asesoramiento a medios y periodistas sobre periodismo de soluciones. Este instituto, además, trata de involucrar a profesores y estudiantes en universidades estimulando la investigación sobre los efectos de un periodismo que tenga potencial transformador en las comunidades a las que sirve. 

Casares tiene una larga trayectoria en puestos directivos en el ámbito del periodismo y la comunicación, y ha dirigido proyectos que han recibido una decena de premios nacionales e internacionales. Ha trabajado, entre otros medios, en The Miami Herald (Estados Unidos) como redactor jefe para su diario en español, El Nuevo Herald; en El Corte Inglés, como director de comunicación y como subdirector general de su centro en Pamplona; y en Diario de Navarra, donde como director de nuevos contenidos fundó en 2013 DN Lab, el primer laboratorio de innovación en un periódico español. Es Acumen Fellow 2020, miembro del consejo asesor de la revista Compromiso Empresarial y colaborador de la revista Ethic.

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra y Master en Administración y Dirección de Empresas, ha cursado un posgrado en Marketing y programas de desarrollo directivo en el IE Business School y en el Center for Creative Leadership en Greensboro (Estados Unidos). Ha sido profesor asociado de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, profesor del Diploma en Gestión y Creación de Empresas de su facultad de Ciencias y profesor de Dirección Estratégica.

Por el carácter innovador y la relevancia de este proyecto, hemos conversado con Alfredo Casares, para conocer algo más sobre este movimiento del periodismo de soluciones y sus posibilidades para la profesión, y también para preguntarle por su libro La hora del periodismo constructivo, que pronto verá la luz en la editorial Eunsa y recoge la esencia del proyecto que él enarbola en España.


- Ha fundado el Instituto de Periodismo Constructivo, una organización que asesora y acompaña a medios, periodistas y universidades.  ¿Qué es y cuáles son sus objetivos?
- Es una organización que impulsa un movimiento en favor de un periodismo comprometido con el futuro y enfocado en las soluciones a los desafíos sociales. Quiere ser un espacio de encuentro para quienes creen que podemos contrarrestar la negatividad, la desconfianza y la polarización social. Invitamos a reflexionar a los profesionales sobre el propósito de su trabajo, a encontrar modos de contar el mundo de una forma más equilibrada y a desarrollar proyectos con potencial transformador en las comunidades a las que sirven.
Asesoramos a medios y periodistas, les invitamos a que miren el mundo con otros ojos, formulen preguntas diferentes e investiguen para explicar lo que sí funciona en la sociedad y cómo podemos aprender de ello. Muchos periodistas hacen periodismo constructivo o de soluciones sin llamarlo así. En nuestros proyectos tratamos de que lo hagan con más frecuencia, más conscientes de para qué lo hacen, que incorporen a los ciudadanos a ese proceso y que midan el impacto de su trabajo. 


"Asesoramos a medios y periodistas para que miren el mundo con otros ojos e investiguen para explicar lo que sí funciona en la sociedad y cómo podemos aprender de ello"


- ¿Por qué y en qué sentido el periodismo debe encaminarse a la búsqueda de soluciones? 
- El periodismo dispone de una magnífica oportunidad para ganar relevancia y fortalecer los vínculos con sus audiencias ofreciéndoles una visión más completa, equilibrada y fiel del mundo, que incluya la descripción de los problemas y sus consecuencias, pero también un relato riguroso de las soluciones que están en marcha. No se trata de que al periodismo se le ocurran soluciones, sino de que investigue para contar con rigor las iniciativas que están contribuyendo a cambiar las cosas.
El periodismo constructivo se presenta como una manera de comprometerse para dotar de un propósito al trabajo periodístico. No se trata de publicar buenas noticias, historias de héroes o mensajes positivos que nos hagan sonreír. Supone investigar con rigor para descubrir lo que sí funciona en la sociedad y por qué, hacerlo visible, extraer aprendizajes, inspirar a los ciudadanos y darles herramientas para que puedan involucrarse en la acción social.
De cualquier modo, el periodismo constructivo no es una alternativa, sino un complemento para potenciar al periodismo de investigación. La sociedad necesita un periodismo crítico y esperanzador al mismo tiempo. Es preciso que convivan en paralelo formas complementarias de mirar la realidad y contar el mundo: una más enfocada a denunciar abusos, buscar culpables o controlar a los poderes, y otra más dedicada a explorar iniciativas esperanzadoras que plantean soluciones de futuro y a darles la visibilidad que merecen.

- ¿Qué problemas exigen una solución más inmediata para hacer que el periodismo siga teniendo vigencia y credibilidad en el actual ecosistema comunicativo?
- El sector como negocio atraviesa muchas dificultades económicas que todos conocemos, y debe convivir en un entorno digital muy complejo, caracterizado por la sobreabundancia de información, la aceleración del relato y la distracción de los ciudadanos con los dispositivos.
A mi juicio, el periodismo tiene una gran oportunidad para recuperar el liderazgo social en un momento donde la crispación, la polarización y la desconfianza son importantes amenazas. Es necesario conectar con la dimensión política del periodismo, no como adscripción partidista o ideológica, sino como la capacidad de crear un espacio de conversación social abierto, en el que participen todas las voces en igualdad de condiciones y acuerden cómo avanzar para lograr el bien común.


"Las universidades pueden aportar más investigaciones aplicadas, que contribuyan al desarrollo del periodismo y que sean útiles para que los medios y los profesionales tomen decisiones"


- Usted dirigió el pasado año varios proyectos de periodismo constructivo, entre ellos uno en la Universidad de Navarra con 70 estudiantes y cuatro profesores, y otro con periodistas de España y Rumanía dentro de un programa europeo de la Fundación Euractiv. ¿Qué vías han de articularse entre la Academia y los profesionales para llevar al alumnado universitario este tipo de periodismo constructivo y procurar que de ahí se extienda al conjunto de la ciudadanía?

- Las facultades de periodismo son un actor esencial. Cuando hablamos de reflexionar sobre el papel del periodismo en la sociedad actual o del rol del periodista, tenemos que incorporar a la academia. Las universidades pueden aportar más investigaciones aplicadas, que contribuyan al desarrollo del periodismo y que sean útiles para que los medios y los profesionales tomen decisiones.
La apuesta por un periodismo más constructivo es una tendencia internacional y las universidades españolas tienen la oportunidad de sumarse a ella. Hay algunas publicaciones sobre ello, y el siguiente paso a mi juicio podría ser introducir el periodismo constructivo a los alumnos como una forma complementaria de mirar la realidad y contarla. ¿Cómo podemos hacerlo? Hemos trabajado con proyectos prácticos, en los que los estudiantes asisten a clases teóricas, talleres y sesiones de acompañamiento, de modo que aprenden a hacerlo y producen historias. La experiencia es muy alentadora para el alumnado y para los profesores involucrados.

- Me imagino que de todo lo que nos cuenta en esta entrevista trata su próximo libro "La hora del periodismo constructivo". ¿Podría avanzarnos algún apunte de lo que se dice en esa obra?

La tendencia de los medios de comunicación a enfocarse en el drama y el conflicto favorece que los ciudadanos se sientan impotentes ante los problemas sociales, cercados por la crispación política, la desconfianza y el miedo. Así lo acreditan numerosas investigaciones que recogen la demanda de un periodismo que no solamente busque culpables en el pasado sino que, además, explore con rigor soluciones de futuro. El libro aporta una imagen esperanzadora del futuro del periodismo como motor de la transformación social.
El texto describe cómo las personas que consumen noticias esperanzadoras se sienten mejor, permanecen fieles al medio que las proporciona, se muestran más interesadas por los temas, están más dispuestas a hablar de ellos en sus entornos y más inclinadas a involucrarse socialmente. Por el contrario, aquellas que se ven expuestas de forma habitual a noticias negativas presentan mayores niveles de ansiedad y algunas reaccionan evitando el consumo de medios, como reconoce el 33% de los españoles. 
Si las personas se protegen del exceso de información y la negatividad desconectando de la actualidad y evitando consumir noticias, ello supone una seria amenaza no solo para la industria de los medios, sino también para la convivencia y la democracia. No podemos dejar la conversación social en manos de quienes más gritan, de las posiciones más extremas, de aquellos que formulan siempre las mismas preguntas para obtener respuestas idénticas, de quienes se afanan en buscar culpables y víctimas, afianzan prejuicios, fijan estereotipos, sostienen los conflictos, simplifican los problemas, dramatizan los relatos y, sobre todo, ensanchan la distancia entre nosotros y ellos.

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