jueves, 19 de septiembre de 2019

El rol cambiante del periodista deportivo y los retos de la profesión en el nuevo escenario mediático

Daragh Minogue y Tom Bradshaw presentan el libro.Foto: sportsgazette.co.uk

Cada cierto tiempo desde la universidad se desarrollan investigaciones y se publican trabajos encaminados a reflexionar sobre el estado y el futuro más inmediato del periodismo en el nuevo y complejo escenario mediático. Estas publicaciones académicas, teóricas pero con base empírica, suelen aportar claves y posibles soluciones con las que las empresas informativas puedan afrontar los enormes retos que les presentan en la actualidad para llegar más y mejor a sus audiencias y propiciar que su producto tenga éxito y se apoye en un modelo de negocio que sea sostenible.

La última de esas lecturas académicas que proponemos desde aquí para hacer un mejor periodismo deportivo es Sports Journalism. The State of Play, manual escrito por los periodistas y profesores británicos Tom Bradshaw (University of Gloucestershire) y Daragh Minogue (St. Marys' University), y que acaba de publicar la prestigiosa editorial Routledge. Ambos autores, que imparten la asignatura de Periodismo Deportivo en sus respectivas universidades, han organizado en los últimos años diversos eventos académicos sobre la materia, como fue la conferencia anual del Institute of Communication Ethics (ICE), celebrada en octubre de 2017 y de la que este libro también se ha nutrido. El libro fue presentado el pasado 13 de septiembre en Londres (VER foto superior).

A lo largo de más de 180 páginas, esta obra se detiene a analizar el rol cambiante del periodista en las redacciones de Deportes tras el impacto causado por la disrupción tecnológica digital, así como los desafíos que afronta la profesión en un campo informativo de gran popularidad y alcance social. Como ellos mismos señalan: "El deporte suele dominar las listas de tendencias en redes sociales y los periodistas deportivos, así como sus colegas en el resto de medios, han tenido que adaptarse a los retos y oportunidades que la digitalización ha traído consigo. Han tenido que replantearse su relación con las audiencias, una relación que ahora es mucho más interactiva y que sitúa, para bien o para mal, a las redes sociales como una parte central de su labor".

Han surgido, efectivamente, nuevos perfiles periodísticos como el analista de datos, el videoperiodista o el editor de bots, que son consecuencia de una reorientación de las tareas que se realizan ya en las redacciones con el objetivo de ajustar lo mejor posible los contenidos y las coberturas a los requerimientos del público. A este respecto, Bradshaw y Minogue advierten de la "desnaturalización" que puede ocasionar en los contenidos informativos sobre deporte esa obsesión creciente de muchos responsables de medios por las métricas que proporcionan los usuarios en su navegación por la web. 

Bradshaw y Minogue plantean una cuestión que es clave: ¿hasta qué punto la aplicación de la tecnología al periodismo está afectando negativamente al contenido que se pueda estar produciendo desde los medios? La competencia creciente por llegar a un público cada vez más fragmentado hace que también parte del periodismo deportivo abrace coberturas que priorizan el entretenimiento (los autores proponen un adecuado equilibrio diario entre informar y entretener), la información cortoplacista de 'minuto y resultado' y declaraciones pospartido (sportainment), la controversia como foco de atención, y todo aquello que tenga que ver, sea competición o no, con lo que digan o hagan las estrellas y celebridades del deporte, que son prioridad en la selección de contenidos para muchos editores.

La ética como remedio profesional 
Por todo ello, además de proponer un breve recorrido por la historia del periodismo deportivo y su caracterización más tradicional (impregnación y sesgo nacionalista, tabloidización, exceso de opinión y periodismo de bufanda), los autores de este libro dedican uno de sus capítulos más extensos a los fundamentos éticos de la profesión y a los dilemas y debates que se plantean a diario en esta especialización periodística, tales como la autocensura, el partidismo, la necesidad de autorregulación, la responsabilidad en el manejo de fuentes o el grado de asunción y cumplimiento de ciertos códigos de conducta. A este último respecto, incluyen íntegro el decálogo ético para periodistas deportivos que elaboramos Xavier Ramon y yo dentro del proyecto Accountable Sports Journalism, recogido en esta web.

La consecución de un periodismo deportivo más diverso, tanto en la composición de las personas que trabajan en una redacción como en la confección de la agenda informativa es otro de los grandes desafíos del periodismo deportivo actual. Así, los autores inciden en la necesidad de que los medios se olviden de viejos sesgos y estereotipos. y reflejen mejor en sus respectivas coberturas la diversidad, desde un punto de vista de raza, etnia y nacionalidad, de las comunidades a las que se dirigen.  

"Los preocupantes niveles de racismo, xenofobia e incitación al odio que se observan sobre todo redes sociales pueden tener un efecto polarizador. Los medios deportivos no pueden permanecer ajenos a este clima social y político en el que operan, pero pueden mejorar esta situación siendo más representativos y acogiéndose a los sólidos principios y prácticas profesionales que promueven de forma activa una agenda informativa antirracista", afirman.

En ese camino para la confección de una agenda más plural y representativa, este libro también apunta a la inclusión de otros colectivos clave, que habitualmente quedan fuera del foco mediático o que son directamente invisibilizados. Mientras los estudios académicos sobre periodismo deportivo desde una perspectiva de género  han sido numerosos en los últimos años, no han sido tantos los que se han ocupado de otros grupos infrarrepresentados, como el colectivo LGBT, o las personas con algún tipo de discapacidad. Tal como afirman Bradshaw y Minogue, "el deporte proporciona una plataforma única para cambiar actitudes de la sociedad respecto a diversos temas".

Y aunque se ha avanzado bastante en el camino, aunque queda mucho por hacer. Ciertamente, la economía de los medios deportivos digitales, que mide el éxito solo a partir de los clics que un artículo genera no ayuda a paliar una agenda informativa plana y predecible, que gravita sobre el fútbol y todo lo que lo rodea. Sin embargo, los autores se muestran optimistas y observan síntomas de mejora en este sentido. 

Así concluyen: "Del mismo modo que la tecnología que lo sustenta, la composición social del periodismo deportivo está cambiando, como también está ocurriendo con los temas en sus coberturas. El cambio se está produciendo. Es un momento estimulante para trabajar como periodista deportivo o para estudiar uno de los elementos más definitorios de la cultura del siglo veintiuno".


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