jueves, 9 de octubre de 2014

Claves para una escritura periodística transparente

"Las páginas deben rezumar claridad, concisión, rigor y frescura, desde la primera a la última. No se trata sólo de inventar un estilo nuevo sino de poner en práctica técnicas que han dado muy bien resultado en el periodismo anglosajón". Así comienza el Manual de Estilo de El Sol, publicado en 1990 bajo la coordinación del periodista Manuel Saco meses antes de que este diario llegara a los quioscos. El Sol tuvo muy claro desde un principio que había de dotarse de un manual muy básico, una especie de guía periodística con carácter de urgencia, con el fin de garantizar el obligatorio cumplimiento de las normas y principios allí contenidas, y teniendo en cuenta que por entonces ya existían en el mercado otros libros de estilo más completos y de mayores dimensiones.

Esta obra formó parte del engranaje de un modelo de diario moderno e innovador, tanto en el diseño y la tecnología como en la concepción de los formatos periodísticos. De hecho, El Sol se constituyó, pese a su corta existencia (hasta marzo de 1992) como un diario muy visual, con portada a todo color, y fue el primer periódico totalmente digitalizado y el primero también en hacer autoedición integral. También fue pionero en España por rebelarse contra la pirámide invertida y la clásica entradilla sumario, apostar por la información ágil, por el despiece y la libertad narrativa en el texto de la información y por desarrollar una fuerte vocación por la información útil y de servicio para el lector. 

El propio manual señalaba como signos distintivos del rotativo la gracia y el ingenio para captar la atención del receptor, así como la claridad y comprensibilidad de los mensajes con el fin de llegar a más público. "Para que un texto tenga frescura no es imprescindible que arranque una sonrisa al lector; basta con la utilización de frases cortas, un texto claro, sin trampas, con el orden infalible de sujeto y predicado, y procurar distribuir bien los picos de interés a lo largo de la información. Nuestros textos deben cumplir escrupulosamente con estas normas para estar al servicio de una nueva forma de comunicación en la prensa escrita: escribir en color". 

Las claves de este relevante libro de estilo, que está a punto de cumplir 25 años, son las mismas que sustentan Escritura transparente (2014, Libros del K.O.), un breve manual de escritura periodística obra del estadounidense William Lyon, quien fue precisamente jefe de Edición, además de especialista de información taurina, en El Sol. Lyon, quien trabajó como redactor y editor en El País y anteriormente fue corresponsal en España de diversos medios anglosajones (Variety, UPI, Time, CBS o NBC), proyecta en este libro toda su experiencia para reivindicar el buen gusto por el idioma y la importancia de una correcta redacción y edición de los textos para salvaguardar la calidad del producto periodístico.

El autor cuenta cómo convenció a Juan Luis Cebrián en 1982 para demostrarle que en El País de la época había noticias mal redactadas y le expuso la conveniencia de montar una sección de Edición como las que existen desde siempre en los periódicos estadounidenses y británicos y que va más allá de la tarea de los correctores de estilo, otra figura en vías de extinción en los medios de comunicación de España. Lyon, quien recuerda que aquella experiencia de El País apenas duró dos años, aboga en este libro por ampliar las labores de edición, "ese eslabón débil- algunos dirían perdido- del periodismo español". 

Advierte de una pérdida creciente de la calidad de los contenidos y la comisión frecuente de errores de redacción y composición por la aceleración de los procesos digitales, "razón de más para conseguir una cuidada edición". Por ello considera que "una pequeña inversión en editores puede mejorar enormemente la calidad de los medios y ayudar a renovar el prestigio de la maltrecha profesión", pese a que -agrega- los jefes no parece que estén por la labor.

Escritura transparente es un manual que, en apenas 120 páginas, compendia consejos muy valiosos que pueden ayudar a periodistas, tanto principiantes como veteranos, a mejorar la forma de contar sus historias ("de la manera más clara y directa posible"), de titular y estructurar los textos, de prescindir de palabras y expresiones que resulten superfluas y no aporten información; todo ello con el objetivo primordial de lograr una comunicación eficaz y conectar mejor con el público. Por su interés, citamos a continuación siete de las reflexiones más destacadas de las contenidas en este libro:

Siete citas

. "Todo se puede escribir e incluso publicar. Casi cualquier historia puede gustar a unos lectores medianamente educados con tal de que el autor conozca la materia, sea entusiasta y cuide la escritura. Según H.L. Mencken, no hay temas aburridos, solo escritores aburridos".

. "La escritura no brota de forma espontánea, requiere un esfuerzo. Hay que pensar. Pero pensar puede ser difícil, una tortura, incluso extenuante. La naturaleza humana se resiste a este esfuerzo".

. " Toda escritura es una cuestión de organización; qué es lo que cuentas, dónde lo cuentas y con qué extensión. Cuanto más tiempo te tomas para ordenar los elementos fundamentales -con un breve boceto, en papel o en pantalla-, más rápido podrás escribir la noticia. Lejos de perder tiempo, lo estarás ganando, evitando salidas en falso".

. Es preciso pensar en el lector constantemente. El periodista no escribe para lucirse ante los especialistas, ni para complacer a un entrevistado, ni para impresionar a una chica, ni para deslumbrar con un estilo brillante. Escribe para comunicarse con ese lector o ese oyente. Hay que ayudarlo, mimarlo".

. "Si una noticia de agencia tiene que concentrar la máxima información en el mínimo espacio, solo ha de proporcionar la información necesaria en cada momento".

. "No solo mimamos al lector organizando bien toda la información necesaria, sino cuidando el lenguaje, el estilo"

"La buena edición es crucial. Los redactores de las noticias y los jefes de sección que las revisan (si es que las revisan) están excesivamente cerca de las historias, poseen demasiado "contexto" para juzgarlas con objetividad. Eso lo tiene que hacer un editor independiente e imparcial, como representante del lector"


Y siete recomendaciones

Al final del libro, Lyon recomienda ampliar conocimientos sobre escritura y edición periodística acudiendo a siete obras, a siete autores, sumamente interesantes. Esta es la lista, comentada por el propio autor:

. Álex Grijelmo. El estilo del periodista (2008). "Una obra excepcional: casi 600 páginas sobre lo que debemos saber y practicar los periodistas".

. Jordi Pérez Colomé. Cómo escribir claro (2011). "Un libro excelente que explica de forma breve pero contundente lo que promete el título".

. William Zinsser. Oh Writing Well (2011). "El mejor libro -con diferencia- sobre el oficio de escribir prosa de no ficción".

. William Strunk Jr. y E.B. White. The Elements of Style (2001). "Una breve obra clásica que se sigue editando tras casi un siglo".

. Harold Evans. Essential English for Journalists, Editors and Writers (2000). A este libro le dedicamos hace un año un post en este blog.

. Stanley Nelson. Telling True Stories: A Nonfiction Writer´s Guide (2007). "Decenas de los periodistas y autores norteamericanos más destacados ofrecen ideas sobre su oficio".

. Nigel Warburton. Cómo aprender a escribir (2012).  "Valioso ensayo dirigido a quienes necesitan redactar trabajos escritos, hacer presentaciones orales o responder a preguntas en los exámenes".

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