miércoles, 26 de noviembre de 2014

Propuestas para elevar la calidad en el periodismo deportivo a través de la ética

¿Qué entendemos por ética y cuáles son las funciones que está llamado a desarrollar el periodismo deportivo como uno de los principales vehículos actuales de la ética? Esta fue la pregunta de punto de partida en el seminario web 'El periodismo deportivo como ejercicio ético', celebrado ayer a través de la iniciativa Red Ética Segura de la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI). A continuación, los extractos más destacados de la ponencia:

El periodismo deportivo desde una perspectiva ética

Al referirnos al ejercicio del periodismo, entendemos la ética como un compromiso responsable del individuo con la sociedad a la que pertenece, con un sentido solidario del deber del periodista en tanto que parte constitutiva de una comunidad a la que se dirige, con la que se identifica y a la que presta un servicio público. Además, la aplicación de los principios éticos fundamentales en este ámbito periodístico ha de asumirse como una exigencia de calidad en el desempeño de una actividad profesional de gran repercusión social que, al hacerse efectiva, puede ayudar a mejorar la convivencia y el bienestar de todos.

Tal como afirma Javier Darío Restrepo“El desarrollo ético y la búsqueda de la calidad son dos tendencias paralelas. No se puede dar lo uno sin lo otro. A más ética, mayor calidad; a mayor exigencia de calidad, más urgencia de lo ético. Ética y calidad se exigen mutuamente”

Asimismo, hablar de ética es hacerlo de capacitación profesional, de aprendizaje de los fundamentos deontológicos y de estándares de calidad que son mínimos e irrenunciables, así como de entrenamiento en técnicas periodísticas. La formación del periodista es el paso previo y necesario para su profesionalización y, como tal, un ejercicio de responsabilidad y de respeto hacia el público.

La misión social del periodismo deportivo

Desde una perspectiva ética del ejercicio profesional, el periodismo deportivo tiene como función básica la de informar con veracidad y el máximo rigor, y, en segundo término pero también muy relevante, contribuir a la formación y educación de la ciudadanía.

Al tratarse de un área de especialización periodística tan seguida por los ciudadanos, la proyección de los mensajes sobre deporte que se vierten a un público masivo y heterogéneo confiere a esta tipología informativa una responsabilidad social añadida, que tiene que ver con su gran capacidad para influir en las formas de hacer y decir de los ciudadanos, especialmente entre los más jóvenes, que son quienes en su proceso de formación integral toman como referencia directa los gestos y expresiones de sus ídolos deportivos, a los que tienden a emular. 

Por todo ello, por la naturaleza pedagógica del deporte y por el potencial transmisor de los medios de comunicación, la misión del periodismo deportivo ha de residir no solo en informar y entretener, sino también en educar y formar en valores a la audiencia. Así, la función social del periodismo deportivo se fundamenta en:

1) Informar del deporte en sus más diversas manifestaciones (y hacer así honor a su apellido, “deportivo”).

2) Educar y formar a los ciudadanos promocionando la actividad física y proyectando sus aspectos más positivos, como la solidaridad, la tolerancia, la cultura del esfuerzo o el trabajo en equipo.

3) Contribuir también a la conformación de identidades de género, raza, nacionalidad y discapacidad, integrando colectivos; y favorecer la cohesión social de ciudades, regiones y países, y con ello la convivencia y la paz social.

4) Asimismo, aprovechando esa sensación de implicación y complicidad que genera entre los ciudadanos la participación de equipos o deportistas nacionales en grandes eventos como Mundiales de fútbol o JJ.OO., el periodismo puede explotar su potencial divulgativo acercando al gran público las modalidades menos conocidas explicando su historia, reglamento, técnica o terminología, cultivando así una mayor cultura deportiva en la sociedad.

5) Entretener

La dimensión ética del periodismo deportivo

Al hablar de la dimensión ética del ejercicio profesional del periodismo lo hacemos:

- En primer lugar de actitudes y conductas profesionales, que atañen individualmente a cada periodista. 
- Ética en la toma de decisiones editoriales, que afecta al medio de comunicación en su conjunto: criterios de selección, jerarquización y tratamiento de los contenidos textuales y visuales.
- Ética en el uso adecuado del lenguaje para conferir la mayor calidad a la redacción del texto periodístico. En este caso, incumbe tanto al periodista como al medio de comunicación.

Distorsiones éticas

Sin embargo, determinadas prácticas del periodismo deportivo producen distorsiones éticas que lo alejan del cumplimiento de su función social. El no seguimiento de los parámetros éticos recogidos en los principales códigos deontológicos de la profesión puede ocasionar, como es el caso, un preocupante deterioro de la calidad de los contenidos periodísticos.

En cuanto a actitudes y conductas reprobables desde un punto de vista ético:

1) En muchos casos no existe una clara delimitación entre los elementos informativos y de opinión en los textos periodísticos, que se manifiesta en una mezcla de géneros que puede generar confusión y rechazo en el lector. También es un asunto que afecta al medio de comunicación en su conjunto.

2) Por lo general, el número de fuentes consultadas por noticia es escaso. A este respecto, Javier Gómez Bueno, en sus tesis doctoral Ética, responsabilidad y observación de los códigos deontológicos en el periodismo deportivo, señala que el 26% de las noticias analizadas no usa ninguna fuente o emplea el condicional, mientras que casi el 65% se ampara en una sola fuente. Además del número de fuentes empleadas, se pone de relieve un insuficiente trabajo de verificación y una inadecuada atribución de las informaciones (en muchas ocasiones no se cita a los medios de la competencia). Se trata de aspectos que se están extendiendo en el ámbito digital, donde muchas veces lo rápido se prefiere a lo correcto.

3) Directamente relacionado con la baja calidad de las fuentes utilizadas, se produce en este tipo de periodismo la inclusión del rumor con categoría noticiosa y como un elemento central de los contenidos habituales en la información. El recurso constante al rumor denota poca investigación y escaso rigor, al mismo tiempo que comporta una trivialización de los contenidos.

4) Incompatibilidades. Resulta incompatible ejercer como informador en un medio de comunicación a la que vez que trabajar en gabinetes de comunicación de alguna federación o club o bien como representante de alguna empresa deportiva. 

5) Otro tipo de conducta rechazable es el denominado “periodismo de bufanda” o “periodismo de camiseta”, que caracteriza a determinados comportamientos de periodistas que manifiestan de forma abiertamente parcial sus preferencias deportivas en el desempeño de su tarea de informar y que en muchos casos es consecuencia de la relación de peligrosa proximidad y complicidad que llegan a establecer con sus fuentes más habituales (futbolistas, directivos, entrenadores, agentes de deportistas,etc.). No puede calificarse de periodístico aquello que deliberadamente abandona la imparcialidad, que toma partido y que es servil hacia unas fuentes determinadas. 

"El atrincheramiento a favor de un color determinado aleja al periodista de la verdad y afecta negativamente a la credibilidad del medio de comunicación" (J.D. Restrepo).

La ética en las decisiones editoriales

1) Espectacularización y sensacionalismo. Existe una creciente tendencia a convertir la información en puro espectáculo y, especialmente en espacios audiovisuales, a contaminar géneros periodísticos tradicionales con otros formatos más propios del mundo de la farándula o del marketing. El infoentretenimiento deportivo empieza a ser cuestionable cuando se dejan de dar noticias.
La espectacularización de la información, que está estrechamente ligada a la adopción de técnicas sensacionalistas, se caracteriza por la magnificación visual y la banalización de los contenidos, los cuales no siempre se seleccionan y jerarquizan a partir de criterios puramente noticiosos. 
La anécdota o aspectos ajenos al mundo del deporte desplazan a menudo a resultados y logros deportivos, mientras que el periodismo declarativo por exceso hace que la polémica y el morbo se conviertan en un habitual hilo conductor del discurso.

2) Directamente relacionado con lo anterior, se encuentra un excesivo sesgo temático a favor del fútbol y todo lo que lo rodea, sea deportivo o no, lo que genera una infrarrepresentación o invisibilidad de otras modalidades y deportistas. Tal es la tendencia que hasta se llega a informar de otros deportes a través de referencias futbolísticas.
La futbolización en sí no sería nada criticable; está más que justificado que se le dé más espacio al deporte rey, siempre y cuando no se arrinconen otras modalidades por informaciones tan poco relevantes, como las referidas a la vida íntima de los futbolistas, más propias de la prensa del corazón.

3) Discurso androcéntrico y fomento de estereotipos. En este tipo de periodismo la mujer deportista apenas protagoniza noticias y, cualitativamente, queda además relegada a espacios insignificantes. Incluso las “mujeres invitadas”, las amigas, novias o mujeres de deportistas (Clara Sainz de Baranda), ocupan lugares más destacados que las propias atletas.
Se construye un discurso androcéntrico, elaborado en su mayor parte por periodistas hombres y concebido sobre todo para una audiencia masculina, lo que refleja una tremenda desigualdad en cuanto a la configuración de las identidades y refuerza la transmisión de estereotipos y roles tradicionales entre uno y otro sexo. 
El fomento de estereotipos y, sobre todo, la invisibilidad de la mujer deportista no se corresponden, además, con unos tiempos en los que las mujeres deportistas no dejan de acumular grandes éxitos en competiciones nacionales e internacionales.

La ética en el uso del lenguaje

En cuanto al uso adecuado del lenguaje, el periodismo deportivo suele ser objeto de críticas por: 

1) La poca variedad del vocabulario empleado. 

2) Impropiedades léxicas, esto es, los errores consistentes en usar palabras o expresiones existentes en nuestro idioma con significados equivocados. 

3) Abuso de extranjerismos, cuyo uso a veces no está justificado porque desplaza a términos que ya existen en nuestra lengua para definir un concepto que no es nuevo.

4) Uso reiterado de clichés y lugares comunes, muy recurrentes para expresar situaciones y estados de ánimo de jugadores y equipos antes, durante y después de los partidos. Estas fórmulas poco innovadoras empobrecen el mensaje, porque no aportan información ni tienen capacidad de sorpresa.

5) Proliferación de coloquialismos, que son formas más propias del registro hablado que del escrito y que, sin ser incorrectas, tienen efectos negativos al desplazar a otras formas consideradas como más cultas y restar calidad y riqueza de matices al léxico utilizado.

6) La tendencia hacia lo popular en ocasiones degenera en la utilización de expresiones vulgares y malsonantes, que pueden resultar indecorosas e incluso groseras y ofensivas para el público receptor.

7) Una búsqueda constante de la polémica a través del cruce de declaraciones y del empleo generalizado de palabras y expresiones provenientes de la jerga militar-belicista, que refuerzan algunos de los aspectos más destructivos de la práctica deportiva, como son la confrontación, la rivalidad, la voluntad de dominio o la excitación irracional del odio. Todo ello entraña el riesgo de contribuir a la incitación de comportamientos violentos dentro y fuera de los recintos.

Propuestas de mejora

Se observa en los últimos años un notorio incremento en el número de investigaciones y estudios académicos en esta área de conocimiento que coinciden a la hora de plantear la necesidad de elevar los estándares éticos en los medios de comunicación deportivos debido a la gran responsabilidad social que contraen a la hora de emitir sus informaciones.

Teniendo en cuenta todas las distorsiones éticas que se producen en el ejercicio de este tipo de periodismo, podemos afirmar que la consecución de la calidad en esta área informativa ha de cimentarse en tres pilares fundamentales: 

1) Un uso correcto del lenguaje para transmitir de la mejor forma posible las noticias al público.
2) Una consolidación de los principios deontológicos de la profesión.
3) Y una mejora y diversificación de los contenidos, de forma que estos se ajusten más a la realidad multideportiva existente y a unos criterios de selección y jerarquización más noticiosos que mercantilistas, más acordes a los logros de la competición que a la cuenta de resultados de las empresas.  

Para avanzar en este sentido es preciso que tanto los medios de comunicación como los profesionales que en ellos trabajan se autorregulen más, de manera que se favorezca la construcción de códigos de conducta profesional que se rijan por estándares éticos y se aumenten y mejoren los controles de calidad de los textos. 

Mecanismos

Entre los mecanismos que se pueden poner en marcha en los medios deportivos para elevar la calidad periodística desde una perspectiva ética se encuentran:

1) La aplicación de los principios deontológicos recogidos en los códigos de la profesión y el estudio de su adecuación y ampliación en códigos específicos para el periodismo deportivo, casi inexistentes. (The Associated Press Sports Editors o algunas recomendaciones en The New York Times).
2) Elaboración y uso de libros de estilo deportivos como herramientas que pueden facilitar a un medio y sus periodistas la aplicación de estos principios. Son pocos los medios deportivos que disponen actualmente de este tipo de instrumentos (Mundo Deportivo, Marca, El Gráfico o Lance).
3) La priorización de la transparencia en los procesos de construcción y procesamiento de la información mediante la creación de la figura del defensor de la audiencia o representante del lector, que velará por el cumplimiento de los estándares y representará a los aficionados en la redacción deportiva (el ombudsman de ESPN).

Las fuentes como medidor de la calidad periodística 

En el manejo de las fuentes informativas será preciso aplicar los siguiente preceptos:

1) Obligación de acudir a las fuentes primarias. El rumor no es noticia.
2) Citar a los medios de la competencia.
3) Apoyarse en más de una fuente (una exigencia cuando haya varias partes en litigio).
4) Ser justo con las fuentes (avisarle con tiempo suficiente de publicación que le afecta para incorporar su versión; darle la oportunidad de defenderse).
5) Uso excepcional de las fuentes anónimas (deberá estar justificada, algo que difícilmente ocurre).
6) Redoblar la verificación al usar internet y las redes sociales como fuente con el fin de no viralizar falsas noticias.

Principios rectores del periodismo deportivo

Asimismo, resulta recomendable aplicar los siguientes principios específicos en el ejercicio del periodismo deportivo:

1) Formación en valores y defensa de la Carta Olímpica: vincular cultura con educación y fomentar el juego limpio como filosofía.
2) Visibilidad de disciplinas minoritarias y deportes practicados por mujeres o colectivos con necesidades especiales (discapacidad) para favorecer su integración social.
3) Información antes que espectáculo. La adopción de fórmulas de infoentretenimiento es perfectamente compatible con un tratamiento mesurado de la información sobre deporte. Es preciso realizar una labor de de pedagogía que diferencie periodismo de aquellos otros contenidos que no son ni periodísticos ni siquiera deportivos.
4) No al sensacionalismo injustificado, a la búsqueda permanente del morbo y la confrontación a partir de la reproducción continua de declaraciones.
5) No a la incitación a la violencia y protección de la infancia. Hay que velar por los más jóvenes, ávidos seguidores de este tipo de periodismo, que son los más vulnerables cuando son testigos de episodios violentos. Para ello, se asumirían los principios recogidos en la Convención de los Derechos del Niño (1989).

Conclusión

La dimensión ética y la relevancia de los contenidos deportivos, en la relación al consumo y a su incuestionable trascendencia social, requieren de una mayor autorregulación por parte de los medios de comunicación y de los propios periodistas a título individual.

La puesta en marcha de estos mecanismos y la asunción de estos principios permitirá a los medios cumplir el pacto de calidad que asumen a diario con su audiencia, a la que debe rendir cuentas ofreciéndole una completa y veraz descripción de lo sucedido mediante una información diligentemente obtenida y verificada. 

Hacerlo así es una cuestión de ética, de responsabilidad social.

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