lunes, 20 de agosto de 2012

Llega ElevenFoot, primera revista deportiva en español para tabletas y plataformas móviles

En un marco económico tan poco favorable como el actual para los medios de comunicación cada vez son más los periodistas que deciden hacerse empresarios. Así no han dejado de surgir nuevos proyectos periodísticos al margen de los formatos tradicionales, ya sea a partir de una mayor especialización de los contenidos, ya sea reorientando los productos a las posibilidades de los nuevos soportes digitales y unos hábitos de consumo que están cambiando de forma significativa y que van a resultar decisivos para el devenir de la profesión.

Uno de los principales graneros de ideas de este periodismo emprendedor al alza se sitúa en el terreno deportivo, donde en los últimos meses se han puesto en marcha iniciativas como Proyecto Panenka, Cuadernos de Basket, Quality Sport, Protagonistas o, muy recientemente, Grada360. A todas ellas hay que sumar ahora el proyecto ElevenFoot, que toma forma para convertirse en la primera revista deportiva digital en español para tabletas y otras plataformas móviles. 

La nueva propuesta, que comenzó a labrarse en el año 2008 y se inspira en la experiencia de #5Magazine de Rio Ferdinand, será, tal como extrae de su propio nombre, principalmente futbolística. "No voy a negar que el fútbol tendrá un mayor porcentaje de contenido en la revista; es obvio, tiene millones de seguidores y es el deporte rey", explica el director de ElevenFoot, el periodista argentino Gabriel Podestá, exjefe de Arte de El Gráfico y exresponsable de Diseño y coautor del Manual de Estilo de la desaparecida Don Balón.

Aunque el fútbol será la base de la nueva publicación digital, no se limitará a esto, sino que además incluirá historias curiosas e interesantes de otros deportes, tanto los más mediáticos, como el tenis o el baloncesto, como los más minoritarios (de hecho, en su blog ya hay publicadas referencias al padbol, nueva modalidad que es una curiosa mezcla de pádel y fútbol).

La nueva revista será gratuita, actualizará sus contenidos semanalmente y cubrirá los principales campeonatos nacionales e internacionales. Más que de noticias calientes, se ocupará de los grandes protagonistas y asuntos del momento pero desde una mirada algo más reposada y personal; a través de opiniones, informes, estadísticas, entrevistas o reportajes, todo ello con un notorio despliegue multimedia y, sobre todo, con contenidos que permitirán la interacción constante con los usuarios a través de la propia aplicación y las redes sociales.

En opinión de Podestá, a partir de la fórmula de "fútbol y mucho más" ElevenFoot tratará de aprovechar el tirón que está experimentando la tecnología smartphone y tablet y todas las herramientas y aplicaciones que ofrecen las plataformas sociales "para contar buenas historias, proponer al lector que las pueda compartir, interactuar y, si está cerca de allí, querer hasta visitar la ciudad de su equipo favorito aconsejándole en tiempo real" sobre qué hacer, dónde comer o qué comprar.

Para ello, utilizará una aplicación que contendrá un sencillo e ingenioso sistema de cupones descargables, de forma que cada lector podrá aprovechar las ofertas de establecimientos comerciales, hoteles o restaurantes. Al mismo tiempo, las empresas interesadas tendrán a su alcance una fórmula barata para ganar notoriedad y crecer en ventas.

ElevenFoot no pretende ni mucho menos reemplazar a los medios grandes ("no tenemos estructura para cubrir los deportes como lo hacen ellos"), sino complementarlos y ofrecer un producto más segmentado, que se dirige sobre todo al hincha apasionado que sigue a su equipo. "La idea es hacer una revista para un target que usa dispositivos móviles, para los jóvenes y los que no lo son tanto, porque tarde o temprano los usaremos todos. El desafío que tenemos nosotros será crear contenidos que se adapten a esos formatos y que en un sentido estrictamente lúdico podamos mejorar la vida de la gente".

Gabriel Podestá plantea una nueva manera de trabajar y presentar la información que denomina microperiodismo, entendido este concepto como algo más que una mera cuestión de uso y de espacio, y que ha de resolverse inexorablemente con imaginación para despojar lo superfluo y quedarse con lo esencial: "Se trata de crear o producir buenos contenidos que se puedan leer en formatos no tradicionales y que te puedan llevar de aquí para allá", deslizando el dedo.

Para hacer realidad este sueño, ElevenFoot espera encontrar muy pronto el capital mínimo presupuestado (6.500 euros) para echar a rodar tras varios años de preparación y con todo el diseño más que ultimado. En estos momentos, el proyecto se halla en una fase preliminar, centrada en la búsqueda de vías de financiación. De momento, y a la espera de mentores y patrocinadores, ha optado por el crowdfunding (financiación en masa a través de internet) a través de la plataforma Lánzanos, donde se ha dado un plazo de 75 días para recaudar la inversión necesaria.

Se trata de una apuesta arriesgada que requerirá de muchos apoyos individuales para ver la luz. Pese a la dificultad, la ilusión por culminar una idea poderosa es lo que mueve a Gabriel Podestá a seguir adelante: "Si sale, podré cumplir dos cosas: poder posicionar la marca y sacar un nuevo medio al mercado, y, lo mejor, que creo es el placer de los dioses, generar trabajo. En eso estoy".

Llega ElevenFoot, a ser posible para quedarse mucho tiempo. Con proyectos tan originales como este todos los aficionados al fútbol y al deporte en general saldremos ganando. Por eso merece la pena apoyarlo.

lunes, 13 de agosto de 2012

El espíritu olímpico del periodismo deportivo. Cinco propuestas de regeneración

El periodismo deportivo vive su momento más esplendoroso una vez cada cuatro años con motivo de la celebración de los Juegos Olímpicos. Durante poco más de dos semanas se fragua una especie de simbiosis entre el acontecimiento deportivo más global, que moviliza a países enteros, y los medios de comunicación social, que aprovechan muy bien el poder de atracción que posee el deporte proyectando los logros alcanzados por atletas hacia la comunidad a la que estos representan y apelando a los ciudadanos a ser partícipes de la consecución de un éxito colectivo mediante el consumo masivo de noticias.

Aunque sea tan solo por unos días, la mediatización de las competiciones olímpicas contribuye a fomentar determinadas disciplinas deportivas, especialmente las menos conocidas por el gran público, de las que apenas se ha oído o leído nunca nada pero que, de pronto, se tornan relevantes porque aportan muchas más medallas que aquellas otras que tienen el privilegio de copar portadas y grandes espacios en las páginas interiores.

Es una lástima, no obstante, que este fervor periodístico deportivo sea cíclico y que el ciclo además sea tan largo y tengamos que esperar tanto para volverlo a disfrutar; que esta cobertura amplia y diversa que se ha hecho del deporte estos días olímpicos no tenga continuidad en los meses y años venideros, y que los medios de comunicación releguen a un plano secundario -o incluso inexistente- a quienes nos han brindado alegrías y grandes momentos de emoción.

Pese a denominarse periodismo deportivo, la mayor parte de los contenidos que aparecen en los medios, secciones y espacios especializados versan sobre fútbol, que se ha convertido en la base del negocio periodístico por su enorme impacto y su consiguiente capacidad para atraer la atención de anunciantes. Y en este sentido, sí, la futbolización es acuciante.

El fútbol por exceso se ha convertido en un elemento decisivo que ha conducido a la espectacularización y la trivialización del periodismo deportivo actual, que no selecciona los contenidos siempre a partir de criterios estrictamente noticiosos, dando incluso a veces más cabida al rumor y a la anécdota que a resultados y logros deportivos que merecerían una mayor valoración.

Este deterioro de los contenidos en este tipo de periodismo invita a una importante y urgente reflexión, la cual tiene que ver con la gran responsabilidad social que contraen estos medios especializados a la hora de emitir sus informaciones, ya que son, no lo olvidemos, los más seguidos por los ciudadanos. 

Surge, por tanto, la necesidad de plantear si en la información deportiva una mayor diversidad es compatible con las audiencias mayoritarias y si es viable la aplicación de una serie de propuestas para la consecución de un periodismo de más calidad. Este deberá incidir especialmente en la adecuación de unos contenidos deportivos más ricos y variados, y también más ajustados a los intereses de una audiencia que ha empezado a conocer otras modalidades y cuyo ideario ya cuenta con nuevas heroínas y nuevos ídolos.

Estas son las propuestas de regeneración del periodismo deportivo a partir de Londres 2012:

1. La diversificación también es calidad. El periodismo deportivo es más deportivo en la medida en que informa de un mayor número de disciplinas, tanto las que cuentan con más seguidores y licencias federativas dentro del deporte profesional como aquellas otras de carácter más minoritario. No se trataría tanto de cambiar las prioridades (estas parecen inamovibles) como de corregir la gran desproporción existente hoy día entre el gran espacio se le otorga al fútbol y el que, en mucha menor medida, ocupan el resto de modalidades. Se puede hacer un periodismo más polideportivo que meramente futbolístico.

2. Lo que interesa tanto a todos durante dos semanas puede seguir haciéndolo durante el resto del año. Una vez alcanzada la notoriedad de determinadas disciplinas y deportistas, es más fácil que a partir de ahora sean noticia. Por tanto, está más que justificado hablar de ello cada vez que se celebren competiciones del máximo nivel nacional e internacional, ligas y campeonatos que suelen celebrarse cada año. No hace falta esperar a los próximos Juegos para que nos vuelvan a explicar la puntuación del judo, los ejercicios de gimnasia o las reglas del hockey. Como tampoco hay que perder la oportunidad de hacer reportajes y entrevistas a deportistas que siguen entrenándose para volver a competir. El camino a los próximos Juegos de Río de Janeiro ya ha empezado.

3. Priorizar la información antes que el espectáculo. Lo noticioso deberá primar siempre sobre la presentación espectacular de los acontecimientos deportivos. La adopción de fórmulas de infoentretenimiento es perfectamente compatible con un tratamiento mesurado de la información deportiva, de forma que no se magnifiquen gratuitamente los contenidos ni se eleven a rango de noticia lo que en realidad no son más simples anécdotas o curiosidades. Lo entretenido no tiene por qué estar reñido con lo correcto, lo interesante y, a ser posible, lo formativo.

4. Acabar con la visión androcéntrica de este tipo de periodismo y cambiar el concepto de Deporte Femenino. Porque llamarlo así no solo es una redundancia (en el caso español el 65% de las medallas las lograron mujeres), sino que además supone considerarlo injustamente como una subcategoría (no se habla nunca de deporte masculino; solo se utiliza el adjetivo en el caso de las mujeres para hacer la distinción). También es hora derribar estereotipos sexistas, como que el deporte practicado por mujeres no da espectáculo. No solo no es cierta esta afirmación sino que, de hecho, ellas ofrecieron más vistosidad que los hombres en competiciones como el fútbol - recuerden esa semifinal EEUU 4-3 Canadá- o el balonmano -el partido por el tercer puesto de España ante Corea ya forma parte de la memoria colectiva de este país-.

5. Dar visibilidad a las mujeres por ser deportistas es también educar en igualdad. El periodismo deportivo no puede desaprovechar la oportunidad de formar en igualdad a un público masivo al que se dirige otorgando un espacio más destacado a las mujeres deportistas en los medios de comunicación. Esa visibilidad ha de ser, además, deportiva. Ya va siendo hora de que parte del periodismo deje de incluir en sus noticias alusiones al físico, a la manera de vestir o la vida familiar tanto de los hombres como de las mujeres deportistas; son aspectos que no se corresponden con el fin que han de perseguir los medios que cubren competiciones e informan de resultados. La incorporación de la mujer al deporte, como practicante y como aficionada, es un hecho consumado, si bien lo visto en Londres pueda ayudar a que los medios abran un poco más sus ojos.

jueves, 9 de agosto de 2012

Alberto Gómez Font: "El purismo lingüístico es contraproducente; hay que estar abierto a los cambios pues muchos de los errores que hemos corregido durante años hoy ya no son tales"

Alberto Gómez Font (izda.) junto a Jesús Castañón.
El filólogo Alberto Gómez Font iniciará el próximo 1 de septiembre una nueva etapa profesional como director de la sede del Instituto Cervantes en Rabat (Marruecos). Lo hará después de haber dedicado sus últimos 32 años al estudio del buen uso del idioma español, especialmente en los medios de comunicación, primero con la creación del Departamento de Español Urgente en la Agencia EFE y, desde 2005, desde la coordinación general de la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA).

Licenciado en Filología Árabe, Gómez Font (a la izquierda de la imagen, junto a Jesús Castañón) es miembro de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, profesor en cursos sobre el uso correcto del idioma y coautor de obras como el Vademécum del Español Urgente de la Agencia EFE y de varios manuales de estilo, entre los que se encuentran el Libro de Estilo Garrigues, el Manual de Estilo de la Asociación de Periodistas Hispanos de Norteamérica (NAHJ) y el Libro de Estilo del diario Prensa Libre de Guatemala.

Antes de su marcha a Marruecos, Periodismodeportivodecalidad se ha puesto en contacto con este experto lingüístico para hacer balance de todos estos años y sobre su visión sobre el presente y el futuro del español, dentro y más allá de los medios de comunicación.

- 32 años dan para mucho. ¿Qué es lo mejor que se lleva al Instituto Cervantes de su experiencia personal y profesional a lo largo de todo este tiempo?
- Lo mejor de estos 32 años ha sido asistir a las reuniones -primero semanales y luego quincenales- de lo que primero se llamó Consejo Asesor de Estilo de la Agencia EFE y en los últimos tiempos Consejo Asesor de la Fundéu. Ahí, en esas reuniones, he aprendido casi todo lo que sé sobre el español y he disfrutado de la sabiduría de grandes lingüistas, como Fernando Lázaro Carreter, Manuel Alvar, Antonio Tovar, Valentín García Yebra, Antonio Llorente Maldonado de Guevara, Gregorio Salvador, Humberto López Morales, Víctor García de la Concha y Leonardo Gómez Torrego; también aprendí en esas reuniones del saber de otros maestros, como Luis Rosales, Pedro García Domínguez, José Antonio León Rey, José Luis Martínez Albertos y Carlos González Reigosa.
Además, en esos 32 años conocí cómo funciona nuestra lengua y me di cuenta de que el purismo es contraproducente y de que hay que estar abierto a los cambios, pues muchos de los errores que corregí durante años hoy ya no son tales.
Me llevo también una visión amplia del español, más allá de España, gracias a mis viajes por Hispanoamérica y los Estados Unidos, y la convicción de que hay que mirar todo el tiempo hacia el otro lado del Atlántico. 

- Para usted los medios de comunicación son los que fijan el modelo lingüístico actual porque ensanchan el idioma aportando nuevos usos, palabras y expresiones. ¿Están lo suficientemente valorados por las instituciones académicas?
- Comienzan (comenzaron hace pocos años) a estar valorados, pues los toman como modelo de uso; pero aún pesa demasiado la falacia --muy extendida entre los hablantes cultos-- de que en los medios de comunicación se maltrata al idioma, idea que comparten incluso algunos periodistas, que entonan el Mea culpa en cuanto están frente a un lingüista.

- No obstante, sigue habiendo mentalidades más puristas que recelan de ese dinamismo del lenguaje en los medios...
- Las hay, y seguirá habiéndolas, pues siempre habrá gente de ideas conservadoras y cerradas a los cambios, y eso se da en la política y también en la lengua. Lo curioso es que habitualmente esos puristas no son conocedores a fondo de la lengua, no son lingüistas, sino meros aficionados al buen uso --a su modo de ver-- del español.

- La incorporación numerosa de extranjerismos al español, si bien en algunos casos parece inevitable, ¿exige seguir en alerta para evitar que se cometan excesos? ¿En qué ámbitos hay que permanecer más vigilantes en este sentido?
- Siempre hay que estar vigilantes, pues llegan muchos más de los necesarios, por pura pose del hablante, por puras modas de ciertos grupos sociales, y eso no es bueno para la lengua. 
Los ámbitos más afectados por ese desembarco incesante son la economía, el mundo empresarial y todo lo relacionado con la modernidad: moda, música... Y, cómo no, la tecnología, si bien en ese campo los extranjerismos son muchas veces inevitables, pues designan nuevos objetos o ideas.

- Y luego están los manuales y libros de estilo, esas obras que ineluctablemente a usted le persiguen.
- Y me encanta que me persigan, y los echaré mucho de menos en mi nueva etapa laboral. Fui coautor de varios de ellos y me siento copropietario de las últimas 16 ediciones del Manual de Español Urgente.

- Siguen elaborándose, dentro y fuera de los medios, pero ¿se realmente se utilizan?
- Sí, se utilizan, y seguirán utilizándose, pues quienes tienen la lengua como herramienta de trabajo precisan del apoyo que encuentran, entre otras obras de consulta, en los manuales de estilo.

-¿Cómo se escribe en los medios, mejor o peor que hace unos años? ¿Se nota la desaparición de la figura del corrector en la mayor parte de las redacciones?
- Se escribe igual de bien que hace unos años, pero se nota --y mucho-- la ausencia de los correctores en las redacciones de los periódicos, las radios y las televisiones (y los medios digitales), pues se cuelan faltas de ortografía y también algunos errores sintácticos que antes eran detectados por quienes leían y corregían los textos.

- ¿Por dónde pasa el futuro del idioma español? ¿Sigue pensando que habrá que seguir pendiente de EE.UU.?
- El futuro del español está en los Estados Unidos y también en la comunidad de países hispanohablantes, pero de esos países el más poderoso es Estados Unidos, y por ello es allí donde se está cocinando el español internacional de los negocios, de la cultura, de la comunicación... El español más importante será, lógicamente, el del país más poderoso; pero con la unión del resto de países, y ahí España debe tener el puesto que le corresponde.