miércoles, 8 de febrero de 2012

José Barrero: "El periodismo deportivo debe contar lo que de verdad importa; hay muchos temas que no aportan nada y que solo cuentan porque venden"

Entre las diferentes propuestas formuladas en este blog para mejorar el trabajo de los periodistas en general y los deportivos en particular, se encuentra la de transmitir unas pautas lingüísticas y formas visuales adecuadas para evitar posibles conductas violentas.

Para profundizar en este análisis, nos hemos puesto en contacto con José Barrero (en la imagen junto al delantero internacional español Fernando Torres), redactor de RTVE y profesor doctor de Periodismo en la Universidad Europea de Madrid (UEM) y uno de los más destacados especialistas nacionales en el estudio del tratamiento periodístico de la violencia en el mundo del deporte.

Autor de los libros Periodistas deportivos: contra la violencia en el fútbol, al pie de la letra (2008) y Protagonistas contra la violencia en el deporte (2009), actualmente compagina su ocupación profesional y docente con la de investigador principal del proyecto 'SDF: Solo Deporte Femenino', financiado por el Consejo Superior de Deportes y por la Cátedra del Real Madrid-UEM.

- El periodismo deportivo produce contenidos informativos y de entretenimiento de alto impacto social. ¿En qué medida repercuten sus mensajes en los modelos de expresión y conducta de los ciudadanos, especialmente entre los más jóvenes, quienes son los que con más pasión siguen el desarrollo de las diferentes competiciones?

- Igual que se puede comprobar la importancia del periodismo deportivo por el seguimiento que tiene (periódicos vendidos; audiencias de programas deportivos y partidos vistos/escuchados; pinchazos de temas deportivos en la web), su influencia en la conducta social es difícil de cuantificar. Aun así, se pueden apuntar unas ideas sobre la repercusión que tienen en la sociedad.

Al ser un contenido con tantos seguidores, lógicamente la influencia será mayor. Los protagonistas de los que se habla se transmiten como modelos sociales, ejemplos a seguir. Los deportistas son ‘gente’ de éxito, son ganadores y eso gusta. El lenguaje que se utiliza se acerca mucho a la gran masa y eso crea lazos e intercambios, entre otras ideas. Además, los temas ‘se venden’ en los medios con una enorme atracción porque eso es lo que gusta.

Me preocupan mucho los actos de los futbolistas que se encaran con los árbitros y cuyas conductas también he visto repetidas en juveniles durante sus partidos en campos de tierra. Las actuaciones son de los jugadores, pero mostradas y magnificadas por los medios de comunicación. Por ese motivo, es tan importante que, tanto deportistas como medios, cuiden las formas (y los fondos).

Ver a los periodistas discutiendo acaloradamente todo el día en las tertulias infinitas de radio y televisión también puede ser un aspecto que cale en la sociedad actual, aunque entiendo que hay que llenar contenido y más si es barato para los medios; ese es uno de los motivos por los que creo que todo esto está inflado. También entiendo que los equipos de fútbol no den mucha información y los periodistas, tantos comiendo de este negocio, tengan que seguir sobreviviendo.

Otro aspecto que se ha criticado es ver a periodistas con la camiseta de sus equipos. La imparcialidad de los medios y de sus profesionales también está en tela de juicio.

- Este tipo de periodismo ha sido acusado de contribuir a la incitación de comportamientos violentos dentro y fuera de los terrenos de juego mediante determinados usos lingüísticos y formas de presentación de las imágenes. ¿Se trata de una crítica fundamentada o algo exagerada?

- Una de las cuestiones que pretendía estudiar en mi tesis doctoral sobre el análisis del lenguaje violento que utilizan los periodistas deportivos es su papel en la violencia que se da en el deporte. Es muy difícil saber la razón de por qué un aficionado tira una botella o una moneda a un árbitro o a un jugador contrario. Lo que sí está claro es que la mecha se puede encender desde los medios de comunicación crispando a las aficiones antes de que comience un partido, recordando enfrentamientos violentos pasados antes de que se juegue un encuentro futbolístico.

Además, el lenguaje que se utiliza o las frases que se destacan de los protagonistas o las preguntas que se realizan en las salas de prensa (por ejemplo, buscando la crítica a los árbitros continuamente) no ayudan a calmar los ánimos. Estas son solo algunas de las muchas cuestiones que habría que analizar para que el periodismo deportivo no pierda crédito y se acabe desprestigiando.

- Este tratamiento de las historias se encuentra directamente relacionado con la tendencia del periodismo deportivo al sensacionalismo como técnica informativa. ¿Comparte esta visión?

- Sí, creo que básicamente el periodismo deportivo está cogiendo cada vez más tono amarillo. Siempre he dicho que el periodismo está ahí para hacer más libre al ser humano y para eso es necesario contar la verdad de lo que pasa y contar las cosas que de verdad importan; hay muchos temas que no aportan nada y que solo se cuentan porque “venden”. En el periodismo deportivo ocurre lo mismo.

Es verdad que el deporte tiene un componente espectacular que hay que tener en cuenta, pero que no puede llevar al extremo a los periodistas, que se conviertan en “contadores del espectáculo del espectáculo”, es decir, que el periodismo deportivo se convierta en “el espectáculo al cuadrado”, como titulaba una ponencia en un Congreso Internacional en la Universidad Jaume I de Castellón. Está bien ser entretenidos mientras informamos, pero no unos payasos del circo, porque para eso está el circo, no los medios de comunicación.

- El periodismo deportivo sigue haciendo un uso generalizado de un lenguaje más propio del ejército y de la guerra y alejado del denominado ‘fair play’. Si bien este uso se efectúa habitualmente en clave metafórica para ensalzar determinados logros y resultados, muchos autores advierten de los riesgos que esto entraña porque se refuerzan algunos de los aspectos más destructivos de la práctica deportiva, como son la confrontación, la rivalidad o la excitación irracional del odio.

- Estoy de acuerdo. Esa fue otra de mis conclusiones en el estudio del lenguaje de contenido violento que utilizan los periodistas en las crónicas de los partidos de fútbol. En una mesa redonda con compañeros decía que no era necesario recrearse en la sangre con primeros planos en televisión. Tanto con los planos televisivos o las fotos, como con los sonidos radiofónicos o las palabras en los medios escritos no es necesario ir más allá. Con lo justo, estamos informados. Ir más lejos puede provocar eso que se apunta en la pregunta y mucho más.

- Y luego está la búsqueda constante de declaraciones y réplicas de carácter morboso y polémico en ruedas de prensa. Usted mismo hace un llamamiento en sus trabajos a las obligaciones profesionales y éticas del periodista deportivo para cumplir correctamente con su trabajo y velar por un uso responsable del lenguaje que evite crear un clima poco propicio para la paz y la tranquilidad entre aficiones, especialmente en la antesala de partidos de fútbol importantes. ¿Podemos afirmar que el periodismo deportivo a veces no está a la altura de las circunstancias?

- Creo que los medios de comunicación son clave en la educación de las personas (primero la familia, segundo la enseñanza y tercero, los medios… quizá su importancia esté llegando a ser como la de los centros educativos…). Por eso, la trascendencia de lo que hacen; se puede causar mucho mal pero también mucho bien y de esto último también mucho en esta profesión. A veces no se está a la altura, como he comentado antes con la búsqueda continua de la polémica o con el uso de un lenguaje bélico, militar y violento, pero también se hacen cosas que hacen crecer y mucho a los que las leen, ven o escuchan. De todas formas, no está de más volver a llamar la atención sobre la enorme responsabilidad que tenemos los periodistas con nuestro trabajo.

- Volviendo a un aspecto que ha apuntado antes, el protagonismo del periodismo como instigador más o menos voluntario de comportamientos violentos en acontecimientos deportivos también se produce a través de la exhibición y reiteración de imágenes llamativas o morbosas, que no siempre justificadas desde un punto de vista estrictamente noticioso. ¿Cree que a veces los profesionales o, más bien, los directivos de medios de comunicación no son realmente conscientes de los peligros que pueden ocasionar la emisión de estas imágenes? ¿Qué hace falta para corregir todo esto?

- No sé si son conscientes o no, pero hay que hacer consciente a todo el mundo, gracias a quienes que están trabajando en estos temas, gracias a medios de comunicación como este, gracias a libros e investigaciones. Ahora hay que llegar a todo el mundo, hay que hacerles conscientes hablándoles del tema o publicando cosas que hagan que todo el entorno mediático y deportivo tome conciencia del asunto. No es necesario llegar tan lejos en las imágenes, en las declaraciones, en el lenguaje.

Me preocupan mucho las imágenes que acabamos de ver en Egipto. Allí la revuelta, con posos políticos, se ha refugiado en un partido de fútbol para sacar todo el odio que hay entre los bandos rivales (74 muertos y decenas de heridos). Ahora espero que la crisis económica, social y de valores en Europa no encienda la mecha en los jóvenes y se vuelvan a ver actos vandálicos en el entorno futbolístico. Espero y deseo que tanto dirigentes deportivos como mediáticos sean conscientes de la situación y no azucen ni metan cizaña, incluso que sepan tomar medidas para trabajar hacia el lado positivo con la educación en valores humanos de los jóvenes. Confío en el lado positivo y que el bien volverá a triunfar. Hay mucho por hacer, así que manos a la obra.

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