domingo, 26 de abril de 2015

El reto es que la atención mediática hacia las mujeres deportistas se extienda más allá de unos Juegos Olímpicos

Las buenas prácticas que se van incorporando poco a poco en las rutinas de redacción de los diversos medios de comunicación evitan que se produzcan sesgos de género llamativos cuando las mujeres deportistas logran medallas olímpicas. De esta forma, pese a que ellas de manera habitual consiguen mucha menor atención mediática que los hombres, tanto en el número de informaciones publicadas como en el espacio que se les concede, la consecución de un éxito extraordinario en un evento global como los JJ.OO. propicia que el tratamiento informativo otorgado a las deportistas desde una perspectiva de género sea puntualmente positivo y paritario. 

Es la principal conclusión del estudio Las mujeres deportistas en la prensa: los Juegos Olímpicos de Londres 2012, libro colectivo coordinado por Begoña Sanz y que ha publicado recientemente la editorial UOC. Esta obra es la culminación de una investigación acometida por varias profesoras de la Universidad de Deusto, quienes analizan la cobertura y tratamiento informativo realizado por cinco diarios (cuatro generalistas - los regionales Gara y El Diario Vasco y los nacionales El Mundo y El País- y uno deportivo, Marca) sobre la participación de deportistas en la pasada cita olímpica.

La muestra de datos de la investigación la conforman 2.167 unidades informativas (noticias), incluyendo sus elementos gráficos, y arroja los siguientes resultados:

. En los diarios generalistas, las informaciones sobre la participación masculina (nacional e internacional) fue del 73% frente al 27% de mujeres deportistas.

. La prensa local-regional fue la que ofreció una representación más equitativa y la que más se acercó a la participación real de las deportistas en los JJ.OO. Así, en Gara, el 41% de las noticias las coparon mujeres frente al 59% de atletas masculinos.

. El interés de la prensa estuvo centrado, indistintamente del factor género, en los grandes triunfos (medallas y récords), especialmente de las principales figuras.

. En la caracterización de los/las protagonistas estuvieron presentes los estereotipos en los términos empleados, provenientes del imaginario social de lo masculino y lo femenino: ellos aparecieron como "ciclones, relámpagos, bestias que salen de cacería, tiburones"; ellas fueron "balas" o "prodigiosas", pero nunca tan potentes y fuertes ni feroces como los hombres (...) Solo los hombres pudieron ser "héroes, supermanes o gigantes". No hubo "heroínas".

. De las 244 unidades informativas analizadas en Marca, solo 26 (10,7%) estuvieron firmadas por mujeres periodistas por las 161 (66%) escritas por sus colegas masculinos (el resto provienen de agencia o no están firmadas).

. Marca, en su jerarquización de las noticias, situó como principal criterio la nacionalidad española de las deportistas más allá de que hubiera finalmente medalla o no: el 75% de las noticias corresponden a atletas nacionales por el 25% de las internacionales.

. Aunque con una relevancia diferente, Marca en su suplemento diario durante los Juegos dio visibilidad a casi todas las disciplinas en las que hubo participación femenina, si bien las que más espacio coparon fueron vela, natación, balonmano y waterpolo, esto es, aquellas en las que las españolas obtuvieron mejores resultados.

Además, esta investigación considera que el tratamiento informativo otorgado a las mujeres deportistas en cuanto a visibilidad de sus logros y proyección de valores asociados a su actuación (esfuerzo, constancia, control mental, potencial técnico y autoconfianza) fue más positivo que negativo. Su presencia en las páginas de los periódicos las convirtió en un modelo de referencia para la opinión pública. No obstante, dejaron de aparecer en los meses y años posteriores pese a la inercia mediática generada por la evidente pujanza del deporte practicado por mujeres en España. El espíritu olímpico del periodismo deportivo tampoco esta vez tuvo continuidad.

Así, esta obra refrenda los resultados de los principales estudios sobre el tratamiento informativo de las mujeres deportistas realizados hasta la fecha. Estos señalan que la esporádica presencia de las atletas en los medios de comunicación forma parte de unos hábitos adquiridos y de unas estructuras (una cultura deportiva) donde la representación del deportista masculino como héroe es continua independientemente de los logros conseguidos, mientras que la visibilidad de los éxitos femeninos responde a la consecución de hechos extraordinarios y puntuales como, es el caso de esta investigación, las medallas en unos Juegos Olímpicos.

Tal como afirman las autoras, "el reto y el deseo es que esto se extienda a la cobertura de otras competiciones deportivas menos mediáticas y de mayor duración, y se vaya equiparando cuantitativa y cualitativamente la atención que reciben los hombres y las mujeres deportistas por parte de la prensa".

Efectivamente, el papel de los medios de comunicación en la visualización de los logros femeninos en el deporte es esencial para contribuir a modificar estructuras, mentales y sociales, que han de producirse a partir de la aplicación de políticas que incentiven prácticas igualitarias. Desde el periodismo también se puede sumar para que haya un reconocimiento social del deporte femenino y se construya una verdadera cultura deportiva.

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