La historia es extraordinaria: Noah Klieger, prisionero número 172.345 en Auschwitz, tuvo que boxear para sobrevivir en el mayor campo de exterminio de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Sus testimonios directos componen la base del reportaje 'Yo boxeé en Auschwitz', publicado por el diario Marca, en papel dentro de su suplemento dominical Primera Plana y en la web en un formato enriquecido con gráficos, dibujos, imágenes y vídeos dentro de un especial multimedia.
Este longform, que ayuda a reconstruir a través del deporte uno de los pasajes más trágicos de la historia en Europa, llega un año y medio después de que este mismo periódico deportivo publicase, en el impreso y en el digital, 'Yo jugué al fútbol en Auschwitz', otro relato sobre el deporte como herramienta de supervivencia en el campo de concentración más letal.
Ambos reportajes multimedia van firmados por el periodista José Ignacio Pérez, redactor de la edición digital de Marca y en el periódico desde hace 18 años. Con él hemos dialogado para conocer algo más del proceso de producción de la historia del veteranísimo boxeador de 91 años desde que le entrevistase en un hotel de Madrid en enero de 2018, hace un año y medio.
"A raíz del reportaje sobre fútbol, me avisan de que Noah Klieger va a venir a Madrid con motivo de una exposición sobre Auschwitz y así accedí a entrevistarle. Iniciamos una labor de documentación exhaustiva, con material que nos hizo llegar el Museo Estatal de Auschwitz, buceamos en libros y otras fuentes, como testimonios de otros supervivientes. Todo ello exigió además un importante trabajo de traducción (la entrevista se hizo en francés y muchos documentos estaban en polaco). Todo eso más el trabajo de diseño llevó mucho tiempo", destaca Pérez.
En un reportaje diseñado con un texto con reminiscencias de una época, con un tipo de letra que rememora documentos hechos con una máquina de escribir, la importancia, además del relato, reside en el apoyo visual, sobre todo de las ilustraciones. "Los dibujos también invitan a la lectura, sobre todo con un diseño particular en el que las ilustraciones se montan con los titulares para atraer la atención de los usuarios", explica el periodista, quien admite que hubo de replantear el enfoque del texto cuando sorpresivamente falleció el protagonista de la historia: primero la entrevista y al final su obituario.
Los dos reportajes de Marca sobre el campo de concentración, además, son fruto del trabajo gestado a lo largo de muchos meses por un equipo interdisciplinar de unos diez profesionales compuesto por miembros de las secciones de Infografía y Diseño, Fotografía y Vídeo, así como por un ilustrador (Juan Carlos Fernández) y también, en el caso de la pieza sobre boxeo, un traductor.
Ilustración de 'Yo jugué al fútbol en Auschwitz', de Juan Carlos Fernández. |
Estos especiales, que aúnan reporterismo, investigación, diseño y nuevas narrativas, permiten a Marca producir cada cierto tiempo contenidos diferenciadores y de calidad, una aportación de valor añadido al día a día periodístico, más constreñido por unas exigencias
cortoplacistas supeditadas por lo que vayan indicando las métricas. Sin embargo, se trata de trabajos costosos, que requieren de tiempo y recursos humanos de los que no se puede disponer todos los días dentro de la redacción.
Para sacar adelante este tipo de reportajes más elaborados, hace algo menos de dos años se creó el Marca NIT (New Innovation Team), que "trabaja en el medio plazo para otorgar valor al usuario", de forma que cada trimestre se publique alguna pieza de este tipo. Según explica a este blog el subdirector y principal responsable de la edición digital del diario, Emilio Contreras, el objetivo no es tanto concentrar en el tiempo este tipo de trabajos, sino alargarlos al ser temas atemporales y así "avanzar para liberar a un grupo de personas para que hagan algo diferente".
"Para compatibilizarlo todo, no nos marcamos un tiempo de salida, sino que empezamos a trabajar con un margen de tiempo amplio. Soy partidario de hacer menos cosas pero de más calidad. Primero está el día a día, y luego el añadido", aclara Contreras.
¿Está el público preparado para este tipo de periodismo?
Si bien este tipo de trabajos periodísticos innovadores fundamentados en nuevas narrativas granjean prestigio y contribuyen a reforzar la marca periodística del medio que los produce, en muchas ocasiones ese esfuerzo de gestión de recursos no se ve recompensado por la respuesta del público. "Estamos obligados a insistir en hacer trabajos de este tipo, pero el problema es que al final el retorno es escaso", apostilla el sudbdirector de Marca, quien se refiere al poco tráfico que generó el último reportaje sobre Auschwitz pese a abrir la portada digital durante cuatro horas el pasado 28 de julio.
Cabe preguntarse, por tanto, si la audiencia está preparada para consumir este tipo de piezas que ofrecen no solo lecturas sino también experiencias, y si, por ello, es cuestión de tiempo que un periodismo que trata de innovar cuaje y sea más atractivo para una mayoría de usuarios y también anunciantes que "quieren estar donde está todo el mundo" (eso en España es sobre todo hablar de fútbol y ocio o entretenimiento).
"Pese a ello, tenemos que apostar por contenidos diferenciadores de calidad, entre otras cosas, porque tenemos que ir preparándonos para un nuevo escenario que apunta a modelos de pago, que va a exigir nuevas estructuras, nuevos perfiles y esfuerzos para hacer contenidos que den valor añadido al producto". Estas piezas dan prestigio, sí, y se enmarcan en una estrategia de innovación que trata de sembrar más a medio plazo, pero, como subraya Emilio Contreras, "al final el prestigio te lo da el día a día informativo, las noticias que damos".
La construcción de una marca periodística se fundamenta, sin duda, en la credibilidad de lo que publica, pero también en los atributos de calidad, innovación y diferenciación que sus contenidos vayan adquiriendo.
Sería muy interesante hablar en cifras claras: ¿cómo de escaso fue el retorno de la pieza pese a estar 4h en portada de la web? Sobre todo en comparación con otro tipo de piezas más rápidas o banales.
ResponderEliminarMuy por debajo de la mitad de la media de concurrencias que se van midiendo en tiempo real en la web, según me explican desde Marca.com. Aun así se mantuvo ese tiempo. Saludos
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