jueves, 13 de febrero de 2020

Paco Caro: "En una retransmisión hay que preguntar a los que saben para no hacer conjeturas vacías"

Programa en TDP previo a la final del Europeo de balonmano. 26-01-2020.


Francisco José Caro, más conocido como Paco Caro, es un hispano más. Es desde hace doce años la más que reconocible voz del balonmano en Televisión Española, medio al que llegó tras forjarse como un polivalente locutor en Radio Marca. Pasión, estudio y dedicación son las más sobresalientes virtudes de este periodista deportivo que ha narrado, junto a su alter ego Alberto Urdiales, los numerosos éxitos internacionales del balonmano español, masculino y femenino, a lo largo de estos últimos años.

"Todos somos uno. Creemos con nuestro arte un espectáculo". Así, haciendo su particular paráfrasis del último spot promocional de los Hispanos, comenzó Caro el programa de la final del pasado Europeo de balonmano masculino España-Croacia emitido por el canal Teledeporte (TDP) el 26 de enero. Esa retransmisión, con una puesta en escena más coral que nunca con la aportación en el análisis y los comentarios de Alberto Urdiales, Juan José Hombrados y Rafael Guijosa, tres exinternacionales, fue la culminación de una excelente cobertura informativa que, además, tuvo un final deportivo feliz.

Hace tiempo que Periodismo Deportivo de Calidad quería entrevistar a Paco Caro. Los últimos acontecimientos han permitido que lo hagamos con percha de rigurosa actualidad.

- ¿Cómo llegó a esto de narrar competiciones deportivas?
- Bueno, yo soy un fanático del deporte en directo, un entregado al oficio de narrarlos. Me crie narrando partidos de chapas como supongo que hoy muchos lo hacen con la videoconsola. Así que cuando empecé el desfile de prácticas siempre era el primero en ofrecerse a hacerlo. Y no creas que fue rápido porque más allá de prácticas en medios locales, cuando llegué a Radio Marca tuve que pasar mi etapa de conexiones puntuales para infinidad de deportes pero tuve paciencia, algo extraño en mí. Siempre fue lo que más me atrajo del oficio, en un mundo como el nuestro es una atrayente jaula de libertad absoluta. 

- ¿Es acaso posible dedicarse a este oficio sin, aunque sea, una mínima parte de la pasión que usted le pone?
- Yo creo que es un cometido que exige pasión porque el deporte es difícil vivirlo sin ella. Te tiene que gustar lo que haces, eso sin duda, y gustarte significa aceptar que vas a participar de una actividad que pone en juego emociones muy intensas. El modo en que transmitas esa pasión es cuestión de estilo porque obviamente cada deporte es particular por sus ritmos, sus formas... pero siempre ha de haber pasión, sí.

- ¿Quiénes le han enseñado más en estas lides? Maestros y referentes, si usted lo prefiere.
- Bueno, muchos. Para empezar porque sigo aprendiendo o intentando hacerlo. Sí te diré que, como profesional, admiro a muchos que han matizado mi forma de hacer periodismo. Para relatar deporte me gustan mucho los narradores latinoamericanos porque dibujan todo de una manera diferente, una manera más bonita, más vistosa. Víctor Hugo Morales, Mariano Closs, Hernán de Lorenzi o Román Bravo son gente a la que escuchaba y sigo escuchando para aprender. Y más cercano, siempre fui seguidor de las narraciones de Agustín Castellote o de Manolo Lama. Pero, con mucha diferencia, a los que más he admirado, y que quiero creer que más me han influido, han sido Javier Ares o Luis Miguel López. Luismi hizo algo grandísimo, que es crear un lenguaje para contar el deporte; descubrirnos giros, formas, que todos hemos heredado. Es una idolatría confesa que nunca he ocultado.

Caro, junto a Urdiales, Hombrados y Guijosa. Captura de pantalla.


- Además de pasión, en su caso se vislumbra que detrás hay un método.
- ¿Un método? Sí, claro, lo hay porque hay unas pautas que sigues siempre. Y la clave siempre es la misma: hablar con la gente que sabe. Hablar con el seleccionador, con integrantes del área técnica, con entrenadores nacionales… Y todos te aportan sus claves, su punto de vista sobre aquello que va a ser importante en el partido. Es la forma más fiable para poner el foco sobre lo que puede acabar siendo importante. Pero es una forma personal de hacerlo porque más allá de que nuestra labor sea contar qué pasa, me gusta poder comprender, comprender aquello que luego va a ser casi siempre materia de los comentaristas, cierto, pero ser capaz de darles réplica, de no interpretar si no te basas en un mínimo conocimiento. Eso hace mi método, esa intención. Es la parte más enriquecedora, puedo asegurarlo, la más enriquecedora, y en la que más descubres lo generosa que es la gente con uno. 


"Pronunciar correctamente los nombres de jugadores extranjeros es una obligación, una muestra de respeto. Exige un esfuerzo que creo de verdad que resulta agradecido"   
 
- ¿Cuántas horas le dedica a preparar la retransmisión de un partido importante como los que le tocó narrar en el pasado Campeonato de Europa de balonmano?
- Depende del evento, del momento, de muchas cosas. Afrontar un campeonato es un trabajo que se hace con previsión. La tarea de documentación, por ejemplo, has de hacerla antes incluso del inicio del torneo y luego centrarte en conocer las cuestiones propias de cada encuentro.
Luego cuando se acerca el día de partido, obviamente completas la preparación con detalles más ceñidos al momento: rutinas del día, momentos, posibles contratiempos… En el caso de un campeonato que incluye un plató, el último día lo utilizas más en tareas de preparación de aquello que va a completar la mera retransmisión, preparas la escaleta del programa, los posibles contenidos, analizas jugadas para la sección táctica... Pero para casi todo eso el camino es también el mismo: preguntar a los que saben para no hacer conjeturas vacías.

- En ese estudio, en esa preparación, también está la pronunciación correcta de protagonistas con nombres y apellidos foráneos. Aquí usted se muestra particularmente inquieto.
- Creo que es una obligación, una muestra de respeto. Exige un esfuerzo que creo de verdad que resulta agradecido. Al final, como ocurre con preparar la parte “deportiva”, esto también va de preguntar. Siempre puedes acudir a la página de Forvo, una fantástica herramienta, pero creo que buscar una fuente más certera lo hace mejor.
Así te descubres que a una hora y media de un primer partido de Noruega tienes al teléfono a un colega que vive a caballo entre Oslo, Gran Bretaña y San Sebastián, y que le embarcas en la persecución de periodistas noruegos para que intenten reproducirte la forma correcta en que se ha de pronunciar un lateral que es posible que tenga un papel testimonial pero que merece el más absoluto respeto. Para alguien como yo, un deportista frustrado, creo que es lógico que todo actor que participe de esto merezca el esfuerzo de ser nombrado de una manera más o menos correcta. Es justo.

- Sin embargo, eso mismo, que aporta un plus de calidad incuestionable a la narración, no siempre se observa en las retransmisiones deportivas de eventos internacionales. ¿Tan difícil es hacerlo bien?
- Porque no es sencillo. Preparar un evento te exige estar encima de muchas cosas y es posible que esto sea entendido muchas veces como una anécdota más. Si a eso sumas que hay deportistas cuya pronunciación incorrecta ha mutado en tan frecuente que pretender cambiarla es un esfuerzo fatigoso, es posible que haya muchos que crean que no deja de ser anecdótico. A mí me puede parecer importante que un nombre que vas a repetir 30 veces se pronuncie con corrección, pero entiendo que habrá quien crea que hay cosas más importantes que pronunciar “el noruego”.


Momento del análisis. Paco Caro y Alberto Urdiales. Captura de pantalla.

- Y con la fonética aparece el léxico. De usted dijo Pedro Gabilondo: “ya ha vuelto a lucir su verbo florido en el  Europeo”. ¿De veras expresiones como "sacó el balón a bailar", "ha intentado apoderarse de la camiseta sin ningún disimulo" o "ha decidido vivir en el aire" son “rarezas”?  ¿Considera que el telespectador valora estos hallazgos metafóricos?
- Creo que hay de todo. Habrá quien considere que son elementos accesorios, otros creerán que innecesarios y puede que alguno piense que son bienvenidos. Valorar o dar sentido a estas cosas va por gustos. A mí me gusta escuchar estas rarezas, me gusta escuchar retransmisiones de todos los deportes posibles y descubrir el modo en que lo enriquece cada cual. Sea por un lenguaje, por una forma de narrar, por un estilo… no sé, descubrir el modo en que cada uno lo hace.  Y me gusta beber en muchos deportes, porque creo que narrar es un ejercicio permeable a muchos campos temáticos, que está vivo y que se puede enriquecer. Y si a eso sumas que escucho mucho, que leo mucho, pues… un día captas un giro, otro lees una forma de describir algo y por lo que sea se te queda en la memoria y se escapa en ciertos momentos.  Y también te digo que muchas veces no soy muy consciente de lo que he dicho. Alguna vez, tras el partido, hay quien te apunta por Twitter que has dicho o has usado tal o cual expresión y no recuerdas ni el momento ni nada.


"Hay que poner en valor la labor de los comentaristas porque es seguramente la más importante. Para gente que sabe tanto de un tema, explicar cosas que para ellos son tan evidentes de un modo accesible para el espectador es muy difícil"  



- La del Europeo, como otras tantas, fue una narración coral. No se entiende ya un partido sin un comentarista experto. Y usted se rodeó de varios para la ocasión.
- Todo en este escenario es coral. Hacer tele lo es porque hay muchas partes que el espectador no ve y que son imprescindibles. Y, luego, en una retransmisión deportiva es imposible contar esto del modo que se pretende sin todas las piezas del puzle. Piezas de diferente perfil porque de cada una se busca un algo diferente pero el fin siempre es ser pedagógico, que el espectador aprenda cada día algo más y que comprenda mucho mejor lo que vamos a contar. Y ese puzle tiene piezas diferentes y cada una no tiene sentido sin las otras. Este año con la particularidad de que en esa voluntad de crecer hemos incorporado los análisis previos de Antonio Rama y a algún protagonista que ha ofrecido sus impresiones en alguna conexión exterior. El fin es que el espectador maneje muchos detalles, muchos puntos de vista. Y como creo que ha salido bien hay que poner en valor la labor de los comentaristas porque es seguramente la más importante y la más difícil. Para gente que sabe tanto de un tema, explicar cosas que para ellos son tan evidentes de un modo accesible para el espectador es muy difícil. Chapó para todos los que participaron.

- Hábleme de José Luis López Becerra.
-José Luis es un ejemplo de esa generosidad de la que antes te hablaba. La colaboración de la gente de la Federación es impagable, personas que comparten contigo su trabajo, que te hacen llegar sus conclusiones como si hicieran también un poco suya la labor de narrar su deporte es impagable. José Luis es un tipo fantástico, uno de los encargados de la Fede de cortar los vídeos con los que luego trabaja el seleccionador. Y su bonhomía es exagerada. Quizás abusé de ello porque durante el desarrollo de un partido he sido tan osado como para pedirle colaboración y robándole horas a su descanso se ha prestado a ello. Quizás por eso cuando hablas de la pasión que le pueda poner a esto hay una parte de ella que es fruta de la responsabilidad de saber que hay trabajo de mucha gente, mucha más de lo que uno pueda imaginar.

- Y ahora un poco de Alberto Urdiales.
- Es mi hermano, un hermano mayor que lleva aguantándome ya 12 años. Alberto es, no sé, uno de los 3 mejores comentaristas técnicos de España. Y en realidad yo no tengo la menor duda del lugar que le otorgaría en ese ranking porque Alberto entiende el juego, obvio, pero también el medio en el que se mueve. Y eso no es sencillo. Tengo que agradecerle que cada año de ese crecimiento, acepta embarcarse en las “locuras” que se nos ocurren y, no solo las lleva a cabo, es que además aporta para mejorarlas aunque le obligue a tener que aprender, muchas veces sobre la marcha.

- ¿En qué medida valora las retransmisiones de TVE/Teledeporte en el pasado Europeo? ¿Con qué sensaciones se queda, aparte de la alegría del título conseguido?
- Yo me fui muy satisfecho de lo que hicimos. La sensación es que aún tenemos bastante margen de mejora, pero el camino es el correcto, de eso no tengo ninguna duda. Me parece que contamos lo que queremos contar y lo hacemos del modo que lo queremos contar, con la finalidad que pretendemos. Quizás hemos sido menos fascinantes que otros años porque hemos manejado menos recursos visuales pero las alternativas que el equipo ha podido encontrar para la puesta en escena creo que han sido estupendas. Hay que seguir trabajando, pero las sensaciones que me dejó la cobertura fueron realmente muy buenas.

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