La creciente dramatización de los contenidos que emiten los medios deportivos, su estrecha dependencia de las fuentes y de la posesión de los derechos de emisión de los grandes eventos, así como la concentración temática en un reducido número de modalidades y protagonistas son factores que han desembocado en una complicada relación de esta área de especialización con el cumplimiento de las normas y principios básicos de la profesión (verdad, independencia, justicia y responsabilidad social), que son los que permiten a los periodistas aproximarse a la excelencia y a la calidad informativa, y, con ello, a la ética y a la profesionalización.
Así lo recogen Thomas Horky y Barbara Stelzner en 'Sports Reporting and Journalistic Principles', uno de los capítulos del libro colectivo Routledge Handbook of Sport Communication (2013), obra coordinada por el profesor de la prestigiosa Universidad de Bloomington en Indiana Paul Mark Pedersen y que, sin duda, constituye uno de los últimos grandes manuales para saber algo más de periodismo deportivo.
En el análisis que realizan de las particularidades del periodismo que versa sobre deportes, Horky y Stelzner señalan que "los informadores deportivos están cada vez más sometidos al escrutinio público debido a que el deporte que retratan los medios se parece cada vez más a un circo, algunos periodistas deportivos han dejado de ser testigos críticos para convertirse en vendedores de entretenimiento y a menudo no guardan la distancia y se comportan más como fans que como observadores neutrales".
A juicio de estos autores, las principales disfunciones existentes en este campo a la hora de cumplir plenamente los principios deontológicos de la profesión tienen que ver por tanto con las necesidades de las empresas periodísticas, para las que el deporte se erige hoy como un bastión del negocio, y también con las rutinas y las emociones que envuelven en su ejercicio al profesional, lo que dificulta ese alejamiento necesario del objeto de la información para poder adoptar una actitud más crítica en ciertas ocasiones.
Así, alertan de siete amenazas para la consecución de una verdadera profesionalización del periodismo deportivo:
1. Patriot(er)ismo: la preferencia de los medios por deportistas locales, regionales o nacionales es un sesgo que llega a contradecir el principio de neutralidad y equilibrio informativo.
2. Monopolio: el periodismo de calidad se fundamenta en la amplitud y diversidad de fuentes y puntos de vista; sin embargo, en los medios deportivos se manejan enormes sumas de dinero para la obtención de los derechos de emisión en TV, lo que conduce a la existencia de monopolios informativos y limitaciones en el uso del material.
3. Tematización: los criterios de selección y jerarquización de los contenidos, en vez de ser noticiosos, de acuerdo a su relevancia y pertinencia, son mercantilistas; el énfasis en los ratings lleva a que se siga ofreciendo más de lo mismo, un reducido elenco de deportes, lo que distancia a este periodismo de la variedad temática que se le presupone.
4. Emociones: la implicación sentimental del periodista aleja a este de la posibilidad de poder formar al receptor con un análisis más neutral de lo sucedido al mismo tiempo que difumina absolutamente la norma periodística que separa noticias de opiniones y proyecta clichés y estereotipos.
5. Dependencia: se quebranta el principio de imparcialidad no solo cuando la dependencia existe en un nivel corporativo (alianzas empresariales, patrocinios y coorganización de eventos) sino también en el plano individual (la peligrosa cercanía entre el periodista y sus fuentes, que "puede conducir a una inapropiada glorificación de las personas").
6. Puesta en escena: la dramatización excesiva en la presentación de los contenidos puede desembocar en un sensacionalismo que desprovee a las coberturas de cierto realismo o autenticidad.
7. Publicidad: la creciente interdependencia entre medios de comunicación y espónsors y anunciantes hace que los contenidos editoriales y los comerciales lleguen a mezclarse y se confundan. "Puede que en un futuro la información sobre deporte deje de ser percibida como periodismo y sea sustituida por las relaciones públicas u otro tipo de comunicación".
Por último, proponen ocho directrices éticas inspiradas en uno de los principales códigos deontológicos del periodismo deportivo en el mundo, el elaborado en el año 2010 por la Asociación de Periodistas Deportivos de Alemania (Satzung des Verbandes Deutscher Sportjournalisten):
1. El secreto profesional, que está consagrado en la Constitución, en la Declaración de Derechos Humanos, en el Convenio del Consejo de Europa y leyes nacionales reguladoras de la prensa y de medios audiovisuales, debe ser aplicado por los periodistas deportivos de una forma responsable y moralmente intachable.
2. Los periodistas deportivos deben evitar cualquier calumnia o forma de discriminación por motivos nacionalistas, chovinistas, raciales, religiosos o políticos.
3. Los periodistas deportivos desempeñan una función de control público. Cubren y analizan todos los aspectos de su campo informativo y promueven un entorno deportivo humano y libre de dopaje y corrupción.
4. Los periodistas deportivos no permitirán que se les monopolice ni se les explote. Protegerán su imparcialidad y rechazarán invitaciones o regalos que puedan suponer un menoscabo en su independencia de criterio.
5. Los periodistas deportivos velan por la protección de la dignidad del ser humano y respetar el derecho de cada persona a su intimidad. Deberán ser conscientes de todas las consecuencias que tiene el hecho de informar sobre la vida privada de las personas.
6. Los principios periodísticos básicos incluyen la investigación en profundidad, la correcta atribución de las informaciones y el uso de un lenguaje sin ambigüedades. Los periodistas deportivos deben comprometerse a informar de forma veraz e imparcial.
7. Los profesionales dedicados a cubrir el deporte creen en el periodismo de calidad y aspiran a que su profesión alcance mayores cotas de educación y preparación para ello.
8. Los periodistas deportivos deben comportarse de una manera justa, ser transparentes cuando sean criticados por otros y respetarse mutuamente.
Como asevera el profesor de la Universitat Pompeu Fabra Xavier Ramon, los medios de comunicación desempeñan un papel clave en la transmisión de información y de valores en las sociedades democráticas, y tienen una incidencia decisiva en la construcción y la legitimación de las identidades en aras de la convivencia y la paz social. "Por esta razón, la tarea periodística debe desarrollarse de forma íntegra, ética y responsable. El campo de la comunicación deportiva no debe ser una excepción".
No hay comentarios:
Publicar un comentario