La Vanguardia es desde el pasado 3 de mayo un diario bilingüe, con dos versiones idénticas, una (la de siempre) en castellano y otra (la nueva) en catalán. Para analizar la verdadera dimensión de este acontecimiento editorial, que sigue los pasos de El Periódico de Catalunya (en ambos idiomas desde el año 1997), Periodismodeportivodecalidad se ha puesto en contacto con Magí Camps (foto: lavanguardia.com), redactor jefe de Edición y responsable lingüístico de La Vanguardia, que ha coordinado la última edición y posteriores actualizaciones de su Libro de Redacción (2004) y la articulación del que será un nuevo manual de estilo en lengua catalana.
- Para un periódico que durante 130 años ha defendido el bilingüismo pero que se ha escrito solo en castellano, ¿qué supone el lanzamiento de una edición en lengua catalana? ¿Es acaso consecuencia de la existencia de un público cada vez más amplio que demanda productos en este idioma?
- Por una parte, se trata de satisfacer la demanda de todos los lectores de Cataluña, donde el bilingüismo imperfecto se ha establecido con mucha más normalidad de la que se pretende desde otros puntos de España. Y por la otra, La Vanguardia siempre ha sido un diario que ha trabajado para ocupar un espacio transversal, para que la mayoría de los lectores se encuentren cómodos leyendo sus páginas. Hasta hoy, el hecho de que una buena parte de la sociedad catalana no pudiera leer los contenidos en catalán se contradecía con este espíritu de transversalidad, de ser el diario de referencia que se edita en Barcelona.
- ¿Cómo va a repercutir a partir de ahora la coexistencia de dos ediciones en dos lenguas diferentes en el trabajo de edición de textos y en la articulación de unas normas comunes de redacción?
- La Vanguardia siempre se ha caracterizado por emplear un lenguaje periodístico claro pero también rico. Ahora el reto es hacerlo en las dos lenguas. De hecho, el equipo de Edición que coordino trabaja indistintamente en catalán y en castellano. Y los redactores pueden escribir sus artículos en la lengua que quieran y después elaborar la versión en la otra lengua, con la colaboración de los correctores y los editores de estilo.
- ¿Teme que se puedan producir interferencias ortográficas y gramaticales que tengan que ir puliéndose poco a poco?
- Seguramente habrá interferencias, como las hay en la calle. Dos lenguas que conviven, que además son hermanas latinas, se interrelacionan y se complementan con normalidad. Hemos procurado que las normas de estilo sean las mismas hasta donde ha sido posible, pero es evidente que habrá que trabajar a fondo para mantener un buen castellano y un buen catalán, objetivo por el que luchamos cada día, como hasta la fecha lo habíamos hecho por el castellano.
- Hasta ahora La Vanguardia ha sido un referente en el ámbito de la lengua española por haber dado a conocer las directrices lingüísticas y de estilo por las que se rige mediante la confección de libros de redacción (1986 y 2004). ¿El siguiente paso será articular un manual similar en catalán?
- Ya está en proceso de elaboración. Los aspectos deontológicos y estilísticos son los mismos que en castellano. Para los aspectos lingüísticos, a partir de la exigencia de un buen uso del idioma como hacemos en castellano, también hemos planteado un modelo de lengua culto pero funcional. Al fin y al cabo, hacemos un periódico.
- En Cataluña existe una gran tradición de libros de estilo periodísticos en todo tipo de medios (El Punt, Vilaweb, TV3, etc). ¿Serán estos trabajos un referente también para La Vanguardia?
- Evidentemente. Los altibajos históricos que ha sufrido la lengua catalana han convertido estos manuales de estilo en obras de referencia. Su calidad ha conseguido perfilar un tipo de catalán moderno y útil para todos los registros, pero aún queda mucho camino por recorrer. Esperamos que el libro de estilo de La Vanguardia sea una nueva aportación a la configuración de la lengua catalana moderna, sobre todo desde el punto de vista periodístico.
- Acaba de abrir un nuevo consultorio online que pretende ser "un lugar de encuentro bilingüe" para debatir y esclarecer dudas en ambos idiomas. ¿Cómo está funcionando esta iniciativa de participación y qué resultados esperan conseguir con ello a medio y a largo plazo?
- Aparte del contacto con los internautas, siempre enriquecedor, es una manera de dar salida a las dudas y las quejas que preocupan a los lectores. El éxito es abrumador: recibo una treintena de consultas cada día y no puedo dar salida a todas. Debo añadir que ahora mismo la inmensa mayoría son en catalán, supongo que debido a la reciente aparición de la edición en esta lengua. Pero he querido dar cabida a las dos lenguas como señal de normalidad y de convivencia.
- Para un periódico que durante 130 años ha defendido el bilingüismo pero que se ha escrito solo en castellano, ¿qué supone el lanzamiento de una edición en lengua catalana? ¿Es acaso consecuencia de la existencia de un público cada vez más amplio que demanda productos en este idioma?
- Por una parte, se trata de satisfacer la demanda de todos los lectores de Cataluña, donde el bilingüismo imperfecto se ha establecido con mucha más normalidad de la que se pretende desde otros puntos de España. Y por la otra, La Vanguardia siempre ha sido un diario que ha trabajado para ocupar un espacio transversal, para que la mayoría de los lectores se encuentren cómodos leyendo sus páginas. Hasta hoy, el hecho de que una buena parte de la sociedad catalana no pudiera leer los contenidos en catalán se contradecía con este espíritu de transversalidad, de ser el diario de referencia que se edita en Barcelona.
- ¿Cómo va a repercutir a partir de ahora la coexistencia de dos ediciones en dos lenguas diferentes en el trabajo de edición de textos y en la articulación de unas normas comunes de redacción?
- La Vanguardia siempre se ha caracterizado por emplear un lenguaje periodístico claro pero también rico. Ahora el reto es hacerlo en las dos lenguas. De hecho, el equipo de Edición que coordino trabaja indistintamente en catalán y en castellano. Y los redactores pueden escribir sus artículos en la lengua que quieran y después elaborar la versión en la otra lengua, con la colaboración de los correctores y los editores de estilo.
- ¿Teme que se puedan producir interferencias ortográficas y gramaticales que tengan que ir puliéndose poco a poco?
- Seguramente habrá interferencias, como las hay en la calle. Dos lenguas que conviven, que además son hermanas latinas, se interrelacionan y se complementan con normalidad. Hemos procurado que las normas de estilo sean las mismas hasta donde ha sido posible, pero es evidente que habrá que trabajar a fondo para mantener un buen castellano y un buen catalán, objetivo por el que luchamos cada día, como hasta la fecha lo habíamos hecho por el castellano.
- Hasta ahora La Vanguardia ha sido un referente en el ámbito de la lengua española por haber dado a conocer las directrices lingüísticas y de estilo por las que se rige mediante la confección de libros de redacción (1986 y 2004). ¿El siguiente paso será articular un manual similar en catalán?
- Ya está en proceso de elaboración. Los aspectos deontológicos y estilísticos son los mismos que en castellano. Para los aspectos lingüísticos, a partir de la exigencia de un buen uso del idioma como hacemos en castellano, también hemos planteado un modelo de lengua culto pero funcional. Al fin y al cabo, hacemos un periódico.
- En Cataluña existe una gran tradición de libros de estilo periodísticos en todo tipo de medios (El Punt, Vilaweb, TV3, etc). ¿Serán estos trabajos un referente también para La Vanguardia?
- Evidentemente. Los altibajos históricos que ha sufrido la lengua catalana han convertido estos manuales de estilo en obras de referencia. Su calidad ha conseguido perfilar un tipo de catalán moderno y útil para todos los registros, pero aún queda mucho camino por recorrer. Esperamos que el libro de estilo de La Vanguardia sea una nueva aportación a la configuración de la lengua catalana moderna, sobre todo desde el punto de vista periodístico.
- Acaba de abrir un nuevo consultorio online que pretende ser "un lugar de encuentro bilingüe" para debatir y esclarecer dudas en ambos idiomas. ¿Cómo está funcionando esta iniciativa de participación y qué resultados esperan conseguir con ello a medio y a largo plazo?
- Aparte del contacto con los internautas, siempre enriquecedor, es una manera de dar salida a las dudas y las quejas que preocupan a los lectores. El éxito es abrumador: recibo una treintena de consultas cada día y no puedo dar salida a todas. Debo añadir que ahora mismo la inmensa mayoría son en catalán, supongo que debido a la reciente aparición de la edición en esta lengua. Pero he querido dar cabida a las dos lenguas como señal de normalidad y de convivencia.
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