viernes, 25 de septiembre de 2020

Carlos Martínez: "En la narración de partidos en TV debemos ser igual de emocionantes y descriptivos que la radio cuando la situación lo merezca"

Martínez -centro-, y su equipo de comentaristas en Movistar. Foto: Twitter


Carlos Martínez es una de las voces del gol más inconfundibles y reconocidas en España. Desde sus inicios hace más de treinta años en Canal Plus de la mano del siempre entrañable Michael Robinson hasta hoy en Movistar LaLiga, este periodista ha experimentado en primera persona la evolución de las narraciones futbolísticas en televisión y las ha dotado de un estilo y un ritmo particulares. Tras el reinicio de la competición liguera en unas circunstancias atípicas obligadas por la incidencia de la pandemia y antes de su partida a Budapest para narrar la final de la Supercopa de Europa entre el Bayern y el Sevilla FC, conversamos con este periodista deportivo para conocer desde dentro algunas de las claves de su profesión.


- ¿Cómo se afronta desde la narración de un partido de fútbol en televisión la vuelta a la competición con los campos sin público en las gradas?

- Como te puedes hacer a una idea, es una sensación extraña, diferente a la que ni estábamos acostumbrados ni nos habíamos preparado para ella. Algún partido habíamos narrado sin público, pero esta sensación de que hay que continuar día tras día con esta nueva dinámica es delicada. Fundamentalmente, lo que ha cambiado es que estoy más obsesionado por pensar en el ritmo. La sensación de vacío del estadio provoca que haya una mayor histeria con la sensación de silencio y uno esté más preocupado por mantener un ritmo elevado sin separarse demasiado del que tiene el propio partido.

- Da la sensación de que en los estadios vacíos, cualquier gesto, cualquier palabra o sonido en el campo tiene su amplificación y su eco es parte integrante del acontecimiento. ¿Cómo se aprovecha este sonido ambiente en la narración de los partidos?

- Intentando estar muy atento, aunque se produce una curiosa circunstancia, que da igual que haya público que no. Y es que, por alguna razón o alguna ley física que no entiendo, el sonido ambiente tal como lo escuchan los telespectadores y el que tenemos nosotros en los cascos no es el mismo. Digamos que los planos de los sonidos no son exactamente iguales. Y termina ocurriendo que a veces en casa se escuchan las cosas incluso mejor de las que lo podemos escuchar nosotros. Yo intento paliar esto poniéndome un casco, uno de los auriculares en la oreja de manera normal y la otra intentándola liberar. Porque, efectivamente, de vez en cuando en esta nueva situación se escuchan o uno intenta interpretar conversaciones o sonidos que verdaderamente pueden enriquecer la transmisión, intentando estar atentos a ellos y evidentemente callándonos y dejándolo en silencio para que intente llegar al espectador de la manera más nítida posible.

- ¿Y cómo afecta realmente la no existencia de público, el que no haya colorido en las gradas, a la narración? Ahí quizá le resta posibilidades.

- La ausencia de público nos está mediatizando a todos, incluso a los futbolistas. Yo creo que este año ha habido resultados que con público no se habrían producido de la misma manera. Por hablar del más escandaloso 8-2 del Barcelona en Champions. Me da la sensación de que con un público enfadado o con un público apoyando al Barcelona, el derrumbe psicológico que se produjo en ese partido no se habría producido. No te diré que pasa lo mismo con los narradores ni mucho menos, pero sí es verdad que nos falta algo. Es evidente que el público genera unas olas de calor y a veces de color en los partidos sobre la que es fácil surfear, porque tú notas sensaciones en el campo que evidentemente acompañan y terminan acompañando la narración. Ahora este vacío provoca una sensación a veces de extrañeza, sobre todo cuando pasa algo excepcional e intentamos elevar el tono. Da un poco hasta de vergüenza porque realmente nos escuchamos todos en el campo y no vamos con el freno de mano echado ni mucho menos, pero digamos que con público todo es mucho más fácil.


"La ausencia de público nos está mediatizando a todos, incluso a los futbolistas. Con las gradas pobladas este año no se habrían producido ciertos resultados, como el 8-2 del Bayern al Barça"


- Suele señalarse de forma crítica que el estilo narrativo del fútbol en televisión se asemeja demasiado al radiofónico cuando podría pensarse que no ha de ser tan descriptivo al acompañarse de imágenes. 

- Las fronteras cada vez son más ambiguas. Y realmente, por mucha lógica que tenga la argumentación de que en la tele no podemos narrar lo que ya vemos, eso nos genera una sensación de absurdo, porque evidentemente el telespectador ve los goles, ve las patadas, ve los pases, los regates, ... por verlo lo ve todo, casi tanto como lo que vemos en una cabina de comentaristas. La mayor diferencia que existe todavía a día de hoy entre los ritmos de la televisión y los ritmos de la radio tienen que ver con que el sonido en la radio, por esa angustia que hay ante el silencio, es prácticamente continuo y que es muy difícil escuchar narraciones en radio que bajen el ritmo, sino que el tono general está muy arriba, permanentemente arriba. En la tele nosotros tenemos que estar tan arriba como en la radio cuando la situación lo requiera, cuando la jugada merezca la elevación del tono porque sea peligrosa o porque sea diferente, o porque sea especial y bonita. Y debemos dejar descansar al espectador cada vez que tengamos la oportunidad, porque evidentemente el ritmo del partido sube y baja. Yo siempre me hago a la idea de que somos como una especie de banda sonora de la película y lo que hacemos es reforzar los momentos más emotivos, más emocionantes, igual que hace la música en un telefilm o en un largometraje. Me da la sensación de que debemos dejar descansar al espectador, pero tenemos que ser exactamente igual de emocionantes y descriptivos que la radio cuando la situación lo merezca.

- Al hilo del carácter más o menos descriptivo que pueda o deba tener la narración de un partido de fútbol en televisión, un elemento de importancia creciente por el valor añadido que puede aportar es el uso de datos y gráficos en pantalla. Si comparásemos este deporte con otros como el baloncesto, se percibe que en las retransmisiones de fútbol se emplean menos. ¿Por qué no son más habituales las visualizaciones y los análisis estadísticos?

- En el uso de los datos que hilar muy fino, porque efectivamente los grafismos actuales de televisión son extremadamente atractivos y a veces pecamos en general en las retransmisiones de utilizarlos en exceso, más que porque el dato explique algo que está pasando en el partido, porque el grafismo teóricamente embellece la retransmisión. El periodismo de datos, como todos los periodismos, hay que utilizarlo en función de que aclare algo. Y si no aclara o no aporta nada, no hay que utilizarlo. Así que me parece que la herramienta en sí solo debe ser utilizada en función de que sea capaz de explicar los hechos que están ocurriendo en el partido. 

En el fútbol es verdad que hay menos uso de los datos que en muchas otras modalidades. Y eso tiene que ver estrictamente con la raíz del deporte. El fútbol se explica difícilmente desde los datos o no siempre se explica desde los datos, porque estamos bastante acostumbrados a ver partidos en los que las estadísticas, incluso de ataque, mayoritariamente son encabezadas por un equipo y, sin embargo, este equipo termina perdiendo; porque los tanteos en fútbol, los marcadores en fútbol, son mucho más estrechos que en otros deportes. Y digamos que al final las tendencias no siempre terminan consolidándose en el resultado. En cualquier caso, yo sí estoy a favor de los datos y del grafismo. Creo que son algo fantástico y que a veces explica muchas cosas, pero creo que, como todo en periodismo, depende del criterio. Cuándo y cómo utilizarlo es algo definitivo.

- Aparte del empleo de gráficos y de datos, la tecnología es el otro factor fundamental que permite, gracias a la realización y la evolución en el movimiento de las cámaras, que el narrador y los comentaristas puedan incorporar nuevos ángulos y nuevas visiones de lo que sucede. ¿En qué sentido la nueva tecnología ha cambiado para mejor y ha facilitado la narración de los partidos? 

- Pues realmente uno se hace siempre esa pregunta: ¿mejora o no mejora la narración a través del uso de la cantidad de tomas y de posiciones diferentes de cámaras, de datos, de estadísticas, de grafismos, hablando de velocidades, de mapas de calor al narrador? Pues eso no es un tema de discusión muy interesante, porque es verdad que evidentemente todas están en función de aclarar lo que ocurre en el partido y eso siempre será bueno. Pero muchas veces el uso, por ejemplo, de secuencias de repetición sobre una acción trascendente, un posible penalti, no se están utilizando respetando la pirámide periodística, es decir, no se no se pone lo primero lo más importante por delante, sino que muchas veces nos encontramos con secuencias que son una especie de batiburrillo en la que una toma parece indicar que ahí ha habido contactos suficiente en una entrada como para ser señalada como penalti. Y sin embargo, después de estar intentando elaborar esa tesis en función de las imágenes que vemos, llega una cuarta o quinta repetición, desde otra toma, desde otro ángulo, y se ve que no todo ha sido una ilusión óptica y que no ha habido contacto. Entonces es como todo, volvemos a la cuestión del criterio Si los equipos de realización tienen un alto criterio futbolístico y son capaces de graduar las secuencias en función de cómo aclaran la jugada al narrador y al telespectador, evidentemente todo esto ayuda, pero siempre terminamos en la misma cuestión, en la cuestión del criterio y del cómo utilizamos la tecnología. La tecnología y la cantidad de cámaras con las que ahora narramos los partidos son herramientas fantásticas, pero tienen que ser correctamente utilizadas.


"Muchas veces las secuencias de repetición sobre una acción trascendente no se usan respetando la pirámide invertida del periodismo y son una especie de batiburrillo que confunden más que aclaran la jugada al narrador"


- La realidad aumentada se ha convertido en un campo de experimentación visual en la televisión deportiva en estos últimos tiempos, sobre todo con esos hologramas que permiten acceder a un deportista como si estuviera en el plató cuando en realidad se encuentra a miles de kilómetros de distancia. Aunque quedan claros su impacto visual y los beneficios operativos de esta tecnología, hay más debate sobre las ventajas informativas que ofrece al telespectador y al periodista. ¿Mejora esto la presencialidad, el contacto directo con el deportista para hacer entrevistas? 

- Es el eterno debate entre la forma y el fondo. Desde un punto de vista formal, evidentemente ese museo es muy atractivo, provoca un impacto visual sorprendente en el telespectador y desde luego genera comentarios. Ahora bien, tengo la sensación de que cuando esto, como tantas otras cosas, sea algo habitual en las transmisiones, dejará de perder el efecto. Sí le veo, sin embargo, una ventaja extraordinaria y tiene que ver con que cada vez es más difícil el acceso a los deportistas. Digamos que la cantidad de entrevistas que conceden está muy restringida a lo largo del año. Prácticamente es imposible acceder a determinados deportistas de gran élite, como un Cristiano o un Messi. Cualquier cosa, y esta es una de ellas, que pueda llegar a facilitar que se sienten delante de una cámara con un entrevistador, cerca o lejos, sin duda alguna ayuda. Porque digamos que el castillo y la cantidad de círculos de seguridad de la que están rodeados en el día de hoy hace que cada vez sea más complicado llevar su mensaje a los consumidores. Así que, desde ese punto de vista de la facilidad, igual que durante esta pandemia, hemos descubierto que a través de Skype o de tantas otras aplicaciones, los deportistas se han puesto delante del ordenador y hemos sido capaces de acceder a ellos, cualquier tecnología que ayude a que el contacto directo con ellos sea algo más normal, hay que aplaudirla.

- Hablando con usted uno se pregunta cómo ha cambiado la profesión del narrador deportivo en televisión.

- Cuando yo comencé hace 30 años, el referente era José Ángel de la Casa y era un grandísimo referente, porque era un tipo riguroso que era capaz de diferenciar lo extraordinario de lo ordinario durante la narración de un partido de fútbol y que, sin embargo, tenía un modelo de narración que tenía que ver con la época. En el comienzo de Canal Plus teníamos muy claro que el ritmo narrativo de la televisión había que evolucionarlo y había que ir acercándolo poco a poco al radiofónico, con esas diferencias que tienen que ver con cuándo y cómo usar ritmos altos durante un partido. Y creo que esta evolución ha llegado para quedarse. Prácticamente es común, desde luego en todos los países de habla hispana y también en la mayoría de los países de habla inglesa. Y francamente esa evolución tiene que ver con que la televisión, a través de la tecnología, de la gran cantidad de cámaras, de las cámaras tan especiales con las que transmitimos hoy los encuentros, las super slow motion o las cámaras de alta velocidad, lo que tienden es acercar la emoción al espectador y, por tanto, la narración no debe ser otra cosa más que el acompañamiento de esto y el relato riguroso de los hechos que están pasando en el partido. La medida es la clave. La medida tiene que ver con ni mucho menos estar por encima del ritmo del partido. Y la medida también tiene que ver con ayudar a que los partidos que no sean tan buenos sean más entretenidos para el espectador a través de la narración. 

- ¿Y cuáles pueden ser las claves por las que habrá de moverse esta profesión en los próximos años?

- ¿Hacia dónde vamos? ¿Qué evolución va a tener este oficio? Es difícil contarlo, pero básicamente yo creo que el fenómeno de los esports, de los juegos electrónicos y de los deportes electrónicos probablemente termine siendo el motor de cambio de las transmisiones televisivas de deportes convencionales en los próximos años. Creo que es un camino largo, que no va a ser una evolución rápida, pero muy probablemente el cambio y los nuevos métodos vengan de la narración de deportes y juegos electrónicos.

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