Agustín Rivera (izda.), durante su conferencia. |
El periodismo deportivo no solo no es ajeno al proceso de transformación y de replanteamiento de fórmulas narrativas clásicas en las redacciones, sino que además se erige como el auténtico banco de pruebas de muchos medios de comunicación a la hora de explorar nuevas tendencias y formatos en la cobertura de grandes acontecimientos. Como ya advertimos en este blog con motivo de los trabajos periodísticos más creativos durante el pasado Mundial de fútbol celebrado en Brasil, hoy día constituye una tendencia creciente en el ámbito digital el acortamiento de las crónicas de los partidos y apoyarlas en elementos gráficos para hacerlas más legibles y atractivas, así como en multitud de datos estadísticos bien mostrados para explicar las claves de lo sucedido.
No obstante, pese a la multitud de posibilidades que ofrecen los avances tecnológicos para ofrecer un producto periodístico rentable y atractivo a unos usuarios que cada vez en mayor proporción obtienen la información a través de dispositivos móviles, en la era de los 140 caracteres, del periodismo de (base de) datos y de los formatos más innovadores, hay mucha gente que todavía prefiere historias largas y bien contadas, tal como demuestran medios como Sports Illustrated, que hace diez meses decidió crear un sitio web específico para alojar sus reportajes multimedia longform.
Así lo puso de relieve el periodista y profesor de Periodismo Agustín Rivera durante su ponencia en el seminario 'El deporte en los medios: entre el negocio, el espectáculo y la información', celebrado entre los pasados 15 y 17 de julio dentro de los Cursos de Verano de la Universidad de Málaga (UMA) y que versó sobre las nuevas narrativas digitales y su incidencia en las formas y en los tiempos clásicos de escribir una crónica deportiva.
Durante su intervención, Rivera citó como referentes de este género periodístico especializado a grandes maestros clásicos españoles como Manuel Alcántara, Gonzalo Suárez o Julio César Iglesias, y a otras figuras contemporáneas como Santiago Segurola, David Gistau o Enric González, que, en su libro Historias del Calcio, ejemplifica un modo de crónica libre que más allá de la temática puramente deportiva al aludir a "aspectos sociales, políticos, históricos y culturales, que son más propios de una crónica de corresponsal en el extranjero".
Citando la tesis doctoral de Roberto Díez Yague, Rivera incidió en elementos destacados de las crónicas de Enric González, que se refiere a sus propios artículos como "vagamente futbolísticos de los lunes", ya que "el fútbol se utilizaba como excusa para hablar de cualquier cosa, tenía mucha manga ancha y eso se fue ampliando con el paso de los años". En los relatos de González, "la densidad de la información desciende a medida que se avanza hacia la interpretación y se centra más en la recreación y en los detalles", agregó.
Entre los nuevos maestros de la crónica deportiva, Agustín Rivera citó a periodistas de dos generaciones que coexisten en la prensa actual; por un lado a Manuel Jabois (EL Mundo), Hughes (ABC) o Jorge Bustos (Zoom News), y, por otro, a firmas más veteranas y consolidadas como Ramón Besa, Carlos Arribas (El País) u Orfeo Suárez (El Mundo). Estas fueron algunas de las crónicas que se analizaron en la sesión:
. Llegan los cronistas al estadio, de Manuel Jabois (una crónica de los cronistas de El Mundo en el Mundial)
. Y después de Brasil, Maracaná, de Ramón Besa
. Un monólogo en el repecho, de Carlos Arribas (ejemplo de crónica literaria sobre ciclismo, en el Tour)
El Mundial de fútbol, efectivamente, supuso una ocasión de idónea para comprobar la evolución de la crónica deportiva y certificar que en la cobertura de los grandes eventos nada será como antes. A juicio de Rivera, ha llegado un "nuevo periodismo, que no hay que confundir con el Tom Wolfe o Gay Talese en el que caben muchos elementos", y que se caracteriza por la huida de los tópicos, la primacía de la inmediatez que en ocasiones puede ir detrimento de la calidad, así como la cada vez mayor pujanza de las notas de color y contracrónicas.
En su opinión, las redes sociales, especialmente Twitter, "han revolucionado el periodismo deportivo" marcando los tiempos de la información que ha de llegar con la mayor prontitud a los usuarios. Hasta tal punto esto es así que cabe preguntarse si la narración descriptiva de los hechos, cronológica, inversa o de otro tipo, sigue teniendo sentido en los diarios cuando ya el resultado y los datos más relevantes son conocidos por el gran público a través de otros medios con muchas horas de antelación: "¿Será preciso pues adelantar el primer párrafo de la crónica en redes sociales o incluso una minicrónica al descanso de los partidos?".
Frente a las piezas escritas de forma acelerada y alejadas del escenario de los hechos ("¿Acaso se puede hacer una buena crónica por la televisión, sin estar en el estadio, por muy bien escrita que esté"?), se encuentran otras, más acordes al papel que ha de corresponder a los diarios impresos, de carácter más analítico y explicativo, apoyadas en elementos visuales que sirven de gancho para captar la atención del lector.
No obstante, pese a la pujanza del periodismo de datos y de sus enormes posibilidades para enriquecer el género, Agustín Rivera recuerda que "la ciencia estadística lleva más de dos décadas presentes en el periodismo deportivo" y que "el periodismo de datos no es solo gráficos y tecnología, sino sobre todo periodismo". Por ello, abogó por incorporar nuevos elementos a la crónica pero sin desproveerla de su vieja esencia: "Sin tradición no hay honor. Una buena crónica debe beber del periodismo de datos, pero también del nuevo periodismo estadounidense, donde el cronista aporte el elemento humano a su relato".
A este respecto, destacó el trabajo realizado durante el Mundial de Brasil por medios estadounidenses como The New York Times y de cronistas como Wright Thompson, que amplió la cobertura realizada por ESPN cultivando fuentes primarias y enriqueciéndola con una visión ampliada plasmada en textos escritos in situ desde distintos lugares de América Latina durante la competición. Un ejemplo:
. Shadowed by the Hand of God, sobre paralelismos inevitables en estas citas entre Messi y Maradona
Durante su intervención, Rivera citó como referentes de este género periodístico especializado a grandes maestros clásicos españoles como Manuel Alcántara, Gonzalo Suárez o Julio César Iglesias, y a otras figuras contemporáneas como Santiago Segurola, David Gistau o Enric González, que, en su libro Historias del Calcio, ejemplifica un modo de crónica libre que más allá de la temática puramente deportiva al aludir a "aspectos sociales, políticos, históricos y culturales, que son más propios de una crónica de corresponsal en el extranjero".
Citando la tesis doctoral de Roberto Díez Yague, Rivera incidió en elementos destacados de las crónicas de Enric González, que se refiere a sus propios artículos como "vagamente futbolísticos de los lunes", ya que "el fútbol se utilizaba como excusa para hablar de cualquier cosa, tenía mucha manga ancha y eso se fue ampliando con el paso de los años". En los relatos de González, "la densidad de la información desciende a medida que se avanza hacia la interpretación y se centra más en la recreación y en los detalles", agregó.
Entre los nuevos maestros de la crónica deportiva, Agustín Rivera citó a periodistas de dos generaciones que coexisten en la prensa actual; por un lado a Manuel Jabois (EL Mundo), Hughes (ABC) o Jorge Bustos (Zoom News), y, por otro, a firmas más veteranas y consolidadas como Ramón Besa, Carlos Arribas (El País) u Orfeo Suárez (El Mundo). Estas fueron algunas de las crónicas que se analizaron en la sesión:
. Llegan los cronistas al estadio, de Manuel Jabois (una crónica de los cronistas de El Mundo en el Mundial)
. Y después de Brasil, Maracaná, de Ramón Besa
. Un monólogo en el repecho, de Carlos Arribas (ejemplo de crónica literaria sobre ciclismo, en el Tour)
El Mundial de fútbol, efectivamente, supuso una ocasión de idónea para comprobar la evolución de la crónica deportiva y certificar que en la cobertura de los grandes eventos nada será como antes. A juicio de Rivera, ha llegado un "nuevo periodismo, que no hay que confundir con el Tom Wolfe o Gay Talese en el que caben muchos elementos", y que se caracteriza por la huida de los tópicos, la primacía de la inmediatez que en ocasiones puede ir detrimento de la calidad, así como la cada vez mayor pujanza de las notas de color y contracrónicas.
En su opinión, las redes sociales, especialmente Twitter, "han revolucionado el periodismo deportivo" marcando los tiempos de la información que ha de llegar con la mayor prontitud a los usuarios. Hasta tal punto esto es así que cabe preguntarse si la narración descriptiva de los hechos, cronológica, inversa o de otro tipo, sigue teniendo sentido en los diarios cuando ya el resultado y los datos más relevantes son conocidos por el gran público a través de otros medios con muchas horas de antelación: "¿Será preciso pues adelantar el primer párrafo de la crónica en redes sociales o incluso una minicrónica al descanso de los partidos?".
Frente a las piezas escritas de forma acelerada y alejadas del escenario de los hechos ("¿Acaso se puede hacer una buena crónica por la televisión, sin estar en el estadio, por muy bien escrita que esté"?), se encuentran otras, más acordes al papel que ha de corresponder a los diarios impresos, de carácter más analítico y explicativo, apoyadas en elementos visuales que sirven de gancho para captar la atención del lector.
No obstante, pese a la pujanza del periodismo de datos y de sus enormes posibilidades para enriquecer el género, Agustín Rivera recuerda que "la ciencia estadística lleva más de dos décadas presentes en el periodismo deportivo" y que "el periodismo de datos no es solo gráficos y tecnología, sino sobre todo periodismo". Por ello, abogó por incorporar nuevos elementos a la crónica pero sin desproveerla de su vieja esencia: "Sin tradición no hay honor. Una buena crónica debe beber del periodismo de datos, pero también del nuevo periodismo estadounidense, donde el cronista aporte el elemento humano a su relato".
A este respecto, destacó el trabajo realizado durante el Mundial de Brasil por medios estadounidenses como The New York Times y de cronistas como Wright Thompson, que amplió la cobertura realizada por ESPN cultivando fuentes primarias y enriqueciéndola con una visión ampliada plasmada en textos escritos in situ desde distintos lugares de América Latina durante la competición. Un ejemplo:
. Shadowed by the Hand of God, sobre paralelismos inevitables en estas citas entre Messi y Maradona
Los nuevos rumbos de la crónica deportiva se definirán y seguirán redefiniéndose en los próximos años a medida que los periodistas sepan renovarse sin que ello suponga, de ninguna forma, romper con el pasado, sino más bien todo lo contrario; a medida que sepan aprovechar las nuevas narrativas para profundizar en los propios conocimientos y mejorar las habilidades.
Si te ha gustado este post, también te pueden interesar:
. El deporte como pretexto para contar grandes historias
. El periodismo de fútbol internacional, una especialización en auge que favorece el emprendimiento
No hay comentarios:
Publicar un comentario