Leonardo Gómez Torrego en una conferencia impartida en el Instituto Cervantes (foto: Instituto Cervantes). |
El filólogo Leonardo Gómez Torrego no solo es una de las principales autoridades en gramática española, sino también un excelente divulgador del idioma. Doctor en Filología Románica y catedrático de instituto de enseñanza secundaria, es científico titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y miembro del consejo asesor de la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA). Ha colaborado con la Real Academia Española en la elaboración del Diccionario panhispánico de dudas (2005) y la Nueva gramática de la lengua española (2009) y, además, ha sido profesor de varias universidades españolas y latinoamericanas y ha impartido multitud de conferencias, seminarios y ha participado en másteres sobre el uso correcto del español.
Muy especialmente, Gómez Torrego sobresale por ser autor de numerosos libros y artículos sobre gramática descriptiva y gramática normativa del español, que, por su claridad y marcado carácter didáctico, han sido y son referencia para que todos, desde expertos hasta estudiantes y ciudadanos, conozcan mejor el idioma y aprendan a utilizarlo debidamente. Entre sus obras más destacadas, se encuentran Hablar y Escribir correctamente (2006) o Las normas académicas, últimos cambios (2011), que constituye un compendio de las modificaciones normativas registradas en la Nueva Gramática de la Lengua Española (2009) y en la Ortografía (2010) de la Asociación de Academias de la Lengua Española.
Desde este blog hemos querido saber su opinión sobre los cambios que introducirá la próxima edición del Diccionario de la Real Academia (DRAE), cuya publicación está prevista para 2014, en uno de los ámbitos que más le apasiona y de los que mejor conoce, como es el lenguaje deportivo. Desde este año también asesora a la Fundéu en la sección 'Liga del Español Urgente', nueva sección puesta en marcha este año para ofrecer recomendaciones y curiosidades sobre el buen uso del español en las informaciones relacionadas con las competiciones futbolísticas.
- Estamos a tan solo unos meses de que se publique una nueva edición del DRAE, que recogerá, entre sus novedades, alrededor de una treintena de palabras deportivas, como ochomil, enduro o nocaut. ¿Qué le parecen estas incorporaciones?
- Me parece perfecto, pero creo que tendría que recoger muchas más que ya están asentadas entre los aficionados a los diversos deportes. Inexplicablemente, muchas palabras nuevas no figurarán en la próxima edición del DRAE.
- Quizá por ello muchos ciudadanos sigan teniendo la percepción de que la RAE actúa con demasiada lentitud a la hora de agregar palabras o significados nuevos a su diccionario.
- En efecto, la RAE es demasiado lenta a la hora de incorporar palabras y expresiones del ámbito deportivo que, con seguridad, no son flor de un día. Además, dada la actitud panhispánica que por fortuna se sigue ahora en la RAE, no estaría de más incorporar palabras del mundo del deporte que no se usan en España, pero sí son frecuentes en zonas de Hispanoamérica.
- ¿Cuáles podrían ser a su juicio voces o expresiones que pudieran acabar dentro de pocos años en el diccionario académico? Tiqui-taca o jugón, por ejemplo, ya están en los libros de estilo periodísticos (Marca).
- Por supuesto, estas dos palabras deberían aparecer en la nueva edición del DRAE por ser muy conocidas en el deporte del fútbol aunque hayan tenido una creación individual. Son muy expresivas y plásticas. En el caso de la primera, lo mejor sería escribirla en una sola palabra (sin guion): tiquitaca (como zigzag o tictac), pues el primer componente se suele pronunciar átono. Además, se trata de una creación muy original, pues es una onomatopeya no acústica, como sucede con la mayoría de las onomatopeyas, sino visual: se trata de describir unos movimientos muy rápidos (al primer toque) hechos con el balón en jugadas de gran precisión. Onomatopeyas visuales hay muy pocas, entre las que cabe destacar las de zigzag y tic (nervioso). En cuanto a jugón, su creación se ha hecho a imagen de otros sustantivos acabados en -ón-ona procedentes de verbos: llorón, mamón, pion, dormilón, comilón, trotón, tragón...; la diferencia con palabras de este tipo es que en lugar de indicar 'cantidad' (mucho), expresa 'calidad', pues se dice del jugador que destaca por su habilidad en el dominio del balón tanto en el regate como en la precisión del pase a sus compañeros. Pero hay otras muchas que deberían ver la luz en el DRAE. Por ejemplo, en el ámbito futbolístico, resultadismo, resultadista, cerocerismo, mediapunta, carrilero, amarrategui, trivote (acrónimo de triple pivote), cola de vaca, rabona, triplete...,etc.
"Además de tiquitaca o jugón, deberían ver la luz en el DRAE otras palabras como resultadismo, resultadista, cerocerismo, mediapunta, carrilero, amarrategui, trivote, cola de vaca o rabona"
- Otra es rondo, que también está muy extendida en el uso de los aficionados, jugadores, entrenadores y periodistas.
- Está claro que la palabra rondo es otra más del ámbito futbolístico que debería registrarse en el DRAE. Todo aficionado al fútbol sabe perfectamente lo que es un rondo; incluso en retransmisiones deportivas, cuando un equipo es dueño casi absoluto del balón pasándoselo unos jugadores a otros sin que los del equipo contrario puedan robárselo, el locutor de turno puede decir que el equipo x está haciendo un rondo. Por tanto, habría que sumar esta palabra a las que he mencionada más arriba.
- Usted siempre ha destacado el lenguaje deportivo por su capacidad continua para crear palabras y expresiones nuevas. A lo que antes se le llamaba todoterreno se le denomina también todocampista, y surgen nuevas maneras de definir posiciones en el campo como trescuartista (zona de tres cuartos) o delantero mentiroso (en lugar de falso nueve) ¿Tienen posibilidad de perdurar voces como estas que no dejan de matizarse, de evolucionar?
- A veces se trata de creaciones muy originales o muy plásticas, pero no es fácil saber que vayan a permanecer o no en la jerga futbolística, por lo que sí es bueno que en algunos casos la RAE muestre cierta prudencia a la hora de incorporarlas en su diccionario. No obstante, hay que destacar la gran expresividad en el uso de metáforas y metonimias nuevas no solo con sustantivos (túnel, caño, sombrero, plancha...), sino también con verbos: peinar el balón, un balón llovido, un balón dividido, robar la cartera, mimar el balón, tener un guante en el pie, besar las mallas, sacar una buena mano, etc.
- ¿Qué podemos hacer los periodistas para poner un poco de orden en este sentido? Dado el ritmo al que se mueve el idioma, quizá no nos quede otra que acudir a otro tipo de obras como los diccionarios de uso o los libros de estilo periodísticos. ¿Será esto suficiente?
- La verdad es que en lo que al lenguaje del fútbol se refiere, hay ya diccionarios y glosarios que recogen multitud de palabras y expresiones nuevas, y el periodista debe recurrir a ellos. Sin embargo, estas obras, muchas de ellas ya en línea, deben actualizarse continuamente, pues es cierto que en algunos deportes como el fútbol, la creación neológica es muy rápida. A ver si alguien se anima a escribir un día un libro sobre el lenguaje futbolístico que recoja y analice todos los términos nuevos, la retórica, que es impresionante, e, incluso, las impropiedades léxicas, que también las hay, así como toda la fraseología en que se desenvuelve este deporte.
- Hablamos entonces de un ámbito que está aún por explorar.
- Aún queda mucho por hacer en este campo. Como acabo de decir, se echa de menos un buen libro sobre el deporte del fútbol con análisis pormenorizados e, incluso, alguna tesis doctoral más. La verdad es que se ha escrito bastante sobre este tema, pero en la mayoría de los casos se destacan anécdotas, pero no se entra en una reflexión profunda sobre la singularidad gramatical, semántica y retórica, que, en mi opinión, es muy rica.
"En las crónicas deportivas se nota una gran valentía por parte de algunos periodistas en el uso de muchos neologismos; su papel en la divulgación del lenguaje deportivo es digno de alabanza"
- ¿Cómo valora el papel que desempeña el periodismo en la experimentación que hace de los nuevos usos del idioma, que está en permanente evolución. El ex director de la RAE, Víctor García de la Concha, definía al lenguaje periodístico como "terreno de avanzadilla del idioma".
- Creo que en las crónicas deportivas de los periódicos se nota una gran valentía por parte de algunos periodistas en el uso de muchos neologismos y de la fraseología correspondiente; por tanto, su papel en la divulgación del lenguaje deportivo en general y del futbolístico en especial es digno de alabanza, a pesar de que, desafortunadamente, los periodistas deportivos no gocen de buena fama en el uso del lenguaje. Es cierto que a veces incurren en errores; pero, en mi opinión, son muchos más los aciertos, por lo que sería conveniente cambiar la imagen negativa que los periodistas deportivos tienen entre la gente.
- Además de sus aciertos, usted también se ha referido al ámbito deportivo como fuente de incorrecciones, especialmente de impropiedades léxicas. A medida que la Fundéu u obras académicas reseñan esos errores, ¿aprecia que el periodismo los vaya corrigiendo o, por el contrario, sigue repitiendo los mismos fallos? ¿Algunas impropiedades en particular?
- Sí, algunos errores como señalizar una falta por señalar una falta ya apenas se oyen. Afortunadamente, parece que los periodistas, especialmente locutores (no tanto los comentaristas), se están interesando por los consejos y recomendaciones que ofrece la Fundéu. Sin embargo, sigo notando que aún emplean el término favoritismo por 'condición de favorito', cuando tal término tiene un valor claramente negativo, parecido a los de amiguismo o enchufismo, o el de defender a un contrario en lugar de marcar a un contrario, o el uso de definir o concretar por convertir en gol una jugada. Sería asimismo recomendable evitar algunos usos pedantes como los de especular con el balón, la filosofía de un entrenador, la lectura de un partido, etc. o algunos excesos de hiperbolización como decir que el balón baja con nieve. Como se ve, se cometen algunos errores por ignorancia, pero otros son fruto de la pedantería.
- Con sus fortalezas y debilidades, ¿qué papel está llamado a seguir desempeñando el lenguaje periodístico deportivo en un futuro? ¿Seguirá siendo un campo por donde el idioma se siga ensanchando?
- Pues un papel de claro enriquecimiento léxico, sin duda. De hecho, tenemos que felicitarnos por que hayan pasado a la lengua común o estándar ciertas expresiones como meter un gol a alguien, echar balones fuera, casarse de penalti, coger a alguien en fuera de juego, entre otras muchas.
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