El periodismo ligado al mundo del deporte se ha convertido en uno de los grandes creadores de referencias terminológicas y semánticas de nuestro tiempo. Estas referencias suelen encontrar un rápido acomodo en la lengua común y, en muchos casos, llegan posteriormente a los diccionarios una vez se ha extendido su uso entre la población.
La creciente relevancia de este tipo de lenguaje se ha visto reflejada, por un lado, en la incorporación cada vez mayor de palabras y expresiones deportivas en los diccionarios de uso y dudas, tales como como el Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española de Manuel Seco, el diccionario Clave, el Diccionario panhispánico de dudas o la última edición del Diccionario de uso del español de María Moliner; y, por otro lado, en diccionarios terminológicos, que han proliferado en los últimos años.
Entre estas obras de referencia que han tratado el vocabulario deportivo últimamente destacan el Diccionario de Términos Deportivos (2003) de Recaredo Agulló y el Diccionario Terminológico del Deporte (2005), escrito por Jesús Castañón.
El primero de estos diccionarios es un vasto repertorio que incluye unos 10.000 vocablos empleados en cada una de las disciplinas deportivas existentes, muchos de los cuales todavía no han sido aceptados por la Real Academia Española. De cada uno de ellos, se da su etimología, su significado, su origen, su transcripción fonética y uno o más ejemplos de uso documentados en libros o publicaciones periódicas.
Entretanto, la obra de Castañón contiene información de casi 5.400 entradas, de las que 4.786 corresponden a términos deportivos y 612 a pequeñas biografías de profesionales del deporte, con datos sobre su vida, nacionalidad y palmarés. Asimismo, aporta 861 referencias bibliográficas sobre el idioma del deporte en el mundo (estudios, diccionarios de ciencias del deporte, documentación, tesauros, diccionarios de siglas, diccionarios léxicos y vocabularios, recursos de internet, libros de estilo y obras literarias); y un índice con 3.659 términos en inglés con sus equivalencias en español.
Junto con estos dos volúmenes, se encuentra el Diccionari general de l’esport, publicado en 2010 por el Centre de Terminología TERMCAT y al que ya nos hemos referido con anterioridad en este blog. Esta publicación constituye la continuación de los trabajos acometidos por esta institución dependiente de la Generalitat de Catalunya desde 1992.
La celebración ese año en España de los Juegos Olímpicos motivó la puesta en común a través de congresos y publicaciones de diversos criterios de utilización de la terminología deportiva más habitual. Fruto de esa preocupación creciente por el deporte como fuente de producción léxica, el TERMCAT publicó los Diccionarios de los deportes olímpicos, una serie de cuadernos temáticos que recogían cada término en catalán (con su explicación) y sus traducciones al español, inglés y francés.
Estos diccionarios han sido actualizados en los últimos años, como son los casos del Diccionari de rugby, que recoge 216 términos; el Diccionari d’esports nàutics, que consta de 963 entradas de diversas modalidades como la vela, el remo o el piragüismo; el Diccionari d´esgrima (476); Diccionari de patinatge sobre gel (105); Diccionari de motociclisme (186); Diccionari de fútbol (397) o Terminologia dels esports d’aventura (84).
Todos estos trabajos constatan el dinamismo del lenguaje del periodismo deportivo, que pide paso para ocupar el lugar que su trascendencia social merece.
La creciente relevancia de este tipo de lenguaje se ha visto reflejada, por un lado, en la incorporación cada vez mayor de palabras y expresiones deportivas en los diccionarios de uso y dudas, tales como como el Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española de Manuel Seco, el diccionario Clave, el Diccionario panhispánico de dudas o la última edición del Diccionario de uso del español de María Moliner; y, por otro lado, en diccionarios terminológicos, que han proliferado en los últimos años.
Entre estas obras de referencia que han tratado el vocabulario deportivo últimamente destacan el Diccionario de Términos Deportivos (2003) de Recaredo Agulló y el Diccionario Terminológico del Deporte (2005), escrito por Jesús Castañón.
El primero de estos diccionarios es un vasto repertorio que incluye unos 10.000 vocablos empleados en cada una de las disciplinas deportivas existentes, muchos de los cuales todavía no han sido aceptados por la Real Academia Española. De cada uno de ellos, se da su etimología, su significado, su origen, su transcripción fonética y uno o más ejemplos de uso documentados en libros o publicaciones periódicas.
Entretanto, la obra de Castañón contiene información de casi 5.400 entradas, de las que 4.786 corresponden a términos deportivos y 612 a pequeñas biografías de profesionales del deporte, con datos sobre su vida, nacionalidad y palmarés. Asimismo, aporta 861 referencias bibliográficas sobre el idioma del deporte en el mundo (estudios, diccionarios de ciencias del deporte, documentación, tesauros, diccionarios de siglas, diccionarios léxicos y vocabularios, recursos de internet, libros de estilo y obras literarias); y un índice con 3.659 términos en inglés con sus equivalencias en español.
Junto con estos dos volúmenes, se encuentra el Diccionari general de l’esport, publicado en 2010 por el Centre de Terminología TERMCAT y al que ya nos hemos referido con anterioridad en este blog. Esta publicación constituye la continuación de los trabajos acometidos por esta institución dependiente de la Generalitat de Catalunya desde 1992.
La celebración ese año en España de los Juegos Olímpicos motivó la puesta en común a través de congresos y publicaciones de diversos criterios de utilización de la terminología deportiva más habitual. Fruto de esa preocupación creciente por el deporte como fuente de producción léxica, el TERMCAT publicó los Diccionarios de los deportes olímpicos, una serie de cuadernos temáticos que recogían cada término en catalán (con su explicación) y sus traducciones al español, inglés y francés.
Estos diccionarios han sido actualizados en los últimos años, como son los casos del Diccionari de rugby, que recoge 216 términos; el Diccionari d’esports nàutics, que consta de 963 entradas de diversas modalidades como la vela, el remo o el piragüismo; el Diccionari d´esgrima (476); Diccionari de patinatge sobre gel (105); Diccionari de motociclisme (186); Diccionari de fútbol (397) o Terminologia dels esports d’aventura (84).
Todos estos trabajos constatan el dinamismo del lenguaje del periodismo deportivo, que pide paso para ocupar el lugar que su trascendencia social merece.
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