jueves, 14 de diciembre de 2017

Juan Romeu: "El periodismo deportivo es una ventana abierta a muchísima gente y supone una oportunidad de oro para difundir un uso esmerado de la lengua"

Juan Romeu, en la presentación de un libro.
Juan Romeu Fernández es un consumado estudioso de la lengua española, especializado en cuestiones sobre gramática, ortografía y lexicografía. Doctor en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid y el CSIC, ha colaborado con la Real Academia Española como revisor de capítulos de la Nueva gramática y ha trabajado como lexicógrafo en el Diccionario básico de SM.  

Autor de libros como Lo que español esconde y Ortografía para todos, ambos publicados en 2017, es un gran divulgador del idioma, muy especialmente a través de SinFaltas.com, iniciativa que promueve junto a un grupo interdisciplinar de profesionales emprendedores (lingüistas, abogados, traductores, periodistas, comerciales, informáticos, etc.,) "convencidos de la importancia que el buen uso de la lengua tiene para las empresas y para las personas".

Hemos dialogado con Romeu de la sensibilización social creciente sobre lo que supone saber escribir y hablar correctamente para el desempeño de cualquier profesión en la actualidad, así como sobre diversos usos lingüísticos destacables - y también mejorables- en el ámbito del periodismo en general y en el periodismo deportivo en particular.

- En SinFaltas.com realizan una gran labor didáctica sobre la importancia que el buen uso de la lengua tiene en la actualidad para el desarrollo personal y profesional. ¿Hay más sensibilización social que buen uso? ¿O falta quizá un mayor conocimiento del idioma como paso previo?
- Una de las razones por las que nos decidimos a fundar SinFaltas fue porque estábamos percibiendo un interés creciente por escribir bien a nuestro alrededor. Y en estos casi dos años de andadura hemos podido confirmar —con el éxito de la tabla periódica de la ortografía, por ejemplo— que se trata de un interés general en la sociedad. Superada la etapa en la que la admiración por los nuevos medios eclipsaba el buen uso de la lengua, ahora la sociedad se ha dado cuenta de que hay que escribir bien. En estos primeros pasos, aún hay muchas dudas y se cometen errores por desconocimiento, pero se están multiplicando las preguntas en las redes sociales y las consultas a manuales y páginas dedicadas a la lengua, como SinFaltas, la RAE o Fundéu. Por tanto, no solo hay sensibilización social, sino que cada vez se está escribiendo mejor.

- Cuando se habla de lo correcto lingüísticamente, en algún momento del debate se acaba recurriendo a lo que recoge la RAE en su diccionario. Sin embargo, una cosa es que esté ahí y otra que se use bien. Usted habla de la importancia de las marcas, de saber usar el diccionario.
- El diccionario es una herramienta fundamental, pero hay que saber usarla bien. Hay que tener en cuenta que no todas las palabras que se recogen «están aceptadas», como se suele decir. Así, el hecho de que aparezca recogida almóndiga no implica que la RAE recomiende usarla. A esta palabra la acompañan las marcas de vulgar y desusada. Eso quiere decir que en la lengua culta ya no se usa y que el posible uso hoy de esta voz se considera vulgar. También hay que entender que el diccionario recoge significados, no defiende ideas. Por tanto, que sexo débil se defina como 'conjunto de mujeres' no quiere decir que la RAE considere que las mujeres son débiles; simplemente refleja que en las obras se usaba y se usa (se documentan ejemplos actuales) esa expresión con ese sentido. También es crucial saber que hay palabras válidas que no aparecen, como muchos derivados de significado intuible a partir de sus componentes. Por eso no están adverbios terminados en -mente como sorprendentemente, el propio intuible que he usado antes o diminutivos como gatito.


"Superada la etapa en la que la admiración por los nuevos medios eclipsaba el buen uso de la lengua, ahora la sociedad se ha dado cuenta de que hay que escribir bien"


- Además, teniendo en cuenta la velocidad a la que se mueve el idioma, basarse solo en el DRAE resulta a veces insuficiente. ¿En qué medida los libros de estilo periodísticos, aun siendo en muchos casos herramientas concebidas para el uso interno y particular de cada medio, pueden arrojar luz sobre neologismos, sus usos y significados? El periodismo no para de acuñar nuevas expresiones a diario.
- Entre las palabras válidas que no están en el diccionario destacan los neologismos (palabras nuevas) y los tecnicismos (palabras técnicas utilizadas en las distintas especialidades). De ahí que sea un error limitarse solo al diccionario de la RAE y no consultar otros diccionarios, especializados o no, o libros de estilo. Pero, aunque el diccionario no se actualice con la periodicidad deseable, la RAE habla de estas palabras en las redes sociales. Si, por ejemplo, se busca feminazi en el Twitter de la RAE (escribiendo algo como «feminazi raeinforma» en el buscador), se verá lo que opina la RAE sobre este neologismo en concreto.Y así con muchas otras expresiones. Quien quiera estar bien informado de muchas de ellas debe seguir a Fundéu. Por supuesto, los libros de estilo periodísticos, como el que acaba de sacar la cadena SER, ayudan a tener localizadas y recopiladas muchas de estas expresiones. En cualquier caso, está claro que hace falta una nueva edición del Diccionario panhispánico de dudas de la RAE.

- Quizá uno de los ámbitos periodísticos más efervescentes desde el punto de vista de la creación léxica sea el deporte. Néstor Hernández en este blog decía que "el lenguaje del periodismo deportivo es un arma fundamental para renovar la lengua, para quitarle el polvo". ¿Está de acuerdo?
- El periodismo deportivo es una ventana abierta a muchísima gente y supone una oportunidad de oro para difundir un uso esmerado de la lengua. Queda mucho por hacer, pero, por suerte, en deportes como el fútbol, se encuentran, además de errores, auténticas joyas, como la variedad léxica para referirse al portero (arquero, guardameta, cancerbero...) o al árbitro (colegiado, juez de la contienda, trencilla...). Desde luego, el periodismo deportivo es lengua viva y fresca y, si se maneja bien, es un ámbito poderoso para mejorar la lengua y disfrutar de ella. Con un poco de esfuerzo se puede acostumbrar a los espectadores o lectores a decir la otra área, no el otro área, o tiempo de hidratación por cooling time.

- Usted se refería recientemente en su blog a la capacidad que tienen el fútbol y los deportes en general para poner ante nuestros ojos cientos de nombres de personas (antropónimos) y de lugares (topónimos). La universalidad del deporte hace de este un vector clave para la expansión del idioma.
- Sí, como decía, el deporte es un escaparate universal y, como con todo, se puede aprovechar para enseñar y difundir no solo un buen uso de la lengua, sino cultura en general. Alguien a quien le guste el fútbol puede presumir de saber qué es y dónde está Gelsenkirchen. Y también puede alardear de conocer palabras bonitas como tangana (o tángana) o rabona. Si además se quiere llegar un poco más lejos y se investiga, se pueden descubrir curiosidades como las del artículo de nuestro blog que mencionaba. Jamás habría pensado que Zinedine comparte étimo con Aladín. Últimamente me alegra ver que en un canal como Gol están incluyendo contenido cultural.


"Leemos menos buena literatura de la que deberíamos y eso se nota en que no explotamos la riqueza léxica ni las preciosas construcciones que el español nos tiene reservadas"


- Habitualmente se habla de los préstamos que el español toma de otros idiomas, pero en deporte, sobre todo en fútbol, nuestro idioma también exporta: "manita" se usa en francés, "tiki taka" en italiano o "galactico" (sin tilde) en inglés.
- Los préstamos empleados de una forma responsable son una maravilla. Los hispanohablantes podemos jactarnos de ser capaces de ver matices de significado muy pequeños, lo cual nos obliga a buscar a nuestro alrededor continuamente palabras que puedan referirse a ellos. No es lo mismo un corredor que un runner. Sin duda, siempre es preferible recurrir a palabras de nuestra propia lengua, que tenemos muchas y muy acertadas. Y así, a los haters de Twitter se les puede llamar juzgamundos, como propone la Vecina Rubia. Con más razón se deben utilizar expresiones españolas cuando haya equivalentes claros, como el de "tiempo de hidratación" que mencionaba antes. Traducir puede resultar una tarea ardua muchas veces y no siempre es fácil encontrar palabras con la misma sonoridad que las extranjeras (aún nadie atina con un buen sustituto para spoiler), pero sería ideal que en los medios deportivos se esforzaran por encontrar alternativas y difundirlas, tal como hace ya Fundéu.

- Pese a todas sus aportaciones a la lengua, existe una percepción bastante generalizada de que en los medios y espacios deportivos el lenguaje no se cuida lo suficiente. ¿Es esta una crítica fundamentada o que aún se hace solo partiendo de viejos estereotipos?
- Mi opinión es que se habla y se escribe mejor de lo que nos creemos. Aun así, falta esfuerzo, esmero y literariedad (otra palabra que no viene en el diccionario). Leemos menos buena literatura de la que deberíamos y eso se nota en que no explotamos la riqueza léxica ni las preciosas construcciones que el español nos tiene reservadas.

- A su juicio, ¿qué errores más comunes se cometen en el lenguaje periodístico actual?
- Hay errores de concordancia (como "en el otro área" o "habían muchas personas"), construcciones poco elaboradas (como el infinitivo independiente de ejemplos como "En primer lugar, destacar la actitud del equipo", en lugar de "En primer lugar, me gustaría destacar la actitud del equipo") y expresiones no siempre afortunadas. Aun así, como decía, no creo que se hable tan mal como algunos insinúan. Y, por suerte, parece que vamos a mejor.

- Si tuviera que dar un curso sobre uso de la lengua a periodistas deportivos, ¿qué cinco libros les recomendaría?
- El primero que recomendaría es El dardo en la palabra de Lázaro Carreter, algo pesimista y quejicoso, pero sublime para formarse una visión crítica razonable del español.
Para las dudas puntuales, lo mejor es consultar las obras de la Academia; principalmente el Diccionario panhispánico de dudas, que está gratis en línea. También les recomendaría que consultaran cualquier duda que les surja. En SinFaltas contestamos por Twitter (@sinfaltas_com), por el chat de nuestra página (sinfaltas.com) e incluso por WhatsApp (+34 639 62 03 94). También se puede recurrir a la RAE o a Fundéu.
Además de la Ortografía de la RAE, recomendaría sin duda el último libro que hemos publicado en SinFaltas con JdeJ Editores: Ortografía para todos. Abarca muchísimos aspectos de la ortografía y sirve para enterarse de las últimas novedades de una forma amena y cercana. Hay, además, muchos trucos para aprenderse las reglas y que no se olviden fácilmente.
De entre los manuales, se pueden destacar 199 recetas infalibles para expresarse bien (de Alberto Gómez Font, Xosé Castro, Antonio Martín y Jorge de Buen) y Dilo bien y dilo claro (de Antonio Martín y Víctor J. Sanz). El libro de estilo de la cadena SER no lo he podido leer bien aún, pero tiene buena pinta.
También les recomendaría leer El fútbol a sol y sombra de Eduardo Galeano. No creo que haya mejor manera de ver cómo se puede hablar de fútbol utilizando una lengua cuidada y de corte literario.

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