domingo, 21 de octubre de 2012

Rodrigo Errasti (Grada 360): "No hay peligro de sobresaturar a la audiencia si entendemos que no podemos hacer todos lo mismo"

La oferta periodísticodeportiva en España sigue ensanchándose con el surgimiento de nuevos medios de comunicación dispuestos a cubrir diferentes necesidades de aficionados ávidos de consumir una información cada vez más personalizada, sobre los resultados de su equipo o sobre su deporte favorito. 

Con este objetivo el grupo Colpisa-Vocento lanzó hace un par de meses el diario deportivo digital Grada360.com, un portal de vocación polideportiva y de clara preferencia futbolística que apuesta por la participación y la interacción con el público como claves para ser local y global al mismo tiempo, esto es, para llegar a todas las aficiones a la vez.

El director de esta aventura periodística es Rodrigo Errasti, exjefe de contenidos de la web Eurosport para España y exredactor del diario deportivo Marca. Con él hemos hablado para conocer las claves y objetivos que persigue este nuevo proyecto.

- ¿Por qué un nuevo diario deportivo digital?
- La idea era tener un portal en el que se pudiera ver todo el potencial deportivo que existe en el grupo Vocento. Dada la cantidad de cabeceras y medios que hay, esa información necesitaba ser agrupada y Grada 360 es una manera de mostrarla. Además, tendremos nuestro propio enfoque de la actualidad.

-¿Llega para cubrir algún vacío en la oferta periodísticodeportiva existente en España o más para completar la oferta periodística de Colpisa-Vocento en la red?
- La idea es ser un medio de todos, al tener esa variedad de todas las zonas seremos más locales y a la vez más globales. Le daremos importancia a todas las cosas aunque siendo conscientes de que algunos clubes tienen mucho más llegada. Y sin renunciar a ser muy polideportivos.

- El sitio 360grada.com aúna noticias, blogs y participación social. ¿Acaso se puede entender el periodismo de hoy sin tener en cuenta la opinión del público al que se dirige?

- Imposible. En 2012 un medio nuevo tiene una vocación nítidamente social y grada360.com está volcado en la participación de los usuarios, con especial atención a las redes sociales. De hecho, para facilitar la participación y la interacción entre los usuarios, estos pueden compartir todo el contenido con un solo clic desde la portada del portal. Todo el contenido del portal estará disponible también en la aplicación de Grada360 desarrollada y que los usuarios se podrán descargar de forma gratuita para iPhone y Android.

- Además su web se nutre de enlaces de informaciones publicadas por otros medios del grupo Colpisa-Vocento. ¿Es esta una manera de diversificar contenidos y al mismo tiempo de reforzar la imagen de marca?
- Eso es. Es importante que todo España sepa la información que hacen nuestros compañeros en cada sitio informativo. Se pueden encontrar noticias sobre un determinado deporte o club de fútbol local que en ocasiones queda marginado de la prensa nacional. Son referencia y suelen marcar la agenda informativa del día. No hay peligro de sobresaturar a la audiencia si entendemos que no podemos hacer todos lo mismo.

- Tras haber acumulado tantas horas en la grada y fuera de ella, ¿qué espera encontrar a lo largo de esta nueva aventura profesional?
- Espero seguir aprendiendo, tras años trabajando en el medio deportivo líder en España, en el referencia a nivel europeo, es un reto apasionante poder liderar algo nuevo que aglutine todo ese trabajo que se hace en distintas zonas. Es clave ser un medio de todas las aficiones y de los que te informan allá donde estés, usando un Smartphone, un PC o un Ipad. El usuario encontrará un sitio nuevo, diferente y que ofrece cosas nuevas al internauta. Lo conocerá y se quedará.

lunes, 15 de octubre de 2012

Martí Perarnau: "Hace falta contar historias del deporte; el periodismo se ha ido excesivamente a lo superfluo, a lo banal, a opinar de todo sin saber de nada"

Martí Perarnau es uno de los indiscutibles referentes del periodismo deportivo español, adonde llegó hace ya 38 años y mientras todavía practicaba el atletismo de competición. Olímpico en Moscú 1980 y campeón y plusmarquista nacional de salto de altura (2,21 metros) en todas las categorías, acudió con absoluta convicción a la llamada de una profesión que no ha dejado de cultivar desde entonces, cada día y a cada hora, de una forma tan apasionada como perfeccionista.

Alejado del ruidoso forofismo que invade una buena parte del periodismo deportivo actual, siempre se ha mostrado como un firme defensor de los viejos principios y valores de la profesión; el rigor, la honestidad y la prudencia son su mejor carta de presentación, los mismos avales que le han granjeado un estilo propio, y el respeto y la credibilidad de compañeros y lectores a lo largo de todos estos años.

- Usted hizo su particular 'Máster de Periodismo Deportivo' antes de tiempo; fue deportista antes de decidir ser periodista. ¿Qué valores adquiridos de su etapa como atleta de alto rendimiento le han servido para desarrollar mejor su labor profesional en los medios de comunicación a lo largo de todos estos años?
- Fundamentalmente me ha resultado beneficios en dos vertientes: primero, por la parte del conocimiento. Ser atleta de alto nivel te aporta unas experiencias insólitas y enriquecedoras, vives momentos únicos, conoces grandes rivales y deportistas y va creciendo tu conocimiento concreto en materia deportiva. Ese conocimiento me ha resultado muy útil en el periodismo, al saber qué ocurre con una lesión, qué piensa y siente un deportista en los buenos y los malos momentos, etc. En segundo lugar, la práctica deportiva te exige esfuerzo, trabajo y te acarrea sinsabores y amarguras de los que debes levantarte. Aunque quien no lo ha practicado cree que es un tópico barato, el deporte es una gran escuela para la vida, donde te ocurre lo mismo. Y sí, me ha servido mucho, sobre todo en los malos momentos. Para seguir adelante a pesar de los pesares.

- Como consecuencia de esa simbiosis surge Perarnau Magazine, para hacer un periodismo más plural y analítico que lo que habitualmente se ve, lee o escucha en los medios de comunicación más convencionales.
- Bueno, las cosas surgen como surgen. Llega un día en que pienso que los medios clásicos están algo atrancados y que necesito dar un paso adelante, así que creo mi propio medio. De momento, muy modesto, pero al que se suman muchas energías de gente a la que no conocía pero que siente algo similar: jóvenes periodistas o periodistas ya muy veteranos y experimentados; deportistas, entrenadores, etc. De pronto, durante los Juegos Olímpicos de Londres veo que se reúnen 26 colaboradores escribiendo a diario grandes piezas del evento olímpico hasta un total de 265 piezas en dos semanas. Y hay deportistas olímpicos, como Xavi Llobet en Triatlón; campeones de España, como Pablo Villalobos en Maratón o Ekaitz Saies en Piragüismo; periodistas con nueve Juegos Olímpicos a sus espaldas, como es el caso de Pedro Gabilondo, que cubre el Balonmano; filósofos, chavales jóvenes y gente curtida, que entre todos construyen una cobertura inimaginable. Es el poder de la energía colectiva. Algo de lo que uno se siente verdaderamente orgulloso.

- ¿Hace falta contar más cosas y hacerlo de otra manera en el periodismo deportivo actual? Se lo pregunto sobre todo porque el fútbol por exceso arrincona informativamente a casi todo lo demás... excepto en las semanas en que se disputan los Juegos Olímpicos, claro.
- Diría que hace falta contar historias del deporte. No necesariamente antiguas, ni mucho menos. Actuales, muy actuales, pero historias. Y por supuesto de fútbol. A mí me apasiona el fútbol, pero también la mayor parte de los deportes. Y creo que al lector medio también. Cada deportista tiene una historia detrás y el periodismo se ha ido excesivamente a lo superfluo, a lo banal. A opinar de todo sin saber de nada.

- Aunque las prioridades futbolísticas puedan parecer poco discutibles, lo cierto es que los contenidos deportivos no siempre se ajustan a criterios puramente periodísticos y logros de otras modalidades se quedan sin visibilidad mediática ¿No habría que replantearse la aplicación de ciertos criterios de selección y jerarquización de los contenidos más allá del 'esto es lo que vende'?
- Es que el 'esto es lo que vende' es totalmente fluctuante. El magazine tuvo más audiencia durante los Juegos Olímpicos que durante la Eurocopa de fútbol. Quizás fuese casualidad. O quizás no. Quizás la audiencia está dispuesta a fluctuar, a apasionarse por otras materias, pero tienes que dárselas. Si solo les das el monotema, la audiencia jamás se moverá. Por otro lado, yo no veo que los medios vendan más ahora que cuando poseían un abanico más amplio.

- Decía recientemente Julio Maldonado 'Maldini' que el mayor piropo que puede recibir hoy un periodista deportivo es que le llamen "creíble". ¿Tanto ha perdido el periodismo deportivo como para que los lectores pongan en entredicho la profesión?

- En esencia, el periodista es un intermediario. Intermedia entre unos hechos y unos receptores. Ser honesto en dicha intermediación es clave para ser creíble. Y lo que ha llevado a la paupérrima situación actual es que dicha intermediación ha dejado de ser honesta. Esto no es exclusivo de los tiempos actuales. Hubo tiempos peores, lo aseguro porque los viví. Y tampoco es exclusivo del periodismo: toda la intermediación está en crisis en el mundo entero.

- ¿Cuáles son los retos que ha de afrontar el periodismo deportivo en el nuevo entorno digital? En un momento donde Twitter y las webs exigen correr mucho para ser el primero en dar la noticia, ¿ha de ser la mayor la exigencia ética, deontológica y lingüística del profesional que es seguido por miles de ciudadanos?

- Me parece imprescindible ser más prudente que nunca. Las prisas están perjudicando aún más la depauperada situación. Twitter mata famosos cada diez minutos y debemos evitar ser presos de dicha prisa. Además, francamente, prefiero no dar primicias urgentes, pero ser fiable y cabal en las informaciones que doy.

domingo, 7 de octubre de 2012

Las ocho cualidades del estilo de Proceso, un método sencillo y completo para lograr una buena redacción periodística

El semanario Proceso se convirtió en 1998 en una de las primeras cabeceras de prensa en México en confeccionar un libro de estilo propio. El Manual de Estilo de Proceso, tras ser publicado y puesto a la venta, fue reimpreso en 1999 tras haberse convertido en uno de los manuales de referencia en las escuelas y facultades de periodismo de este país norteamericano.

Según se explica en la presentación de la obra, que fue ampliada y actualizada en una segunda edición en 2009, Proceso persigue con esta herramienta "normar, orientar y mejorar la redacción, además de uniformar y modernizar la grafía del semanario y de la Agencia Proceso de Información (Apro)".

Con el propósito de convertirse en "el principal instrumento de reporteros, correctores y editores para disipar sus dudas más frecuentes o apremiantes en gramática, estilística y grafía", el Manual de Estilo de Proceso propone un método muy sencillo y completo para lograr una buena redacción que denomina 'Las cualidades del estilo'.

El libro resume en ocho los principales atributos que debe reunir todo texto periodístico y que constituyen las normas básicas de la redacción, corrección de originales y tareas de edición en este medio. Estas son, y por este orden: claridad, propiedad, precisión, brevedad, sencillez, vigor expresivo, armonía y abundancia.

Por su relevancia, reproducimos aquí cómo quedan definidas cada una de las Cualidades del Estilo de Proceso:

"1) La claridad de la redacción consiste en expresarse sin enredos, lagunas, anfibologías, etcétera, de suerte que cualquier lector comprenda sin confusiones ni rodeos el sentido de nuestras frases y vocablos. Principales obstáculos para la claridad: frases demasiado largas o rebuscadas; ineficaz o incorrecta organización de las palabras; ambigüedades y omisiones; uso de paréntesis frecuentes; exceso de cláusulas subordinadas, e inclusión de términos u oraciones prescindibles o superfluos

2) La propiedad es para nosotros la cualidad del estilo que consiste en escribir voces, frases y oraciones de manera correcta y pertinente, tanto por su apego a las normas gramaticales como por sus implicaciones de matiz. Las más frecuentes faltas de propiedad son el solecismo, que es una violación de la sintaxis; el barbarismo, que es una falta ortográfica o una confusión de un término por otro; y el defectuoso empleo de los sinónimos, es decir, una inadvertencia del matiz que los distingue y que obliga a la elección de un solo vocablo justo en un contexto dado.

3) La precisión, íntimamente relacionada con la claridad y la propiedad en su forma, pues las tres se combinan en una buena comunicación, se refiere sobre todo al contenido y al sentido estricto de los vocablos y oraciones empleados para difundir la información. Aunque en la búsqueda de la precisión también se evitan impropiedades y confusiones, la tarea específica en este punto es encontrar la plabra justa y la oración irreprochable para transmitir exacta, estrictamente lo que queremos decir (Un análisis minucioso de las palabras, conceptos, cláusulas, ideas y datos es indispensable)

4) La brevedad, que efectivamente eleva la calidad del buen escrito, en el periodismo es de capital importancia por dos razones: a) El lector quiere informarse rápidamente, sin pérdida de tiempo, de aquello que le interesa, y generalmente sólo admite la demora ante aciertos o hallazgos literarios del estilo; y b) el espacio e la prensa es limitado. Si cada uno de los reporteros se esfuerza en conseguir la mayor brevedad posible, además de que sus textos ganarán en concisión y consistencia, estos tendrán menores posibilidades de 'compactación' o de resumen y serán mejores candidatos a la publicación.
La brevedad, que siempre ha sido un arte, el arte de sintetizar lo escrito, no debe, sin embargo, confundirse con el laconismo telegráfico, ni procurarse si al hacerlo pierde el texto precisión, propiedad y claridad. (...)

5) La sencillez de un texto produce en los lectores la impresión de que se escribió de un modo natural, sin afectaciones ni artificios, y les permite captar la información sin pensar en lo escabroso o complicado de la misma ni en las cualidades del que escribe. El rebuscamiento de un escrito se debe habitualmente a que el redactor está más empeñado en esxhibir originalidad o dotes de escritor que en dar fluidez y transparencia al texto.

6) Es el vigor expresivo el rasgo que distingue a los mejores escritores y redactores periodísticos de aquellos que, sólo muy correctos, sencillos, breves y precisos, son incapaces de ser, de reflejar su originalidad en un estilo inconfundible que aliente, cohesiones y dé vida a sus escritos. (...)

7) Aquí definimos la armonía como la cualidad estilística que, en primer lugar, procura la compatibilidad, concordancia o simpatía entre la forma y el contenido del texto, entre el estilo y la materia informativa, de suerte que muy difícilmente, por ejemplo, pueda abordarse en tono frívolo o irónico un suceso que entrañe una tragedia. Cada asunto, cada tema reclama una forma, una estructura, un estilo que, con su sensibilidad y con su oficio, el reportero captará y plasmará sin disonancias. Evitar la cacofonía, la rima, el sonsonete; combinar frases cortas con frases largas, y procurar la eufonía dosificando melodiosamente la acentuación y las pausas, son medidas que, en segundo término, resultan recomendables para la consecución de la armonía.

8) La abundancia se refiere sobre todo a la variedad o riqueza del vocabulario y al dominio técnico de las múltiples formas de organización sintáctica, recursos que por sí solos son capaces de erradicar la monotonía de nuestros textos y de imprimirles novedad, elegancia y sutileza.

Hacemos ahora un trayecto retrospectivo para aclarar sucintamente que, en las normas relacionadas con el estilo, ni los reporteros ni los editores sacrificaremos la armonía (7) en aras de la abundancia (8); el vigor expresivo (6) en procura de la armonía (7); la sencillez (5) en busca del vigor expresivo (6); la brevedad (4) en afán de sencillez (5); la precisión (3) en pos de la brevedad (4); la propiedad (2) por la precisión (3), ni la claridad (1) por la propiedad (2).

El procedimiento inverso, que constituye nuestra guía, significa, por ejemplo, que en aras de la precisión (3) podremos ignorar la recomendación de brevedad (4) si, al procurar ésta, irremisiblemente cayéramos en la imprecisión. Y, llevando el ejemplo hasta el extremo, señalamos que, en busca de la claridad, podría violarse el resto de las cualidades del estilo si fuera demostrable que solo así es posible cumplir con la cualidad número 1. Es obvio que, aun en este hipotético caso extremo, estaríamos obligados a mantener un mínimo de precisión (3) y a respetar no pocas normas básicas que atañen a la propiedad (2), consustancial al idioma".