martes, 16 de julio de 2013

J.D. Restrepo: "Un periodista deportivo atrincherado en las filas de un equipo, y dispuesto a aplaudir sus acciones, mal puede reconocer la verdad de los otros"

Las 10 características del buen periodista, por Javier Darío
Restrepo. Foto: Fundación El Universo / FNPI
Periodismodeportivodecalidad ha acudido al Consultorio Ético online de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano para conocer la opinión del experto que lo dirige, el profesor colombiano Javier Darío Restrepo, sobre la medición ética del ejercicio del periodismo deportivo actual. 

Más concretamente, le hemos interrogado sobre la actitud y la conducta de ciertos informadores que llegan a establecer una relación de peligrosa proximidad con sus fuentes más habituales, en este caso deportistas, entrenadores, agentes o directivos de clubes; y que en ocasiones se muestran incapaces de discernir entre trabajo y amistad para mantener la imparcialidad.

¿Hasta qué punto cabe calificar de "periodístico" aquello que es decididamente parcial y servil hacia unas fuentes determinadas? ¿Acaso uno puede hacer periodismo con la camiseta de su equipo favorito puesta?¿Cómo repercute todo ello en la credibilidad del profesional y de su medio de comunicación ante los ciudadanos?

He aquí la pregunta enviada al referido consultorio y la respuesta argumentada de Javier Darío Restrepo:

- ¿Desde un punto de vista ético es reprobable que periodistas aplaudan a un deportista o entrenador al anunciar su retirada en una rueda de prensa?

- Cuando el periodista se alindera o atrinchera, disminuyen su credibilidad y sus posibilidades de influencia. A veces en las normas de los códigos, o en las de los Manuales de Estilo, se enfatiza en la necesidad de mantener una posición imparcial, por dos razones:

1. Porque así se puede acceder a la verdad de los hechos. Un periodista deportivo atrincherado en las filas de un equipo, y dispuesto a aplaudir sus acciones, mal puede reconocer la verdad de los otros equipos; lo mismo le sucede a quien se alindera del lado de un político, de un gobernante o de sus programas porque se predispone a mirar hacia uno u otro lado y a ignorar o a mirar mal al otro lado, y por consiguiente estará más dispuesto para la propaganda que para la información.

2. Porque se afectan la credibilidad y el buen servicio del medio de comunicación. El medio que se deja rotular como el medio de un equipo, o de un gobierno, o de un político, pierde la confianza y la lealtad de la ciudadanía que no está de acuerdo con esa facción. El ideal profesional y comercial de un medio es que pueda ser tenido como un medio para todos. Esa universalidad es conveniente comercialmente, pero sobre todo, profesionalmente porque permite hablar en el lenguaje y sobre el interés de todos, que es el objeto de la palabra y de esta profesión de la palabra, que es el periodismo.

Documentación

La imparcialidad se puede malinterpretar si se considera un objetivo en sí misma. La imparcialidad debería significar que el periodista es fiel a los hechos y a la comprensión que el ciudadano debe tener de ellos y no debería significar: “¿estoy siendo imparcial con mis fuentes para que ninguna de ellas se sienta agraviada? Tampoco debería implicar que el periodista pregunte: “¿y mi artículo parece imparcial?". Estas son valoraciones subjetivas que pueden apartar al periodista de la necesidad de hacer cuanto sea posible por verificar su trabajo.

Tras escuchar y estudiar las ideas de periodistas, ciudadanos y otras personas que han reflexionado sobre el periodismo y la información, empezamos a vislumbrar un conjunto de conceptos que forman las bases de la disciplina de verificación. Estos conceptos constituyen los principios intelectuales de una ciencia de la información:

a)     Nunca añadas nada que no esté.
b)     Nunca engañes al lector.
c)     Sé lo más transparente posible sobre tus métodos y motivos.
d)     Confía en tus propias investigaciones.
e)     Haz profesión de humildad.

Bill Kovach y Tom Rosenstiel en Los elementos del periodismo. Ediciones el País, Bogotá 2003. P. 108-109.

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