Hace tres semanas el semanario Don Balón dejó de existir de manera sorpresiva con un anuncio en Twitter y la colocación de banner en su web después de una larga trayectoria en los quioscos, fraguada a lo largo de 36 años y 1.870 portadas que han marcado la historia más reciente del fútbol español e internacional.
El vacío que deja esta publicación es enorme desde todos los puntos de vista, no solo por ser una de las revistas futbolísticas de referencia en todo el continente junto con otras como France Football, la alemana Kicker o la italiana Guerin Sportivo; sino, sobre todo, por haber apostado desde un principio por hacer un periodismo deportivo serio y riguroso, basado en la aplicación de unos estándares lingüísticos y éticos de calidad, que le granjearon credibilidad y prestigio entre lectores y profesionales.
No en vano, se convirtió en el año 2004 en la segunda cabecera deportiva española tras Mundo Deportivo en contar con un libro de estilo específico. Esta obra, de circulación interna y 88 páginas, incluye pautas para un uso correcto del lenguaje e instrucciones sobre ética y responsabilidad profesional.
Como afirma el último director de Don Balón, Toni Casals, en una entrevista reciente concedida a este blog, el Manual de Estilo ha sido toda una seña de identidad de la extinta revista, ya que este tipo de herramientas, si bien no son la panacea, sí marcan la línea a seguir y los criterios para que la redacción de los textos y la presentación de los contenidos sea correcta y coherente.
Según se explica en la parte preliminar de la obra, este manual de estilo constituye "la referencia como código interno de la redacción y de obligado cumplimiento por cada uno de los miembros de la misma" y su objetivo es la unificación de sistemas, expresión y diseño para dar una cierta personalidad y unidad al medio y facilitar la comprensión a los lectores.
El libro se presenta como un documento de carácter participativo y dinámico, que persigue solucionar los fallos que se puedan cometer. "El seguimiento puntual de estas normas eliminará buena parte de los errores, ayudando a conseguir una publicación de calidad", reza el texto.
La obra se estructura en cuatro partes. En la primera se analizan cuestiones generales periodísticas y de uso en la publicación, la política editorial, los géneros periodísticos o los elementos básicos del artículo, además de aspectos generales ortográficos y gramaticales que ayudarán a entender el carácter que este medio de comunicación quiere adoptar ante sus lectores.
Debido a su periodicidad, este semanario apostó siempre por un tratamiento analítico y cuidado de los contenidos huyendo de la inmediatez de la información diaria y desechando, por ejemplo, noticias que inciten o fomenten la violencia, expresiones malsonantes y palabras o frases que resulten ofensivas contra un colectivo o que denoten un racismo implícito.
El manual también incluye instrucciones sobre ética y responsabilidad profesional, como la obligación de atender al derecho público de una información veraz y contrastada, la subsanación y publicación inmediata de errores, la no apropiación de noticias e imágenes ajenas, la separación entre información y opinión, así como la distinción entre rumor y noticia.
Como norma general, Don Balón establece en este manual que el idioma debe utilizarse de una manera clara, concisa, fluida y fácilmente comprensible, ya que la intención es llegar a un público lo más amplio y diverso posible. "El uso de palabras eruditas no muestra un mayor conocimiento y aptitud por parte del periodista, sino una mayor ignorancia al no saber llegar a los lectores".
Al tratarse de una publicación en castellano y con vocación nacional e internacional, prioriza esta lengua frente a voces foráneas. Así, opta por no utilizar palabras en otros idiomas, incluidos el catalán, gallego o vasco, si ya existe un sinónimo en lengua castellana y, en el caso de que haya dos grafías válidas, tanto la española como la del otro idioma, se preferirá siempre la primera.
Las partes segunda y tercera se centran las cuestiones generales de diseño de la publicación, mientras que la cuarta y última es una breve recopilación de términos futbolísticos y deportivos, heredados o incorporados de otros ámbitos o lenguas, y que provocan diferentes dicotomías. Este apartado, recoge 88 voces de uso dudoso, 64 palabras y expresiones de carácter argótico y 74 de índole técnico-especializada.
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