domingo, 24 de abril de 2011

La comunicación deportiva y la lengua española, una relación de más de un siglo de historia

El profesor y escritor Jesús Castañón acaba de publicar la obra La comunicación deportiva y la lengua española, con la que conmemora sus treinta años de trabajo como investigador sobre el uso del idioma en este ámbito periodístico.

A lo largo de estos tres decenios, Castañón ha sido un autor prolífico, tras publicar 14 monografías (también editada en 2010, se encuentra Términos deportivos de origen extranjero, de la que también hemos hablado anteriormente en este blog) y participar en otros 11 libros colectivos, trabajar como docente y colaborar en diferentes grupos científicos y en la edición de trabajos de instituciones académicas.


En este libro, el director de la página web idiomaydeporte.com, considerado internacionalmente como una de las máximas autoridades en la materia, analiza la relación de más de un siglo de historia entre la consideración social de lo idiomáticamente correcto y los usos lingüísticos característicos de los medios de comunicación deportivos. Como consecuencia de un largo proceso de encuentros y desencuentros, el periodismo deportivo ha sido a veces ensalzado por su creatividad al mismo tiempo que ha sido objeto de muchas críticas por dar de forma asidua patadas al diccionario.

Esta particular historia consta, a juicio del autor, de cuatro grandes etapas: 1900-1950, período en el que nace la prensa especializada en deporte en España y se fragua la defensa de la integridad del idioma frente a la importación de términos foráneos y palabras de moda; 1950-1970, las academias advierten de contaminación lingüística (vulgarismos y extranjerismos) y se ponen en marcha mecanismos para velar por la corrección gramatical, la amplitud léxica y la unidad del idioma; 1970-2000, se pasa a culpar a los medios de la universalización de los errores lingüísticos y de la perversión del uso público del idioma; y, por último, con la llegada del siglo XXI, llegamos a una nueva consideración de la lengua del deporte, por su valiosa contribución en la renovación del idioma.

De todo este recorrido, Castañón compendia abundante información, con referencias, fechadas entre los años 1903 y 2010, a 3.304 términos comentados por académicos, humoristas, lingüistas, periodistas, profesionales del deporte y sociólogos. Igualmente, proporciona el perfil de 141 profesionales y docentes que han buscado soluciones y han ofrecido propuestas de mejora y que han servido para avanzar en la reflexión sobre la importancia que reviste este ámbito periodístico como campo de experimentación y creación de palabras y significados.

Pese a que la labor realizada por unos y otros ha sido ingente hasta ahora, en el terreno del idioma del deporte queda aún mucho camino por recorrer; es un campo tan amplio y cambiante que necesitará todavía de nuevos estudios que registren y actualicen las diversas manifestaciones de una realidad tan dinámica como la periodístico-deportiva.

Tal como señala el propio Castañón, "el primer decenio del siglo XXI abre nuevas expectativas, gracias a alianza entre periodistas y lingüistas, a la creciente preocupación de la comunicación deportiva y a la incorporación de profesionales de la actividad física y el deporte en trabajos relacionados con el idioma" (...) "Una vez pasados los tiempos de contaminación, corrupción, perversión y destrucción que reflejaban errores, llega la hora de construir con armonía, de aprovechar el conocimiento de los diferentes puntos de vista para iluminar las confusiones y de superar los desafíos de un ámbito en permanente ebullición".

lunes, 18 de abril de 2011

Mario Tascón: "La Red plantea la necesidad de pensar en el español global, que tendremos que hacer entre todos"

Mario Tascón (foto: fnpi.org) es todo un referente nacional e internacional en el ámbito de la consultoría en comunicación digital. Quien fuera impulsor de la web elmundo.es, director general del área digital del grupo Prisa y fundador de 233grados.com y lainformacion.com, actualmente dirige los trabajos de ‘Estilo: manual para nuevos medios’ de la Fundación del Español Urgente (Fundéu). Periodismodeportivodecalidad le ha entrevistado para conocer el alcance y estado de gestación de esta obra singular, que aspira a convertirse en el primer manual de estilo en español para internet.

- ¿Cómo surge la idea de hacer este manual y en qué consiste exactamente?

- La idea surge de la propia Fundéu, que percibe que la evolución de nuestro idioma que antes se observaba en los medios de comunicación se esta desplazando y acelerando en ese nuevo medio conocido como Internet. La obra es una base de datos digital con posibilidad de acceso a través de cualquier dispositivo. En ella se encontrarán recomendaciones, buenas prácticas, observaciones y estudios sobre las modificaciones y principales dudas acerca del español. Una gran parte del manual también será la "hipertextualización" del Vademécum de Fundéu: las 7.200 dudas lingüísticas se van a etiquetar para que la gente pueda encontrarlas de forma mucho más fácil.

- Se trataría, por tanto, de un manual de estilo dirigido no solo para los medios de comunicación digitales, sino también para editores de contenidos web e internautas en general.

- Sí. Entendemos que uno de los principales cambios que ha traído internet es la posibilidad de que cualquier ciudadano haga comunicación pública. Se hace más necesario que nunca contar con herramientas que ayuden a las personas en ese tipo de trabajo.

- ¿Cuáles son a su juicio las principales necesidades que plantea a los medios de comunicación el nuevo entorno virtual?

- Cada vez hay más dudas por la velocidad de los cambios. La necesidad de pensar en el español global (que tendremos que hacer entre todos) porque, aunque no lo sepamos, desde el momento en que publicamos en la red somos globales.

- ¿Qué modificaciones han provocado los nuevos soportes digitales en la manera de redactar y presentar las noticias al público?

- Las hay de muchos tipos. Por una parte, ahora todos los hablantes de nuestro idioma nos influimos con una rapidez inusitada de un lado a otro del Atlántico. Las palabras nuevas entran, salen y se modifican de una forma y, sobre todo, a una velocidad no conocida hasta ahora. Por otro lado, los soportes de lectura requieren una redacción algo más corta, al menos de momento, hasta que mejoremos las condiciones técnicas de las pantallas. En algún caso (Twitter) la propia herramienta condiciona físicamente el mensaje. Otra modificación es que la gente se ha dado cuenta de que los ordenadores son algo que va más allá de un conjunto de teclas con nuestro abecedario en mayúsculas y minúsculas, y hay posibilidades ortotipográficas que, hasta hace poco, sólo estaban reservadas a la escritura profesional. Y, claro, el hipertexto como nuevo paradigma de la escritura, que quizás es el principal cambio.

- ¿Y las redes sociales?

- Aceleran los fenómenos que he comentado antes. Algunas de ellas (si las podemos llamar así) como Twitter ponen más énfasis en esa esfera de la comunicación pública que he comentado.

- La Fundéu tutela el proyecto, que tiene un carácter panhispánico. ¿De qué forma es posible vertebrar a través de la Red un español global, que sea igualmente válido para todos los hispanohablantes?

- No es mi papel contestar a esa pregunta. Fundéu-BBVA tiene expertos y, ahora, herramientas que ya están realizando esas funciones. Su cuenta en Twitter en la que se responden casi cien consultas al día creo que ayuda bastante.

- Recientemente, crearon un blog participativo para avanzar en la confección del manual. ¿Qué resultados se están obteniendo a través de esta plataforma?

- Los esperados. Estamos consiguiendo que mucha gente se interese por el trabajo y participe en él. Hemos querido bajar del pedestal en el que muchas veces nos encontramos los expertos y ayudar a popularizar el conocimiento. Estamos muy satisfechos, pero lo importante sería que los lectores percibieran útil el trabajo.

- ¿Podemos avanzar una fecha aproximada para la conclusión de los trabajos? ¿Se publicará en papel o solo en soporte digital?

- Se publicará en soporte digital. El blog en realidad es el corazón alrededor del que irá creciendo el manual, que se ampliará de una a más de diez secciones. No es un proceso lineal con principio y fin, sino una especie de espiral de trabajo continuo que irá desarrollándose a lo largo del año en curso y nunca estará acabado porque la lengua está viva. El verano en cualquier caso (finales de junio) será una fecha importante porque pensamos introducir muchos artículos y empezar a probar con ese Vademécum "hipertextualizado". La segunda parte del año vamos a añadir muchos elementos multimedia para conseguir difundir las buenas prácticas en toda la Red.

martes, 12 de abril de 2011

Los efectos perniciosos del periodismo declarativo en la información deportiva

La gran demanda de información deportiva –más bien futbolística- hace que muy a menudo los medios cubran muchas de sus páginas y espacios con contenidos que no son realmente noticiosos, sino más bien meras anécdotas e informaciones bastante previsibles procedentes actos de agenda y de declaraciones de los protagonistas que se fuerzan y entrecruzan continuamente.

El predominio del periodismo declarativo -una realidad extensible a los medios generalistas, no solo a los deportivos- se pone claramente de manifiesto los días en que no hay competición, normalmente entre semana. De esta forma, en lugar de las previas, crónicas y análisis pospartido, cobran protagonismo -hasta incluso copar portadas- incidentes y lesiones que se producen en entrenamientos y, sobre todo, transcripciones de ruedas de prensa que no aportan ningún elemento novedoso ni diferenciador. En general, todos los medios especializados informan de lo mismo y lo cuentan de una forma similar.

De esta forma, frases entrecomilladas y citas de jugadores y entrenadores adquieren el rango de noticia sin serlo; pese a tratarse de clichés que no aportan valor a la información ("vamos a salir a ganar desde el minuto uno" o "no nos conformamos con el empate"), se convierten en una fórmula inagotable para generar titulares. En ellos se apela también a la sensación y el morbo, para dar pie en los días sucesivos a réplicas y contrarréplicas entre supuestos antagonistas, la cuales son provocadas por los propios periodistas.

Esta rutina de trabajo se apodera de los medios, no solo de aquellos que no cuentan con suficientes redactores en plantilla para elaborar temas propios ni capacidad para investigar y analizar lo sucedido; es una tendencia que se propaga peligrosamente y repercute negativamente en la calidad de todos los contenidos que se ofrecen al público. A base de declaraciones, el periodismo se torna repetitivo, pierde frescura, concisión y atractivo, y tiene un efecto disuasorio en los ciudadanos, que se quedan con la sensación de estar perdiendo el tiempo y se marchan en busca de otro tipo de noticias.

Además de reiteración y poca originalidad, el periodismo declarativo adolece también de una excesiva dependencia de las fuentes, con las que a veces congenia en exceso y de las que no duda en tomar nota para difundir informaciones sesgadas y que no han sido previamente contrastadas.

Los periodistas están sometidos a los designios de las fuentes, que toman la iniciativa y marcan la agenda de los medios con multitud de convocatorias y notas de prensa (clubes y federaciones), se amparan en el anonimato para filtrar negociaciones y estados de ánimo dentro de un vestuario (directivos y futbolistas) y vierten rumores sobre hipotéticos fichajes y canjes de jugadores (los agentes, verdaderos protagonistas de las pretemporadas veraniegas).

Sobre esta cuestión, resulta muy ilustrativa la reflexión de Rubén Darío Buitrón, editor general del diario ecuatoriano El Universo de Guayaquil:

"Sin espacios internos diarios para hacer crítica y autocrítica de su trabajo cotidiano, sin entender la necesidad de encontrar nuevos ángulos y voces a cada noticia, sin plantearse construir y mantener una agenda propia que marque distancias con la competencia y se acerque a la gente, la mayoría de salas de redacción se mantiene en la cómoda pero obsoleta escuela del periodismo declarativo (dijo, añadió, agregó, finalizó) que no cuenta la realidad sino que la filtra (y la distorsiona) a través de los criterios subjetivos de analistas, juristas, constitucionalistas, comentaristas, expertólogos y todólogos.

¿Por qué se repite tanto esta mala práctica periodística? Porque en las salas de redacción hace falta la pausa en medio del vértigo. La pausa para una reflexión colectiva, abierta, franca, en la que todo el equipo (desde los directivos hasta el personal de base) renueve sus conceptos, sus criterios y sus maneras de escoger y decidir a qué fuentes acudir cuando sea necesario contar con opiniones que contextualicen los hechos".

En la mayoría de los casos, las declaraciones que llenan las páginas de los medios de comunicación - deportivos en el caso que nos ocupa- no han sido buscadas o solicitadas (entrevistas), sino que nos vienen dadas como consecuencia del bombardeo constante de información al que están expuestos hoy día los profesionales. El axioma de 'cuanto más páginas, mejor', asumido por una buena parte de esta prensa especializada, no hace más que alejar la posibilidad de que sean compatibles un periodismo de calidad y unas audiencias mayoritarias.








sábado, 9 de abril de 2011

¿Qué escribir y con qué frecuencia publicar en un blog periodístico?

El éxito del periodismo digital, que ha sido capaz de integrar en un único discurso todas las formas narrativas textuales y audiovisuales existentes y de reformular todos los géneros de información y opinión tradicionales, también se extiende al resto de nuevos formatos surgidos en internet, entre los que se encuentran los blogs profesionales.

Los cuadernos de bitácora más conocidos están normalmente vinculados al portal del medio de comunicación para el que trabaja el periodista que firma los textos. De esta forma, al tratarse de profesionales con peso específico y de renombre social, los medios encuentran en los blogs una valiosa oportunidad de interactuar con receptores habituales y de lograr la adhesión y fidelidad de nuevos usuarios.

Sin embargo, si un blog constituye un espacio donde el periodista de manera individualizada cuenta una información antes de que sea publicada y donde también vierte opiniones y deja que el público se exprese a través de comentarios sobre un tema de interés general, ¿qué se ha de escribir exactamente en ellos para ofrecer textos diferenciados y complementarios respecto a las noticias publicadas en las ediciones online e impresa del medio al que pertenece?

Sobre esta cuestión, se detiene La Voz del Interior en su Manual de Principios, Valores y Estilos, que recomienda a sus periodistas blogueros qué contenidos pueden incluir en sus bitácoras:

. Su análisis u opinión sobre un tema polémico, el tema del día. Esto motiva participación ya que todo el mundo querrá comentar.
. Un dato que amplíe información sobre un tema ya conocido y al que se haya accedido de manera personal.
. Su experiencia en una cobertura. Lo que no salió publicado y el periodista considera importante, o que le ha impactado en forma personal. También suelen publicarse versiones completas de las entrevistas, cuando el espacio en el diario impreso no ha sido suficiente.
. Una consigna disparadora, para conocer la opinión o las alternativas que los lectores plantearían para resolver algún tema que les afecte como comunidad.

De una u otra manera, el blog deberá ser un espacio dinámico que se actualice varias veces durante la semana para ofrecer en tiempo real las novedades y curiosidades que demandan los internautas.

miércoles, 6 de abril de 2011

La estandarización de los extranjerismos deportivos. El caso particular de la terminología del golf

El lenguaje periodístico deportivo ha entrado a formar parte de la lengua común al universalizarse el uso de sus palabras y expresiones entre los ciudadanos. No obstante, esta socialización de los términos deportivos varía en función de la popularidad que haya alcanzado una disciplina determinada.

De manera especial en el fútbol, pero también el baloncesto, el ciclismo, el tenis y -en los últimos tiempos- el motociclismo o el automovilismo (Fórmula Uno), el léxico empleado es más fácilmente comprensible para todos los tipos de público porque son modalidades a los que los medios dedican una atención preferente y de las que se ha divulgado su terminología, originalmente de índole técnica y en la mayor parte de los casos de procedencia extranjera.

Sin embargo, la terminología de esas otras modalidades más minoritarias que todavía no copan grandes espacios en la agenda periodística, sigue teniendo un carácter más críptico, de forma que determinados vocablos y expresiones a menudo requieren de una traducción o explicación añadida (entre paréntesis si es preciso) por parte de los periodistas para hacerlos efectivamente entendibles.

A caballo entre lo mayoritario y lo técnico se encuentra la terminología del golf, que todavía permanece alejada del gran público pese a tratarse de un deporte que ha ganado en popularidad de manera ostensible en los últimas décadas gracias a los éxitos internacionales de figuras como Severiano Ballesteros, Txema Olazabal o Sergio García en el caso de España.

Ciertamente, el carácter técnico del léxico golfístico es en gran medida consecuencia del caudal de voces extranjeras que componen el reglamento de esta disciplina. A pesar de que desde las instituciones académicas se han producido intentos por hispanizar su vocabulario (han surgido los verbos chipear, dropear y patear; y se han castellanizado las formas búnker, hándicap, albatros o cadi), los medios de comunicación siguen decantándose por el uso de las grafías originales en inglés, al tratarse de términos cuyo uso está justificado porque no desplazan a otros en nuestra lengua y definen un concepto nuevo (green, tee, swing, putt o drive).

Además, otro factor decisivo que determina que los medios se decanten por el uso de la voz inglesa original en lugar de hallar o forzar una correspondencia en castellano es la economía del lenguaje. Términos como bogey, birdie o eagle definen con exactitud un concepto que en español no tienen una traducción clara (uno sobre par, uno bajo par y dos sobre par, respectivamente) o requeriría de más de una palabra e incluso una oración para definir completamente su significado (match play es la fórmula de juego que consiste en jugar por el mayor número de hoyos ganados; y medal play o stroke play es la modalidad en la que se juega a hacer el menor número de golpes a lo largo de un recorrido).

Así, nos encontramos, por ejemplo, con que approach se traduce por golpe de aproximación; backspin es un golpe con efecto de retroceso; followthrough equivale a la parte del movimiento que acompaña a la bola después de haberla golpeado; slice se puede definir como un golpe con efecto de izquierda a derecha; pro-am es la competición en la que toman parte golfistas; fourballs constituye la modalidad de competición en la que se enfrentan dos jugadores contra dos, jugando cada golfista su bola y puntuando en cada hoyo el mejor resultado individual de cada equipo; o foursomes, una modalidad en la que cada equipo está formado por dos jugadores que utilizan la misma bola, que deben golpear de manera alternativa.

También en este caso, a pesar de la extranjerización dominante del lenguaje, la especialización periodística no ha de estar nunca reñida con la divulgación. Sea mediante voces españolas o con palabras en inglés y sus pertinentes explicaciones, los informadores deportivos deberán procurar que el mensaje sea siempre claro y comprensible para todos.

viernes, 1 de abril de 2011

La rectificación de errores como ejercicio de transparencia y valor de calidad periodística

Los medios de comunicación también se equivocan, aunque todavía hay quien se resista a creerlo, precisamente porque solo algunos admiten de forma habitual sus errores cuando estos se producen.

La pretensión de infalibilidad de muchos medios les puede conducir a situaciones sonrojantes cuando un ciudadano se cerciora de que se han publicado datos inexactos; frases descontextualizadas y cercenadas que desvirtúan el sentido original de declaraciones y hechos; o historias flagrantemente amañadas e incluso inventadas, que se sustentan débilmente en rumores sensacionales o en un reducidísimo número de fuentes que no han sido contrastadas.

Sin embargo, supone un ejercicio de honestidad partir de la premisa que no hay acceso a todas las fuentes para elaborar una información y que las equivocaciones (de redacción y uso del lenguaje, de precisión, de contexto, por omisión o de interpretación) son más frecuentes de lo que los profesionales pensamos.

El periodista británico David Randall (El Periodista universal) enumera cuáles son las once causas principales de los errores que suele cometer un medio de comunicación:

1. Información falsa de las fuentes

2. Anotaciones deficientes

3. No comprobar los "hechos" con las fuentes

4. Renuencia a comprobar datos o sucesos "sensacionales"

5. No leer la historia una vez escrita

6. Desoír nuestros propios recelos (hay que prestar atención a nuestra propia aprensión, ya que la mayoría de las veces está justificada)

7. Omitir hechos que no encajan con una teoría preconcebida (o concebida con demasiada rapidez)

8. Dar a imprimir demasiado pronto (sobre todo cuando hay prisas por dar una exclusiva)

9. No consultar los temas técnicos con especialistas

10. Exceso de confianza en las reseñas (hay textos publicados por otros colegas que contienen en errores)

11. Errores de producción (derivados de los process de edición de textos e imágenes)

Asumir esta realidad pasa por poner en marcha sistemas de detección y subsanación de errores, así como diversos mecanismos de corrección y verificación de los textos que eviten la producción de fallos previos a la publicación.

Hoy en día, el reconocimiento de haber errado en una información ante el público es un signo distintivo del periodismo de calidad, especialmente en el ámbito de la prensa tradicional en papel, que suele rectificar tan pronto como puede, o bien en forma de recuadro dentro de una página de noticias o bien como fe de errores junto a la sección de Cartas del Director.

De esta forma, un medio de comunicación asume a diario el cumplimiento de un pacto de calidad con el público al que se dirige, a quien debe rendir cuentas ofreciéndole una completa y exacta descripción de los hechos mediante una información diligentemente obtenida y debidamente comprobada.