miércoles, 4 de agosto de 2010

Propuestas periodísticas para evitar conductas violentas en el deporte

La comunicación deportiva es un fenómeno singular que se ha desarrollado de forma extraordinaria en los últimos años forjando un lenguaje propio y diferenciado hasta convertirse actualmente en el producto periodístico de mayor éxito.

Dada la gran repercusión social de sus informaciones, el periodista deportivo contrae una gran responsabilidad a la hora de emitir una serie de mensajes a partir de unas pautas lingüísticas y éticas que condicionan en gran medida los modelos de expresión y conducta de los ciudadanos, especialmente de los más jóvenes, quienes son los que con más pasión consumen este tipo de información y, por tanto, los más influenciables.

Esta responsabilidad social del informador es aún mayor cuando determinados usos lingüísticos y formas visuales de los medios pueden suponer una incitación a que se produzcan comportamientos violentos a raíz de un acontecimiento deportivo.

Por este motivo, incluimos una serie de propuestas con las que evitar a través de la información periodística que se vierte al público posibles conductas negativas:

1. No abusar de las técnicas sensacionalistas especialmente cuando alteren criterios objetivos de selección y valoración de la información, dentro y fuera del texto; y den cabida y relevancia a aspectos que a simple vista resultarían anecdóticos o secundarios en cualquier otro medio.

2. Tener precaución al incorporar hipérboles, redundancias o metáforas que al mismo tiempo reproduzcan –y, por tanto, amplifiquen- la violencia verbal de los protagonistas, lo que puede contribuir peligrosamente a caldear el ambiente previo a la celebración de un partido o torneo importante.

3. Utilizar un lenguaje común y accesible, pero no vulgar. La tendencia hacia lo popular en ocasiones degenera en la utilización de expresiones malsonantes, indecorosas e incluso ofensivas e incitadoras de violencia para el público receptor.

4. Evitar en la medida de lo posible, y aunque sea en clave metafórica, la terminología militar-belicista de las crónicas deportivas

5. Deslindar claramente la información de la opinión, no solo para no confundir al público sino también para evitar que el lenguaje resultante tenga una mayor carga emocional y subjetiva, y solo sirva para levantar la pasión de la hinchada con mensajes directos e impactantes que a veces adquieren ciertos tintes de agresividad.

6. Sobre todo, fomentar los valores positivos inherentes a la práctica deportiva, como el afán de superación, la cultura del esfuerzo, la solidaridad, el compañerismo, la igualdad o el juego limpio; es decir, todos aquellos valores que son pilares básicos de la convivencia y la paz social.

Esta es la mejor manera de que el periodismo deportivo gane en rigor, calidad y, por tanto, credibilidad entre sus receptores habituales y otros potenciales, y se convierta en un actor social que forme culturalmente y marque tendencias positivas en el decir y hacer de los ciudadanos.

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