Imagen: The Associated Press. |
Además de su carácter pionero, al ser el primer libro de estilo que elabora AP en español y el primero de un gran medio en ser también puramente digital, este manual sobresale por ser una obra concebida para la producción de noticias de una agencia de alcance internacional que ha de emplear un lenguaje común y comprensible para todas las latitudes del español, más allá de las peculiaridades léxicas de cada uno de los territorios.
Este texto también destaca por explorar el léxico de diferentes áreas informativas incluyendo glosarios específicos sobre finanzas, entretenimiento (cine, teatro, televisión, música, arte y literatura), moda y deportes. Precisamente, este último es el de mayor extensión de todos al contar con más de 300 unidades, entre términos y expresiones más comunes, siglas y acrónimos, así como nombres de federaciones y de competiciones deportivas internacionales.
En este sentido, el Manual de AP cobra una especial singularidad al tratarse de uno de los pocos libros de estilo periodísticos de medios no especializados en el ámbito hispanoamericano que incorporan un capítulo dedicado al lenguaje propio del periodismo deportivo, algo poco habitual pese a ser esta el área informativa más creativa y una de las que cuenta con un léxico más rico, variado y en continuo movimiento.
El glosario deportivo de AP se centra en cinco modalidades (fútbol, béisbol, baloncesto, tenis y boxeo), que son las de mayor popularidad con carácter general en el ámbito hispanohablante y también, sobre todo las dos primeras, las que generan un mayor vocabulario entre protagonistas del hecho informativo, aficionados y periodistas especializados.
En casi todas las indicaciones que recoge este minidiccionario se trata de conjugar el uso de un español neutro, para dotar a su corpus léxico de universalidad, con la necesidad de recoger las diferentes definiciones cuando estas varían de un país a otro, con el fin de no acabar siendo excluyente. Así, AP señala que clay es arcilla, tierra o polvo de ladrillo; hat trick puede traducirse por triplete, tripleta o trío; o home run equivale a jonrón, cuadrangular, vuelacerca o bambinazo.
El objetivo en cualquier caso es que el periodista mantenga el registro léxico lo más amplio y personal posible, siempre que no caiga en expresiones demasiado locales ni familiares que puedan resultar extrañas fuera de los límites de la misma comunidad idiomática a la que presta sus servicios. En este sentido, el manual recuerda que es preferible evitar voces como enceste (canasta), duela (cancha) o juego (partido o encuentro).
Dada la amplitud del español americano, en algunos casos la opción preferente se aleja más de lo que utilizamos habitualmente en España. De esta forma, AP habla de más de basquetbol que de baloncesto, de arquero y no de portero, o tiro de esquina el lugar de saque de esquina; traduce roster por plantel y no por plantilla; hay puntos de quiebre y no bolas de break en tenis; o en baloncesto opta por pivote, en vez de pívot, como equivalencia de center, y por llave o zona pintada en lugar zona.
Un caso particular es el del béisbol, una modalidad de enorme arraigo en América Latina, especialmente en Cuba, Venezuela y otros países de Caribe y Centroamérica. Esto hace que, indefectiblemente, los términos más empleados en los despachos en español sobre este deporte sean las procedentes de esos países, porque allí es donde se han creado esas voces y de donde proceden las acepciones más comúnmente aceptadas y utilizadas.
Así, esta agencia recomienda las traducciones y castellanizaciones que de esta modalidad se han hecho del inglés, tales como triple matanza (triple play), base robada o robo de base exitoso (stolen base); toletero, artillero o bateador de poder (slugger); relevista (relief pitcher); pasbol (passed ball); roleta (grounder); carrera de caballito (forced run); cerrador o taponero (closer); o jardinero o guardabosque (outfielder).
En cualquier caso, no todos los extranjerismos han de castellanizarse porque, de hecho, están muy extendidos y su traducción o no es sencilla ni uniforme o es poco rentable desde el punto de vista de la economía del lenguaje. Así lo entiende también este manual, que aboga por dejar igual voces inglesas como slice (en tenis, "golpe de efecto de arriba hacia abajo"), balk (en béisbol, "movimiento ilegal del pitcher" o lanzador) o sparring ("persona con la que se entrena un boxeador antes de un combate").
Además de la búsqueda de equivalencias para voces extranjeras, en este glosario aparecen consejos para el empleo de palabras o expresiones dudosas. Por ejemplo, se recuerda que un ace no es lo mismo que un saque ganador ("este es cuando el que recibe alcanza a golpear la pelota pero la deja en la red o la manda fuera"), se diferencia claramente entre clásico ("el partido más importante en una liga, el duelo con mayor historia entre dos equipos") y derbi ("duelo entre dos equipos rivales de la misma ciudad"), o determina como sinónimos de Juegos Olímpicos tanto olimpiadas como olimpíadas (siempre en plural).
AP también advierte de impropiedades léxicas derivadas de falsos amigos como franchise, que no debe traducirse como "franquicia" sino como equipo u organización (baloncesto NBA), lucky loser (se evitará usar la equivalencia literal "perdedor afortunado" y se mantendrá la voz original para referirse al jugador que entra en el cuadro de un torneo de tenis pese a perder en la clasificación) o flagrant foul, que en baloncesto no significa "falta flagrante" sino falta intencional.
Igualmente, incluye normas de estilo a la hora de referirse a modalidades (soccer y balompié se utilizarán por fútbol solo como segunda referencia en un texto para evitar repeticiones), torneos y competiciones (Mundial o Copa del Mundo de fútbol, Copa de la FA, Abierto de EE.UU. u Open USA de tenis, Abierto de Australia pero no Abierto Australiano, o evitar la alusión a torneos por el nombre el patrocinador); y desliza pautas ortográficas, sobre todo en lo concerniente al uso de mayúsculas o minúsculas (primera división, división de honor, CONCACAF, Conmebol).
El Manual de Estilo en Español de AP se suma a otras obras de referencia en el ámbito anglosajón como los manuales de la propia agencia estadounidense en inglés (Stylebook and Libel Manual), de Reuters o del diario británico The Times. Estos medios otorgan un capítulo específico al servicio de Deportes, donde se incluyen no solo glosarios léxicos, sino también diversas consideraciones generales sobre el tratamiento periodístico de este tipo de informaciones y sobre los elementos que acompañan a las crónicas, como tablas y clasificaciones.
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