El periodista deportivo no solo debe adquirir y demostrar competencia para informar sobre torneos y analizar resultados y declaraciones de los protagonistas, sino que además está obligado a familiarizarse con los términos jurídicos propios de los procedimientos derivados de la competición y en los que muy a menudo incurren presidentes, árbitros o jugadores, así como con el léxico científico sobre sustancias dopantes y aspectos médicos que son inherentes a la práctica deportiva, como las lesiones y las enfermedades.
Ciertamente, no resulta sencillo a veces detallar la explicación de una lesión cuando no se es precisamente un experto en la materia y hay que recurrir a la explicación de los servicios médicos de un club o de una federación para informar de lo ocurrido. El parte médico suele sacar de dudas al periodista deportivo sobre el alcance o gravedad de los hechos, pero también exige al profesional un trabajo de interpretación y traducción para transformar un texto eminentemente técnico en otro de carácter divulgativo que sea fácilmente comprensible para el gran público al que se dirige.
Debido a la gran relevancia que ha adquirido el deporte como producto informativo de consumo masivo en las sociedades contemporáneas, resulta más que necesaria la existencia de herramientas que permitan a los periodistas solventar con éxito y el máximo rigor posible su labor diaria de informar a partir de un correcto uso del lenguaje, tales como los libros de estilo o los diccionarios de uso y terminológicos.
Entre esas obras, se encuentra el Diccionari general de l´esport del Termcat, al que ya nos hemos referido anteriormente en este blog y que incluye en su parte final un anexo de suma utilidad sobre las diferentes lesiones y enfermedades que puede padecer un deportista.
Este apéndice presenta la clasificación del sistema de lesiones deportivas Orchard (Orchard Sports Injury Classification System, OSICS-10) elaborada por el Departamento de Medicina del Deporte de la Universidad de Sidney (Australia). Cada entrada aparece primero en catalán y, a continuación, lo hacen sus correspondencias en español e inglés.
Además, lo hace de forma clara y concisa en dos grandes apartados, uno sobre lesiones del sistema locomotor directamente relacionadas con la actividad física y otro sobre otros aspectos médicos más generales que pueden afectar a un deportista como anomalías congénitas, enfermedades, diagnósticos, procesos posoperatorios, tratamientos, revisiones médicas o lesiones de deportistas con algún tipo de discapacidad.
La clasificación se estructura en cuatro niveles de detalle, referidos primero a la localización anatómica (cranoencefálicas, de cuello, espalda, brazos, tórax, abdomen, columna, rodilla, cadera, pie, tobillo, etc.) tipología, estructura anatómica dañada y, por último, a la ampliación de diagnóstico con una descripción detallada del problema.
Con instrumentos como este, será mucho más fácil para un periodista encarar la complejidad de un parte médico e incluso poder confrontar con otras opiniones y un análisis propio las consecuencias derivadas de un diagnóstico que resulte sorprendente o dudoso. Diccionarios y manuales de aplicación inmediata como este deben ser aprovechados para la consecución de un periodismo de calidad.
Ciertamente, no resulta sencillo a veces detallar la explicación de una lesión cuando no se es precisamente un experto en la materia y hay que recurrir a la explicación de los servicios médicos de un club o de una federación para informar de lo ocurrido. El parte médico suele sacar de dudas al periodista deportivo sobre el alcance o gravedad de los hechos, pero también exige al profesional un trabajo de interpretación y traducción para transformar un texto eminentemente técnico en otro de carácter divulgativo que sea fácilmente comprensible para el gran público al que se dirige.
Debido a la gran relevancia que ha adquirido el deporte como producto informativo de consumo masivo en las sociedades contemporáneas, resulta más que necesaria la existencia de herramientas que permitan a los periodistas solventar con éxito y el máximo rigor posible su labor diaria de informar a partir de un correcto uso del lenguaje, tales como los libros de estilo o los diccionarios de uso y terminológicos.
Entre esas obras, se encuentra el Diccionari general de l´esport del Termcat, al que ya nos hemos referido anteriormente en este blog y que incluye en su parte final un anexo de suma utilidad sobre las diferentes lesiones y enfermedades que puede padecer un deportista.
Este apéndice presenta la clasificación del sistema de lesiones deportivas Orchard (Orchard Sports Injury Classification System, OSICS-10) elaborada por el Departamento de Medicina del Deporte de la Universidad de Sidney (Australia). Cada entrada aparece primero en catalán y, a continuación, lo hacen sus correspondencias en español e inglés.
Además, lo hace de forma clara y concisa en dos grandes apartados, uno sobre lesiones del sistema locomotor directamente relacionadas con la actividad física y otro sobre otros aspectos médicos más generales que pueden afectar a un deportista como anomalías congénitas, enfermedades, diagnósticos, procesos posoperatorios, tratamientos, revisiones médicas o lesiones de deportistas con algún tipo de discapacidad.
La clasificación se estructura en cuatro niveles de detalle, referidos primero a la localización anatómica (cranoencefálicas, de cuello, espalda, brazos, tórax, abdomen, columna, rodilla, cadera, pie, tobillo, etc.) tipología, estructura anatómica dañada y, por último, a la ampliación de diagnóstico con una descripción detallada del problema.
Con instrumentos como este, será mucho más fácil para un periodista encarar la complejidad de un parte médico e incluso poder confrontar con otras opiniones y un análisis propio las consecuencias derivadas de un diagnóstico que resulte sorprendente o dudoso. Diccionarios y manuales de aplicación inmediata como este deben ser aprovechados para la consecución de un periodismo de calidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario