lunes, 25 de noviembre de 2013

Los factores que determinan el valor de una noticia, según David Randall

En la literatura generada por el periodismo hay casi tantas definiciones de lo que constituye una noticia como autores. Una de las más utilizadas fue acuñada en 1882 por John B. Bogart, a la sazón director del diario New York Sun: que un perro muerda a un hombre no es noticia, pero sí lo es que un hombre muerda a un perro. La frase 'A man bites a dog' nos dice que noticia es lo inusual, lo extraordinario, pero a ello hay que añadirle el valor de lo que es nuevo para el lector, lo no publicado y, sobre todo, algo determinante, que sea de interés para el público.

Mientras lo nuevo, no publicado e inusual son elementos noticiosos que casi siempre se pueden determinar de una forma más o menos objetiva, lo que es de interés general es el factor que suscita más debate a diario en las redacciones periodísticas del planeta, especialmente porque la subjetividad impregna todo el proceso de selección y jerarquización de los temas en un medio. Así lo afirma el periodista británico David Randall en su obra El periodista universal, publicada por primera vez en 1996 y que a día de hoy sigue siendo uno de los manuales de Periodismo más sobresalientes que se hayan escrito.

En su libro, Randall intenta descifrar lo que debe rondar la cabeza de todo periodista al evaluar el carácter noticioso de un hecho y enumera hasta ocho factores del valor informativo: seis de ellos guardan relación con la historia (tema, actualidad, hechos, fuente, difusión y oportunidad), uno tiene que ver con la audiencia (tipo de público al que se dirige el medio) y otro está relacionado con el ámbito en el que se mueven tanto el público como el propio medio de comunicación (contexto).

Teniendo presente en todo momento estos ocho elementos generales, el autor sostiene que "juzgar el valor de una noticia solo puede hacerse en cada caso concreto" y para ello traza una escala de valores, que es la que -asegura- ha venido usando a lo largo de su trayectoria profesional para discernir cuáles son las noticias que tienen más interés para el público y cuáles son las que menos atractivo pueden revestir.

Por su interés y utilidad, reproducimos aquí fragmentos de su 'regla de oro' para calcular el valor de las historias periodísticas:

Las noticias de menor interés son las que tratan sobre algo que ha dicho alguien

Son ideas que rebaten a otras o sobre nuevas ideas. En estas noticias no ocurre nada nuevo salvo que alguien dice algo. Lo que suele delatar a estas informaciones es el uso de los términos "advierte", "insta" o "propone".

(...)
Hay dos trampas en las que un periodista no debe caer. La primera es dar por hecho que hay que informar sobre todo lo que dicen los políticos. No es cierto. Todos los periodistas deberían tener sobre su mesa el siguiente lema: "no son más que políticos". El mero hecho de que un hombre de mediana edad trajeado de gris decida hacer declaraciones o dar un discurso no es en sí una noticia. Lo que se dice en los discursos y declaraciones suele ser totalmente previsible. Solo se convierten en noticia cuando en ellos se dice algo inesperado.

(...)
La segunda trampa es lo que ha dado en llamarse el seudoacontecimiento: las ruedas de prensa, las entrevistas y otras ocasiones similares. Las ruedas de prensa no son, como parecen creerlo muchos periodistas, informaciones en sí mismas. Cuando se celebra una rueda de prensa, en realidad no sucede nada. El mundo no se transforma en absoluto. Lo único que ocurre es que algún político o alguna celebridad decide hablar sobre algo por motivos que suelen ser interesados y el primero de los cuales es hacerse publicidad. El contenido del mensaje transmitido es lo único que tiene importancia. Hay que tratar esos seudoacontecimientos con escepticismo.

Las siguientes noticias de menor valor son las que tratan sobre lo que la gente dice que va a suceder

Son noticias sobre amenazas o llamamientos a la acción. Los políticos tienden a abusar de dichas exhortaciones con la ayuda y complicidad de los periodistas perezosos a quienes les resulta más cómodo asistir a ruedas de prensa que ir de aquí para allá en busca de auténticas noticias. Algunas, no obstante, tienen la virtud de presentar hechos puros y duros relativos a una situación entre la vana palabrería.

A continuación están las noticias sobre las que la gente dice que está ocurriendo u ocurrió

Son noticias sobre investigaciones realizadas por terceras personas que transmiten hallazgos a los periodistas. En este caso sí ha ocurrido algo concreto.
 
Las noticias de mayor valor informativo son las que tratan sobre lo que ha ocurrido

Se refieren a sucesos, accidentes, desastres, vistas judiciales y otros muchos hechos reales y demostrables.
 
Una consideración importante a la hora de valorar una noticia es el número de lectores a quienes puede afectar

Cuantas más personas se vean afectadas por un hecho, más fuerza tendrá la informacion que se ocupe de él. Si la influencia sobre la audiencia es directa, mejor que mejor.
 
La noticia tendrá más valor y más fuerza cuando más duraderos sean los efectos del hecho sobre el que se informa

Es evidente que algo que afecta a la gente solo durante un día no tiene la misma importancia que algo que les afecta permanentemente.

Como ocurre con todas las reglas prácticas, siempre surgen excepciones ocasionales. Las noticias de moda son a menudo la causa. Temas que una semana antes apenas habían merecido un breve en páginas interiores, aparecen de repente en primera plana arrastrados por la última ola de noticias de moda. Otros hechos, un incidente, accidente o desastre, significan que repentinamente el tema ha adquirido un momentáneo furor. También puede ocurrir lo cocntrario: ser el primero en publicar una noticia no implica necesariamente el reconocimiento debido. En las noticias, es frecuente que la oportunidad lo sea todo.

Por último, un reportero debe recordar siempre que el hecho de que haya descubierto algo no convierte el hallazgo en noticia. La "historia" que intenta vender puede haberle costado días e incluso semanas de investigación, quizá haya tenido que enfrentarse a todo tipo de dificultades y superar toda clase de obstáculos, pero nada de eso añade a fuerza a la historia. Solo en circunstancias muy excepcionales le interesa al lector conocer cómo consiguió su información el reportero.

 

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