L. Pérez en la presentación de su libro. Foto: Álvaro Varona. |
Las Cuatro Torres no solo es un parque empresarial junto al Paseo de la Castellana y una de las zonas más modernas de Madrid, también es el título del debut literario del periodista Leandro Pérez (Burgos, 1972), una novela negra sobre el Real Madrid en la etapa de Jose Mourinho. Como el mismo autor señala antes del primer capítulo, se trata de una novela que transcurre en Madrid durante el otoño de 2011 y aunque en ella "se mencionan recortes de prensa, sucesos o partidos de fútbol reales, los hechos narrados pertenecen a la ficción, la menos virtual de las realidades".
La trama gira en torno a Juan Torca, un exmilitar que se aloja en un hotel de la Gran Vía y a quien un amigo le encarga investigar quién es el topo del vestuario del Real Madrid que le está filtrando información a un periodista llamado Ramón Rybeiro. Se trata de una ficción basada en hechos reales que han marcado -y siguen marcando- el debate nacional entre mourinhistas y antimourinhistas, y donde se describe en qué tipo de negocio se ha convertido el fútbol en la actualidad y cómo son las relaciones que se tejen entre el periodismo deportivo (futbolístico) de este país y sus fuentes informativas.
- ¿Cómo se produjo en su caso el paso del periodismo a la literatura?
- Estudié Periodismo porque me gustaba leer y escribir. Siempre que he podido, sobre todo durante mis años en El Mundo, de 1995 a 2002, he trabajado en ámbitos periodísticos vinculados con la literatura. Luego, cuando con otros socios montamos Trestristestigres.com, el día a día de esta empresa de internet me ha alejado a menudo del periodismo, pero nunca he dejado de leer y de escribir.
- Define su obra como "novela negra, futbolera y sentimental". ¿Qué le animó a remover conciencias sobre un tema tan 'real'?
- El Real Madrid me interesa no sólo como aficionado merengue, pero no busco remover conciencias. Un día imaginé qué podría estar haciendo Juan Torca en un hotel de Las Cuatro Torres. Luego le vi en el Santiago Bernabéu y muy pronto completé el resto de la historia.
- Ha asegurado que no está escrito contra nadie, que no es una novela antimadridista.
- Soy el primer lector de la novela, y al madridista que bulle dentro de mí para nada le incomoda. La trama se desarrolla en un momento convulso (la trama comienza poco después de que Mourinho le metiera el dedo en el ojo a Tito Vilanova) y no todos los personajes suben a los altares al entrenador o a los dirigentes madridistas, porque he intentado ofrecer un retrato verosímil de Madrid y del Madrid de 2011, pero la trama ficticia avanza sin poner en la picota a personas reales. Las Cuatro Torres es una novela futbolera que puede gustar, creo yo, a madridistas, culés, colchoneros...
Antes de una presentación del libro la semana pasada, en la Gran Vía de Madrid. Foto: José Luis Perdomo. |
- Sabemos, e intuimos, bastante. Mourinho llegó a Madrid proclamando que iba a proteger al vestuario, y que para lograrlo iba a ser el principal y casi único interlocutor con los medios. Esa política no fue muy acertada, creo yo, y provocó que muchos jugadores acabaran desconfiando de él y se saltaran sus directrices. Una buena mirada a ese vestuario podemos encontrarla en Prepárense para perder, de Diego Torres, o en sus artículos en El País.
- Precisamente quería preguntarle sobre Diego Torres, que fue acusado por Florentino de inventarse informaciones que publicó en El País. ¿En qué medida esta parte de la historia fue una inspiración para usted? Hay un personaje en su novela que recuerda mucho a Torres.
- La acusación de Florentino es citada al principio de la novela. Cuando el presidente del Real Madrid lanzó esa crítica contra Torres, en la primavera de 2013, al abandonar Mourinho el club, yo andaba terminando el primer borrador de la novela... y ya había decidido incluir esta "réplica" que encontré de Diego Torres, en una entrevista a Sportyou en 2012: "No soy una persona imaginativa". Ramón Ribeyro, el periodista de Pueblo investigado por Torca, no se parece a Diego Torres, pero sin Torres quizá no existiría.
- ¿Es difícil contar con "buenas" fuentes en el periodismo deportivo? Se investiga poco en este campo informativo.
- En el periodismo deportivo hay muy buenas fuentes. Y abundan los topos, como en cualquier otro lugar. Pero no siempre los periodistas se atreven a contar todo lo que saben.
- El problema llega cuando la información se apoya en una sola fuente que, además, es confidencial. Si se abusa de las fuentes anónimas...
- El abuso puede ser perjudicial. Pero ante un cerrojazo informativo, si queremos conocer algo que se intenta ocultar, quizá no quede más remedio que recurrir a fuentes que exigen proteger su identidad para evitar represalias, ¿no?
Foto: Leopoldo Roldán. |
- Ser objetivo e imparcial quizá sea una utopía, pero si el periodista no mantiene las distancias aumenta el riesgo de ser subjetivo y parcial. En la novela vemos cómo la información y los rumores pueden ser armas muy valiosas.
- Y luego está la figura del agente de futbolistas, una fuente interesada a la que los medios conceden demasiada credibilidad. Luego pasa lo de este verano, un número elevado de rumores y fichajes imaginarios, eso que algunos llaman "exclusivas erradas".
- No sólo los futbolistas juegan al fútbol. Al fútbol no sólo se juega en el terreno de juego. Los que juegan en otros terrenos, a menudo con traje y corbata, intentan manipular a los medios de comunicación y a los periodistas a su antojo, para proteger sus intereses.
- Habla de ambición, corrupción, violencia, guerra sucia,... todo lo que envuelve al negocio del fútbol hoy. Leyéndole uno concluye que la novela negra sobre fútbol tiene futuro. ¿No tiene la sensación de haber abierto un melón?
- El fútbol casi todo lo invade. A veces para bien, ya que además de un deporte es un entretenimiento. En la literatura abundan los cuentos futboleros, como los recopilados en su día por Jorge Valdano, pero escasean las novelas. El melón quizá lo abrió el maestro Manuel Vázquez Montalbán con El delantero centro fue asesinado al atardecer. En cualquier caso, me da que el fútbol va a continuar propiciando páginas y más páginas. Y no sólo en la prensa deportiva.
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