viernes, 29 de octubre de 2010

Cruces léxicos en el deporte: entre préstamos anda el juego


Una de las primeras fuentes del lenguaje deportivo para la forja de nuevos vocablos y acepciones es el propio deporte, ya que entre campos y dominios semánticos de las diferentes modalidades existen conexiones inevitables que devienen en trasposiciones y cruces léxicos.

Sobre ese asunto, tuve la ocasión de hablar en el IV Seminario de Lengua Española y Medios de Comunicación, celebrado entre el 25 y el 28 de octubre en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga. De esta intervención, he aquí algunas de las conclusiones extraídas.

Este intercambio, que suele ser recíproco en muchos casos, ha desembocado, por un lado, en la formación de una terminología común para muchos deportes, especialmente de los del ámbito profesional (crac, averaje, ranquin, playoffs); y, por otro, en la creación de nuevos significados de palabras y construcciones consolidadas que se apartan del sentido del término original del que proceden cuando se utilizan en el contexto de una modalidad diferente (hat trick se emplea en Fórmula Uno para designar el logro por parte de un piloto en una misma prueba de la pole, la vuelta rápida y la victoria en el Gran Premio).

Por tanto, podemos distinguir dos tipos de cruces léxicos en las páginas deportivas: los consolidados y los de carácter ocasional. Así, por un lado se encuentran las palabras y expresiones que se han instalado en la jerga de cada deporte tras haberse importado desde hace muchos años desde otras disciplinas (asistencia, melé, maracanazo); y, por otra parte, están aquellas que han comenzado a utilizarse metafóricamente para describir situaciones concretas en las crónicas originando nuevos usos que con el paso del tiempo pueden culminar en nuevas acepciones y formar parte del argot de una nueva modalidad.

Tanto los préstamos más comúnmente extendidos como los más innovadores tienen en común que aparecen con mayor asiduidad entre las modalidades deportivas más seguidas y demandadas socialmente y, por ende, en aquellas que ocupan un mayor espacio en los medios de comunicación.

En este sentido, el fútbol sobresale como el principal prestamista de vocablos, ya que los términos futbolísticos son los más conocidos y comprensibles para el gran público; y también como el más destacado prestatario, al incorporar las referencias más extendidas de otras modalidades con tradición como el boxeo o el ciclismo, y de otras que se han popularizado en los últimos años y cuentan con una terminología que ha pasado a formar parte del habla cotidiana. Son los casos del baloncesto, el tenis y, más recientemente, del motociclismo y el automovilismo, en especial la Fórmula Uno.

Estos traslados terminológicos y semánticos se dan tanto en las secciones de Deportes de los diarios generalistas como en las principales cabeceras de la prensa especializada, si bien existen diferencias en cuanto a su grado de desarrollo. Así, mientras en los diarios deportivos la especialización hace que los redactores se dediquen casi siempre a cubrir los mismos deportes y que por ello la terminología que manejen sea mucho más estable, los grandes diarios favorecen que se reproduzcan estos préstamos con mayor facilidad, ya que un redactor no siempre escribe sobre una misma modalidad, algo especialmente notorio cuando llegan la grandes citas del calendario deportivo internacional como el Mundial de fútbol o el de baloncesto.

No obstante, la coexistencia en una misma sección o dentro de una misma redacción de profesionales que escriben sobre diferentes deportes y se leen mutuamente (el periodista deportivo utiliza como fuente lo publicado por otros profesionales del ramo) hace que unas disciplinas se alimenten de otras de forma permanente para forjar un lenguaje sectorial que es cada vez más vasto y más rico.

De esta forma, el periodismo deportivo se afianza como uno de los grandes creadores terminológicos y semánticos de nuestro tiempo y como uno de los más destacados terrenos de experimentación con que cuenta el idioma español para seguir creciendo.

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