La expansión de la prensa digital en los últimos años no se ha visto acompañada por la adaptación de las normas de estilo de los diferentes medios a las características de la red. No solo escasean los manuales de estilo ciberperiodísticos, sino incluso las referencias particulares a la redacción digital dentro de los propios libros de estilo de medios impresos o audiovisuales.
Entre las contadas excepciones que se pueden enumerar, figuran el periódico argentino La Voz del Interior, que en 2006 se convirtió en el primer medio en lengua española en editar un libro de estilo exclusivamente dirigido a la redacción periodística en internet (Manual de principios, valores y estilo); el diario digital en lengua catalana Vilaweb, que se dota de una herramienta propia en 2005; y la cadena estatal de radiotelevisión británica BBC (Editorial Guidelines), que incorpora en su capítulo ‘Interactuar con la audiencia’, un apartado sobre el procedimiento de control y revisión de los contenidos creados por los usuarios en la red.
Sin embargo, si hay un medio que sobresale por actualizar permanentemente su libro de estilo y ser uno de los primeros en incluir referencias a la redacción en internet, ese es la agencia norteamericana AP. De hecho, The Associated Press Stylebook and Briefing on Media Law recoge desde su edición de 2002 un glosario, denominado ‘AP Internet Guide’, de términos especializados sobre informática e internet, algunas pautas para la investigación periodística con recursos digitales, y algunas orientaciones sobre cómo citar direcciones de internet en una información.
Este glosario se revisó y amplió en 2010 con la introducción de un apartado con recomendaciones para el uso de las redes sociales como herramientas periodísticas y nuevas voces de uso común en la red; y para 2011 prepara una nueva actualización que incidirá en la estandarización del uso de la terminología más común en internet, así como en los nuevos formatos periodísticos digitales.
Para ello, según anuncia el director adjunto de Estilo de AP, David Minthorn, la agencia tomará en consideración muchas de las propuestas y sugerencias efectuadas por lectores y redactores a lo largo de los últimos meses en un buzón de participación abierto al público por los responsables de esta agencia con el objetivo de mantener el libro de estilo vivo, actualizado y acorde a la realidad lingüística de los usuarios.
Entre las contadas excepciones que se pueden enumerar, figuran el periódico argentino La Voz del Interior, que en 2006 se convirtió en el primer medio en lengua española en editar un libro de estilo exclusivamente dirigido a la redacción periodística en internet (Manual de principios, valores y estilo); el diario digital en lengua catalana Vilaweb, que se dota de una herramienta propia en 2005; y la cadena estatal de radiotelevisión británica BBC (Editorial Guidelines), que incorpora en su capítulo ‘Interactuar con la audiencia’, un apartado sobre el procedimiento de control y revisión de los contenidos creados por los usuarios en la red.
Sin embargo, si hay un medio que sobresale por actualizar permanentemente su libro de estilo y ser uno de los primeros en incluir referencias a la redacción en internet, ese es la agencia norteamericana AP. De hecho, The Associated Press Stylebook and Briefing on Media Law recoge desde su edición de 2002 un glosario, denominado ‘AP Internet Guide’, de términos especializados sobre informática e internet, algunas pautas para la investigación periodística con recursos digitales, y algunas orientaciones sobre cómo citar direcciones de internet en una información.
Este glosario se revisó y amplió en 2010 con la introducción de un apartado con recomendaciones para el uso de las redes sociales como herramientas periodísticas y nuevas voces de uso común en la red; y para 2011 prepara una nueva actualización que incidirá en la estandarización del uso de la terminología más común en internet, así como en los nuevos formatos periodísticos digitales.
Para ello, según anuncia el director adjunto de Estilo de AP, David Minthorn, la agencia tomará en consideración muchas de las propuestas y sugerencias efectuadas por lectores y redactores a lo largo de los últimos meses en un buzón de participación abierto al público por los responsables de esta agencia con el objetivo de mantener el libro de estilo vivo, actualizado y acorde a la realidad lingüística de los usuarios.
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