martes, 5 de junio de 2018

Chelo Sánchez: "Los periodistas radiofónicos no pueden conformarse con hacer información inmediata y superficial, de titular, que ya hacen las redes sociales"

Chelo Sánchez Serrano es periodista (RNE, Cadena SER y semanario Tribuna Universitaria) y profesora e investigadora en la Facultad de Comunicación de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA), donde imparte diversas materias especializadas sobre radio y comunicación audiovisual. Autora del libro Las tertulias de la radio, es la coordinadora de la obra colectiva Conversaciones sobre periodismo radiofónico, que ha sido publicada recientemente por el Servicio de Publicaciones de su universidad. 

Este libro es el fruto de un proyecto de innovación docente pilotado por Chelo Sánchez en el que una treintena de estudiantes del Grado de Periodismo entrevistan a periodistas que ejercitan su labor en medios radiofónicos españoles. Hemos conversado con ella para conocer un poco más sobre esta obra, que nos hace reflexionar sobre el estado actual de la profesión periodística.

- ¿Cómo y por qué surge la idea de hacer este libro colaborativo con estudiantes sobre periodismo radiofónico?
- La idea nace como parte de un trabajo de clase. Los estudiantes tenían que conseguir una entrevista con un periodista que ejerciera su trabajo en la radio o en las nuevas plataformas de audio. El objetivo era conocer a través de ellos cómo ha evolucionado el periodismo oral y cuáles son sus debilidades y fortalezas en estos momentos, ante la convergencia y la competencia de internet, las redes sociales y todo el desarrollo del periodismo digital multimedia. También queríamos identificar qué habilidades y competencias reconocen como fundamentales para ejercer el periodismo en estos tiempos. Mi motivación pedagógica no era otra que estimular a los alumnos en primer lugar para que buscaran entrevistas  interesantes con todas las herramientas de producción que hoy tenemos a nuestro alcance y en segundo lugar, que esas entrevistas y sus reflexiones les ayudaran a ellos a completar la formación en el periodismo radiofónico. El libro fue una consecuencia posterior, una vez que conseguimos todas las entrevistas y yo las fui leyendo. Sí es cierto que en el planteamiento original del trabajo habíamos hablado de la posibilidad de dar difusión pública a las entrevistas en función de los resultados que obtuviéramos. Estoy muy satisfecha con el resultado final del libro, con el trabajo de los estudiantes y muy agradecida a todos los profesionales que han hecho este recorrido con nosotros.

 - Usted señala en la presentación del libro que la cultura digital ha hecho de la radio uno de los medios con mejor capacidad de convergencia tecnológica, al saber complementar el audio con otros soportes y en diferentes plataformas. ¿Qué cambios destacaría de la radio que se está haciendo ahora respecto a la de quince años atrás?
- En primer lugar, la capacidad de amplificación: la radio ahora puede llegar más y con mejor calidad. Puede escucharse también mejor porque se adapta -en parte no toda- a las necesidades o intenciones de escucha de los oyentes y puede, incluso, volverse a escuchar, algo tremendamente importante para revitalizar el audio y para ayudarnos en la percepción del mundo que se cuela a través de la radio. Sabemos que la atención hoy es algo tan demandado como limitado: nuestra atención no llega a todo, imposible y se hace cada vez más selectiva, al tiempo que se cierra en las burbujas que se empeñan en dibujar para nosotros los algoritmos; de ahí que poder volver a escuchar, parar un audio, incluso anotar a partir de él, como hemos hecho siempre con la lectura de un libro o un texto, favorece no solo el seguimiento de la radio gracias al bajo demanda, sino que mejora nuestra capacidad de percepción y comprensión: podemos parar y volver a escuchar para entender mejor. Esta es una gran ventaja, pero es también un gran reto para los periodistas radiofónicos que, desde mi punto de vista, no pueden conformarse con hacer el ejercicio de información inmediata y superficial, de titular, que ya hacen las redes sociales.
Por otro lado, creo que la radio que se está haciendo ahora es mucho más amplia en cuanto a espectro creativo que nunca, incluso aunque tengamos la sensación y la certeza de que las estructuras programáticas de hace 15 años son básicamente las mismas que las de hoy. Cierto, pero con muchos matices. La radio no solo son las grandes cadenas que recoge el EGM como las más escuchadas, ni las marcas radiofónicas más reconocidas. Hay mucha radio en la antena y cada vez hay más fuera de ella (en proyectos de audio online, en podcast…) y hay muchos programas nada comunes, más especialización de la que creemos e identificamos, y una recuperación de la ficción y de los seriales radiofónicos más que notable. Donde hace falta un poco más de innovación es precisamente en el periodismo radiofónico, pero creo que ya está empezando a llegar. Se nota en la recuperación de lo que yo llamo la radio fuera del estudio, una vuelta a la radio en la calle, desde la calle, que elevó a un escalón distinto al medio tras la llegada de la democracia y que ahora parece que se está recuperando. Se nota también en la recuperación de géneros como el reportaje, o la investigación periodística, la apuesta por el archivo sonoro y por el valor documental del audio (esto, a veces, incluso sin medios, porque no todas las emisoras gozan del archivo sonoro de la Ser o RNE). Poco a poco. Hay grandes periodistas en la radio y toda esta mediamorfosis que estamos viviendo intuyo que va a acabar potenciando los mejores talentos.

"La radio tiene que trabajar también para el público más joven, y para los niños incluso, como parte de un proceso lógico de desarrollo del modelo de negocio"

- Aunque con internet ha ampliado su capacidad de difusión, ¿quizá el gran reto de la radio sea captar a ese público joven que prefiere las redes sociales para informarse?
- Sin duda. La radio tiene que trabajar también para el público más joven, y para los niños incluso, como parte de un proceso lógico de desarrollo del modelo de negocio. Definir estrategias de programación para ellos y distribuirlas por las plataformas en las que ellos se mueven; contar con ellos y con su voz en la producción de contenidos, que suenen en la radio para que también se reconozcan como parte de ese mundo y no ajenos a él… Es un reto enorme, en el que también están los creadores de podcast y los desarrolladores de plataformas de audio bajo demanda. Saben que no es fácil, pero, de un par de años para acá, tengo la sensación de que nadie escapa ya a la conclusión de que antes o después hay que afrontar ese reto.

- ¿Considera que ha perdido no obstante su capacidad de influencia debido a la creciente fragmentación de las audiencias?
- La capacidad de influencia hoy está mucho más diluida en general, incluso tendríamos que revisar el propio término con respecto al concepto clásico. En todo caso, creo que sí. Por eso en el libro abogamos por trabajar para recuperar ese “lo ha dicho la radio”, o la versión actualizada de “lo han dicho en tal podcast”. La influencia se consigue fundamentalmente a base de credibilidad y a base de estar próxima a los intereses y necesidades de los ciudadanos (utilidad).

- ¿En qué medida la radio actual ha virado hacia el infoentretenimiento en muchos de sus espacios para seguir siendo competitiva, teniendo en cuenta sobre todo la necesidad de los medios de hacer contenidos atractivos que atrapen?
- El periodismo en general ha virado un poco o un mucho, según los medios y los periodistas, hacia el ocio y el entretenimiento porque parece que es la única opción que se nos antoja con capacidad de atracción. Yo tuve un profesor en la carrera que nos repetía una y mil veces que la información no tiene que ser aburrida. Con otras palabras lo recuerda también Carlos Alsina en el epílogo del libro “Conversaciones sobre periodismo radiofónico”. La información tiene que ser relevante, pedagógica, fruto de procedimientos y procesos profesionales, pero atractiva, clara, bien narrada y eso no tiene por qué ser aburrido. Otra cuestión es que la dureza y la complejidad de la información hagan que, muchas veces, ni los medios ni los ciudadanos sepamos o queramos digerirla. De ahí que busquemos entretenimientos más fáciles.
La pregunta me lleva a otra reflexión, ¿es necesario que la radio generalista española siga tan volcada en la actualidad? Porque igual esta es la cuestión de fondo. Hagamos muy buena radio informativa donde corresponda, en las estructuras de programación y con los contenidos que consideremos, pero no sigamos barnizando a toda la programación con la pátina de la información y de la actualidad porque igual ese es el problema: no se trata de estirar, de contar más, de darle mil y una vueltas a un mismo tema hasta el hartazgo (pensemos en el procés, por ejemplo) sino muchas veces de hacerlo mejor y con estilo propio durante un tiempo limitado. Y luego, a otra cosa. Igual la radio española en general sí tiene que desconectar un poco de la información para hacer mejor periodismo, más concentrado, solo donde corresponda.

"La información debe ser relevante, pedagógica, fruto de procesos profesionales, pero atractiva, clara, bien narrada y eso no tiene por qué ser aburrido. Otra cuestión es que a veces ni los medios ni los ciudadanos sepamos o queramos digerirla y busquemos entretenimientos más fáciles"

- En la radio deportiva esto es una tendencia manifiesta.
- Es uno de los ámbitos en los que me cuesta más analizar con mirada larga. La práctica del periodismo deportivo está tan “contaminada” en términos general por el negocio del fútbol y por un estilo tan hincha que hay veces que creo que no tiene solución… Y lo digo reconociendo al mismo tiempo que la radio española le debe mucho a la tradición de la crónica deportiva y a la retransmisión de los acontecimientos deportivos: magnífica y con grandes narradores a lo largo de la historia. Ejemplo de la mejor radio en directo, vibrante.

- ¿Hacia dónde evoluciona la radio deportiva desde un punto de vista periodístico?
- Quiero pensar que va a evolucionar hacia un periodismo cada vez más polideportivo, donde el fútbol tenga su sitio pero el resto de deportes cada día le ganen un poco de terreno; donde el deporte femenino no tenga que “pedir perdón” para entrar; donde el deporte escolar, con una práctica enorme en nuestro país, tenga también espacio y altavoz y, sobre todo, quiero pensar que el periodismo deportivo tiene mucho recorrido asociado al podcasting. Ya lo está demostrando.

- Usted afirma que el futuro del periodismo radiofónico pasa por diseñar coberturas informativas en una triple ventana: el relato básico para la antena, los adelantos y píldoras en redes sociales y la recuperación a la carta y la redifusión en internet a través de podcasts o contenido extra. ¿Han entendido esto los medios? ¿Lo están haciendo (bien)?
- Ellos entienden bastante mejor su negocio que yo, así pues no me atrevo a valorar si lo están haciendo bien o mal porque los tiempos empresariales a veces obligan a la prudencia, incluso a irse acomodando a entornos tan cambiantes como inconsistentes sin perder la perspectiva de todo tu bagaje. Eso es más que lógico. Pero, desde una posición de observadora, creo que sí lo han entendido: las empresas radiofónicas están abriendo bien esas nuevas ventanas capaces de expandir su sonido original, incluso los sonidos especialmente diseñados para el consumo solo en una de ella. Creo que faltan recursos humanos para poder hacer las cosas todavía mejor, las redacciones están ya muy ajustadas y es difícil que puedan llegar a más, pero si las empresas empiezan a notar el retorno, seguramente llegarán esos nuevos recursos.

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