lunes, 29 de agosto de 2011

Razones para creer en el periodismo deportivo


El periodismo deportivo no es ni mucho menos una modalidad periodística de menor rango, pese a que, ciertamente, atraviesa en muchos países por una preocupante falta de credibilidad. Aunque se trata de un área de especialización de enorme y creciente relevancia entre los aficionados, sigue sin contar con la misma consideración social y profesional que otras tipologías y secciones informativas como la política, la economía o la cultura.

Las razones de esta minusvaloración quizá haya que encontrarlas en determinadas prácticas en las que algunos medios de comunicación dedicados al deporte incurren con demasiada asiduidad y que no han hecho más que alimentar la creencia que existen diferentes categorías profesionales según la temática de la que traten y e incluso han llegado a poner en entredicho la consideración de esta especialización como periodismo.

Entre esas prácticas manifiestamente mejorables, podemos destacar, por ejemplo, la permanente confusión entre rumores y noticias, la complicidad con unas fuentes con las que se mantiene un trato excesiva y peligrosamente cercano, la parcialidad no solo en los comentarios sino también en las crónicas (la información y la opinión no están claramente delimitadas), así como la prevalencia de los criterios comerciales a la hora de seleccionar y priorizar los contenidos.

Aunque la autocrítica en este ámbito es obligada y necesaria y la capacitación profesional ha de ser permanente para procurar siempre una mejora de la calidad del producto periodístico que se ofrece al público, no es menos cierto que en ocasiones las críticas que se vierten sobre los periodistas deportivos dejan en el olvido muchos de sus logros y virtudes.

Tal como señala el periodista puertorriqueño Omar Marrero en su reciente obra Fundamentos del periodismo deportivo (Terranova Editores, 2011), el auge experimentado por el deporte como campo de especialización periodística, causado quizá por una combinación entre pasión fanática y accesibilidad tecnológica, no debe nunca desligarse de los principios básicos de la profesión y de su función natural de informar y educar.

Igualmente, este autor subraya la multidimensionalidad y la gran capacidad de adaptación del periodismo deportivo para moverse con soltura y competencia entre campos opuestos, como son la cobertura de "noticias fuertes" y las que versan sobre modalidades tan diversas como el béisbol, el baloncesto, el voleibol (mayoritarias en su país) o la esgrima y la gimnasia, que necesitan habitualmente de la consulta a expertos en la materia.

Hay, por tanto, razones para creer en el periodismo deportivo y contribuir a su mejor consideración. Entre esos motivos, podemos destacar los siguientes:

1) Es un área de especialización diversa y compleja al aglutinar un amplio y heterogéneo número de disciplinas a las que hay que dar una cobertura adecuada.
2) Esta diversidad exige un alto grado de competencia y especialización profesional para hacer informaciones correctas y bien explicadas, sobre todo en deportes minoritarios poco conocidos.
3) Este periodismo no solo informa de resultados, sino que además analiza la realidad con un adecuado manejo de la estadística, dando cifras, fechas y nombres y situaciones concretas.
4) Es una actividad profesional cada vez más interdisciplinar. A la cobertura de competiciones se suman las noticias sobre partes médicos, tribunales y estado contable de sociedades anónimas.
5) Además de informar y entretener, cumple la función primordial de educar y formar en valores a los ciudadanos, promocionando el deporte en todas sus manifestaciones, denunciando prácticas violentas y xenófobas y posibilitando la integración y paz social.

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