Los medios de comunicación también se equivocan, aunque todavía hay quien se resista a creerlo, precisamente porque solo algunos admiten de forma habitual sus errores cuando estos se producen.
La pretensión de infalibilidad de muchos medios les puede conducir a situaciones sonrojantes cuando un ciudadano se cerciora de que se han publicado datos inexactos; frases descontextualizadas y cercenadas que desvirtúan el sentido original de declaraciones y hechos; o historias flagrantemente amañadas e incluso inventadas, que se sustentan débilmente en rumores sensacionales o en un reducidísimo número de fuentes que no han sido contrastadas.
Sin embargo, supone un ejercicio de honestidad partir de la premisa que no hay acceso a todas las fuentes para elaborar una información y que las equivocaciones (de redacción y uso del lenguaje, de precisión, de contexto, por omisión o de interpretación) son más frecuentes de lo que los profesionales pensamos.
El periodista británico David Randall (El Periodista universal) enumera cuáles son las once causas principales de los errores que suele cometer un medio de comunicación:
1. Información falsa de las fuentes
2. Anotaciones deficientes
3. No comprobar los "hechos" con las fuentes
4. Renuencia a comprobar datos o sucesos "sensacionales"
5. No leer la historia una vez escrita
6. Desoír nuestros propios recelos (hay que prestar atención a nuestra propia aprensión, ya que la mayoría de las veces está justificada)
7. Omitir hechos que no encajan con una teoría preconcebida (o concebida con demasiada rapidez)
8. Dar a imprimir demasiado pronto (sobre todo cuando hay prisas por dar una exclusiva)
9. No consultar los temas técnicos con especialistas
10. Exceso de confianza en las reseñas (hay textos publicados por otros colegas que contienen en errores)
11. Errores de producción (derivados de los process de edición de textos e imágenes)
Asumir esta realidad pasa por poner en marcha sistemas de detección y subsanación de errores, así como diversos mecanismos de corrección y verificación de los textos que eviten la producción de fallos previos a la publicación.
Hoy en día, el reconocimiento de haber errado en una información ante el público es un signo distintivo del periodismo de calidad, especialmente en el ámbito de la prensa tradicional en papel, que suele rectificar tan pronto como puede, o bien en forma de recuadro dentro de una página de noticias o bien como fe de errores junto a la sección de Cartas del Director.
De esta forma, un medio de comunicación asume a diario el cumplimiento de un pacto de calidad con el público al que se dirige, a quien debe rendir cuentas ofreciéndole una completa y exacta descripción de los hechos mediante una información diligentemente obtenida y debidamente comprobada.
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