lunes, 14 de noviembre de 2011

Un nuevo manual ofrece sugerencias para mejorar el tratamiento de las informaciones periodísticas sobre el deporte practicado por mujeres

El Consejo Superior de Deportes (CSD) ha publicado recientemente el libro Deporte y Mujeres en los Medios de Comunicación, un manual de sugerencias y recomendaciones dirigido a mejorar el tratamiento de las informaciones periodísticas sobre el deporte practicado por mujeres y, con ello, a contribuir a elevar la tasa de la práctica de la actividad físico-deportiva de este colectivo y educar en igualdad a un público masivo sobre el que ejerce una gran influencia.

La obra, escrita por Pilar López Díez, autora de varias publicaciones sobre Género y Comunicación (entre ellas, Representación de Género en los informativos de radio y televisión, 2001), ha contado con la colaboración de numerosos especialistas y profesionales procedentes tanto de medios de comunicación como de universidades españolas y consejos audiovisuales autonómicos.

Entre los periodistas participantes, se encuentran Elena Jiménez, Paloma del Río y María Escario (TVE), Guiomar López (Europa Press), Luis Malvar (Cadena Cope), Isabel Roldán (As), Fernando Sebastián (Sportlife) y Sara Álvarez (Runners). Además, han tomado parte los profesores José Barrero (Universidad Europea de Madrid), Matilde Fontecha (Universidad del País Vasco) y Élida Alfaro (Universidad Politécnica de Madrid); así como Carmen Fernández Morillo (Consejo Audiovisual de Andalucía), Borja Mora-Figueroa (Consejo Audiovisual de Navarra) y Manuel Zamora (WTAmadrid-elitenis).

Este manual incide en la poca visibilidad de la mujer deportista y reclama de los medios una mayor cobertura de todas las formas de actividad físico-deportiva relacionadas con el ocio, la educación y la salud, más allá del puro deporte espectáculo; una mayor y mejor valoración periodística de los logros de las mujeres en el ámbito del deporte; y, sobre todo, aumentar el número de noticias sobre disciplinas y competiciones de féminas, de manera especial en los espacios informativos y retransmisiones de televisión, por su elevado índice de impacto en la ciudadanía.

En segundo lugar, aboga por que esta área de especialización periodística no transmita estereotipos sexistas en su discurso y que para ello emplee un lenguaje inclusivo y no sexista, que no etiquete las modalidades como "masculinas" o "femeninas" para favorecer así la libre elección de la práctica deportiva, y que evite la utilización del cuerpo de las deportistas como reclamo informativo y las referencias a su vida privada o familiar al tratarse de aspectos que no se corresponden con el fin que han de perseguir los medios deportivos, cuya misión reside, fundamentalmente, en cubrir el desarrollo de las competiciones e informar sobre resultados. De esta forma, se formula la siguiente recomendación:

"La noticia debe centrarse en los logros o eventos deportivos. Se evitará utilizar referencias sexistas al físico, el uso de estereotipos degradantes y las frases condescendientes. Las fotos de mujeres deportistas que ilustren las informaciones corresponderán a su participación en el evento y al texto de la noticia. Se aconseja el uso de imágenes de las deportistas en acción propia de su disciplina deportiva y la no utilización de poses que refuercen los estereotipos. Del mismo modo, se evitarán las referencias a su apariencia o cuidado personal, al igual que se hace con los deportistas, a menos que tengan una relación directa con la práctica deportiva".

Asimismo, para una construcción menos androcéntrica de la realidad deportiva en los medios, esta obra también sugiere incluir en las informaciones un mayor número de mujeres como especialistas y fuentes de información, así como opiniones y testimonios de la audiencia femenina. A este respecto, la autora señala que "de esta manera se evita que al hablar sobre los resultados de la actividad deportiva de las mujeres, las fuentes y las opiniones sean mayoritariamente de hombres, entrenadores, jueces, directivos y otros; y así la o el periodista, cuando informe de cualquier deporte, intentará recoger, de forma equilibrada, las declaraciones y opiniones de personas expertas, de ambos sexos".

Por último, advierte de la necesidad de que los medios de comunicación se muestren especialmente sensibles y denuncien los casos en que se produzcan de acoso o abuso sexual en el ámbito del deporte tratándolos informativamente como una forma de violencia de género para coadyuvar a una mayor sensibilización social y a la erradicación de este tipo de problemas. En este sentido, se pone de manifiesto el papel relevante de los medios de comunicación en el mundo del deporte en la formación en valores y el fomento de la práctica de ejercicio físico en niñas, adolescentes y mujeres.

Esta obra se suma a un conjunto de trabajos y estudios publicados en los últimos años en España que han puesto el dedo en la llaga de los medios de comunicación al abogar por un tratamiento más ecuánime y menos sexista de las informaciones y reclamar un mayor espacio a la mujer deportista como protagonista en las noticias.

Entre los trabajos más recientes sobresalen los trabajos de autoras como Mercedes Bengoechea, Élida Alfaro y Benilde Vázquez (Hablamos de deporte. En femenino y en masculino, 2011); Ana María Vigara Tauste (De igualdad y diferencias: diez estudios de género, 2009); Felicidad Loscertales y Trinidad Núñez (Los medios de comunicación con mirada de género, 2008); o también de Mercedes Bengoechea junto con María Luisa Calero (Guía de Estilo 2. Sexismo y redacción periodística, 2003).


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