jueves, 14 de agosto de 2014

Las nuevas modalidades de la crónica deportiva

Agustín Rivera (izda.), durante su conferencia.
El periodismo deportivo no solo no es ajeno al proceso de transformación y de replanteamiento de fórmulas narrativas clásicas en las redacciones, sino que además se erige como el auténtico banco de pruebas de muchos medios de comunicación a la hora de explorar nuevas tendencias y formatos en la cobertura de grandes acontecimientos. Como ya advertimos en este blog con motivo de los trabajos periodísticos más creativos durante el pasado Mundial de fútbol celebrado en Brasil, hoy día constituye una tendencia creciente en el ámbito digital el acortamiento de las crónicas de los partidos y apoyarlas en elementos gráficos para hacerlas más legibles y atractivas, así como en multitud de datos estadísticos bien mostrados para explicar las claves de lo sucedido. 

No obstante, pese a la multitud de posibilidades que ofrecen los avances tecnológicos para ofrecer un producto periodístico rentable y atractivo a unos usuarios que cada vez en mayor proporción obtienen la información a través de dispositivos móviles, en la era de los 140 caracteres, del periodismo de (base de) datos y de los formatos más innovadores, hay mucha gente que todavía prefiere historias largas y bien contadas, tal como demuestran medios como Sports Illustrated, que hace diez meses decidió crear un sitio web específico para alojar sus reportajes multimedia longform.

Así lo puso de relieve el periodista y profesor de Periodismo Agustín Rivera durante su ponencia en el seminario 'El deporte en los medios: entre el negocio, el espectáculo y la información', celebrado entre los pasados 15 y 17 de julio dentro de los Cursos de Verano de la Universidad de Málaga (UMA) y que versó sobre las nuevas narrativas digitales y su incidencia en las formas y en los tiempos clásicos de escribir una crónica deportiva.

Durante su intervención, Rivera citó como referentes de este género periodístico especializado a grandes maestros clásicos españoles como Manuel Alcántara, Gonzalo Suárez o Julio César Iglesias, y a otras figuras contemporáneas como Santiago Segurola, David Gistau o Enric González, que, en su libro Historias del Calcio, ejemplifica un modo de crónica libre que más allá de la temática puramente deportiva al aludir a "aspectos sociales, políticos, históricos y culturales, que son más propios de una crónica de corresponsal en el extranjero".

Citando la tesis doctoral de Roberto Díez Yague, Rivera incidió en elementos destacados de las crónicas de Enric González, que se refiere a sus propios artículos como "vagamente futbolísticos de los lunes", ya que "el fútbol se utilizaba como excusa para hablar de cualquier cosa, tenía mucha manga ancha y eso se fue ampliando con el paso de los años". En los relatos de González, "la densidad de la información desciende a medida que se avanza hacia la interpretación y se centra más en la recreación y en los detalles", agregó.

Entre los nuevos maestros de la crónica deportiva, Agustín Rivera citó a periodistas de dos generaciones que coexisten en la prensa actual; por un lado a Manuel Jabois (EL Mundo), Hughes (ABC) o Jorge Bustos (Zoom News), y, por otro, a firmas más veteranas y consolidadas como Ramón Besa, Carlos Arribas (El País) u Orfeo Suárez (El Mundo). Estas fueron algunas de las crónicas que se analizaron en la sesión:

. Llegan los cronistas al estadio, de Manuel Jabois (una crónica de los cronistas de El Mundo en el Mundial)

. Y después de Brasil, Maracaná, de Ramón Besa

. Un monólogo en el repecho, de Carlos Arribas (ejemplo de crónica literaria sobre ciclismo, en el Tour)

El Mundial de fútbol, efectivamente, supuso una ocasión de idónea para comprobar la evolución de la crónica deportiva y  certificar que en la cobertura de los grandes eventos nada será como antes. A juicio de Rivera, ha llegado un "nuevo periodismo, que no hay que confundir con el Tom Wolfe o Gay Talese en el que caben muchos elementos", y que se caracteriza por la huida de los tópicos, la primacía de la inmediatez que en ocasiones puede ir detrimento de la calidad, así como la cada vez mayor pujanza de las notas de color y contracrónicas.

En su opinión,  las redes sociales, especialmente Twitter, "han revolucionado el periodismo deportivo" marcando los tiempos de la información que ha de llegar con la mayor prontitud a los usuarios. Hasta tal punto esto es así que cabe preguntarse si la narración descriptiva de los hechos, cronológica, inversa o de otro tipo, sigue teniendo sentido en los diarios cuando ya el resultado y los datos más relevantes son conocidos por el gran público a través de otros medios con muchas horas de antelación: "¿Será preciso pues adelantar el primer párrafo de la crónica en redes sociales o incluso una minicrónica al descanso de los partidos?".

Frente a las piezas escritas de forma acelerada y alejadas del escenario de los hechos ("¿Acaso se puede hacer una buena crónica por la televisión, sin estar en el estadio, por muy bien escrita que esté"?), se encuentran otras, más acordes al papel que ha de corresponder a los diarios impresos, de carácter más analítico y explicativo, apoyadas en elementos visuales que sirven de gancho para captar la atención del lector.

No obstante, pese a la pujanza del periodismo de datos y de sus enormes posibilidades para enriquecer el género, Agustín Rivera recuerda que "la ciencia estadística lleva más de dos décadas presentes en el periodismo deportivo" y que "el periodismo de datos no es solo gráficos y tecnología, sino sobre todo periodismo". Por ello, abogó por incorporar nuevos elementos a la crónica pero sin desproveerla de su vieja esencia: "Sin tradición no hay honor. Una buena crónica debe beber del periodismo de datos, pero también del nuevo periodismo estadounidense, donde el cronista aporte el elemento humano a su relato".

A este respecto, destacó el trabajo realizado durante el Mundial de Brasil por medios estadounidenses como The New York Times y de cronistas como Wright Thompson, que amplió la cobertura realizada por ESPN cultivando fuentes primarias y enriqueciéndola con una visión ampliada plasmada en textos escritos in situ desde distintos lugares de América Latina durante la competición. Un ejemplo:

. Shadowed by the Hand of God, sobre paralelismos inevitables en estas citas entre Messi y Maradona

Los nuevos rumbos de la crónica deportiva se definirán y seguirán redefiniéndose en los próximos años a medida que los periodistas sepan renovarse sin que ello suponga, de ninguna forma, romper con el pasado, sino más bien todo lo contrario; a medida que sepan aprovechar las nuevas narrativas para profundizar en los propios conocimientos y mejorar las habilidades.


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sábado, 9 de agosto de 2014

La retransmisión del fútbol como el gran género de relato en directo que ofrece la radio actual

Si hay algún formato radiofónico que ha resistido mejor que ningún otro el auge de la televisión y que se está adaptando con éxito a la nueva realidad comunicativa digital alcanzando grandes audiencias y fidelizándolas, ese es la retransmisión de competiciones en directo, en especial las que tienen que ver con el fútbol, la modalidad que se lleva la mayor parte del tiempo en la globalidad de programas y espacios deportivos. 

El relato en este tipo de emisiones deportivas, como elemento único o como parte de un carrusel, ha ido adquiriendo un carácter cada vez más coral e híbrido. Son información, sí, pero también entretenimiento, y, por tanto, dan cabida a espacios noticiosos, de opinión y análisis, a la vez que a otros pseudoperiodísticos o puramente publicitarios que desempeñan una función clave no solo para el sustento económico de las cadenas, sino también para el mantenimiento de la estructura y el ritmo de estos programas, que se construyen para contar los partidos de una forma espectacular que favorezca la participación de los oyentes y atrape su atención (cobran cada vez más relevancia las promociones, concursos o espacios de humor a través de la figura del animador).

Pese a la pujanza y la importancia de estos programas para la estrategia económica y productiva de las cadenas y a pesar de su gran repercusión social a partir de una serie de rasgos expresivos y lingüísticos particulares que proyecta a los ciudadanos y definen un estilo de narración propio, siguen siendo escasos los trabajos científicos que aborden, desde una perspectiva de la especialización, el estudio de los géneros deportivos radiofónicos y de los elementos que propician su impacto.

Dada la carencia de referencias bibliográficas que muestren claves para entender en plenitud los códigos que manejan estos programas, constituye una valiosísima aportación la publicación hace unos meses del libro La retransmisión del fútbol en la radio, obra del periodista Alberto Pérez, narrador de fútbol internacional en Canal Plus y corresponsal del diario AS en Salamanca. Este estudio está sustentado en la tesis doctoral El género de la retransmisión deportiva radiofónica: condicionantes y pautas para la idoneidad de la retransmisión futbolística en la era digital, que el autor defendió en 2013 en la Universidad Pontificia de Salamanca, y se suma a la reducida lista de investigaciones sobre periodismo y comunicación radiofónica realizadas en el ámbito universitario español.

El libro parte de una necesaria contextualización histórica de las retransmisiones deportivas, repasando los orígenes de este formato en España, sus programas de referencia ('Carrusel Deportivo' de la SER, 'Tablero Deportivo' de RNE y 'Tiempo de Juego' de COPE, entre otros), así como los precursores de la narración deportiva en este país, desde la primera retransmisión de Carlos Fuertes Peralba, de un Real Madrid-Real Zaragoza en 1927, hasta las voces más populares en el escenario actual.

Posteriormente, se detiene en la caracterización de las retransmisiones deportivas como una tipología de espacio que se ha convertido "en el sello distintivo de la radio deportiva gracias a su capacidad para fusionar diversos géneros mediante un tratamiento dinámico y ágil que ofrece un resultado muy atractivo", que no se limita al contenido en directo que elabora el narrador, sino que la crónica de lo que sucede se acompaña de entrevistas a jugadores, de reportajes que profundizan en un tema determinado, de informes estadísticos, así como de espacios de opinión y análisis. Citando al profesor Mariano Cebrián Herreros, el autor recuerda que "un hecho tiende a estar más valorado cuantos más géneros provoca".

En su estudio teórico, Pérez también aborda los condicionantes humanos y los condicionamientos estructurales de la retransmisión radiofónica del fútbol a partir del valor diferencial de este deporte y de todo lo que lo rodea. Así, dentro del primer apartado distingue entre elementos que exigen una cualificación técnica que habilitan al narrador para hacer bien su trabajo (elección del equipo, documentación, plan técnico, relaciones con otros medios, uso artístico de la publicidad y conocimiento de sus fórmulas en radio) como aquellos otros que comportan una cualificación expresiva: elementos formales de la fonación, expresión, tipologías de narración (descriptiva, valorativa, secundaria o popular, así como un manejo adecuado del idioma.

A este respecto, el autor indica que "el lenguaje deportivo debe ser común por la gran cantidad de receptores y estratos sociales que le siguen", pero advierte que "común no significa vulgar, si no accesible e inteligible, no chabacano". Agrega que "el lenguaje utilizado en las transmisiones tiene mayor responsabilidad ante la sociedad desde el momento en el que el periodista llega a muchísima gente y por eso debe evitar un error que genere un modelo propagado". Así, entre los errores que deben evitarse, se refiere a tópicos y frases hechas, neologismos, exceso de extranjerismos, imprecisiones sintácticas y gramaticales, impropiedades léxicas o términos belicistas de los que se abusa más allá de un uso metafórico que resulta en ocasiones manido.

Por otra parte, se encuentran los condicionantes de tipo estructural, que son los que permiten optimizar la retransmisión del fútbol en la radio, sobre todo a partir de la producción y organización del acontecimiento, y adaptarla a la nueva realidad comunicativa a partir de la aplicación de nuevas formas de transmisión y la adaptación a nuevos hábitos de escucha dentro de un nuevo marco tecnológico, en el que cobran cada vez más presencia internet y las redes sociales como fuentes y como vías de intercambio de información.

Con el propósito de obtener unos resultados representativos, Alberto Pérez efectúa un estudio de nueve retransmisiones únicas, a través de las cadenas RNE, SER y COPE, que comprenden los tres títulos consecutivos obtenidos por la selección española de fútbol en los años 2008, 2010 y 2012.

Esta investigación arroja las siguientes conclusiones:

. Las retransmisiones de fútbol en la radio mantienen su esplendor y la vigencia con los que deslumbraron a la audiencia desde sus inicios.

. La retransmisión de fútbol en la radio perdura porque ha sabido mantener la esencia de su origen y, al mismo tiempo, enriquecerse en su forma de llegar a la audiencia.

. Una retransmisión, para serlo en su sentido pleno, necesita cumplir una serie de pautas que no siempre se aplican (lenguaje adecuado, voz que cuide las formas, comentaristas que amplíen los conceptos, articulación de canales para la interactividad con oyentes y vinculación de la publicidad con la narración).

. Las retransmisiones futbolísticas se han convertido, a partir de sus múltiples elementos, en un formato propio y diferencial de la radio española. ("Es el único género capaz de ser relatado en constante directo gracias al espectáculo generado a partir de la narración").

. El aficionado encuentra en las retransmisiones de radio un espacio para informarse y, al mismo tiempo, experimentar sensaciones de una alta emotividad.

. Sin una locución adecuada no es posible lograr una escucha fluida, comprensible y amena.

. La utilización del lenguaje, siendo aún de una corrección insuficiente, está consiguiendo pequeños progresos. (Menos tópicos y frases hechas y tendencia a españolización de extranjerismos. "Conviene cuidad el uso de expresiones malsonantes, chabacanas, demasiado populares e incluso agresivas, que deslucen el producto final").

. La publicidad constituye una parte más del relato.

. La personalidad del periodista es un elemento indispensable en las retransmisiones. ("El trabajo de campo demuestra que el trasvase íntegro de profesionales de la Cadena SER a la Cadena COPE (enero de 2011) no alteró el modo de transmitir un gran acontecimiento"; más allá de diferenciación ideológica del medio, han mantenido su estilo).

. Las retransmisiones radiofónicas apuestan cada vez más por el humor, presente en la dramatización publicitaria, en el uso de efectos de sonido, a partir de lectura de mensajes de participación de la audiencia e incluso en la narración de los hechos y comentarios que se desencadenan a partir de los mismos.

. El oyente se convierte ya en un pequeño programador de contenidos en las retransmisiones(Las redes sociales, microblogging y otros modos de intercambio de información están ya plenamente incorporados a las retransmisiones).

. La multiplicación de elementos no altera la figura del narrador como elemento central de las retransmisiones.

. La exposición del relato no es tan precisa como debería serlo. (La evolución hacia la narración coral "ha descuidado la exposición de los hechos, no tan detallada como exige un relato sin imágenes (...) el narrador actual tiende a añadir valoraciones y se aleja de lo que sucede").

. La era digital impone un paso más en las retransmisiones deportivas hasta convertirlas en un verdadero espectáculo sonoro. (Combinación de información de los hechos con programa de 'variedades deportivas', a modo de magacín futbolístico).

. La tecnología cambiará el marco de las retransmisiones y las atribuciones del profesional. ("Los teléfonos de cuarta generación se convertirán en el vehículo material sobre el que se empezará a retransmitir con una calidad de sonido digital", lo que exigirá al profesional "solventes conocimientos tecnológicos sobre los que asentará y potenciará su formación vocal, expresiva y lingüística").

En suma, La retransmisión del fútbol en la radio es un trabajo relevante que profundiza en una parcela de la investigación académica a la que queda le queda aún mucho por explorar y sucede así a otras obras, también basadas en tesis doctorales de periodistas sobre este género radiofónico especializado, como Las retransmisiones deportivas radiofónicas, de Francisco Javier Herrero (2013); La radio deportiva en España (1927-2004), de Luis Malvar (2005); o Las retransmisiones deportivas: técnicas de narración radiofónica, de Josep Maria Blanco (2002).

domingo, 3 de agosto de 2014

Federico Bassahún: "En Don Julio nos conformamos con hacer una revista que nos devolvió las ganas de hacer periodismo"

Las portadas de los tres números publicados por esta revista argentina.

Don Julio nace como revista en una conversación de bar en Buenos Aires en enero de 2012. Federico Bassahún e Ignacio Fusco, actuales editores, se proponen darle forma a una idea: hacer un periodismo deportivo narrativo que contara historias de fútbol en su contexto, no ancladas en la actualidad y con un tratamiento original cuidado desde el punto de vista estético; un tipo de periodismo del que no había nada parecido hasta entonces en Argentina. Para ello, se inspiraron en otros modelos de publicación existentes en Europa como la española Panenka ("una revista que nos maravilla", afirma Bassahún), la británica The Blizzard o la francesa So Foot.

Con tres números ya en la calle, Don Julio ya se ha granjeado un reconocimiento dentro del panorama periodístico deportivo hispanoamericano por la originalidad y calidad de sus contenidos y por ese aire fresco que aporta siempre cualquier proyecto emprendedor. Además, lo ha hecho con una plantilla muy joven (de unos treinta años de media), que no inexperta. De hecho, Ignacio Fusco trabaja desde hace diez años en el diario Olé; Federico Bassahún lo hizo durante ocho en Perfil, además de colaborar desde hace años con medios europeos (ingleses, sobre todo) y de haber pasado también dos en Olé; Federico Peretti, uno de los editores de fotografía, es el director de la película 'El Otro Fútbol'. Matías de Mateos, el otro editor de fotografía, trabaja en Olé; Sergio Ucedo, el ilustrador, lo hace también en el diario Perfil; o Delfina Laballos, la diseñadora de la revista, diseña revistas culturales.

Desde este blog nos hemos puesto en contacto con Federico Bassahún para conocer las claves de Don Julio, un proyecto periodístico que se sustenta enteramente en las ventas ante la falta por ahora de financiación por publicidad ("Conforme se venda, seguirá saliendo. Es una suerte de naufragio permanente, una sensación de zozobra constante") y que apuesta decididamente por el producto impreso (inicialmente vendieron el PDF pero la idea no funcionó y levantaron la web), si bien están analizando la posibilidad de hacer la aplicación para dispositivos móviles en breve con el fin de llegar a más lectores potenciales y seguir creciendo.

- Toman el nombre del capo del fútbol argentino desde 1979 para 'fagocitarlo' y lo señalan como el símbolo del miedo a cambiar. ¿Falta atrevimiento en su país para dotar al fútbol y al periodismo de otra estética?
- No me animo a decir si falta atrevimiento o no. Sí que el periodismo que se practica es acartonado, conformista, hasta fordista diría (todos hacemos lo mismo, cual autómatas: producción en serie de noticias). Lo atribuyo, sin embargo, menos a los periodistas que a los empresarios periodísticos. Me pongo marxista, o por lo menos estructuralista: son las condiciones de producción las que (nos) condicionan. Los medios grandes en la Argentina tienen –por decisión empresarial– cada día menos periodistas en sus redacciones, las condiciones laborales son –y soy generoso– precarias, no hay incentivos periodísticos (los partidos, en algunas redacciones, se cubren por televisión y no desde la cancha), el periodismo en los medios grandes degeneró en un trabajo de oficina, cuasiadministrativo. Da, para los empresarios periodísticos, todo lo mismo. Lo digo al revés: hay periodistas con talento, con ganas, capacitados, profesionales, que no encuentran en los medios grandes (que son los que pueden pagar salarios decentes) las condiciones para desenvolverse. El escritor Jorge Asís escribió en una novela llamada El diario de la Argentina (que era una caricaturización de Clarín) que un periodista entusiasta que entraba al diario quedaba al segundo atrapado en una suerte de telaraña que lo inmovilizaba. Creo que la metáfora es extrapolable a todos los medios grandes.
    
- Luego para huir de ese periodismo que les hartó, "conformista y enlatado", ¿por dónde debería empezar a cambiar el periodismo deportivo para lograr esa mejora que ustedes propugnan? 
- A ver: nosotros somos apenas una modestísima propuesta, una voz inaudible (no podría ser de otra forma: vendemos menos de mil revistas por número) que quiere participar de un debate periodístico que discuta el cómo (y también el para qué) hacemos lo que hacemos. Pero no somos (ni, menos que menos, nos proponemos ser) una suerte de vanguardia iluminada. No venimos a recetar la cura para ese periodismo que nos hartó. Nos conformamos –que también nosotros somos conformistas– con hacer una revista como la que hacemos, que nos devolvió las ganas de hacer periodismo, que nos hizo recordar para qué nos habíamos hecho periodistas 10 años atrás.
Federico Bassahún.


"No creo que lo que llamamos periodismo deportivo en papel pueda sobrevivir si no se repiensa"







- En ocasiones el periodismo deportivo adolece de monotonía, tanto temática como de enfoques. Fernández Moores señala como uno de los males de la profesión la absoluta dependencia de los medios respecto a sus fuentes, lo que impide que se atrevan a investigar y denunciar. No sé si se queda corto incluso.
- Coincido con vos y con Fernández Moores. El amiguismo convierte al periodista en un propagandista, en un lobista que intercambia información (la ridiculez de las primicias) por protección. El periodista (me niego a llamarlo deportivo: se es periodista o no se es) ya no está al servicio del lector/televidente/oyente, sino al servicio del protagonista (del futbolista). Pero la monotonía también responde, creo, a esa telaraña de la que acabo de hablar. Todos preguntamos lo mismo. Ejemplo: en la previa del Mundial, en las entrevistas a Alejandro Sabella, había sólo tres temáticas: Messi (su adjetivación), la endeblez defensiva del equipo y la ausencia de Tevez. Puede que haya un código (no necesariamente) implícito entre el entrevistador y el entrevistado para que, como metaforizamos en la Argentina, el entrevistador le tire centros al entrevistado para que los cabecee. Me preocupa menos eso que el conformismo de ese periodista que tiene enfrente a un personaje muy apetecible periodísticamente y que se conforma con una entrevista aburrida, monótona, desabrida. También ahí deberíamos ahondar en la formación periodística, en cómo nos formamos los periodistas. Y esa formación, las más de las veces, deja muchísimo que desear.  

- En su primer número ustedes se presentan como "un medio gráfico para un lector raro, el que tiene ganas de leer". ¿Escasean acaso las buenas historias en el periodismo deportivo impreso actual?
- Ignacio Ramonet escribió hace ya 20 años un artículo en el que explicaba por qué Le Monde iba a insistir con textos largos, a contracorriente de la tendencia a reducirlos, si no a descuartizarlos, y a agrandar las fotografías, a intentar (que de eso se trataba) que la estética de los diarios se asemejara a la de la televisión. Los medios gráficos, hoy, no están escritos para quienes quieren leer. La frase que citamos es de Martín Caparrós y creemos que resume nuestra intención: escribir para quienes quieran disfrutar con una buena historia. Estimular, en definitiva, el placer de y por la lectura. Creo que en la Argentina escasean las buenas historias, pero las hay. Hay refugios todavía. Por suerte.    

- A Don Julio acá se le ha llegado a denominar el "Panenka argentino". ¿Qué le parece la comparación? También es en su caso 'el fútbol que se lee'.
- Exagerada. La comparación es exagerada: Panenka es la nave insignia, nosotros somos apenas seis entusiastas que hacemos malabares con dos naranjas en una calle a oscuras. Pero desde ya que nos enorgullece la comparación.

- Su revista entronca con esa tradición del periodismo narrativo argentino de corrección idiomática y estilo muy cuidado que históricamente ha enarbolado El Gráfico. ¿Hasta qué punto puede considerarse Don Julio un heredero de esta revista casi centenaria?
- Soy sincero: no me lo planteé y me cuesta pensarlo así, que seamos (o podamos ser) herederos de esa tradición. Sí puedo decir que apostamos al periodismo narrativo, que abrevamos en las fuentes del Nuevo Periodismo. Nos puede salir bien o mal (más mal que bien, incluso), pero es lo que intentamos, con nuestras deficiencias –ya presupuestarias, ya profesionales–. Apelamos a las herramientas de la literatura para contar las historias que contamos. Es cierto: cuidamos la escritura. Pero además volvemos a las fuentes: no aceptamos voces en off the record, hacemos trabajo de campo, consultamos fuentes, reunimos testimonios, nos tomamos nuestro tiempo para escribir las historias, para trabajarlas. Para decirlo mal y pronto: Google es nuestro punto de partida, no nuestra fuente.

- Entretanto revistas de papel apuestan por el largo formato y la lectura reposada, en las webs se percibe una tendencia generalizada hacia el acortamiento generalizado de los textos y la progresiva incorporación de elementos visuales a la hora de contar historias y mostrar resultados. Los géneros se están reformulando para adaptarse al consumo móvil y rápido de noticias. Hay otros tipos de 'salas de lectura'. En un contexto donde cada vez se leen más noticias por dispositivos móviles, ¿qué sitio ha de quedar para el periodismo deportivo en papel? ¿Qué nicho está llamado a ocupar Don Julio en Argentina en los próximos años?
- La verdad, es una pregunta para la que no tengo respuesta. No creo, sin embargo, que lo que llamamos periodismo deportivo en papel pueda sobrevivir si no se repiensa. Por poner apenas un ejemplo: ¿vamos a seguir escribiendo crónicas de un partido que se jugó la tarde anterior y que el lector ya vio 28.354 veces (vio el partido, el resumen, las conferencias de prensa, leyó ya las repercusiones por Twitter…)? Por lo demás, no sé qué nicho está llamado a ocupar Don Julio. Tal vez ninguno. Y tal vez no importe: tal vez “the journey is the reward”.